Parte 11

No puedo creer que esto esté pasando, Luke me dijo que me quiere ¿Qué tipo de amor será? No quiero hacerme ilusiones.

No separamos lentamente y quedamos en silencio por un rato, hasta que noto que estoy completamente sucia.

-Eh... debo cambiarme mi ropa, y ducharme, estoy asquerosa. -digo haciendo una mueca, sorpresivamente consigo que sonría.

-Okey, en la cabaña tienes agua tibia, sólo no te pongas perfume. -dice poniéndose de pie y caminando hacia la cabaña.

-Que bien, me quitaré todo el barro que tengo encima. -pienso en voz alta mientras lo sigo -Emmm... Luke ¿Puedo llamarte así? -él asiente -¿Por qué no puedo usar perfume? -pregunto curiosa.

-Los demás lobos se darán cuenta que eres humana, debes oler a lobo ¿Entiendes? -me explica.

Pienso en eso y creo que es algo racista.

-Entiendo. -respondo y abro la puerta, Luke se despide y se aleja. Espero que no por mucho.

La cabaña está completamente oscura, las ventanas se encuentran trabadas y eso, es como la dejé, comienzo a ordenar un poco y busco mi ropa; un remera negra con escote y unos shorts de jeans, pero primero debo ducharme.

Todo está muy oscuro entonces intento prender las luces pero nada, los malditos focos están reventados.

-Bueno, no importa. -me desvisto y tomo la preciada ducha de agua tibia. Cuando termino me envuelvo con una toalla, mi cabello mojado y limpio cae a un lado sobre mi hombro.

De repente escucho un ruido que me asusta, son unos crujidos se madera producidos por los pasos, hay alguien adentro.

-¿Quién eres? -pregunto seria.

-Mmm... entonces aquí es donde vives, me acostumbraré. -escucho desde alguna parte de la oscuridad.

-E-Esa voz... -susurro asustada comenzando a temblar por el miedo.

-Te dije que nos volveríamos a ver. -agrega. Ay no, es Michael ¿Qué carajo hace en mi cabaña?

-¿Qué haces aquí? -pregunto y abro los ojos tanto como puedo para poder ver algo pero es inútil.

Doy un paso hacia atrás y choco contra algo. Todo mi cuerpo se paraliza, volteo lentamente y me encuentro con ese vampiro.

-No te asustes ni comiences a gritar como una histérica. -dice serio.

-B-Bueno... -mi voz se hace muy aguda, casi chillona, es el miedo.

-No vas a cenarme. -digo tratando de sonar valiente.

-Ah eso... yo no me refería a que tú ibas a ser mi cena, sino que cenaríamos. -sonríe.

-¡¿Qué, qué?! -exclamo retrocediendo.

-No será un sacrificio para ti. -dice expandiendo su sonrisa, quedo muda sin decir nada ¿Qué puedo decir en este momento?

-Como ese maldito cazador me dio una paliza gracias a ti, también descubrió mi cueva, entonces llegué a esta cabaña y que casualidad que tú seas la dueña. -dice acercándose.

-¿Desde cuando estas aquí? -pregunto parpadeando varias veces.

-Desde que amaneció. -responde, eso significa que pudo verme cuando me duchaba.

-¡¡Largo de mi cabaña!! -grito molesta.

-Espera, no te pongas así, es de día, supongo que no quieren que me queme con el sol ¿O sí? -levanta sus manos en defensa.

-Okey, yo te dejo que te quedes aquí con la condición que no tocarás una sola gota de sangre de mí. -digo firmemente.

-Eso será muy difícil para mí. -murmura pensando en voz alta -De acuerdo. -asiente cruzándose de brazos.

-Ni tampoco la sangre de mis amigos ¿Oíste? -agrego seria.

-¡Está bien, ya entendí! -responde mirando a un lado.

-Bueno... -poco a poco voy calmándome.

-Hela... -murmura Mike sin mirarme.

-¿Qué quieres? -pregunto harta.

-Soy un vampiro y puedo ver en la oscuridad.

-¿Y? -digo arqueando una ceja.

-Hace rato se te cayó la toalla. -contesta haciéndome recordar que acababa de salir del baño cuando él apareció.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top