[32]

Cuando Jungkook decidió desayunar en Coffee Paradise junto a Jimin, estaba planeando ir a presumir de su noviazgo con Chaewon. Sin embargo, olvidó cuán popular era el lugar y la odiosa costumbre de Kim Taehyung de aparecer en los momentos menos indicados. Así que, de malagana, acabó compartiendo mesa con él, intentando soportar su terriblemente encantadora sonrisa.

―Ah, deberías estar agradecido conmigo ―parloteó Kim, mirando a la nueva pareja―. Es decir, quizás no lo sepas, pero yo animé a Jimin a salir contigo. ¿No es esa una buena razón para comenzar a respetarme? ―cuestionó, señalando entre ambos―. Porque, Jungkook, odio recordarte que soy tu hyung. Te conozco desde que eras un mocoso insoportable y te aguanté debido a mi excesiva amabilidad. Creo que es momento de ser recompensado por ello.

―Hyung ―el menor miró al chico junto a él―. ¿Escuchas algo? Creo que tendré que hablar con Chaewon, pues me temo que mosquitos se han infiltrado en su café.

―¡Hey! ―Taehyung golpeó el piso con sus pies al borde de una rabieta. Jimin le miró con una sonrisa apenada mientras su novio se escondía en el hueco de su cuello, ignorando al otro chico―. ¿Por qué eres tan cruel conmigo? ¿Por qué no te caigo bien? ―preguntó―. Siempre fui bueno contigo.

―Solías llamarlo mi pequeña sombra sabionda de una manera bastante maliciosa. Siendo justos, jamás fuiste un buen hermano mayor para él ―señaló Jimin cuidadosamente.

―¿Perdón? Siempre me gustó muchísimo Jungkook, en serio ―el menor bufó al escucharlo―. Es decir, me gustaba tanto como podía gustarte alguien como él. Saben que los niños son mi adoración, pero Jungkook jamás se comportó como un niño de su edad ―se quejó―. Quería ver series con él, pero entonces comenzaba a hablar sobre el desarrollo psicológico de los personajes en vez de simplemente quererlos. Quería cargarlo a caballito, pero se quejaba diciendo que no era un bebé. Todo en su cara decía que, de hecho, él sí era un bebé, pero jamás me dejó tratarlo adecuadamente como mi hermanito.

―No soy tu hermanito.

―¿¡Ves a lo que me refiero!? ―Taehyung cubrió su rostro, lloriqueando con falsedad―. Yo solo quería darle mi amor y siempre me rechazó. Ahora que son novios, lo mínimo que podría hacer es tratarme bien, pues soy el mejor amigo de su pareja ―descubrió su rostro, volviendo a mirarlo con seriedad―. ¿Estamos de acuerdo en ello?

Jungkook salió de su escondite mirando al mayor con la nariz arrugada, no muy feliz con la resolución. Para su suerte, Chaewon apareció en el momento indicado para que no tuviera que ceder ante Kim Taehyung.

―Bienvenidos, chicos, siempre es un placer tenerlos aquí ―saludó Chaewon con una sonrisa, pero, a pesar de que Taehyung se removía en busca de su atención, esta estaba destinada sobre todo a Jungkook―. ¿Algo nuevo que quieras compartir conmigo, Kookie? Porque te veo especialmente pegajoso con Jimin-ssi hoy.

―¡Estamos saliendo! ―anunció, provocando que Jimin riera de su genuina felicidad mientras Chaewon aplaudía en respuesta―. Te dije que era cosa de tiempo.

―Por supuesto, solo un tonto podría rechazarte ―admitió sacando una libreta del bolsillo de su delantal―. Entonces, ¿les traigo lo de siempre?

El grupo estuvo de acuerdo. Jungkook casi sintió pena por Taehyung cuando la chica le dio la espalda, pasando completamente de él. Al menos, podía admirar su perseverancia cuando se trataba de Chaewon.

―Disculpen... ―la mesa quedó en silencio cuando, poco después de que Chaewon se fuera, dos chicas se pararon junto a ellos―. Vinimos aquí para tomar un café, pero todas las mesas están llenas. ¿Podríamos compartir sitio con ustedes?

Jungkook sonrió por cortesía. Efectivamente, el lugar estaba lleno, pero la gente tendía a ir por otra opción en vez de colarse en la mesa de otros, por lo que, enseñando su sonrisa a las desconocidas y obteniendo sonrojos en cambio, supo que sus intenciones no eran del todo puras. Pero, bien, podía comprenderlas. ¿Quién querría dejar el lugar tan fácilmente después de encontrar una mesa ocupada con chicos guapos?

―Uhm... bueno... ―Jimin dudó mirando entre Jungkook y Taehyung. El primero se limitó a encogerse de hombros y el segundo parecía más atento a los movimientos de Chaewon tras el mostrador, por lo que dedujo que no había problema. Jungkook se lo habría dicho abiertamente de haber un problema, ¿no?

