[13]-La llamada

ONE SHOT

[13]

La llamada

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Jueves 25 de octubre – 23:00

La castaña se encontraba sola el día de hoy en la cabaña de sus tíos abuelos, había escuchado en la escuela el rumor entre sus compañeros sobre un chico, que hizo "el juego de la llamada", saliendo ileso y regresando al instituto con una sonrisa de orgullo. Ahora ella se encontraba a punto de realizar ese juego peligroso.

- -Solo es curiosidad, es como los otros juegos. – Murmuro, teniendo en sus manos dos teléfonos. – Vamos Mabel, solo desvelaras el mito, solo es un juego.

[F]

Mabel y sus amigas se encontraban almorzando en la cafetería, cuando escucharon al chico relatar su historia. Muchos pensaron que solo era una tontería y una broma, otros decían que era un hablador de más que solo quería tener sus 5 minutos de fama. Pero él aseguraba haber hablado con un demonio.

Candy quien estaba en ese momento bebiendo su batido de fresa con plátano, se dirigió a las chicas para preguntarle.

- - Y si lo intentamos.

- - Estas loca ¿o qué? – Dijo Pacifica comiendo su ensalada de pollo. – No escuches a ese estúpido, sabes que Josh tiene el cerebro de una medusa.

- - No lo sé, solo sugería. – Menciono la azabache. - ¿Qué dicen? Cada quien en su casa.

- - Mis padres regresan en la noche, se interrumpiría el juego. – Dijo Grenda. – Necesita ser en una casa completamente sola.

- - Bueno entonces quedamos Mabel, yo y Pacifica.

- - Ah no, a mí no me metas en cosas del diablo Chiu. – Dijo la rubia. – Aun no me deshago de los malditos espíritus vengativos de mis antepasados. Con suerte el hermano de ella, me ha ayudado a sacar a unos cuantos y su tío me ha dado un talismán. – Viendo el pequeño objeto en forma de pirámide.

- - Bueno eso queda entre tú y yo amiga. – Dijo la chica.

- - Candy... - Mabel iba negarse pero la vio poner ojitos de cachorrito. – No sé el ritual y...

- - Vamos Mabel yo estaré sola en mi casa, mis padres les toca turno nocturno en el hospital.

- - Pero... mi hermano estará. – Encogiéndose de hombros. – A Dipper no le gustara nada de esto, prometimos nada raro mientras estuviéramos con nuestros tíos.

- - Rayos tienes razón.

- - Sería otro día. – Dijo ella.

- - Pero es la única vez que tus tíos estarán afuera. – Haciendo un mohín la azabache.

- - Vamos Candy, podemos hacerlo otro día.

- - Bien.

[F]

Pero para la suerte de Mabel fue que cuando llego del colegio con su hermano, a este lo vio subiendo las escaleras y tomando una mochila preparada. Ella lo interrogo y su hermano le respondió que había sido invitado a casa de Nico a jugar un nuevo videojuego de consola de Playstation y que estarían ahí Wirt, Tom y Marco. Por lo cual ya les había avisado a sus tíos de que se quedaría a dormir por esta noche.

Esa noche Mabel ceno el recalentado del espagueti que hizo ayer. Sus tíos habían salido esta semana de viaje para visitar a su hermano Shermy e ir al aniversario de sus padres. Cosa de familia y asuntos complicados, el tío Stan no estaba de humor pero el tío Ford dijo que lo apoyaría en todo momento.

Soos estaba de vacaciones fue con su novia Melody a visitar Portland, Wendy estaba ocupada con los exámenes de acceso a la universidad. Por lo que prácticamente su hermano y ella habían tenido la cabaña para sí solos.

La castaña estaba revisando su correo en la laptop que estaba en su cuarto, había terminado de hacer la pila de tarea que tenía pendiente, cuando de repente recibió el mensaje de su amiga Candy en el grupo de cuartetos súperduper amigas.

