♡. O8


Seungmin abrió sus ojos lentamente, sintiendo un dolor punzante recorrer su cuerpo y una profunda sensación de miedo que le heló la sangre. Entonces, los recuerdos inundaron su mente y las lágrimas comenzaron a brotar, ya que pensaba que todo lo que estaba pasando era por su culpa.

La fiesta había sido organizada por Oneus como una oportunidad para que los grupos y solistas pudieran socializar y relajarse, lo que casi nunca pasaba debido a sus apretadas agendas. Seungmin había asistido con la esperanza de olvidar, aunque fuera por un momento, todo lo que pasaba con Stray Kids, pero no lo logró.

Cuando Dahyun de Twice se le acercó, tuvo una extraña sensación de confianza, lo que lo llevó a abrir su corazón y contarle todo sobre su vida y su grupo, aunque terminó llorando. Ella hizo todo lo posible por consolarlo, dándole palabras de aliento e incluso un pañuelo, y cuando estuvo a punto de hacerlo sonreír, la música se detuvo. Notaron que la mayoría de idols, incluyendo a los anfitriones de la fiesta, se habían escapado, mientras que el CEO de JYP Entertainment irrumpía en el lugar con una expresión furiosa.

Él le preguntó a Seungmin qué era lo que estaban haciendo los demás integrantes y este quiso esconderse detrás de Dahyun, pero notó que ella también había escapado. En ese momento, deseó que la tierra se lo tragara y no le quedó más opción que responder. Fue así cómo terminó despertando en aquel lugar tan extraño.

Se puso de pie y notó que un pequeño papel había caído del bolsillo de su abrigo, por lo que lo recogió y lo leyó. Era el número de teléfono de Dahyun. Sintió el impulso de llamarla, pero la falta de señal en su teléfono no se lo permitió, lo que lo hizo temblar. No sabía en qué lugar estaba, pero le aterraba la idea de que no hubiera nada y de que tampoco estuvieran sus amigos.

Comenzó a caminar para buscarlos, pero sintió que chocó contra algo. Frente a él, apareció un cartel extraño que decía "¿Activar opción de vista?". Seungmin no entendía a qué se refería, pero decidió activarla igualmente. Luego de unos segundos, quedó atónito al ver que estaba rodeado de rejas, como si estuviera en una prisión, y se dio cuenta de que sus amigos estaban igualmente atrapados, solo que en otras partes de ese extraño lugar. Ellos estaban tendidos en el suelo, inconscientes, y para su sorpresa, Jisung estaba entre ellos.

Comenzó a gritar para que despertaran, pero no obtuvo respuesta alguna. En ese momento, vio a la persona del espejo, la misma que lo había agarrado del brazo en el pasado, por lo que se asustó. ¿Estaban ahí otra vez?

Una descarga eléctrica repentina y extremadamente dolorosa asaltó su rostro, haciendo que las lágrimas brotaran incontrolablemente. Seungmin luchó por mantenerse fuerte, pero su cuerpo no aguantó y se desplomó, víctima de un mareo abrumador que lo llevó a la inconsciencia.

(...)

Todos habían recobrado el conocimiento, excepto Seungmin. Se dieron cuenta de que hablar podía desencadenar consecuencias terribles, así que optaron por comunicarse mediante señas. Todos las sabían ya que pronto harían un video musical con ellas.

—¿Por qué tengo una ruleta frente a mí? —le preguntó Minho a Jisung, con señas, y apuntó con su dedo índice el objeto giratorio que tenía en su celda—. La voy a girar.

Chan lo miró asustado, queriendo detenerlo, pero ya había sido demasiado tarde. Todos vieron con horror cómo aparecían grandes carteles con letras rojas que decían: "Grupo disuelto".

—Bien hecho, Minho —murmuró Felix con un toque de sarcasmo, esta vez sin señas—. ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? —Cruzó sus brazos y frunció el ceño—. ¡Deja de hacer estupideces!

En ese momento, apareció la persona del espejo, sembrando el terror en todos los presentes. Hizo que apareciera un televisor en la celda de Felix y lo encendió. Al principio, el australiano no entendía qué era lo que estaba viendo, pero luego de unos segundos, lo supo.

En la pantalla, se reproducían numerosos videos con personas criticándolo de manera cruel, lanzándole comentarios hirientes y despectivos. Sus palabras abordaban temas como su pronunciación deficiente, su voz desagradable y su baile que causaba repulsión. Felix, abrumado por la tormenta de odio, se dejó caer al suelo y comenzó a llorar, sintiendo que su corazón se rompía irremediablemente, sin esperanzas de sanar.

—¡Déjalo! ¡No le hagas daño! —gritó Hyunjin, sin importarle las consecuencias—. ¡No te hicimos nada!

La chica misteriosa se rio, y a cada miembro le mostró su mayor temor. A Minho lo elevó a una altura vertiginosa, con el abismo bajo sus pies. A Changbin le apagó las luces, sumiéndolo en la oscuridad, e hizo que figuras extrañas lo agarraran de las piernas. A Hyunjin, en cambio, lo rodeó con miles de arañas de un metro, las cuales se acercaban a él con sus patas peludas. Y a Jisung lo rodeó de cuadros con figuras geométricas apretujadas en los cuerpos de personas, causándole una repugnancia insoportable. Estaba a punto de llenar de agujas a Jeongin y poner a Stay con heridas frente a Bangchan, pero en un parpadeo, ambos habían desaparecido.

Ella intentó buscarlos, pero los dos miembros faltantes ya se encontraban fuera del espejo. Habían sido salvados por Dahyun, quien había deseado ayudar a todos, pero no lo logró.

—No entiendo nada —preguntó Jeongin con nerviosismo, mirando a su alrededor—. ¿El CEO nos metió ahí?

—Sí, lo hizo —explicó Dahyun con seriedad—. Al principio, todos creíamos que los fans eran los responsables, pero varias compañías han estado realizando esto con miembros de sus grupos. La chica que vieron en el espejo es una cantante que falleció hace varios años, ya que su agencia la encerró en un espejo y la asesinaron.

—Entonces, ¿por qué nos está haciendo daño? —preguntó Chan, confundido, acercándose a Dahyun.

—Las agencias la están amenazando. Si no obedece, su alma no podrá descansar en paz. Si cumple con sus órdenes, los CEOs de las empresas harán que su antigua agencia caiga en la quiebra.

—Deberíamos ayudarla —sugirió el menor, con una mirada decidida—. Si lo hacemos, será más fácil. Podremos derrotar a las empresas estúpidas y forzarlas a dejarnos ir, y entonces nos podremos unir a otra.

—No es una mala idea —opinó Bangchan, asintiendo con la cabeza—. Deberíamos llamar a los demás para que nos ayuden.

Jeongin asintió y Chan le sonrió ampliamente. A pesar de la seriedad del momento, sintió que debía besar al menor, y lo hizo. El maknae se sonrojó, pero correspondió de todos modos, lo que llevó a que se besaran lentamente. Sin embargo, Dahyun se acercó y los interrumpió, recordándoles que ya era hora de poner en marcha su plan.

A pesar de la frustración de ser interrumpidos, ambos chicos se sonrieron y se dijeron que se besarían en otro momento. Era una promesa.

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