[12]-El Bosque
ONE SHOT/PROTOTIPO
[12]
El Bosque
══════ஜ▲ஜ══════
Una tarde de otoño se encontraban explorando en el bosque de Salem un grupo de chicos híbridos conejos de aproximadamente 14 años de edad; Dipper, Mabel, Pacifica, Candy, Grenda y Gideon se encontraban caminando por el sendero rocoso de la arbolada rojiza y amarillenta de los árboles. El olor a cedro, teca y árboles de acacia roja y amarilla; adornaban perfectamente el páramo del lugar. Llevaban una canasta con alimentos y una manta para realizar su picnic.
El día de hoy los gemelos habían tenido permiso de salir del orfanato junto con sus amigos, aparte de que Mabel cumplía un mes sin enfermarse y sus amigos querían celebrar su recuperación.
Llegaron a un prado apartado del pueblo y de la residencia, todo estaba cubierto de hojas secas y amarillas entre mezcladas con el marrón y el rojo oscuro. Las chicas prepararon el lugar mientras que la castaña esperaba pacientemente, ya que Candy y Grenda le dijeron que no hiciera tanto esfuerzo.
Se sentaron todos en la manta y sacaron los sándwiches de mermelada de fresa y las galletas que hornearon las chicas, entre un jugo que mantenían enjarrado en un frasco. Bajo los cálidos rayos de sol disfrutaron de la tarde con risas y un conversación vaga y amena.
- - Hoy es la primera vez que Mabel sale de esa mala prisión llamada "habitación" – Comento el albino. – Es una suerte que ya no estés enferma.
- - El doctor Strange ha sido muy bueno conmigo. – Menciono ella con las mejillas sonrosadas. – Pero a veces odio las inyecciones que me pone en los brazos.
- - Es para tu bien hermanita. – Dando un mordisco a su emparedado. – Tienes suerte que la hermana Kate ponga un poco de dinero en tratamiento.
- - Mabel avísanos si te sientes fría o si te duele la cabeza. – Dijo Candy.
- - Descuida, hoy amanecí fuerte. – Dijo la castaña enfundando un puño.
Disfrutando de los bocadillos de la tarde terminaron tomando la siesta debajo de los árboles de acacia amarilla. Dipper y Gideon dormían acurrucados junto con Candy, mientras que Mabel, Grenda y Pacifica creaban coronas de flores y trenzas.
La conejita rubia solo miraba el adorno hecho un desastre mientras hacia su típico berrinche, lo cuando la castaña se acercó y empezó a explicarle paso a paso como se hacía.
- - Le quieres dar una a Dip-Dip – Dando un codazo a su amiga.
- - No. – Dijo con las mejillas ruborizadas.
- - Vamos serias una perfecta cuñada, seriamos familia. – Dijo contentan extendiendo sus brazos. –No estaríamos separadas.
- - Tal vez. – Musito.
- - Por cierto Grenda... ¿Por qué Wendy se enojó esta mañana con Kate? – Pregunto la castaña, recordando que la gata pelirroja se había quedado en casa a tomar el regaño de los seis.
- - No debes preocuparte por cosas como esas, la señora Kate está loca. – Menciono Pacifica. – Tantas reglas que pone ya la tienen atarantara.
Grenda vio a Mabel agachar sus orejas en señal de tristeza, tomo su mano y la apretó suavemente antes de responder.
- - Wendy estaba molesta porque casi no salías de casa. – Menciono. – Sabía que llevabas un mes sin enfermarte y supuso que un poco de aire fresco te caería bien. – Dijo. – Aparte Kate nos tiene encerrados todo el día, sin poder salir a que nos dé un cachito de sol.
- - Pero ustedes pueden salir. – Sonrió a medias, la castaña. – Yo no podía, aparte hoy vendría doctor Tad a visitarme para mi revisión clínica.
- - Mabel ¿Por qué quieres quedarte a que te apliquen inyecciones y te den más negativas para que no salgas? – Dijo molesta la rubia. – Ese estúpido zorro solo viene a sacar una excusa cuando quiere. – Se paró imitando al doctor. – Señorita Pines no puede salir porque se resfriara, anda muy baja de las defensas necesitas reposo. Si es posible nunca salga de cama.
Mabel y Grenda solo se rieron de su imitación antes de ver a los chicos levantarse junto con su amiga. Mientras peinaban su cabello y acicalaban sus orejas. El albino se lanzó a los brazos de la castaña frotándose contra ella.
- - Pastelito~ - Le llamo. – ¿Cómo te sientes para jugar?
- - ¡Gideon! Deja de ser lambiscón con Mabel. – Dijo la rubia separándolos. – Aparte tu peso la va aplastar.
- - Estoy bien, Paz. – Dijo la pequeña mientras se levantaba y sacudía su vestido. - ¿Qué jugamos?