"Voy a hacer el juego está decidido, tendré en silencio el teléfono, no llamen en toda la noche." – Candy

Mabel vio su mensaje y la curiosidad le entro, tenía la cabaña para ella sola nadie la molestaría ni los vecinos, ni el repartidor de pizzas o las extrañas criaturas del bosque. Le mataba esa maldita curiosidad de saber si era cierto o no el juego de la llamada.

Tomo el teléfono y envió un mensaje texto idéntico al que envió su amiga.

"Yo también voy a jugarlo, mantendré en silencio el grupo, no llamen en toda la noche." Mabel

La castaña preparo todo para empezar a jugar "el juego de la llamada" fue a la habitación de su hermano menor y busco su viejo celular que cambio hace dos años. Era una suerte que había cambiado el chip de su número de teléfono, dejando el chip viejo y que ella mantuviera su antiguo número de celular. A veces le llamaba a su hermano desde su habitación cuando quería que le llevara galletas o su canasta de tejido que siempre olvidaba en la sala. Era como su Walkie-Talkie personal.

Tomo el celular y vio la hora eran alrededor de las 23:00, suficiente tiempo para elegir la habitación donde dejara el celular y realizara la llama, eligió la habitación del Tío Stan. Enfrente de las escaleras. Prendió la lámpara de noche colocando encima de una mesita el aparato y cerró la puerta de la habitación.

Se aseguró de cerrar todas las puertas de las demás habitación y poner seguro a la tienda y a la entrada principal. Esto era para evitar que alguien interrumpiera o entraran otros espíritus, según lo que había explicado el chico en la cafetería.

Mabel se dirigió a desván en la vieja habitación que antes compartía con Dipper, en su primer verano. Miro a su alrededor buscando un buen lugar para esconderse, pues lo necesitaría. Vio el viejo armario y lo abrió, utilizo toda su ropa y sus peluches que tenía amontonados entre zapatos y viejas revistas para crear un perfecto camuflaje.

Vistió un suéter color crema y una falda roja, se quitó los zapatos para no hacer ruido dejándose las calcetas negras de huellitas. Estaba lista para hacer la llamada cuando diera medianoche. Se posiciono en medio de la habitación y vio sobre su escritorio el reloj de corazón que marcaba que faltaban solo 10 minutos para la hora.

Tomo una respiración profunda y cerró la puerta antes de dar una mirada de reojo al reloj. Encendió la luz de la mesita de noche. Empezó a marcar el número del celular que coloco en la otra habitación. Aplasto el botón de llamada cuando dieron la medianoche. Espero tras varios tonos, mientras pensaba que era un juego estúpido y que a lo mejor Pacifica tuviera razón en lo que dijo.

De repente alguien tomo la llamada y empezó escuchar de la otra línea unos susurros entre otros sonidos extraños, una interferencia distorsionaba hizo que la llamada del celular fuera inestable, escuchándose una voz a lo lejos.

Dio un salto de susto al escuchar el sonido de un mueble pesado ir contra la madera, siendo arrastrado haciendo eco por la cabaña. Mabel se congelo y empezó a entrar en pánico.

[PV Mabel]

¡¿Qué estaba sucediendo?! Se supone que yo debería estar sola, acaso es un ladrón ¿quién se metió? o tal vez mi hermano regreso a casa. Posiblemente a Dipper se le olvido algo.

Entre en pánico pues el sonido de los muebles siendo arrastrados y la interferencia se hacía fuerte. Puse mi mano en el picaporte de la puerta y estaba a punto de girarla y abrirla. Pero algo me hizo detenerme al escuchar unas palabras en el auricular de mi teléfono.

- - H-H..ola – Llamo una voz aguda y risueña como la de un chico.

- - H-Hola – Tartamudeé algo nerviosa.

- - ¿Pareces nerviosa? – Hablo un poco más claro. – ¿Lo estás?

- - Sí. – No podía mentir, es lo que le había dicho su amiga Candy. Tenía que decir toda la verdad y en ningún momento mentir o podría irritar al demonio.

