III
Namjoon
Encajar es sencillo, mas cuando eres un alfa con un aroma muy atrayente, desde que se presento mi casta, la gente busca relacionarse conmigo, siempre son amables, siempre serviciales y llegan un punto donde me fastidio de tanta atención.
Pero mis padres dijeron que lo usara a mi favor, que aprovechara todo eso para en un futuro mas puertas se me abrieran. Asi que aprendí a disfrutar de la atención sin llegar a ser pretensioso porque eso alejaría a las personas. Aproveche que se me da muy bien la escuela para tomar mas clases y asi poder hacer mis pasantías bastante rápido.
Todo estaba perfecto, hasta que un día me tope con ese sujeto.
Kim Seokjin.
Literalmente me tope con él afuera de unos de los pasillos, en cuanto mis ojos se posaron en él, sabia que lo quería, pero este solo se disculpo y paso de largo. Despedí algunas feromonas pero no me presto atención. Siguió caminando y yo me quede viendo como se alejaba.
Admito que me vi un poco stalker con él, investigue su nombre, su carrera y que clases llevaba. Estaba clasificado como un Beta, pero de ser asi mi lobo no hubiera actuado de esta manera al verlo. Algún misterio escondía.
Mis intentos de acercarme fallaron, no le interesaba nada de lo que yo hacia, entre mas trataba de que me hablara mas me rechazaba y yo me estaba volviendo loco por su atención.
Irónicamente la única atención que deseaba era una que no tenia.
Pero parecía que este dia el universo y la madre luna me adoraban.
Estaba lloviendo demasiado, iba camino al estacionamiento, cuando un dulce olor a gardenias me llego, no pude evitar relamerme los labios y caminar hacia este, llegue a los baños y mire a Seokjin buscando algo en su mochila de manera desesperada. Cuando me observo parecía un pequeño cordero asustado.
Mi instinto de depredador se activo, mis pupilas se dilataron y el aroma se hiso mas fuerte.
—¿Joven Kim? —mi voz era mas grave de lo normal y casi lo dije gruñendo.
—Necesito irme.
Salió corriendo y escuche algo caer, mire el suelo encontrando un frasco de pastillas, al levantarlo me di cuenta que eran supresores, sabia que el lindo beta escondía algo.
Si alguien mas lo huele, podría ser malo, es mejor ir en su ayuda, soy un caballero después de todo. Como lo esperaba no llego muy lejos se sostenía de las escaleras afuera de la escuela, su cuerpo estaba empapado haciendo que la ropa se le pegara a su precioso cuerpo.
—¿Buscabas esto? —le mostré le frasco intento quitármelo de las manos, su bello rostro estaba algo rojo y el cabello se le pegaba a la frente —¿Por qué usarlos? Ahora hare que te sientas bien.
—No, por favor, solo dame el frasco.
—No —le tome el mentón y me acerque hasta quedar cerca de sus labios —ahora no luces tan amenazante mi lindo omega....
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