-wey, estoy aburrido-pronunció Erick al borde de su séptima cerveza, se sentía como si cayera, sus ojos le pesaban y sentía sus brazos y piernas relajarse.

-Y, a mi que-respondió desganado uno de sus primos, quién se dedicaba a fumar sus cigarros y expulsarlos en forma de aro.

Erick cerró los ojos y empezó a imaginar un plan para tener un buen rato de diversión. Pero al parecer su juguete favorito se revelo y ahora tras su amenaza tenía que mantener la compostura, su padre le advirtió de nada de problemas, estaba molesto y cansado para tener que resolver los líos que provocá su hijo.

Su mente vago, pensando en torturas divertidas, todas ellas de personas o animales chillando, oh eso era tan cómico para Erick.

Si tan solo pudiera tomar la cabeza de caleb y asfixiarlo con una bolsa de plástico como aquel gato de su infancia, ¡Oh como deseaba hacerlo!, o tal vez clavar un pica hielos en su estómago y sentir la sangre caliente salir y tomarla entre sus manos.

Va, ¿pero? ¿en que mundo vivimos? Si, solamente tenía que conformarse con matar de vez en cuando algún perro o gato callejero.

-hey, Mauricio, ¿cuantas semanas han pasado desde la fiesta? -dijo quejandose, ya no llevaban vendajes ni raspones pero se sentía humillado.

-No lo sé, creo que tres meses. -dijo pensativo, pareciera que, se le dificultaba enfocar el tiempo y tuviera que esforzarse.

-había una chica muy linda, si hubiera sido divertido estar con ella, lástima que llego la mujer de Esteban y lo arruino-termino de decir Mauricio.

-No sé porqué eres amigo de ese imbécil. - y así Mauricio siguio quejandose pero Erick no lo escuchaba, su mente vago hasta Courtney y una sonrisa maliciosa se asomó por su rostro.

Ya había pasado tres meses, ¿cuantas eran las posibilidades de que lo denunciarán a la policía? Ja, ahora tenía un plan, si no podía dañar a Caleb, ¿porqué no hacer sufrir a su hermanita? .