- - Vaya, pobre corderita inocente que me ha tocado. – Menciono tarareando una risa. – Es un gusto recibirte.

Mabel podía escuchar aun los muebles mover y las ventanas vibrar, pensó por un momento en el lío que se metió. Tal vez Pacifica tenía razón que era malo invocar al diablo en medianoche.

- - ¿Cuál es tu nombre cordero descarriado? – Pregunto.

- - Mi... ¿nombre? – Estaba insegura de decirlo, pero escuchaba los dedos del demonio golpear contra algo. Como de forma impaciente.

- - Sí, tú nombre ¿Cuál es?

- - M-Ma..bel.... Mabel – Dijo nerviosa.

- - ¡Mabel! Vaya es un nombre de anciana precioso. – Lanzando una leve carcajada. – Apuesto que eres una abuelita juvenil.

- - ¡No soy ni una abuelita! – Si algo odiaba es que le dijeran que su nombre era nombre de anciana.

- - Actúas como una, corderito. – Raspando sus uñas contra una suela de madera. - ¿Dime tú edad?

- - ...Quince. – Menciono la chica un poco más calmada, tratando de ignorar los sonidos de afuera.

- - Maravilloso, estas en la flor de la juventud. – Dijo. – Digna de cometer actos traviesos e ilícitos durante la noche.

- - ¿Quién eres tú? – Pregunte.

- - Este es el mundo de las pesadillas. – Menciono contento. – Y tú solo eres una corderita más del montón, que accedió a conectar en mi mundo con el tuyo. Pero pronto estarás muerta cuando termine de hablar contigo.

Esa última frase que dijo la dejo helada, se había metido en un problema grande.

- - Bueno, pero antes quiero saber un poco y tal vez reconsidere dejar tú vida en paz. – Soltando una risa. – Claro, si respondes a mis preguntas ¿Captas pequeña corderito? O tengo que explicarte.

- - Suena algo no justo. – Respondió ella mordiendo su pulgar del miedo que le invadía.

- - Nada es justo, como el hecho de que hayas llamado interrumpiendo aquí en nuestro mundo. – Sonando neutro en su voz sin perder su mismo timbre. – Eres algo traviesa corderita, me agrada tu valentía.

- - ¿Qué eres?

- - Un demonio. – Soltó otra risa floja. – Estas hablando con uno importante.

- - ¿Eres el demonio que respondes a todas las llamadas?

- - Hay varios... pero curiosamente andaba aburrido en el séptimo infierno. Es una grata sorpresa que tu hayas llamado, ¡felicitaciones! Me has sacado del aburrimiento, corderito. – Comento. - ¿Tú también estabas aburrida? ¿No es así?

- - Tuve curiosidad... - Mientras veía la ventana y la luz de la lámpara que dejo encendida.

- - ¿Curiosidad?.... eso es divertido, cuéntame más – Le ánimo. - ¿Qué te impulso hacerlo?

- - En la escuela escuche que si hacías esto... en medianoche o a las tres de la mañana, escucharías la voz del demonio.

- - ¿Y querías escucharme?

Mabel escucho como afuera se quebraba un vaso y seguían los muebles moviéndose y topándose con las paredes.

- - ¿Hay alguien más?

- - Solo yo, corderito. – Menciono. – No te entra la curiosidad de echar un vistazo.

- - Sí.

- - ¿Por qué no abres la puerta y miras? – Dijo. – Yo espero.

- - ¿Qué demonio eres? – Cambiando su pregunta.

- - ¿Qué demonio crees que soy? – Le cuestiono.

- - Uno fuerte.

- - Casi – Dijo – Tengo una gran fuerza, pero no tan fuerte como para dar pelea. Prefiero que otros lo hagan. Es entretenido mirar y analizar todas las posibilidades que tienen los humanos.

- - ¿Qué haces entonces?

- - Yo solo vigilo a los carneros.

- - ¿Carneros?

- - Humanos estúpidos como tú. – Riéndose. - ¿Entiendes?

