Capitulo 3: Nolens Volens
John disfrutaba de los momentos en los que abría los ojos y se quedaba escuchando la respiración acompasada de su mujer, tendida a su lado, durmiendo. Imaginaba que las cosas no eran como en la realidad, que al día siguiente sonaría el despertador y tendrían que levantarse para ir a trabajar. O aún mejor, que podrían quedarse en la cama hasta muy tarde, porque era un día de fiesta...
Pero la verdad es que tenían que dormir con un ojo abierto y otro cerrado, siempre atentos a los centinelas, preparados para ponerse en movimiento a la menor señal de alarma...
Sin embargo, a John le encantaban esos pequeños momentos de aparente tranquilidad, en los que parecía que su vida no estaba rodeada de destrucción y guerra. Abrazaba a Kate con suavidad, para no despertarla, y cerraba los ojos intentando volver a conciliar el sueño... En un mundo de constante peligro, siempre tenías que aprovechar para dormir o comer cuando había oportunidad. De lo contrario, quién sabe cuando podrías volverlo a hacer...
John Connor soñaba a menudo con su madre. Otras veces soñaba con el exterminador (en sus sueños siempre era el mismo robot...) que le había salvado la vida antes de la guerra. Varias veces, había soñado con su padre.
A Kyle Reese le había conocido cuando tenía menos edad que él. Se habían convertido en grandes amigos. Luego le había mandado a una misión de la que sabía que no iba a regresar... Muchas veces, se sentía culpable por ello. Culpable por haber nacido, miserable por haber sobrevivido, obligado a seguir luchando, día a día... Quién sabe hasta cuándo.
Cuando le dió a Kyle la foto de su madre, sabía que le estaba condenando. Pero la forma en que el joven Reese miraba la imagen le convenció de que las cosas tenían que ser así...
"El destino no existe, sólo el que nosotros hacemos", le decía siempre a Kyle. Hasta que el joven guerrillero que había sido su padre en el pasado y su amigo en el presente se aprendió estas palabras y creyó en ellas, de todo corazón.
Cuando John averiguó que Skynet planeaba matar a su madre para que él no naciera nunca, intentó por todos los medios alejar a Kyle Reese de esa misión. Pero la casualidad hizo que Reese y su hermano estuviesen en el lugar adecuado y en el momento justo para intervenir. Kyle cogió la foto de Sarah Connor, la sostuvo ante sus ojos unos segundos y le dijo a John que debía ir él a la misión, que no le fallaría... Y John no se pudo negar. Nunca volvió a ver a Kyle, pero él nació...
Kate: ¿Crees que Kyle sabía lo que iba a pasar? - le preguntó una vez.
John suspiró, antes de contestar:
John: Si - dijo simplemente.
Las cosas pasan, aunque no queramos. Todo sigue rodando, por más que nos empeñemos en que el mundo y el tiempo se detengan. La arena de los relojes siempre cae...
Una vez se prometió a sí mismo que nunca sería padre hasta que la guerra hubiese terminado, la humanidad fuese libre y Skynet hubiese sido destruido... Pero las cosas siguen pasando, aunque no queramos... "El destino que nosotros hacemos"
Kate: Estoy embarazada, John - le miró a los ojos.
Él pareció sorprendido y aterrado a partes iguales. Pero no enfadado.
John: Ahora tengo otro motivo más para seguir luchando... - dijo al final, abrazando a su mujer.
Kate le apretó con fuerza, llorando. Una chispa de felicidad, de esperanza... Y de temor.
Pero era importante seguir adelante.
Para la Resistencia los nuevos nacimientos eran un reto y un triunfo. Eran la celebración de la supervivencia. Un canto a la vida en medio de la muerte. Los pequeños y escondidos refugios dónde los humanos seguían naciendo se conocían como Nidos. Prácticamente ningún miembro de la Resistencia conocía su emplazamiento exacto y los cambiaban de lugar con frecuencia, para evitar que los Exterminadores los encontrasen. Los mejores perros siempre se destacaban a los nidos. Y los que sabían dónde estaban, los protegían con su vida si era necesario. Porque en ellos estaban los hijos de la Resistencia. Las semillas del futuro...
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Antes de la guerra, Katherine Brewster había sido una buena veterinaria. Ahora, Kate Connor era una buena médica de campaña: Había curado todo tipo de heridas, operado de urgencia, cerrado heridas de miembros amputados y traído niños al mundo. Esto último era, con diferencia, lo que más le gustaba... Cada vez que le tendía un bebé a sus padres, sentía que merecía la pena seguir luchando. Ahora, era ella la que algún día daría a luz una próxima esperanza. "Mantente viva otro día más", ese era su primer pensamiento al abrir los ojos.
