[14]-Nuevo gatito
Aclaro que esta segunda temporada de One shot se podrán publicar algunos lemons completos en Wattpad y el resto sin censura en Ao3.
╭═────═⌘═────═╮
One shot XIV: Nuevo gatito
╰═────═⌘═────═╯
"Ha pasado un año alrededor desde que adopte a... Bill."
La joven adolescente castaña de cabello largo achocolatado veía al minino dormir plácidamente en una camita de color negro con bordes dorados, muy suave de la tela y cómoda del relleno siendo plumas de ganso. Esa vez su madre le compro la almohada para evitar que siguiera durmiendo el animal en su habitación y en su cama. Podrá a haber aceptado al gato más odiaba que dejara huellitas por toda la casa y un poco de su pelaje rubio en los sillones y en el edredón.
Ella soltó un suspiro mientras terminaba la tarea de secundaria, estiro un poco sus brazos hacía arriba desperezándose del cansancio de estar haciendo la tarea de matemáticas y biología.
Se levantó de su asiento en la mesa del comedor y prosiguió a ir hacia la cocina para buscar alguna colación vespertina, aprovechando que sus padres no andaban cerca y que Dipper estaba en casa de Marco haciendo su proyecto de ciencias. Volvería hasta tarde casi a las 8 de la noche.
Era 30 de octubre y el cielo estaba retumbando por los truenos y las terribles nubes grises que se formaban cubriendo el vecindario.
Ella cogió del congelador una paleta Magnum sencilla y cerró la puerta antes de deshacerse la envoltura y darle una mordida al chocolate duro y delicioso. Puso una cara de felicidad antes de sentir el agarre fuerte de los brazos masculinos y apretarla contra un cuerpo marcado el cual emitía un ronroneo.
- - Dame o te cogeré. – Dando una lamida en su cuello.
"Cierto olvide que Bill no es un gato callejero normal"
Ladeo su rostro para encontrarse al rubio con una sonrisa maliciosa antes de darle un mordisco fuerte en la paleta helada, relamiéndose el chocolate y la crema dulce de vainilla, dejando que pequeños trozos se colaran dentro de la camisa de la castaña.
- - ¡Oh, no! – Apartando el rubio. – Es mi favorita.
- - Tranquila – Levantando la blusa y para ver que el chocolate aún no había tocado la tela, más aun se encontraba en el escote de su brasier. - ¿Puedo? – Dando una lamida al chocolate con su lengua rasposa.
- - Mmm... Bill... - Empujando el rostro del chico felino. – Duele tu lengua.
- - Ya casi termino. – Dejando limpio entre medio de su senos y el nacimiento. – Me gusta... ¿Es de chocolate de leche?
Mabel se acomodó la blusa y se apartó de él para caminar hacia la sala sentándose en el sofá, siendo seguida por el mayor que se acomodó a su lado.
- - Siento que no estás muy feliz, pequeña dueña. – Se recargo en sus muslos emitiendo un ronroneo. – Acaso mi gatita está enojada.
- - Mamá dijo que dejaste huellas en la encimera de la cocina y Dipper está molesto porque despedazaste su peluche de Umbreón de su colección de Pokemon. – Viendo al rubio que mantenía su orbe cerrado. – Estas siendo muy rebelde, Bill.
- - Bueno tú madre me cerró la puerta cuando salí a dar un paseo. – Comento antes de pensar un poco en su otra respuesta. – Y sobre el peluche... estaba feo y Pino me dio hierba gatuna pensando que me relajaría, pero ocurrieron otras cosas.
- - Escuche que le hiciste un hoyo y lo dejaste relleno de esa cosa.
- - Alguien me cerró la puerta y las ventanas en la noche – Mirando a Mabel con el ceño fruncido. – Y no me dejo dormir en su cama.
- - Tenía examen.
- - Escuche que hablaste por teléfono con un tal "Jeremy". - Se levantó acorralando la menor en el respaldo del sofá. – Tú eres mi gatita, no puedes aparearte más que conmigo.
- - Bill. – Empujando al chico haciendo que se cayera. – Confórmate con lo que tienes. – Señalando la almohada y el plato de comida. – Mis padres te consienten de más, Dipper limpia tu arenero, te dejo salir.... Sabiendo que puedes andar en el techo maullando y si no fuera poco te duermes en mi cama, literal no me dejas dormir porque abarcas mi cama en tu maldita forma semihumana.
