Luke y yo liberamos a los demás lobos de la manada pero aún no hemos encontrado a Ashton.

-¿Dónde estamos? -se preguntan todos. Yo no tengo la menor idea, tal vez sea una base militar en alguna parte del desierto que obviamente se encuentra bajo tierra pero luego pienso con más claridad y sólo eso es posible en las películas.

-Debemos salir de aquí. -le dice Luke a los demás y como Axel no está, él es el más fuerte ahora.

-Tengo una idea. -hablo y camino hacia el cuarto en donde encerré a ese científico.

Cuando se asoma por la pequeña ventana, rápidamente retrocede porque unos de los lobos gruñe y le enseña sus colmillos haciendo que se espante mucho.

Abro la puerta y un par de lobos de la manada entran a la habitación junto conmigo y Luke.

El hombre tiembla un poco al ver a los lobos -¿Q-Qué quieren? -en su voz se puede notar el miedo.

-Ayuda. -respondo sería.

-¡No! Yo te saque de aquí y a cambio me encerraste como un animal. -dice con una voz temperamental y es cuando Luke avanza y lo toma del cuello de su bata.

-Es lo que hicieron con nosotros. -gruñe molesto y luego lo suelta con brusquedad -Tienes suerte que te necesitemos o sino ya serias nuestra cena. -le aclara y es cuando los otros lobos gruñen con ferocidad.

-Calmados. -digo fulminandolos con la mirada.

-Bueno Dic ¿Por dónde? -pregunto cruzandome de brazos.

-¿Dic? -repite Luke arqueando una ceja.

-Eso dice su placa. -hablo indicando la cosita de plástico que lleva el nombre que tiene el científico por su pecho.

-De hecho es Doc, se confundieron y colocaron una "i". -interrumpe el hombre.

-Okey, Dic Doc, muestranos la salida. -digo saliendo de la habitación y dos lobos escoltan al hombre.

-Basta, no. -niega Luke, al parecer está hablando con lo otros lobos.

-¿Qué quieren? -le pregunto en voz baja mientras caminamos por los pasillos siguiendo al científico.

-Tienen hambre. -contesta haciendo que me ponga tensa.

-¿Y quieren al científico?

-Sí, preguntaron su podían comerse un pedazo de él. -me cuenta y me pongo cada vez más nerviosa.

-Lo necesitamos con vida. -digo frunciendo el ceño.

-Ya lo sé. -asiente el rubio.

Nos detenemos ya que nuestro guía no consigue abrir una puerta brindada de metal que se encuentra frente a nosotros.

-No puedo abrirla, saben que están libres y debieron haber cambiado los códigos. -habla mientras teclea unos números en una pantalla a la derecha de la pared, esa es la cerradura creo.

-Bueno... -comienza Luke haciendo crugir sus nudillos mientras aparta al hombre -Tratamos de hacerlo por las buenas pero será por las malas. -él da unos fuertes golpes a la puerta y la misma termina cayendo a sus pies.

-Ese es mi chico. -digo sonriendo mientras que el científico quedó con la boca abierta.

-Eso fue... ¡Increíble! -exclama emocionado, rápidamente se acerca a mi para hacerme un largo cuestionario -Tienen fuerza sobre humana ¿Qué más pueden hacer aparte de lo que ya vi? ¿Él es el líder o se lo llama Alfa? ¿Es cierto eso de la plata? ¿Comen carne siempre?

Ya me estaba hartando de tantas preguntas pero creo que Luke ya se le había terminado la paciencia hace rato.

-¡Basta! -exclama haciéndolo callar -Si somos muy fuertes, hacemos muchas más cosas, si, soy el Alfa, si es alegría y si no te callas ellos te deboraran- le aclara refiriéndose a la manada y continuamos caminando.

-Respondió a todas tus preguntas ¿Contento? -hablo sonriendo mientras que el Doc quedó sin palabras.

Morena
He estado todo el día sentada en esta esquina, tuve que moverme un poco a medida que el día avanza intentando que el rayo de sol que me cubre no desaparezca porque es la única cosa impide que Mikey me mate, sé que no debería llamarlo así por las circunstancias pero se trata del Mikey del que estoy enamorada.

-Puedo esperar todo el tiempo del mundo. -dice él estando de cabeza en una esquina del lugar. Puedo sentir sus verdes ojos sobre mí.