- - No es bonito que ofendas a las personas.

- - Tampoco me agrada que hables como mojigata, corderita. – Golpeando con su uña el aparato. – Sigue adivinando, me has dicho que soy fuerte y te he respondido a lo equivalente. Pero no sabes quién soy.

- - Eres un demonio muy molesto.

- - Estas en lo correcto. – Dijo. – Soy un demonio muy molesto y caprichudo, que gusta compartir conocimiento y romperles la mente a los míseros carneros para conseguir lo que quieren. Su hambre en saber y obtener información no tiene límites. Son tan avariciosos que apenas tienen tiempo de verse a sí mismos. Pero descuida corderita, estoy aquí para juzgarlos y decidir el destino de sus almas.

- - Entonces eres un demonio ¿bueno?

- - Sí lo quieres ver de esa forma, con gusto aceptare ese término. – Dijo en tono orgulloso. – Pero nunca cambiare mis perspectivas, cordera. Solo soy justo y tomo la decisión más apropiada para que terminen con sus vidas o las continúen. Pero nada cambia.

- - Al menos intente.

- - Es bueno intentar y jugar el score de los riesgos.

- - Tal vez.

- - Recuerda que la valía de un hombre no se puede medir por una sola pregunta. Así que se me sincera. – Raspando sus garras contra una superficie.

- - Sí, tienes razón es bueno jugar con los scores. – Soltando un suspiro nervioso, casi mete la pata al dudar.

- - Dime corderita y se me sincera, ¿Pensar en el amor y en el matrimonio te molesta? – Pregunto la voz misteriosa. – Dime ¿te molesta el romance?

- - No, al contrario me encanta. – Se cubrió un momento su boca al sentir ese arrebato de impulso. – Digo... me gusta, y si es posible a lo mejor viva uno.

- - Interesante. – Comento. – Con que esa es tu respuesta.

Mabel vio su reflejo en el espejo de su habitación y una imagen grotesca de un torso sangrante sin extremidades y sin cabeza, le hizo retroceder causándole un susto ya que estaba su reflejo atrás de ella. Volteo mirando hacia atrás y no encontró nada.

- - Jajaja... ¿Qué viste?

- - ¿Eh?

- - Parece ser que una de mis criaturas torturadas te vio. – Dijo la voz. - ¿Dónde te encuentras, corderita?

Mabel es cuando se dio cuenta que era la señal cuando dejo de escuchar los muebles de afuera moverse y los extraños sonidos dejar un eco de silencio. Apretó el teléfono y fue el momento de decirle.

- - ¡Encuéntrame! – Dijo ella. – Búscame y tal vez... hablare más contigo.

- - Me agrada esa idea, corderita. – Sonando amenazante. – Sí te encuentro, te llevare arrastras del pellejo y te aplicare toda clase de torturas... una más en mi fila de carneros, caminando al inframundo.

No paro de meterme en líos, será mejor que me apresure. Apague la luz de la habitación y corrí a mi escondite; el armario. Utilice el camuflaje de ropa y cosas que apile para esconderme. Solo tenía que esperar a que pasara.

[PV normal]

Mabel escucho como abajo daban un portazo mientras escuchaba pasos pesados correr por toda la casa y empezar abrir y azotar puertas. Moviendo más muebles y rompiendo algunas cosas a su paso. Subió a una velocidad las escaleras siendo pasos muy notorios y escuchando sus garras raspar la pared de madera.

Sabía que estaba en el desván buscándola, ella estaba muerta de miedo. Se abrió la puerta de su habitación y ella cubrió su boca con sus manos y evito mantener la respiración unos minutos. El sudor frío de su rostro corría por los lados y su corazón aumentaba el ritmo cardiaco, dando fuertes golpes en su pecho. Sentía que se iría a desmayar muy pronto.

- - ¿Estás aquí escondida, corderita?