"Oh sí, Bill no era un gato normal... es un maldito demonio que gusta de adquirir la apariencia de un gato doméstico"
- - Me gusta cuando estas agresiva. – Sonriendo. – Hace que me den ganas de cogerte. – Busco a tientas encima de las calcetas de la chica acariciando sus muslos antes de abrir sus short oscuros y tirar de ellos viendo que la adolescente cooperaba en levantar sus caderas para retirárselos. - ¿Puedo lamerte el coño?
- - Sabes que duele cada vez que lo haces. – Sonrojándose antes de darle una lamida a su paleta de vainilla. - ¿No puedes masturbarte?
- - Prefiero sentir la vagina de mi dulce gatita. – Acercándose a ella a lamer su paleta y mordiendo un poco más del helado. – Te gustara.
Proporciono una lamida junto con el helado de crema en su boca haciendo que se erizada completamente la piel de la chica. Mabel cubrió su boca con una mano antes de mirar un poco hacía el reloj de pared y ver que eran las 7 de la tarde, en unos minutos llegarían sus padres y si la encontraban en la sala con los pantaloncillos abajo en sus pies; con un rubio felino que aparentaba más de 27 y con orejas de gato y cola, lamiendo su coño en el sofá y ella comiendo golosinas hasta tarde. ¿Cómo diablos explicaría que el gato que tienen es un demonio y que ella perdió la virginidad el Halloween pasado? O sea ¿Cómo explicarle a sus padres puros y católicos? Aunque ella no oponía mucha resistencia cuando Bill se animaba en tener sexo con ella, cuando ellos no están o están dormidos al igual que su gemelo. Habían sido muy cuidadosos con el ruido.
- - Bill~ - La menor iba dejar caer la paleta a casi terminar, pero el felino lo atrapo terminando de comerse el helado sin dejar rastro alguno más que sus comisuras cubiertas de crema. Lo vio levantar su mirada y buscar los labios suyos para besarla tan suavemente en un beso profundo y apasionado.
Mabel escuchaba como el demonio se desabrochaba sus pantalones y buscaba en los bolsillos un preservativo de envoltura metálica, una rasgadura en el empaque tomo el anillo de látex y colocándoselo en su miembro erecto hasta llegar a la base de sus testículos. La castaña estaba segura que podía continuar con lo que hacía mientras se relajaba.
Bill recordaba mucho como Mabel le suplico que buscara condones o una pastilla del día siguiente, puesto que ella no podía estárselo pidiendo a su amiga Samantha después de que tuvo su primera vez, sabía que su padre trabajaba en una farmacia pero tomar mercancía podría delatarla a su mejor amiga.
El demonio aun recordaba cuando fue solo a la farmacia con el dinero en mano y con un abrigo que escondía su cola y sus orejas en un sombrero; pidiendo los condones de mejor calidad y que menos se rompieran con un pene que tenía leves púas en su tallo y glande. Aun recordaba el rostro del viejo y como probo con varias marcas evitando que se rompiera la protección, hasta encontrar la marca correcta.
Sin más pausas el felino mayor entro en ella en un movimiento rápido y sutil, entrando de completo en su interior sintiendo las paredes vaginales de la menor apretar su pene, intentando acomodarse a su tamaño.
- - Mmm... ahh... - Acaricio las orejas del rubio y su cabello corto, apretando los mechones y dejando que las embestidas lentas que salían de su interior y que entraban la estimularan sexualmente. Poco a poco a lo que va el resto de los meses se empezaba acostumbrar a él. – Bill... Bill...
- - ¡Ahg! – Abrazo la cintura delgada de la menor siendo preciso en sus golpeteos. No era la primera vez que tenían sexo en el sofá, le gustaba estar a solas en las tardes con su adorada dueña. – Quiero morderte. – Suplico en un jadeo profundo y masculino con tono seductor. – Quiero marcarte mi gatita, y cogerte deliciosamente. – Aumentando el golpeteo de sus empujes hasta escuchar un chasquido húmedo entre la lubricación de los genitales femeninos de la menor, cubriendo su miembro y provocando un roce entre su escroto y parte de sus testículos cuando subió por completo al cojín del sofá escuchando los chirridos de madera y el cambio de presión en la colchoneta.
- - No, no... lo hagas – Soltando un gemido agudo y dulce. – Mañana... m-mañana es... Halloween... ahhh –Apretando la camisa de su espalda al sentir la presión de su cuerpo. – Q-Quiero... p-pedir... dulces por última vez, antes de... entrar a prepa.
- - Mabel – Pronunciando su voz con excitación. – Pequeña gatita...
