01 | Desastre.
01 | Desastre.
'Uraraka es transparente'.
Fue el primer pensamiento que, Tsuyu pudo leer al notar la presencia tan entusiasta de Ochako. Sus acciones eran tan impredecibles que le sorprendía la impulsividad que poseía la castaña.
Aquel cabello alborotado, la dejaba en total evidencia. Demostrándole a todos que, ella era la mera energía en persona. Dejando en claro a todos, lo exaltada qué es.
Sus ojos café te inundaban de calidez, su simple mirar despertaba; aquellos chocolates en su iris era una verdadera droga, cualquiera se volvía adicto a ellos.
Era como la cafeína. Y le asustaba el hecho de qué, sus simples pupilas pudiesen ser el motivo de muchos de sus insomnios.
Su piel era tan suave, que cualquiera que fuese capaz de tocarla; era simplemente afortunado de aquello. Mereciendo la envidia de todos.
No mentiría sobre las veces que deseó acariciarla, pero al instante sus pensamientos volvían a ser coherentes, alejando todas sus extrañas ambiciones.
Su figura tan delicada, similar a una muñeca de porcelana. Que en cualquier momento, podía ser rota, sólo por un simple tropiezo.
Muñeca de Porcelana; era la definición más coherente que podía tener sobre Uraraka, porque ella era frágil como el cristal, pero con una personalidad tan fuerte como el acero.
Ella era la contradicción en persona.
Y Asui estaba fascinada, con aquellos interminables y preciosos detalles que sentía que jamás sería capaz de terminar de describirlos.
Quería ser así, veía en la castaña un modelo a seguir. Le tenía tanta admiración tanto como mujer y como persona.
Porque sus ojos vagaban sobre su figura, admirando cada momento en los qué, ella dejaba salir su lado caritativo.
Ella mostraba una amabilidad tan poco superficial que daba miedo, le parecía verdaderamente irreal. Era como el producto de alguno de sus sueños perfectos.
Y temía que ella sólo fuese eso; una hipocresía. Una persona que vista una máscara sólo para recibir afecto tan necesario en esta cruda vida en la que sin cariño, nadie podría sobrevivir.
Poseía una bondad y una personalidad tan positiva que la convertía en un ser inhumano al portar tanta perfección.
Por lo que, al observar el momento en qué, desfiguró toda su personalidad y actitud, lo entendió.
No era una muñeca de porcelana, era una muñeca de vidrio.
Única en su especie, ya que, ella no podría utilizar la indiferencia o la dureza con una persona. Porque ella era tan impulsiva, pero tan consciente de sus acciones que convertía su impulsividad en astucia.
Astucia para no romperse; para no ser subida a los cielos y ser arrojada sin paracaídas.
Y no cabía de su asombro, en aquel escenario donde la castaña lloraba, dejando salir todo el caos formado en su interior. Era inevitable el no sentir compasión y lastima.
Pero, mientras ella trataba de desahogarse en silencio. Asui en silencio, sentía millones de sentimientos chocar en su interior.
Era la droga que tanto consumía al sentirse una acosadora; la que fácilmente se convirtió en un nudo en la garganta por la sorpresa que se estaba llevando.
Podía observar el maquillaje correrse por todo el rostro de la castaña, su postura perfecta se encorvó sin dudar, y cómo despegar su vista de aquellos ojos vidriosos. Esos cafés que eran tan amargos que, acababan con el positivo pensar de Tsuyu.
Era un escenario único; su modelo a seguir estaba siendo destrozada por sus propios problemas, abandonado su máscara de muñeca de porcelana. Tan frágil, pero que no siente absolutamente nada que la derribe.
Y era todo una mentira.
Porque cada mínima acción era capaz de derrumbar el castillo de naipes construido por Uraraka. Era algo que Tsuyu no podía comprender, el cómo una persona como ella no pudo darse cuenta del engaño realizado por Ochako.
Le irritaba que, el ser acosadora le había favorecido tanto y le había hecho descubrir cosas que, seguramente no necesitaba saber.
Pero, no estaba decepcionada. No estaba desilusionada por aquella persona que se ganó el lugar de 'modelo a seguir'.
Al contrario, le maravillaba la voluntad guerrera que una persona cristal pudiese poseer. Era algo digno de admirar, sin importar cuantas máscaras tuvo que admirar.
El hecho de conocer a la verdadera Uraraka Ochako era el mejor logro que podría obtener.
Por lo que, no le importó ser descubierta. Salió a caminar en su dirección, gozando de la lluvia que inundaba su cabellera y llenaba su alma de emoción.
Porque dejaría de ser una simple testigo, no sería un personaje secundario que sólo observa sin cometer acción y sólo apoya al principal.
Se apresuró, sabiendo que no tenía todo el tiempo del mundo. Que aquella persona que la había hecho derramar lágrimas vendría a tratar de arreglar las cosas.
Quiso ser egoísta, como la persona que era. Por lo que, se ocupó de quedar a sólo unos centímetros para luego colocar un paraguas sobre ella, cubriendo su cuerpo. Evitando que la lluvia siguiese golpeándola sin pensar en su propia salud.
— Te enfermaras.
Fue lo único que escapó de los labios de Asui. Quien trato de moderar su voz, haciendo que no sonase ni muy chillona, ni muy grave. En verdad quería hacer sentir cómoda y refugiada a Ochako.
No le gustaba ver a la gente llorar, a pesar de que eso signifique ser más fuerte. Limpiando su alma arrepentida con crudas lágrimas.
La castaña levantó su cabeza, chocando su iris café con aquellos ojos verdosos. Tsuyu titubeó un poco, los ojos vidriosos de Uraraka lograban darle una punzada en su sensible corazón.
Y quién diría que aquellos cafés pudiesen reflejar tanta tristeza, que ahogaba. Incluso peor que, la hostigadora lluvia que caía sobre el lugar.
Rápidamente, la castaña dirigió sus manos hacia sus ojos. Queriendo secar sus lágrimas, para evitar sufrir alguna burla o comentario inofensivo de aquella chica que se le resultaba tan conocida.
Sin embargo, su misión fue frustrada en el momento en qué, Asui posó su propia mano en la cabeza de Ochako. Acariciando con suma delicadeza sus cabellos, anhelando transmitir paz y tranquilidad.
No quería asustar a una persona que trataba de desahogarse en silencio; y una simple acosadora se cruzaba en su camino, irrumpiendo su momento de soledad, sólo por desear secar sus lágrimas.
Siendo ella misma, soltando las palabras de su boca; siendo impulsiva al igual que Ochako, pronunció aquello que desbordaba de su propio corazón.
— No llores— comenzó, siendo ya incapaz de callarse. Su inexperiencia con este tipo de casos era la que ahora estaba consolando a su manera, a una chica que no para de llorar.—, una preciosa muñeca tan frágil como tú, no merece llorar aquí sola en compañía de la lluvia.
Y la poca cordura que trató de mantener Ochako, fue fácilmente derribada con sólo unas sencillas palabras. El reino de la perfección cayó cuando nadie lo esperó, en las sombras.
En compañía de la lluvia, la consoló. E hizo que dejase salir todo aquello que la atormentaba con sonoros gritos que sólo hacían música en la tranquilidad del lugar.
Por qué Uraraka era un perfecto desastre en un mundo lleno de imperfecciones.
Y Asui era esa calma emocional, que recitaba palabras directas salidas de su corazón.
Juntas eran un imperfecto desastre.
El mundo necesita de la existencia de personas que arruinen esa paz; esas personas especiales que son capaz de hacer caos, con sólo unirlas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top