- - Escondidas. – Dijo Candy.
- - No, a los encantados. – Menciono Grenda.
- - ¿Simón dice? – Dijo Pacifica.
- - Oh yo, que tal rueda. – Comento Gideon.
- - Suena bien. – Dijeron todos.
- - ¿Cuál de todos?
- - ¡Lobo! – Grito la azabache dando saltitos.
Pacifica tomo una servilleta que cubría las moras, utilizándola para vendar a la persona que sería el lobo. Dio varias vueltas para estirar el dedo. Señalo primero a Dipper, envolvieron la venda en sus ojos y crearon un círculo entonando una canción infantil.
Cuando terminaron de cantarla rompieron el círculo corriendo a los lados, Dipper tenía un buen olfato por lo que no tardo en atrapar a Candy ya que la tenía atrás de él. Cuando fue el turno de Candy atrapo a Gideon y este atrapo a Pacifica. Se divertían corriendo por el prado y riendo, pasaron el resto de la tarde jugando, cuando Grenda atrapo a Mabel llego su turno.
La castaña estaba nerviosa su amigo ato la venda y la dejaron dentro del círculo, comenzando a dar vueltas y entonar una canción.
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Me estoy poniendo los pantalones!
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Me estoy abrochando la camisa!
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Me estoy colocando el saco!
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Me estoy poniendo el abrigo!
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Me estoy colocando el sombrero!
Jugaremos en el bosque
Mientras el lobo no esta
Si el lobo aparece enteros nos comerá,
¿Qué estás haciendo lobo?
¡Estoy listo para comérmelos, corran!
Todos rompieron el círculo corriendo por varias partes, llamando a la castaña y atrayéndola con su voz. Mabel avanzaba a cada paso donde escuchaba las voces de sus amigos.
Lamentablemente ese día sus compañeros no se dieron cuenta de la presencia de una manada de lobo salvajes, que los acechaban desde hace unos minutos. Los habían capturado de uno en uno, rompiéndoles algunos el cuello y destazando sus cuerpos.
Los gritos eran ahogados por las garras de los feroces híbridos, que cortaban sus gargantas y partían su tráquea. Mabel movió sus orejas en estado de alerta, se volteó y dio un paso atrás resbalando por la inclinación de un risco cayendo de bruces contra las raíces de un árbol.
Ella se levantó avanzo más por el bosque con los ojos vendados buscando a sus amigos y a su hermano, su vestido rojo ondeándose bajo la brisa del viento fresco. Tocando con sus manos la madera rugosa de los árboles. Coloco una sonrisa de sus labios mientras movía sus brazos y se lanzaba a abrazar a la nada.
- - ¿Dónde están? – Llamo la pequeña. – Salgan.
Llamo sus nombres pero nada... no obtenía respuesta ni un sonido de sus voces.
En ese momento se encontraba rondando por el lugar un hombre lobo, viendo a la pequeña caminar por diferentes lados con los ojos vendados. La encontraba indefensa e inocente jugando a las atrapadas o eso pensaba, más la pequeña había caminado sin rumbo saliendo del límite del prado entrando a los dominios del lobo.
Se acercó detrás de ella siguiendo sus pasos de forma cautelosa, aspirando ese aroma dulzón y coqueto que emanaba de su pequeño cuerpo. Era una combinación a las flores de freesía y las moras silvestres, entre otro aroma que solo desprendían la hembras. La observo de pies a cabeza; cabello marrón brillante y achocolatado, largo y ondulado. Adornado con un lazo rojo. Dos orejas color crema, rosadas y felpudas sobresalían de sus mechones. Su piel era pálida como una muñequita de porcelana, se notaba el rubor rosado de sus mejillas y sus labios delicados como dos pétalos de rosa. Una figura delgada y frágil bajo un vestido de rojo con una blusa blanca por debajo, sus piernas cubiertas por medias negras térmicas y unos botines negros.
La chica soltaba risas de forma risueña y burbujeante, una voz agradable para el oído del lobo. Había atrapado anteriormente humanos, híbridos de conejos y gatos a todos los había devorado, sin darle la misericordia de vivir. Pero ella desprendía un interés en jugar y tenerla. Es un lobo y los lobos gustan de jugar con sus presas, antes de atacarlas a su gusto y decidir qué hacer con ellas.
La pequeña camino hasta él el cual solo retrocedía y la animaba a apurar su paso. Embozo una sonrisa canina de sus colmillos y movió su cola de un lado a otro con sus orejas alzadas. Su paso se cerró en un árbol de acacia roja, se movió a un lado y la vio chocar contra la madera del tronco. Viéndola fruncir su nariz bola e inflar sus mejillas. Se le hizo adorable su expresión.
- - Chicos, ¿Dónde están? – Menciono la chica tanteando los alrededores del árbol.