- - ¡BILL! – Soltó un grito al sentir sus embestidas fuertes y rápidas, siendo sujetada de sus piernas hasta elevarlas en los antebrazos del rubio. - Ahh, ahh, ahh, ahh...
De repente se escuchó un estruendo en el cielo provocando que las luces de la casa se apagaran quedando a oscuras. No había lluvia pero si truenos. Mabel atrajo al rubio abrazándolo por la impresión del sonido y el temor de los truenos. Bill encontró esto reconfortante ronroneando y aumentando su empuje a solo unas fuertes estocadas lentas y profundas.
Mabel movía sus caderas y gemía con fuerza, valiéndole si era escuchada o no por fuera de la casa. Disfrutaba de ser cogida duramente en el sofá y con el demonio rubio dándole placer entre promesas de deseo, que la motivaban a que la llevara inmediatamente a la habitación y lo hicieran sin tanta ropa.
- - Más fuerte Bill... más. – Jadeando con fuerza la menor. – Cógeme...
- - Mabel... - Gruñendo y mordiendo suavemente su cuello. – Ahh, ahh, ahh...
El sonido de sus jadeos y los gemidos de la chica eran su mayor deleite, sentía que llegaría el clímax al igual que su dueña antes de que él se detuviera en seco y sus orejas revolotearan. Un ruido fuerte se escuchó en el jardín y con ello las macetas favoritas de su madre. Mabel abrió los ojos del miedo; puesto que si algo del preciado jardín de su madre se arruinaba seria castigada y no nada más ella. Bill al igual que su dueña sabía las consecuencias y las reglas de su casa.
- - Carajo esta vez no fui yo. – Dijo el rubio deteniéndose y saliendo de la menor para pararse y acomodarse los pantalones, no sin antes retirarse el preservativo.
- - ¿Dónde las deje? – Dijo Mabel sonrojada buscando sus bragas y su short.
- - Iré a revisar.
- - ¡Aguarda ahí! – Lo detuvo la castaña tomándolo de la cola. – Deshecha eso en el bote de basura de mi cuarto.
- - Lo sé, ya iba hacerlo. – Dijo el rubio subiendo rápido a la habitación de la adolescente. - ¿Y con que lo cubro?
- - Tira la revista que compre, pero no la que viene el poster de Sev'ral Timez.
Mabel camino a paso doloroso y lento puesto que el demonio felino se pasó un poco de la mano con sus golpes en sus caderas. Abrió la puerta del ventanal para revisar afuera y encontrar las flores de su madre hecho literalmente "mierda".
- - Oh no, las petunias – Se acercó a recoger los pedazos de barro y la tierra. – Todavía siguen vivas.... Solo tengo que trasplantar.
Ella iba continuar hasta que vio a un metro un gato de pelaje azul celeste y patitas blancas como la nieve cubierto de sangre.
- - Oh Dios... pobrecito. – Mabel lo recogió en sus brazos y noto que tenía el ojo rasgado. - ¿Te caíste? ¿Te peleaste con otro gato?
Mabel lo examino y el gato abrió su ojito color azul Prusia con la pupila afilada; antes de emitir un maullido agudo de lamento y sentir sus ojos humedecerse casi llorando.
- - ¡Hey! – Mabel lo acuno en sus brazos intentando calmarlo. – Ya, ya, ya paso pequeño. – Acariciando su cabecita. – Shh... buen chico calmado.
El minino empezó poco a poco calmarse y acomodarse en sus brazos ronroneando.
- - Eso... haber que hacemos con estas heridas. – Lo llevo adentro de la casa antes de ver a Bill salir con el recogedor y la escoba.
- - ¡Es grave! – Dijo el rubio aterrado. – No quiero que me quiten mis lujos.
Bill dirigió su mirada en lo que traía la castaña en sus manos, viendo al felino azul ronronear y recibir las caricias de su "gatita".
- - Bill fueron las petunias pero solo hay que... - No termino de explicar antes de ver al rubio tomar de la cabeza al gato y lanzarlo lo más lejos del jardín. - ¡¿QUÉ HICISTE?!
La tomo de la mano empujándola adentro de la casa, no sin antes recoger las petunias, escarbar en la tierra y ponerlas en el macetero grande junto a las margaritas. Sacudiendo sus manos y entrando a la casa para lavarse las manos solo escuchaba a la castaña protestar.
- - ¡BILL! – Le hablo más fuerte. - ¿Por qué hiciste eso?