Cuando Kate dió a luz, John no pudo estar presente. Kate sostuvo entre sus brazos al hijo de ambos y lloró de felicidad y de tristeza al mismo tiempo. Esperaba de corazón que el niño, cuando creciera, no le echase en cara el haber sido traído a un mundo destruido y en constante lucha. Dos días después del nacimiento John pudo reunirse con ellos en el nido. Se esposa le tendió al niño dormido y John le cogió en sus brazos con suavidad.
Kate: Saluda a Kyle Connor - dijo, contemplando a sus dos hombres con orgullo.
John miró al niño y se puso a llorar sin poder evitarlo. Kyle, era un nombre perfecto.
Dos años después, Kate tuvo otro hijo al que llamaron Robert, en recuerdo al padre de ella. Ahora eran una pequeña familia y seguían luchando por ser libres algún día.
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(5-Agosto-2032)
John les hizo una seña a los que le acompañaban, para que se detuvieran.
Eran dos hombres y una mujer: Will, Ryan y Lib.
William había sido programador de videojuegos en el pasado. Tras la guerra se había convertido en uno de los mejores "re-progamadores" de la Resistencia. La mayoría de los T-800 que les ayudaban, habían pasado por las manos expertas de Will.
Ryan había sido marine durante un corto periodo antes de la guerra. Ahora se había convertido en un militar veterano a base de sobrevivir.
Liberty era uno de los primeros bebes que habían nacido en la Resistencia. Ahora apenas tenía 30 años y no había conocido otra cosa que el mundo en guerra. Había perdido a su madre muy joven, pero se había convertido en una excelente luchadora para hacer honor a su nombre.
John le hizo un gesto silencioso a Ryan. Este avanzó sigilosamente hasta desaparecer detrás de unos edificios derruidos. El resto esperaron atentos, completamente alerta ante los ruidos y movimientos a su alrededor. Finalmente Ryan regresó:
Ryan: No hay nada, John. Skynet ha abandonado la fábrica.
John: Has comprobado todo bien."S" podría haber dejado centinelas ocultos...
Ryan asintió
Ryan: "S" se ha llevado a todos sus muñecos con él.
John asintió, no del todo convencido. No había sobrevivido tantos años en guerra a base de ser descuidado.
John: Vale Will, escanea la zona. Comprobemos que "S" no ha dejado sorpresas en el pastel.
William sacó de su mochila los aparatos que utilizada como detectores. Eran tan fiables como los perros y algo más silenciosos para ir de patrullas. Mientras Will estaba a lo suyo, Lib se acercó a John.
Lib: Es la segunda fábrica que encontramos abandonada... ¿Crees que Skynet está replegándose?
John miró a su alrededor negando con la cabeza:
John: No sé, Lib... No creo que S piense que estamos ganando la guerra para huir con el rabo entre las piernas...
Will: Creo que es un cambio de estrategia - comentó , levantando los ojos brevemente de su trabajo.
Ryan le miró, sonriendo socarronamente. Will se encogió de hombros.
Will: Si, como en los juegos de guerra!... Ya sabéis. Los videojuegos de estrategia... Cuando tu enemigo ya conocía tu manera de jugar, tenías que cambiar de estrategia para sorprenderle.
John: Bueno, está claro - apoyó - que un enemigo predecible, es un enemigo más fácil de vencer...
Ryan: Venga John- se quejó , no resistiéndose a meter baza - eso eran juegos de computadoras...
Will: ¿Sabías que estudiábamos manuales tácticos reales para programar esos juegos, marine Ryan Moore? - Le interrumpió , sin dejar lo que estaba haciendo.
Ryan volvió a su sonrisa socarrona y no se molestó en contestar. John y Lib se miraron, encogiéndose de hombros.
Will: Está limpio, John - confirmó al cabo de un minuto.
John: De acuerdo, chicos. Echemos un vistazo, para ver si dejaron algo que nos pueda servir y volvamos a casa. Quiero cenar caliente...
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Una patrulla de cuatro hombres armados le detuvo a un kilómetro de las primeras ruinas. Les apuntaron a la cabeza, mientras averiguaban sus identidades.
Contaron su historia antes los ojos incrédulos de los hombres de la Resistencia, omitiendo algunas cosas, como que Sarah era una T-1000.
Sven y ella discutieron un par de veces sobre este particular durante su viaje a la ciudad, pero Pierre les había dado la clave cuando dijo que, si él fuese de la Resistencia, le volaría la cabeza a la muñeca sin preguntar, apenas supiese que era "una chatarra de esas".
Sarah: Creo que debemos decírselo a Connor directamente
Pierre: ¿Crees que porque le ha salvado la vida un robot un par de veces estará más dispuesto a fiarse de ti?- Soltó sonriendo.
Sarah le miró de reojo mientras contestaba.
Sarah: También te he salvado la vida a ti un par de veces, a pesar de ser "una chatarra de esas"...
Pierre dejó de sonreír un instante, antes de contestar con frialdad.
Pierre: Por eso sigues en funcionamiento, muñeca...