El sonido de su voz sonaba cerca de donde estaba escondida, Mabel cerró los ojos y apretó su celular contra su pecho. El demonio abrió la puerta del armario y comenzó a revisar. Ella abrió un ojo y visualizo una criatura alta; parecía un hombre con ropas elegantes de la época victoriana, atrás de su espalda con dos pares de alas muy grandes y negras en forma murciélago y otras más pequeñas de plumas blancas, como las palomas, su cabello era de color gris cenizo portaba dos cuernos enroscados de la punta hacia atrás y una serpiente en la mano izquierda se posaba con quietud; tanto sus manos como sus pies estaban cubiertas de una piel similar a las escamas de un dragón con garras afiladas. Una cola larga y puntiaguda que terminaba en forma de flecha algo felpuda da se mecía a los lados.

El demonio tenía la mirada nublada o eso es lo que pensaba, porque no reviso completamente el armario solo chasqueo la lengua en desaprobación y cerro el armario nuevamente.

- - Mabel – Le llamo. - ¿Estás aquí? – Lanzando un rugido bestial.

La chica solo espero que se fuera. Fueron los minutos más largos y terroríficos para ella. De repente sintió unas gotas húmedas caer en su rostro, se tocó sintiendo la viscosidad de ese líquido. Lo froto contra su pulgar e índice. Más gotas cayeron y ella levanto la mirada hacia arriba. Un montón de cuerpos colgados y destazados colgaban, lanzando quejidos y soltando lamentos, retorciéndose sobre su lugar y tirando sangre coagulada y pesada.

El olor a oxido lleno sus fosas nasales y el mareo la invadió, su cuerpo se helo por completo. Tenía ganas de gritar, pero recordó que el demonio seguía en su habitación.

Tenía que ser fuerte y evitar gritar, pero ver la escalofriante escena de los cuerpos abiertos y con sus órganos de fuera, era mucho para la chica. Una de las vísceras cayó sobre su regazo... el colón marrón secretando fluidos sanguinolentos y pus. Entre las heridas de los cuerpos, supuraban a través de los cortes más secreción amarillenta combinada con la sangre oscura.

Un pedazo de hígado golpeo su cabeza manchando su rostro. Sentía asco y repulsión, su cuerpo temblaba violentamente y estaba a punto de soltarse a llorar.

En ese momento escucho al demonio irse cerrando la puerta de la habitación. El chirrido de las escaleras anunciaba que bajaba y caminaba fuera del lugar. Espero unos minutos ahí... hasta que se levantó de inmediato y abrió con sumo cuidado la puerta del armario. Camino en medio de la habitación sin hacer ruido.

El sonido de una voz en el celular atrajo su atención, volviendo a escuchar esa voz risueña y serena.

- - Tú ganas... no te encontré. – Dijo fastidiado. – Cordera lista. – Soltando un bufido de enojo. – Pero la próxima vez que lo hagas, te encontrare y te destripare.

- - .... – Mabel decidió no decir nada.

- - Debo partir... mi tiempo se agotó, fue frustrante no encontrarte. – Dijo. – Astaroth, no lo olvides corderita.

- - Astaroth – Musito la chica.

- - No puedo dejar que te lleves recuerdos, al mundo real. Si intentas hacer algo en la vida real o viste algo que podría dar pistas a los demás, tendría problemas con mi juego. – Menciono. – je je, fue divertido que respondieras a mis preguntas, ¿Te divertiste?

- - No, tuve miedo. – Dijo ella ya no pudiendo contener las lágrimas.

- - Oh corderita, no te sientas mal de lo que ya eres. – Hizo un sonido pensativo. – Posiblemente... necesitas algo... más divertido.

- - No.

- - Eso lo decidirás tú.

- - ... - Mabel se limpiaba las lágrimas y se embarraba la sangre de su rostro, sacándole más gritos de susto.

- - Solo es temporal. – Comento burlón. – Adiós corderita.

Dicho esto colgó el teléfono escuchándose la línea desconectada. Mabel colgó también y cayó de rodillas al piso.