- - Eres mía y yo soy tuyo. – Dijo con molestia. – No recojas callejeros.
- - Era un gato herido.
- - No lo vi herido al desgraciado. – Cruzándose de brazos.
- - Te recuerdo que tú también eras callejero cuando te encontramos Dipper y yo en la cochera. – Acusándole con el dedo.
- - Y te agradezco mucho por darme alojo, pequeña gatita. – Lamiendo su mejilla. – Me amaste y me aceptaste tal y como soy.
- - Me violaste en la noche de Halloween.
- - Y disfrutamos esa noche y la semana siguiente y la siguiente... - Dijo el gato. – El mes de diciembre no... Pino no dejaba de molestar en entrar a tu habitación. – Comento. – Luego llego el pavo y perdí la dieta... me puse gordo por culpa del pavo.
- - Bill, tú no tratas así a los de tu especie. – Frunciendo el ceño. – Te la pasas vagando con ellos, incluso los invitas al techo a maullar y a comerte la lata de atún.
- - Ese no lo invitaría jamás. – Dijo molesto.
La luz regreso antes de que la castaña escuchara unos rasguños en la ventana antes de ver al mismo gato azulado con la carita triste y maullando.
- - Regreso – Iba a caminar hacia él, pero Bill se adelantó con una cubeta de agua y lo arrojo en el felino antes de patearlo como una pelota de futbol.- ¡BILL!
- - Condenado todavía se atreve.
- - Gato malo – Tomo un aspersor y le arrojo en la cara del rubio.
- - Sabes que no funciona así, Estrella fugaz.
De repente escucharon el sonido del carro y como se apagaba el motor. Bill no tardo en menos de tres segundos en transformarse y correr a su lugar. En cambio Mabel regreso a la mesa del comedor para sentarse y abrir el cuaderno de matemáticas.
La puerta se abrió y sus padres entraron con el mandado y los dulces que darían mañana.
- - Llegamos – Dijo el papá de Mabel.
- - ¡Bill! Adivina que te trajimos. – Canturreo la mamá antes de ver al minino con las orejas paradas y la cabeza ladeada. - ¡Mira!
Mostro un traje de calabaza con su gorrito el cual el felino solo emitió un sonido de "Gsss" como irritado.
- - "Es enserio, Caroline" – Pensó el felino al ver el ridículo traje Halloween. – "Ándate a lamer las pelotas a tú macho, yo no me lo pongo". – Estiro sus patitas y se hizo el desatendido.
- - Parece que no le gusta. – Dijo. –Alguien no acompañara a Mabel este Halloween y se quedara a comer croquetas Whiska.
- - "¡Esperen!", "Dejar a mi minina en Halloween sola", "¡ESO SI QUE NO!" – Menciono maullando antes de correr a brincar por el traje. – "DAMELO PENDEJA".
- - Vaya está feliz. – Dijo la madre de Mabel. – Querido trae la cámara.
- - Ahora sí estaremos completos para el traje de Mabel de reina calabaza. – Dijo su papá.
Unos ruidos se escucharon en la puerta antes de que el señor Pines abriera y encontrara en la puerta a un gato azulado maullando.
- - ¡A es él! – Dijo Mabel levantándose y yendo a recogerlo.
- - ¿Otro gato? – Dijo su papá. – Mabel.
- - Pero está herido.
Bill solo gruño e erizo su pelo puesto que el gato azulado se acomodó en los brazos de Mabel frotándose en su pecho.
- - No Bill, deja de gruñir. – Dijo la castaña molesta.
- - Aww es tan lindo – Acercándose a ver al minino. – Se parece mucho a Bill. – Dijo la mamá de Mabel. – Hasta tienen el ojo lastimado.
- - Deberíamos adoptarlo. – Dijo padre. – Bill se siente solo cuando no está Mabel a su alrededor.
Bill emitió más maullidos y gruñidos molestos pero recibió el aspersor de agua en la cara como forma de regaño.
- - No Bill, no le gruñas a tu amigo. – Dijo Caroline. – Bien como llamaremos a este.
El felino celeste maulló contento alzando su cuello y mostrando un corbatín con su nombre.
- - Se llama Will – Dijo Mabel.
- - Entonces es de alguien. – Dijo el señor Pines. – De seguro se perdió.
- - Bueno, alguien vendrá por él o publicaran afiches. – Tomando el minino la mamá. – Por mientras lo resguardaremos, si no formara parte de la familia.
- - ¡Sí! – Dijo contenta Mabel.
☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆
El gato había sido atendido muy bien por Mabel, ella se lo llevo para bañarlo siendo seguida por Bill pero le cerró la puerta en la cara. El felino rubio raspaba la puerta y maullaba antes de escuchar al gemelo de su hermana llegar con la mochila en el hombro.
- - "¡PINO, PINO, PINO!" – Maulló el gato jalando del pantalón al castaño.- "Mabel está a solas con un bastardo hijo de puta"
- - Bill gato malo – Tomo el aspersor y le tiro en la cara. – No muerdas mi pantalón.
- - "¡PINO HIJO DE TÚ CHINGADA MADRE!" "¡MABEL ESTA CON ÉL DESGRACIADO!" – Definitivamente rodaba por el suelo y maullaba como loco.
- - Diablos te volviste loco, gato estúpido. – Dijo el castaño. – Por cierto aléjate de mí Pikachu, sé que te lo quieres violar.
- - "A la única que me cojo es a Estrella fugaz" – Gruño el felino.
Mabel salió del baño con el felino en manos antes de toparse con su gemelo, el cual este se sorprendió.
- - ¿Otro? – Dijo Dipper. – A Bill le gusta la banana. – Dijo con burla el chico viendo el gato molesto.
- - Él es Will. – Dijo Mabel. – Lo encontramos herido en el patio y va estar un rato. – Acariciando las orejas del felino. – Mamá dijo que si nadie viene a reclamarlo, no los podremos quedar.
- - Mmm... mientras no viole mis peluches de colección.
- -¿Puedes cuidar a Bill un momento? – Dijo Mabel. – En lo que me cambio.
- - Sí, supongo. – Tomando al gato rubio.
- - "¡NOOO!" – Emitió gruñidos fuertes el gato.
- - ¡Vaya!, sí que esta tenso. – Dijo Dipper. – Odia a otros gatos.
Mabel se llevó a Will a su habitación antes de depositarlo en la cama y cerrar la puerta con llave. Aunque sabía que Bill no se atrevería a volver a su forma semi humana estando presente con su gemelo.
Tomo su pijama y su ropa interior antes de ver a Will recostado observándola con su carita de confusión. Mabel sonrió y prosiguió a secar al minino con la toalla escuchando un ronroneo de satisfacción.
- - ¿Te gusta? – Acariciando sus orejas. – Te pareces mucho a Bill.
Se sentó en la cama y empezó a colocarse sus bragas cuando el gato corrió y salto a su regazo. Mabel solo río como él se quedaba recostado estirando sus patitas y colocándose boca arriba.
- - Eres muy juguetón – Acariciando su barriguita. – Vamos déjame cambiarme.
Iba continuar pero el gato comenzó a lamer sus manos y empujarla, produciendo risas en la adolescente.
- - ¡Basta! Haces cosquillas jeje – Río la castaña recostándose en la mitad de su cama. – Will lames mucho.
Sin darse cuenta el minino jalo la toalla y se acercó a lamer los senos de la menor, escuchando un gemido dulce de la menor.
- - Oye no, eso no. – Cubriéndose viendo con extrañeza el gato. – Gato malo, eso no se hace.
Will agudizo su ojo bueno mirándola como una presa, su cola se movió un poco y tiro más fuerte de la toalla provocando que se abriera y Mabel cubriera su pecho desnudo.
- - ¡Hey! – Dijo sonrojada. - ¡¿Qué haces?!
El minino se acercó rápidamente y mordió sus muslos provocando que abriera un poco por el dolor antes de dar unas lamidas en el sexo de la adolescente.
- - Ahh... - Mabel gimió sensible ya que no era la primera vez que sucedía, muchas veces Bill le había hecho jugarretas cuando estaban sus padres o su hermano. Indicándole cuando en verdad estaba urgido el demonio en tener relaciones.
El gato celeste lamio su pequeña vagina rosada provocando roces que en un instante la hicieron humedecerse y emitir gemidos pequeños y suaves.
- - Ahh, ahh, ahhm... - Coloco una mano en la cabeza del minino intentando pararlo. – Will... no hagas eso... - Sentía la lengua rugosa y áspera del gato rozar sus genitales y parte de sus labios. Era adictivo y doloroso... tocaba su clítoris y adentraba su hocico hasta el canal de sus paredes vaginales. - Auuu... aah, ahh, ahh... - Acaricio el pelaje del minino imaginándose que era Bill. – Más... más...