El lobo rubio se divertía y solo daba vueltas junto con ella, provocando que las hojas cayeran a su lado. Tan apetitosa la veía a la pequeña. Se detuvo un momento dejando que ella lo tocara de su cuerpo, sintiendo sus manos acariciar su pecho y parte de su torso.
- - ¡Te tengo! – Grito la chica abrazándolo, hasta que su mano rozo un pelaje suave. - ¿Dipper? ¿Gideon?
Ella se levantó la venda de los ojos observando al sujeto rubio de extraña mirada color miel en su ojo, tan inhumano y en ese tono amarillo resplandeciente que hacia resaltar su pupila afilada. Un parche de cuero cubría su otro ojo el izquierdo; portaba una camisa gris, un abrigo oscuro algo desgastado de las puntas de su cola, unos pantalones de vestir negro cenizo y zapatos levemente cubiertos de lodo. Él se acercó y la fue acorralando en un árbol, mientras mostraba sus orejas y cola. Normalmente los lobos no muestran su apariencia y son cuidadosos con sus presas, pero él quería enseñarle y jugar con esa inocente criatura.
- - ¿Jugando? – Pregunto en voz sutil y amable.
La pequeña retrocedió a pasos lentos mirando con temor al lobo, sus orejas se mantenían curvas y su mirada avellana se abría al verlo avanzar hacia ella.
- - ¿Qué hace una linda conejita en el bosque?
- - ... - Ella no quiso hablar su corazón latía con fuerza, sentía que se saldría en cualquier momento.
- - No te asustes y acercarte. – Le llamo en tono profundo. - ¿Estabas jugando? Ven no te hare daño. Yo también quiero participar.
Mabel vio al lobo olfateando un poco, tenía un aroma agradable muy masculino y dominante; olía al bosque y un poco de especie; amargo y picante. Percibía también el aroma a tabaco en él. Se acercó un poco cerrando sus ojos y parando sus orejas.
El rubio tenía su rostro enfrente de la chica, admirando sus facciones infantiles, mejillas coloreadas en tono carmín. En cuanto abrió sus ojos, pudo apreciarlos más de cerca; le gustaban esos ojos brillantes de color verdosos con café. La olfateo más oliendo más del aroma femenino, era una mujercita y en un punto dulce de su etapa de su juventud.
- - Eres muy linda. – Menciono.
La castaña se sonrojo por lo que dijo y sonrió tímidamente. El rubio pasó el dorso de su mano por sus pómulos tocando y acariciando con un dedo sus labios, para verla colocar un beso en su índice.
- - Escuche que los conejos besan. – Soltando una risita. - ¿Te atrae? – Señalando sus dedos.
Ella retrocedió de vergüenza mirando al rubio con pena por lo que hizo. Cada vez que ella se apartaba, él se acercaba y mantenían una distancia a unos centímetros.
- - ¿A dónde vas? – Pregunto. – ¿Acaso te incomodo?
Ella se movía del tronco de un árbol a otro siendo seguida por él. Cuando se juntaban nuevamente, la pequeña lanzo una risita nerviosa y una sonrisa coqueta. Al lobo le gustaba este pequeño juego, moviendo animadamente su cola y siempre colocándose en posición de atraparla.
La castaña corrió soltando una risa y deteniéndose de momentos por las esquinas de las ramas de los árboles esperándolo. El lobo la seguía rozaba sus brazos en un intento por tomarla. Ella daba una vuelta y retrocedía dando miradas tiernas. Sus mejillas arremolinadas de un rojo cereza y mordiendo su labio inferior. Eran una señal para el lobo incitándola a seguirla. Le gustaba ser perseguida y que el lobo la siguiera a cada parte del bosque.
La acorralaba, pegaba su cuerpo, daba roces contra sus manos y sus hombros, la pequeña daba besitos en sus nudillos distrayéndolo y luego.... Ella escapaba de sus brazos. Jugaron de esa manera por varios minutos. Hasta que los rayos del sol iban ocultándose entre las copas de los árboles y sus ramas.
Mabel respiraba agitada y con una sonrisa en sus labios cuando corrió entre la vereda del río. De repente escucho los gruñidos del lobo rubio y su misma respiración jadeosa y ronca, tan profunda que le erizaba su pelo. Fue en ese momento que dejaron de jugar y empezó una persecución de caza pero no de amenaza, sino una conocida por los de su especie.
"Continua en..."
La lectura fue censurada aquí, pero si quieren leer lo que sigue les dejo el link UwU
https://archiveofourown.org/works/26927209/chapters/65919085
Este one shot tiene fic propio, se encuentra en mi perfil de Ao3 bajo el seudonimo de DarkLunaci. Si quieren leerlo les dejo el link, son 13 capítulos explícitos y de tematica Omegaverse.
El nombre del fanfic es ❀El Bosque❀Mabill
https://archiveofourown.org/works/24068344/chapters/57923116
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top