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Kate Brewster salió de la habitación que ocupaba su familia en la base de la Resistencia y se encaminó hacia un nivel superior. Le habían comunicado que una patrulla exterior había encontrado un grupo de seis supervivientes. Por lo visto, increíblemente, venían de Europa y alguno de ellos estaba herido. Una mujer embarazada venía con ellos. Sarah quería examinarlos antes de nada y comprobar que no tenían ninguna enfermedad peligrosa y que el niño estaba bien.
Kyle: Mamá - Le llamó su hijo a su espalda. Se volvió para mirar a su hijo de 28 años con una chispa de orgullo. El joven se había convertido en todo un luchador, como su padre y su abuelo.
Kyle: ¿Es verdad lo que dicen? ¿Qué han encontrado un grupo de supervivientes que viene de Europa?
Ella asintió
Kate: Por lo visto. Voy a recibirles. Viene con ellos una mujer embarazada... Quiero ver qué tal se encuentra.
Kyle: Pero Europa... ¿Han venido del otro lado del mar? ¿¡Cómo!...
Kate se encogió de hombros.
Kate: No lo sé hijo, es mejor que se lo preguntes a ellos...
Kyle y ella se encaminaron a la superficie.
Según terminó de subir la escalera, Kate supo que algo no iba bien. Los perros ladraban como locos alrededor del jeep que traía a los supervivientes. Sarah y Kyle actuaron sin pensar, echando mano a sus armas y corrieron hacia allí.
Y luego, todo pasó con rapidez: Uno de los perros dio un tirón a la correa y se soltó. Corrió un par zancadas hacia el Jeep y saltó hacia unos de sus ocupantes. La mujer extendió el brazo y el perro lo atrapó entre sus dientes con rabia. Pero el brazo pareció convertirse en mercurio entre las fauces, mientras con el brazo libre, la mujer empujaba brutalmente al perro, arrojándolo hacia una pared cercana. El perro gimió de dolor al golpearse y se quedó en el suelo, inmóvil. Mientras, el brazo de la mujer, que debería estar destrozado, se recompuso antes los aterrorizados ojos de todos, quedando como nuevo. A continuación, lo alzó junto al otro, en un claro gesto de rendición incondicional.
???: ¡Oh, merde!. - Murmuró uno de los supervivientes del jeep, moviendo la cabeza con fastidio.
???: ¡Es un T-1000!
Los vigilantes del refugio no tardaron en reaccionar, encañonando a "la mujer" que permanecía completamente inmóvil, con los brazos hacia arriba.
Kate: ¡Esperad! gritó , para detenerles. - ¡No disparéis!
Kyle, con el arma también preparada, miró hacia su madre.
Sven les gritaba en inglés, haciendo gestos hacia Sarah
Sarah: ¡Viene con nosotros! ¡Es de los nuestros!... ¡Nos ha ayudado a llegar aquí!
Frank y los otros, a excepción de Pierre que permanecía en completo mutismo, también gritaban que Sarah estaba con ellos y no era un enemigo.
Las miradas se volvieron hacia Kate.
Kyle: ¿Que hacemos, madre?
Ella guardó silencio un momento antes de responder:
Kate: ¡Llevadla abajo, a una celda segura! Vigiladla bien. Destinad a dos T-800 para hacerlo.
Cuando fueron a ponerle esposas, Kate dijo que no era necesario (ni útil).
Sarah: Ya habéis visto lo que pasó con el perro. No servirá de nada...
Se agachó junto al animal para examinarlo. Estaba bien, pero aterrado: Lloraba como un cachorro. La T-1000 podía haberle matado sin problemas, pero no lo hizo.
Cuando se llevaron a la prisionera, Kate se acercó al Jeep donde aún permanecían encañonados los prisioneros. Kate los miró detenidamente y luego se dirigió a Sven, que parecía ser el que llevaba la voz cantante
Kate: ¿Habláis todos inglés?
Sven asintió en silencio:
Kate: Bien - comentó - Siento lo de las armas, pero son necesarias... Es peligroso no tomar precauciones.
Sven: Ella... La T-1000... - Comenzó a decir , para terminar con la conclusión. - Sarah es una de los nuestros.
Kate se quedó helada
Kate: ¡¿Cómo la has llamado?
Sven miró hacia Kate, confuso
Sven: Sarah. Ella se llama Sarah...
Kate miró hacia las escaleras por dónde se la habían llevado, sintiendo un nudo en el estómago.
Cuando la vió con los brazos alzados, rindiéndose después de haberse defendido del perro, le había parecido que esa T-1000 le recordaba a alguien. Había visto esa cara en alguna parte, en una vieja fotografía que su marido había guardado con celo, hasta que se la había regalado a un amigo... Era una instantánea de hace muchos años, de antes de que John naciese. La mujer que aparecía en la fotografía era Sarah Connor, su madre...
(Continuará)
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