Will aumento sus lamidas tan profundas antes de sentir en su lengua la lubricación de la chica soltando su orgasmo. Se detuvo y miro a la chica, se relamió su hocico y dirigió a lamerse su miembro hinchado. Estaba a punto de transformarse cuando de repente escucharon a unos golpes en la puerta de la habitación de la chica.
Mabel se levantó y se puso el camisón antes de abrir y ver a su hermano con el rostro arañado.
- - Toma al maldito. – Se lo entrego en sus manos antes de cerrar la puerta de un azotón.
Bill olfateo a Mabel y encontró algo que no le gusto, volteo a ver al felino celeste antes de saltar de sus brazos y pelearse con él.
- - ¡Para Bill! – Grito la castaña.
Ambos gatos luchaban antes de tirar al celeste contra la mesita de noche y arañarlo. Mabel iba alejarlo pero Bill se transformó en su versión semi humana apartando a la castaña.
- - ¡Hijo de puta! – Gruño molesto tronando sus nudillos. – Con ella no.
- - ¡Bill! – Cerrando la puerta con seguro. – Baja la voz... mis padres deben seguir despiertos están en la sala viendo la tele y Dipper de seguro en la computadora, pero no me asegura que traiga audífonos.
- - Mabel ese maldito malnacido no es un gato cualquiera. – Dijo Bill olfateando a la chica. – Dejaste que te tocara.
- - ¡No! – Dijo sonrojada.
- - Huelo tú miel. – Levantando el camisón y metiendo dos dedos en su intimidad para sacarlos y ver su flujo. – No, no, no.... Ahora si te pasaste de verga. – Dijo molesto el rubio para tomar al gato celeste del pellejo y abrir la ventana. – Te lanzara hasta la Patagonia.
- - ¡Bill, no! – Intentando detener al rubio.
- - Mabel no es un gato normal, en realidad es...
Will tomo su forma semi humana antes de caer encima de la pareja y abrazar a la castaña.
- - Mi amada dueña – Dijo el peli celeste con lágrimas en los ojos. – No dejes que el idiota me separe de ti.
- - ¿Qué...? – Quedándose con la boca abierta. – Oh no.
- - Oh sí, a eso me refería. – Dijo Bill con una venita sobresaliendo de su sien. – ES UN PUTO DEMONIO. – Empujando a Will lejos de Mabel. – ¡Suéltala es mía!
- - Huele delicioso incluso sabe deliciosa su miel. – Dijo Will abrazando a Mabel. – Quiero que sea mi dueña.
- - ¡No! – Abrazando a la castaña de la cintura. – Es mía, yo la reclame primero.
- - No tengo hogar.
- - Búscate otro.
- - Pero los padres de la chica me dieron su mano.
- - Oilo, jamás harían eso. – Dijo Bill. – Solo estoy esperando a que cumpla 18 para llevármela.
- - ¡Suéltenme! – Protesto la menor.
- - Yo iba aparearme con ella. – Corriendo el cinturón de su pantalón para desabrocharlo y bajarlo con todo y bóxer. – Está pidiendo por más.
- - ¿Qué? – Sonando iracundo. – Estás pendejo de seguro pedía por mí, somos pareja. – Desabrochándose el pantalón y bajándolo. – Le gusta que lo hagamos en la noche y en la tarde y los fines de semana.
- - No sabes complacer una dama. – Levantando el camisón de la castaña hasta su abdomen. – Ella requiere de caricias.
- - O sea que me dices que no la hago disfrutar.
- - ¡Esperen que hacen! – Sonrojándose al ver dos miembros erectos y con esas malditas púas miniatura.
- - A Estrella fugaz le gusta cuando nos apareamos – Atrajo a la chica de enfrente abriendo sus piernas y entrando de una sola estocada en su vagina. – ahh... ella le gusta cuando lo hacemos. – Embistiendo su vagina lentamente escuchando los gemidos suaves y levemente altos de la menor. – Somos uno en cuerpo y alma.
- - Bill... - Mabel se aferró a sus hombros recargando su cabeza en su pecho. – El condón... duele.
- - La señorita no lo disfruta – Dijo Will preocupado. – Deberías estimularla o ella sentirá dolor.
Se acercó a masajear los senos de la menor adentro de su camisón, tocando sus pechos redondos y levemente voluminosos por el crecimiento. Con sus dedos tiro de sus pezones y masajeo alrededor provocando suspiros en ella.
- - Una señorita se complace y se le proporciona caricias.
- - Eso lo sé idiota – Lamio el rostro de la menor con sumo cuidado provocando un sonrojo de color escarlata en ella. – Le doy atención a sus dulces mandarinas.
