Parte 2
Una mañana, la persona se dio cuenta que la plantita no tenía ni una sola hoja, solo quedaba su verdoso tallo. La persona desconcertada se dirigió a la plantita—: ¿Por qué has dejado caer tus hojas? Eres rara —le dijo con disgusto.
Pasaban los días y la persona no veía que del tallo de la planta salieran hojas nuevas y empezó a desesperarse, hasta que un día ya no aguantó más—: ¿Cómo es posible que siendo una planta no te crezcan hojas de nuevo? Yo te he cuidado todo este tiempo, te doy agua para que crezcas hermosa y no brota ni una sola hoja —le dijo en un tono molesto.
En ese momento, la persona decidió dejar a la plantita abandonada en la calle.
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