Presente
Mi primer día en los Angeles es una MIERDA

Estoy perdida.

Llegué a los Ángeles hace aproximadamente 3 horas y no encuentro la supuesta casa que va a ser mi hogar.

Este es un vecindario muy lujoso,lo sé porque estoy rodeada de mansiones, una cada vez más grande que la anterior; pero no logro encontrar la de mi mejor amigo Carlos y sus tres amigos.

En este preciso momento me encuentro parada en frente de una mansión,se ve bastante amplia como para hacer una fiesta de 500 personas, no me juzgues, no estoy exagerando, se lleva prácticamente una cuadra entera y su fachada tan medieval la hace ver un tanto tenebrosa.

Le di la misma dirección que Carlos me dió al taxista,calle París, mansión Leopolda;pero cuando estuvimos al frente de la supuesta mansión Leopolda, le di 10 dólares al taxista, me baje del carro y el siguió su camino, no lo hubiera dejado ir si hubiera sabido que esa no era la mansión Leopolda.

Toque el timbre de aquella mansión, esperando que me recibiera mi amigo Carlos, no me abrió nadie, lo cual se me hizo muy raro; ya que si no me recibía el, cualquiera de sus amigos pudiera haberlo hecho, pero nadie abría la bendita puerta.

Porque no había nadie en esa casa.

Media hora después de estar tocando el timbre como una loca un señor de mediana edad con el peló canoso se me acerco, debo admitir que esto me asustó ya que se dirigía hacia mi un hombre en una calle sola y de noche.

–Niña llevo rato viéndote desde mi ventana tocando el timbre de esa casa ¿estás perdida?

–No señor, estoy buscando a un amigo que vive en esta casa.

–Señorita en esta casa no vive nadie, ha estado abandonada por años.

–¿Esta no es la mansión Leopolda?-dije preocupada

–No señorita, está es la mansión Liar, la mansión Leopolda queda en la otra calle.

–Muchas gracias señor-dije con una gran sonrisa, si no fuese por este hombre quien sabe cuánto habría durado allí.

Mi error fue no preguntarle dónde exactamente quedaba la mansión Leopolda.

Y aquí estoy totalmente perdida en un país extraño que no conozco y de noche.

Por cierto me presento,me llamo Grace Justice y me mudé a los Ángeles porque obtuve una beca en Dream high School, la mejor secundaria de artes escénicas en los Estados Unidos y la verdad no podría estar más emocionada y más al saber que voy a vivir con mi mejor amigo.

Carlos obtuvo una firma con una importante discográfica aquí en los Angeles para formar una banda de pop con otros tres chicos. Cuando Carlos se enteró que obtuve la beca en Dream high School me ofreció vivir en su mansión con los otros tres integrantes de la banda.

No me emociona compartir casa con unos desconocidos.

Sin Carlos, mi vida sería completamente vacía,el ha estado conmigo en mis mejores y peores momentos, no hay nadie en este mundo que confíe más que el,de seguro el ni siquiera tiene idea de cuánto lo adoro.

No conozco a los amigos de Carlos ni siquiera se sus nombres, ojalá sean amigables, en mi ciudad natal Río de Janeiro no me costaba hacer amigos.

Pues no todos eran agradables

Llevo una hora caminando y no encuentro ni siquiera una persona,la calle París, ni mucho menos la mansión Leopolda.Estaba a punto de tocar el timbre a cualquier casa justo cuando un auto se estacionó justo a mi lado.

Creía que era una bendición, pero fue una desgracia.

–Creía que los indigentes no merodeaban a esta hora-dijo el conductor rubio de ese Lamborghini con una mirada que reflejaba asco.

–¿Que acabas de decir?-digo indignada mirando sus ojos verdes esmeraldas, literalmente estaba preparada para conseguir de dónde sea una piedra y lanzarla en su cabeza

No entendía mi cabeza solo repetía "¿cómo es posible este suceso?" o mejor dicho "¿como es posible que me encontrará un chico tan guapo en estas condiciones?" ¿tan mal me veía que ese chico me confundió con un indigente?

–Aparte de indigente, sorda-dijo con una voz cortante-¿No te han enseñado que por acá no se pide limosna?

–No soy una indigente, estoy perdida, ¿podrías decirme dónde queda la calle París?-dije ahorrando los insultos que tenía para ese imbécil ya que necesitaba encontrar la mansión.

–¿Estas buscando un cliente? No sabía que por acá aceptaban está clase de mujeres-dijo burlón.

Esto colmo mi paciencia.

–Me estás llamando prostituta?-dije alzando la voz.

–¿Eso es lo que eres no?-Su mirada reflejaba que se enorgullecía de lo que salía de su boca, saco algo de su billetera -Toma, aquí está tu pago del día, vete ya a tu cuchitril, no necesitamos gente por aquí como tú.

Extendí la mano pensando que era la dirección de la calle París, pero no, eran 5 dólares, este imbécil! ¿quien se cree?.

–¿Que? ¿Esperabas más? Mujercita de la calle-dijo riendose y sin más se largo, dejándome sola y furiosa.

¿Por qué tuve que quedarme en shock? Sería por qué nadie nunca me había tratado así, será porque soy una chica muy guapa.

Soy muy modesta jeje.

En mi antigua secundaria no sufría de bullying ni nada parecido es más en mi escuela era muy poco común ver ese tipo de cosas.

Bienvenida a la realidad.

Solo esperaba que los amigos de Carlos y mis futuros compañeros de casa no fueran así como ese rubio.