En ese momento Mabel escucho más ruidos afuera de su cuarto, escuchando unos pasos subir por las escaleras. Ella estaba temblando como una hoja y abrazándose a sí misma. No tenía tiempo para ocultarse. En cuanto se abrió la puerta ella grito y rompió en llanto.

La silueta de la persona que entro llevo rápidamente a encender el interruptor de luz, revelando a un sujeto de cabellera rubia dorada y vestimenta amarilla formal un poco desarreglada de su camisa y con el corbatín desatado.

- - Pero ¡¿Qué carajos?! – Hablo viendo a la pequeña encorvada y llorando de forma desgarradora. – Estrella fugaz ¿Qué demonios hiciste a la cabaña?

La chica levanto su mirada y vio al único demonio que se había ido de jerga a una fiesta privada en su dimensión por dos días seguidos mientras no estaban sus tíos. Se supone que deberia estar ahí para cuidarlos, pero él había hecho un trato con Dipper a cambio de que no los molestara por esta semana.

Mabel se levantó del piso y corrió abrazarlo con fuerza mientras lloraba enterrando su rostro en su camisa blanca.

- - ¡BILL!

- - Ese es mi maldito nombre, pero deja de llorar que me duelen los oídos. – Dijo el demonio de los sueños, tratando de apartarla. – Estrella fugaz me vas a sacar los pulmones.

- - ¡Estúpido tuerto oxigenado, no me dejes! – Se aferró a su saco amarillo canario.

- - Me voy dos días y causas un apocalipsis sin mí. – Soltando una risa. – Espera que vea esto los viejos.

- - Tenía miedo. – Hablo con una voz rasposa.

- - ¿Por qué estas cubierta de sangre? – Viendo a la chica más de cerca. - ¿Qué sucedió aquí? – Ahora estaba preocupado de que su símbolo importante del zodiaco, estuviera lastimado. – Estrella fugaz, ¿Quién te toco?

- - Hay cadáveres en mi armario.

- - ¿Cadáveres? – Mirando seriamente a la chica. – Okey, suelta las drogas y todo estará bien.

- - Bill te digo que hay cadáveres. – Señalo el armario.

Se acercó con la chica teniéndola a su lado y abrió la puerta de su armario para encontrar su ropa y sus cosas tiradas algo pisadas y manchadas de sangre fresca. El demonio la examino de pies a cabeza viendo su falda manchada y su rostro embarrado.

- - Dime que no te llego el periodo. – Entrecerrando su ojo.

- - Había cadáveres.

- - No hay nada aquí, pero tu falda te delata. – Dijo. – Descuida no le diré a Pino que te llego el monstruo sanguinolento creando la habitación de Silent Hill.

- - ¡Bill! ¡No tengo periodo! – Dijo molesta.

- - ¡EY... ESTAS EMBARAZADA! – Exclamo el rubio de sorpresa. – Esto es por obra del espíritu de Axolotl

- - Idiota como voy estar embarazada. – Dándole golpes. – Soy virgen baboso.

- - Entonces explica la sangre.

De repente una llamada entrante vino su celular, venia en el remitente "número desconocido" Mabel lo recogió y trago saliva nerviosamente. Bill la miraba con sospecha, quiso leer su mente pero algo bloqueaba su poder.

La castaña tomo una inhalación y exhalación, controlo sus lloriqueos y apretó el botón de contestar. Escucho la voz de ese demonio nuevamente.

- - Lo olvidaba – Entonando una voz profunda. – Tú recompensa...

- - No, no...

- - Vamos acéptala. – Dijo. – Te enviare una lista y elige sabiamente. Cuando tengas en mente lo que quieras, envía el mensaje. – Colgó la llamada.

Un tintineo y un mensaje llego, no tenía numero o remitente solo una vaga opción de palabras; acerca de futuro, el amor, riquezas, poder, conocimiento, salud, belleza, entre otras. Mabel vio la pantalla viendo las posibles opciones de recompensa.

