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—Debe de haber algo que se pueda hacer —Murmuro el topo mientras caminaba en círculos preocupado, a fin de cuentas a quien crió desde hace años estaba en peligro de muerte—. ¿Por qué fuiste sola con él? Sabías perfectamente que podria ser una trampa ¡Y al final lo fue! —Confrontó finalmente a la princesa.

La chica había estado callada desde aquel encuentro  siendo una razón su caso ataque de asfixia ligado al sentimiento de debilidad al haber sido responsable de lo ocurrido.

—...Eli habia insistido tanto de que era su amigo, que pensé, que podría entender por qué de repente lo quiere matar. Supongo que después de todo, aquel que conoció ya no está más —Habló finalmente, en su voz se sentía el pesar de la situación, cabe mencionar que su cuello de encontraba vendado pero por sus ropas no se notaba tanto.

—Lo lamento, no debí haberte dicho que te quería ver a solas, hubieramos hecho un plan o si quiera debatir si era posible o no y--

—Al contrario, por mi culpa se llevaron a Eli, será ejecutado a las 3 de la tarde, cuando las campanas suenen, frente a todo el pueblo le arrancaran la cabeza y aun no sabemos siquiera por qué —Interrumpio a su otra yo, frustrada por no poder hacer nada.

—Yo creo tener una idea —Katherine entro a la sala donde se encontraba el grupo, sacandolos de su burbuja. En su mano traía la tableta que le había prestado la lanzadora.

—¿Lograste descifrar el libro? —Preguntó el herrero, la peincesa alzo la vista hacia la de cabellos morados con alguna esperanza.

—Si, es una especie se diario —Indicó la científica con una sonrisa.

—¿Diario? ¿El diario de Tad? —Preguntó dudoso el rastreador.

—Dime que hay algo verdaderamente importante ahí o sólo hay anotaciones de niño malcriado —Hablo la Princesa cruzándose de brazos.

—De hecho, esas anotaciones de niño malcriado, tiene información que creo que te interesará —Informo la cientifica encendiendo el aparato.

"Querído diario, hoy conoci dos Shane, pero no sé cual me cae peor, el intruso o el que me rompio el corazón" —Pensó Trixie, siendo la unica que hasta el momento sabia ese dato, no se molesto en compartirlo con los demás.

—Hay algo que me hizo bastante ruido en la lectura, habla mucho de una clase de contrato —Indicó mientras releía por encima las páginas

—¿Contrato? —Repitió Kord, el mecánico

—¿Tiene de casualidad alguna relación con Sulfúru? —Preguntó el lanzador.

—Eso es lo más extraño, pero si. En resumidas cuentas, lo que buscan no es a Eli, sino a Burpy —Explicó la de cabellos morados, repasando la información—, según me conto su majestad respecto a su pasado, Eli trae en su espada no cualquier gema, sino la gema del sol, una piedra de desbordante energía que es lo más cercana a una relación equilibrante con los demás portadores de estas piedras, como tú Trix —Indicó señalando a la princesa—. Se dice que a partir de esta piedra surgieron las otras, cada una representando una de las habilidades o fortalezas del ave Phoenix, es decir, de Burpy.

—No lo entiendo ¿No hubiera ahorrado trabajo simplemente robando la espada? —Preguntó Pronto, el lanzador, ante la información dada.

—La gema ante sus nuevos dueños, deben de hacer un pacto de sangre con éste para asi brindarle a este su poder —Explicó la cientifica tras recordar que ellos no sabían bien el funcionamiento de mas leyes y tradiciones de sus tierras—, hasta que su portador no renuncie o muera la espada seguirá atada a este. Pero hay algo más curioso —agregó—, verán, según vi en libros de historia más antiguos, cuando Sulfúru aún caminaba con nosotros, fue derrocado por "la gracia del sol y desterrado a vivir en la oscuridad".

—Eso lo recuerdo, el origen de las gemas —Comentó Trixie mientras repasaba la historia en su mente antes de hablar—. Cuatro de cinco son vitales para nosotros, ya que antes de ser encerrados en las piedras fueron quienes equilibraron las tierras, las volvieron fértiles y permitieron la vida aquí.