- - ¡Oye! – Se quejó la castaña.
- - Querida aun no son del tamaño de un durazno. – Lamiendo sus labios de forma seductora. – Pero cuando crezcan serán más apetitosos.
- - Solo hay que masajearlos y hacer que ellos crezcan. – Dijo Will con una voz profunda mientras restregaba su miembro contra el trasero redondo de la menor. – Darás leche a nuestros gatitos.
- - Quiero tener cachorros con ella, pero no me deja. – Dijo Bill. – Me obliga a usar ese maldito condón. – Aumentando las embestidas en las caderas de la menor. – Joder... quiero impregnarla.
- - Déjame probar de la minina. – Acariciando el trasero de la menor hasta introducir un dedo en el agujero estrecho de su ano. – Sino quiere cachorros, también se puede usar aquí cuando no queremos el fastidioso condón. – Empujo su miembro grueso y largo entre el anillo rosado de la pequeña provocando un grito que fue silenciada por el beso del rubio.
- - ¡Mmmhg! – Sentía el miembro de Will empujar en su trasero saliendo y entrando antes de dar una estocada completa y provocar un ahogado grito alto y doloroso.
- - ¡Ahg! – El peli azul disfruto de lo apretado de sus músculos anales rodear su pene y prensarlo al punto de provocan un roce exquisito con la poca lubricación que había. – Que minina más exquisita.
- - Ella es mía – Dijo Bill aumentando el empuje recostándola en su pecho. – Ahh... Mabel... Mabel... grrr... - Acariciando el clítoris de la menor y apretando su cadera.
- - Ahh... gatita – Dijo Will entre los empujones en su trasero, golpeando repetidas veces y provocando gritos que la chica tuvo que callar mordiéndose el labio.
- - Ah, ah, ah, ah.... – Sollozaba y gemía calladamente con una mano antes de sentir los dos miembros entrar y salir, uno en ritmo lento y profundo y el otro rápido y tocando de más su útero entre las caricias en su perla. – Por favor... p-pareeen
Ambos demonios perdidos en su lujuria cogían sin pudor a la menor, la mezcla lasciva de sus sexos chocar en repetidas ocasiones y el lubricante que emanaba la chica haciendo resbaladizas sus embestidas. Bill gruño y soltó un jadeo eyaculando en el interior de la adolescente llenándola de un líquido caliente en su útero. Will hizo lo mismo corriéndose y llenando el ano de la chica con su semen hasta salir y ver que salía de su agujero.
Más no detuvo a las dos bestias antes de levantarla del piso y llevarla a la cama para colocarse; Will atrás de la menor entrando en su vagina y a Bill con una sonrisa lasciva besando los labios de Mabel para acallar un grito más alto junto con un gemido cuando entro por el mismo lugar que Will, empujando su pene dentro de su vagina obligándola a estirarla al punto que ambos entraron de completo, provocando que salieran los restos del semen y el orgasmo anterior de la chica.
Bill sujeto los tobillos de la menor obligándola abrazar su torso y comenzar a empujar su pene rozando su glande con el del otro demonio y parte de su frenillo. Will sujeto con fuerza las muñecas de la chica, besando su cuello y lamiendo antes de moverse al igual que Bill, empujando a la castaña en sus caderas para que entrada y saliera sin romper el contacto o que sus miembros salieran por completo.
Mabel gemía con fuerza contra el beso y sentía el doloroso pero placentero de los miembros de ambos demonios. Un hilillo salía de su entrada de tono carmesí manchando las sabanas y parte de su flujo de sus glándulas lubricaban sus embestidas.
Los besos de Bill eran profundos y jugaban mucho con su lengua permitiéndole de momentos darle un respiro para continuar besándola y callando sus gritos y gemidos. Más sentía como Will lamía su cuello dejando suaves mordidas y besos al punto de excitarla escuchando sus jadeos y gruñidos gatunos.
Sus colas paseando y acariciando en roces en su trasero y muslos, sus orejas revoloteando y relajadas disfrutando del apareamiento. Ambos jadeaban mientras que ella intentaba en vano bajar la voz de sus gritos ahogados y levemente agudos.
Bill aumento sus estocadas junto con Will siendo rápidas y profundas, sus penes rozando y siendo aprisionados por las paredes vaginales de la menor. Las sabanas cubiertas de sangre, semen y fluidos vaginales. La habitación llena de suspiros y gemidos con el colchón resonando en cada instante. Mabel estaba tan embriagada del mismo placer que no supo en que momento lloraba y gemía extasiada valiéndole si era escuchada o no por su familia.