- - ¿Qué estás haciendo? – Le pregunto Bill.

- - ....jugué a algo peligroso que comentaban en la escuela. – Dijo – Se llama "la llamada".

El demonio abrió grande su ojo viendo el teléfono en la mano y fue cuando entendió todo del porque su Estrella lloraba desconsoladamente y estaba manchada de sangre. Le dio una bofetada fuerte a la castaña, observando sus ojos avellana abrirse y empañarse en lágrimas.

- - ¿Por...? – No termino de reprocharle cuando sintió ser abrazada con fuerza por el rubio.

- - No vuelvas hacer tremenda idiotez. – Dijo en tono enfurecido. – Eres mía y de nadie más, ni un maldito demonio de tercera categoría vendrá y pondrá sus sucias manos en mis pertenencias.

- - Bill...

- - Mabel, vuelves a jugar ese maldito juego nuevamente y juro que te torturare y te arrancare la maldita lengua y los ojos. – Menciono fríamente. – Que si Astaroth no lo hizo, yo mismo lo hare personalmente, espero que hayas entendido... ¿entendiste Estrella fugaz?

La castaña asintió con la cabeza y sintió las lágrimas recorrer por sus mejillas. Aferrándose al abrazo de Bill, solo por esta noche quería olvidar esos feos recuerdos.

Salieron de la habitación y Mabel vio el terrible desastre en la cabaña, parecía como si hubiera pasado un huracán dentro y lanzara todo hasta destruir los muebles. Marcas de zarpazos y sangre de dudosa procedencia había en el piso. Bill le ayudo a restaurar todo nuevamente a su lugar, incluso a ella limpiándola. Claro cobrando su comisión en medio de un trato, el cual Mabel no le agradaba mucho pero termino aceptando.

- - ¿Debo usar esto? – Viendo una diadema que tenía dos antenas de bolitas saltarinas, que usaría a partir de mañana.

- - Todos los días del mes. – Dijo Bill con una sonrisa maliciosa.

- - Bien – Dijo molesta y lanzando un farfullo. Mientras terminaba de arreglarse para dormir.

- - ¿Qué elegiste? – Pregunto Bill, mientras miraba recargado en la pared a la chica.

- - ¿De qué?

- - No seas tonta, la recompensa. – Menciono con interés. – Astaroth paga muy bien.

- - ... - La chica se sonrojo antes de correr a su cama y taparse con las mantas.

- - Estrella fugaz. – Le llamo. – Dime ¿Qué pediste? – Se acercó a su cama a interrogarla picándola de las costillas. – Dime que pediste, saco de carne. – Subiéndose a hacerle cosquillas. – Dime...

La castaña solo se reía y tiro a Bill enseguida de su cama para abrazarlo y enterrarse en su pecho. Estaba feliz de que ese demonio egoísta y malhumorado que una vez quiso destruir su pueblo, haya venido a salvarla esta noche.

- - Mejor cuéntame cómo estuvo la fiesta. – Dijo ella.

- - No me cambies el tema. – Dijo el rubio. - ¿Qué pediste?

- - ¿Hubo karaoke? ¿Bailaste? ¿Los doritos bailan?

- - Mabel deja de cambiar el tema.

- - ¿Los doritos se emborrachan?

- - No, no se emborrachan.

- - Eres dorito

- - Eres una mocosa molesta, bien si no vas a decirme. – la beso suavemente juntando su frente con la de ella. – Que bueno que Pino se fue.

- - ¿Qué vas hacer? – Dijo nerviosa y con las mejillas rojas.

- - Quitarte esas pesadillas. – Menciono, retirándose el saco y quitándose algunas prendas.

Bill apago las luces y se subió encima de Mabel, lo cual iniciaron los besos y las caricias. La cama comenzó a moverse lentamente ante lo hacían y la habitación se cubrió solo del sonido de ambos. Encima del escritorio estaba el celular con la respuesta enviada. Lo cual sería un secreto para el demonio de los sueños.


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