―¡Muchas gracias! ―ambas chicas tomaron asiento, una junto a Taehyung y la otra junto a Jimin―. Realmente, este lugar es el mejor de la zona; es una lástima que siempre esté lleno. Es bueno que existan chicos atentos como ustedes ―dijo una castaña arreglando su cabello con delicadeza mientras miraba a Park con una sonrisa―. Por cierto, mi nombre es Yuri ―se presentó―. Y la chica junto a mí es Mira.

―Mucho gusto ―saludó la segunda chica con un pequeño asentimiento―. ¿Vienen por aquí seguido? ―miró entre todos, deteniéndose en Jungkook―. Definitivamente, recordaría a alguien con tu estilo, de ser así. ¡Me encanta tu cabello!

―Gracias ―Jungkook sonrió arrugando la nariz―. Pero supongo que no has puesto demasiada atención entonces, porque paso por aquí seguido para ver a mi amiga ―apoyó su cabeza contra el hombro del pelinegro―. Hoy vine para presentarle a mi novio. ¿No crees que es divino?

Jimin cubrió su boca, queriendo esconder sus deseos de reír. La voz de Jungkook era tan melosa, que podía ver sus intenciones de espantarlas. Y, tal como imaginó, los rostros de ambas muchachas no demoraron en palidecer.

―¿Son gays? ―preguntó una de ellas sin poder esconder su impresión.

―¿Qué? ―Taehyung finalmente aterrizó, poniendo atención en el grupo―. ¡Por supuesto que no! ―aclaró de inmediato solo para darse cuenta de que ellas miraban a la pareja y no a él―. Ah, ellos, sí, uno al 100 % y el otro solo al 50 %.

―¿A quién llamas gay al 50 %? ―preguntó Jimin con una sonrisa irónica, pateándolo por debajo de la mesa. Taehyung brincó en su asiento y maldijo en voz baja, mirándole ofendido.

―Oh, pero entonces... solo son ellos ―la chica rubia junto a Taehyung suspiró, reponiéndose―. Lo siento, es raro encontrar personas que... hablen abiertamente de su sexualidad ―carraspeó con nerviosismo, prefiriendo enfocar su mirada en Kim―. ¿Y qué hay de ti? ¿Tienes novia?

―Esa no es la clase de pregunta que sueles hacerle a alguien que acabas de conocer a menos que estés interesada en ese alguien ―contestó Taehyung con una sonrisa cordial―. Lo siento, señorita, pero no estoy interesado. Me halaga tu interés, pero me incomoda por mucho. Hay una chica que me gusta y... ―señaló entre ambos―. Y, quizás sea tonto decirlo, pero hablar contigo sabiendo tus intenciones conmigo me hace sentir como si fuera infiel a mis sentimientos.

Jungkook rio como un niño cuando el rostro de la bonita chica se descompuso. Solo bastaron 10 segundos para que ambas se miraran, disculpándose con ellos por irrumpir en su mesa. Casi tropezaron con Chaewon cuando huyeron sin decir más.

―Wauh ―Chaewon entregó a cada uno su pedido, sosteniendo agraciadamente la bandeja―. Ustedes deben tener un talento especial para espantar a las chicas, pues no tengo otra explicación para la forma en que acaban de correr ―miró a Taehyung―. Francamente, me sorprende más viniendo de ti. Siempre me has parecido del tipo frustrantemente gentil.

―¿No fui gentil? ―preguntó preocupado―. Porque creí que lo estaba siendo, solo que no se puede dejar de ser directo en situaciones así.

Chaewon sonrió, de acuerdo con él. Aunque no lo decía en voz alta, Jungkook sabía que estaba gratamente sorprendida con lo que acababa de presenciar.

―Noona ―llamó a la chica, quien giró a verlo―. El próximo sábado quiero hacer senderismo con los chicos, ¿por qué no reservas ese día para mí? ―pidió juntando sus manos mientras ponía una mirada angelical―. Por favor, quiero pasar más tiempo contigo. Obviamente, también llevaré a Ryujin noona.

―¿Cómo puedo decirle que no a esa carita? ―respondió―. Es una cita, Jungkook.

El aludido sonrió cuando la chica el guiñó un ojo, marchándose para atender a alguien más. Jimin lo miró con satisfacción mientras Taehyung no escondía su consternación.

―¿Acabas de ayudarme a conseguir una cita con ella? ―preguntó, atónito.

―En realidad, es una cita grupal ―rodó los ojos, fijándose en Kim―. No lo arruines, ¿sí?

―Ah, sabía que no me odiabas del todo ―lloriqueó, volviendo a ocultar su rostro. Jungkook suspiró, aprendiendo a lidiar con sus dramatismos, mientras recibía un beso de Jimin en su sien.

Sí, había hecho una buena acción.

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