25
Despertó.
Pero ¿era allí en donde quería despertar?
No.No quería despertar en ese lugar.
Tal vez,quería irse a otra realidad.
En donde todo fuese de color rosa.
¿Eso era lo que quería? Probablemente.
No podía dormir sin tener una pesadilla.
De esas que te hacen llorar en medio de la noche.
Ya no quería,se negaba a llorar una noche más y vivir ese infierno.
¿Cuando vería el cielo nuevamente? ¿La...Esperanza?
Lastimosamente,deseaba eso en los peores momentos.
El teléfono no había dejado de sonar desde hacía un buen rato ya.Era la única persona en aquella solitaria casa,la cual se había convertido en un refugio de su desesperación.
Ya no sabía en quién confiar,ni siquiera en aquel que alguna vez llamó "el amor de su vida".
La verdad,sentía que él ya no lo amaba.
Tomó el teléfono y contestó.
Se le hizo extraño,solo habían murmullos,y luego un silencio total para que la persona colgara.
Miro extrañado el teléfono y luego se encogió de hombros,tal vez se habían equivocado de número...
O la cobardía de la persona que llamó no le permitió hablar.
Ahí estaba,sudaba del nerviosismo.
En una habitación con tres personas.
Una bebé,una psicópata y él.
La bebe lloraba a gritos,quería ser salvada.
¿Por su padre? Obviamente.
Pero al que conocía como padre,no a aquel hombre que era cómplice.
Aunque él no quisiera.
-¡¿Por que colgaste?! ¿Acaso quieres que corte su hermoso cuello de bebé?-
Amenazo acercando aún más la navaja al cuello de la pequeña.
Ella era una cínica,haría todo para conseguir lo que quiere.
Ahora...Nadie la entendería nunca.
Nadie podrá ayudarla.
Nadie nunca podrá descubrir que hay en esa mente maliciosa.
-¡Cálmate,mujer! ¡esto es difícil! ¿Ok? Tan solo deja que me relaje-
Sus ojos se cristalizaron.
Y aunque nunca lo admitiera,eso le dolía.
Amaba a esa niña,al fin y al cabo era su hija.No quería perderla...No de nuevo.
Llamó.
Sus labios temblaban y su corazón no dejaba de palpitar rápido al escuchar los gritos de la niña.
Un tic nervioso lo atacó en su pierna.
La víctima no contestaba.
Finalmente contesto.Entro en desesperacion nuevamente.
Trago pesado y abrió la boca para hablar,pero las palabras no salían.
-¿Aló?-
Pregunto desde la otra línea cansado de esperar.
-Mira desgraciado,tenemos a tu hija.Si no quieres que le cortemos una oreja harás todo lo que digamos ¿ok? Para empezar termina con tu noviecito.-
Las palabras solo salían de su boca.
Tenía miedo,mucho.
Incluso,la castaña pudo jurar ver lágrimas salir de sus ojos.
-No haré eso!-
-Si lo harás...Y ten cuidado,nos enteramos de todo-
Luego,puso el teléfono en frente de la niña para que escuchara sus gritos.
El peli-turquesa estaba destrozado.
Dolo era todo lo que escuchaba.
Su corazón palpitaba tan rápido,no podía controlar aquellas lágrimas.
El dolor era tan intenso,incluso más que las cortaduras que alguna vez tuvo en su piel.
Dejo caer el teléfono y su cuerpo también hacía suelo.
De rodillas lloraba y suplicaba por un mañana mejor.
Mientras,el hombre colgó.
-Gracias,cómplice.-
Dejó el cuchillo aún lado y salió de la habitación con la pequeña niña.
Él pasó su mano por su cabeza y golpeó fuertemente la mesa.
No quería dañar a una persona que no lo merecía,y bien tenía entendido,ya había pasado por mucho.
Ambos sufrían casi lo mismo.
Sin embargo,la castaña no se dio cuenta de un error que hizo el hombre para ayudar al oji-verde.
El antes mencionado se dio cuenta de este detalle pocos segundos después.
El dijo "nosotros".
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