Yo permanezco sentada en el suelo abrazando mis piernas -También yo. -digo y es obvio que miento pero él no tiene por qué saberlo.

-Corrección, sólo hasta que el sol se oculte. -murmura sonriendo de costado dejándome ver sus colmillos.

Luego de eso, yo agacho la mirada, tal vez si sea mi fin. No se dónde está Calum o si los lobos ya han acabado con todos en la ciudad, tampoco si Hela está bien o si Luke o Ashton regresaron, ni tampoco sé si Michael volverá a ser el mismo de antes.

-Sabes... -Dice ese vampiro pero yo no le dirijo la mirada -Eres la primera persona a la que no asesino al instante de verla. -comenta haciendo que yo frunza el ceño.

-Esa persona sería Hela, la conociste primero. -corrijo teniendo mi mirada en mis zapatillas.

-¿Hela? -repite pensativo -No conozco a ninguna Hela. -niega con la cabeza.

-Si, ella es mi mejor amiga y también la tuya, está en una manada de hombres lobo. -hablo pero creo que es inútil que siga porque está claro que no recordará nada.

-Ángela, Luke y Ashton. -Dice haciendo que levante la mirada.

-¡Si! ¡Esos son sus nombres! -digo emocionada -¿Ya me recuerdas?

-No. -niega serio.

-Haz un esfuerzo Mike. -suplico mirándolo. El sol va ocultándose poco a poco y el rayo de luz sé hace un poco más pequeño.

-No te recuerdo y tengo hambre, lo siento. -él comienza a caminar por el techo hasta quedar sobre mí.

Yo estoy completamente paralizada, él sólo recuerda muy poco y lo peor es que no me recuerda justamente a mí y no creo que esté jugando.

La luz desaparece y es cuando el cae sobre mí pero me quito de ahí justo a tiempo -Michael reacciona, soy Morena, si sigues así Calum te cazará y no quiero eso. -habló miéntras retrocedo lentamente a media de que él avanza.

-¿Quién es Calum? -pregunta arqueando una ceja -No importa, es hora de mi cena. -agrega y se acerca más rápido a mí.

Mi espalda choca contra una pared y cierro mis ojos con fuerza al ver que Michael está sólo a unos centímetros.

Siento como él toma mi mentón con su mano y me obliga a mirar a la derecha lentamente.

Mi respiración se vuelve agitada y comienzo a desesperarme pero por más que quiera salir de esta situación, no hay nadie que pueda ayudarme. Siento su respiración acercarse cada vez más a mi piel, a cada segundo que pasa mi corazón se acelera cada vez más, su nariz roza mi cuello dándome escalofríos y luego... sus labios dejan un beso en mi cuello para luego alejarse.

Abro mis ojos rápidamente para encontrarme con los suyos.

-Mike... -susurro al verlo frente a mí, sus ojos me miran detenidamente en silencio.

-Ese aroma... -susurra mirando a un lado.

-¿Y-Ya me... r-recuerdas? -tartamudeo con miedo.

-¿Por qué quieres que te recuerde? -Dice serio golpeando la pared sólo a unos centímetros de mi cabeza.

-P-Porque... Porque... -agacho la mirada mientras siento un profundo dolor en mi pecho porque él no me recuerda.

Michael frunce el ceño y avanza hacia mi cuello pero se detiene justo antes de morderme, permanece allí un momento y luego vuelve a golpear la pared con su puño.

-No puedo hacerlo. -susurra negando, se separa de mi y luego da otro golpe haciendo que me espante cada vez más -¡¿Por qué me siento mal al intentar morderte?! -exclama molesto.

-Emmm... n-no lo sé. -niego sintiéndome insignificante a su lado.

Él niega y se aleja de mí -Siento como si estuviera cometiendo un terrible error al intentar morderte. -habla un tanto desesperado, debe estar muy confundido.

-Así fue la primera vez que nos conocimos. -comento cuando tengo el suficiente valor para hablar.

Mike me mira con el ceño levemente fruncido y continuo -Intentaste matarme pero después prometiste no hacerlo.

-¿Ah sí?

-No sabes lo mucho que significa para mi que me recuerdes. -murmuro mientras juego con mis manos.

-Lo siento. -susurra él.