- - ¡BILL! ¡WILL! – Grito la menor sintiendo las bruscas penetraciones.
- - Grita Estrella fugaz. – Chasqueo los dedos Bill.
- - Grita pequeña gatita. – Chasqueando los dedos Will.
- - MALDITOS GATOS LUJURIOSOS – llorando y gimoteando al punto de obtener su orgasmo. - ¡AAAH!
Bill y Will la sujetaron antes de follarla de forma salvaje aprisionándola con sus cuerpos y empujando más sus caderas al punto de arremeterla con fuerza y fricción en su sexo. Una posición muy rara teniéndola en medio, similar a la posición de loto. Estaban a llegar y ambos demonios clavaron sus colmillos aun lado de su cuello siendo violentas sus embestidas.
Mabel sintió su cuerpo estremecer con fuerza con sus músculos entumecidos y soltando un grito alto. Su vientre se hincho y sintió su entrada desbordar por los lados del semen caliente de los dos demonios.
Ambos salieron quedándose recostados encima de ella y ronroneando de satisfacción mientras la acariciaban de forma posesiva.
Mabel quedo profundamente desmayada antes de que pudiera protestar, su vagina desbordaba mucha esencia de esos dos malditos demonios gatunos. Ella vio por ultimo una extraña calabaza pequeña que siempre tenía decoración de Halloween en su ventana. Su luz estaba encendida y no supo en que momento estaban en oscuras.
☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆*☆
El día de Halloween se encontraba la castaña arreglando sus últimos detalles de su vestido de reina de la calabaza. Mientras que Will y Bill iban con sus trajes de calabaza tropezando con las escaleras; aunque se veían gordos de tanto relleno que tenía el disfraz que les compro la señora Pines.
Sí, Will no se había salvado cuando la mujer llego a temprana hora del día con otro traje de la tienda de mascotas.
- - Te ves hermosa hija – Dijo la señora Pines. – Bill y Will se ven sumamente adorables.
- - Una foto – Dijo su padre antes de tomarles la fotografía.
Dipper bajo las escaleras vestido del rey calabaza abrazando a su gemela y tomando uno de los gatos. Antes de que sus padres le tomaran foto. Aunque Will no le agrado se cargado por el castaño masculino, envidiando mucho a Bill quien estaba cómodo en brazos de la chica.
Mabel camino junto con su hermano por su bolsa para recoger dulces, aunque caminaba cojeando de sus piernas y tratando de aminorar u ocultar su dolor en su entrepierna.
Will miraba a la menor antes de dirigirse al felino rubio.
- - Pensé que se le quitaría el dolor cuando la cure y le aplique el método anticonceptivo mientras dormía. – Dijo entre maullidos.
- - Sí, bueno... antes de que llegaras – Lamiendo su pata. – Yo cogí con ella en la tarde y... volví a cogérmela en la madrugada mientras dormías en la almohada, pero con condón.
- - ¡¿Qué?! – Gruñendo. – Pero tú no tienes poderes sanadores.
- - Lo sé. – Dijo entre maullidos. – Pero no voy a dejar que te la quedes, es mi pareja, ¡MIA!
- - No compartes nada.... Hermano.
- - Por cierto Will.
- - Mande – Viendo al felino.
- - Quítate de mí almohada – Empujando al felino celeste. – También es mío. – Mirándolo con su orbe ambarino. – Y el peluche de Umbreón es mío también.
- - Joder Bill, déjame algo. – Agachando la cabeza y maullando tristemente.
- - Puedes quedarte con el peluche de Pikachu – Dijo Bill. – Pino lo odia mucho.
- - Vaya, gracias.
- - Por cierto – Gruñendo. – Esta noche te quedas aquí.
- - ¿Por qué?
- - Mabel y yo cumplimos un año de conocernos. – Sonriendo. – Esta noche la calabaza estará encendida y nos aparearemos hasta que se apague.
- - Sabes que no se apaga cuando se termina la reunión del diablo. – Dijo Will entrecerrando su ojo.
- - Exacto – Maullo contento antes de ver a la chica salir de la cocina y llamarlos.
- -Bill – Llamo dulcemente la castaña antes de recibir al felino en sus brazos escuchando sus ronroneos.
- - Will – Hablo Dipper.
- - "Carajo" – Maulló Will decepcionado. – "Trabajare duro para conseguir su atención".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top