—Pero ¿Cómo terminaron volviéndose gemas? —Preguntó Kord, mecánico.

—Brujas. Se dice que ellas anhelaban poder manipular a los espíritus, en un principio lograron su cometido pero--

—Al encerrarlos, su poder aniquilo a las involucradas, tiempo después los nobles las encontraron y reclamaron, crearon el contrato entre espíritu y mortal permitiendo así que quien gobierne pueda usar su magia para favor de ellos —Interrumpio la científica a la princesa terminando de relatar la historia.

—Aunque con el tiempo, las brujas restantes crearon imitaciones, Cumplen las mismas funciones pero son más mortales, como la gema de Tad —Añadió Trixie, princesa.

—Ehh, ¿me repites para qué Tad necesita a Eli y a Burpy? —Preguntó de vuelta el rastreador.

—Si matas a Burpy, resurgira de sus cenizas a costa de la energía vital de Eli. Si matas a Eli, Burpy queda sin dueño, si Sulfúru se vuelve el dueño de Burpy...

—No habrá quien lo frene —Habló el lanzador, analizando el golpe de información dado por ambad chicas.

—Eli no es tan fácil de matar, los espíritus evitan que muramos fácilmente. Burpy al ser un Phoenix, su protección hacia su dueño es bastante efectiva —Habló el herrero, creyendo imposible la pronta muerte del joven.

—Hay un defecto, los únicos modos de morir siendo protegido por un espiritu es por enfermedad, vejez o morir a manos de este —Confeso la princesa.

—¿¡Quieres decir que mataran a Eli usando a Burpy!? —Grito exaltado el topo por el nuevo dato, si antes estaba preocupado por el adolescente ahora lo estaba más.

—¿Eso es posible? —Preguntó el otro Pronto.

—Es una forma de rechazar su protección, básicamente, anular el contrato —Explicó.

—¿Hay algo que podamos hacer para ayudar? —Pregunto Eli.

—Diría que, en este punto, sería mejor que volvieran a su hogar... —Concluyó la princesa.

—¿Y dejarte todo esto a ti sola? Lo lamento pero, ese no es nuestro estilo.

—¡Aun estan a tiempo de regresar sin algún problema! Si nos vamos a enfrentar a Tad, no les podre garantizar de que vuelvan a su mundo —Preocupada, trato de razonar con el otro Eli.

—Tomaremos el riesgo ¿no es asi chicos? —El joven lider miró a sj equipo, quienes indicaron estar de su lado—. Además no me quedara la consiencia tranquila si permito que yo mismo muera a manos de Tad.

—En nuestro mundo pudimos derrotarlo, hacerlo otra vez no será problema —Agregó el mecánico

—Entonces ¿cuál es el plan?

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El joven simplemente se sentó en el marco de aquella ventana, su mirada estaba perdida, vacía, sin sentimiento alguno hacia su pueblo, sus tierras o a las personas que le servían. Llevó aquella flauta a sus labios y se dispuso a tocarla.

Aquella melodía era tranquila, lenta, pero también triste, su sonido te atrapaba en una nostalgia de la cual te costaría salir, unos recuerdos invadieron la mente del Blakk, aquello que le motivaba a hacer todo y más allá, era la simple mirada llena de energía que poseía el de ojos azules.

Le daba tanta rabia, la simple existencia de él le ponía de malas. No, no era tan simple como separar sus caminos, llevarlo lejos o hacerlo pasar sus días en una celda o pozo, no, simplemente saber de él lo agobiaba. Lo odiaba.

Siguió tocando, cual canción de cuna empezó a dormir y desechar esos recuerdos que tanto odiaba, le gustaba tocar aquella melodía, le relajaba. Pero también, le hacía recordar aquella época donde era realmente feliz, esos pequeños momentos donde no importaba nada, sólo estar ahí con esa persona.

Sabia perfectamente que estaba en un punto sin retorno alguno. Sólo quedaba continuar su plan. Dejó de tocar y soltó un suspiro, sabia que una parte de su corazón pedía a gritos que parara, que hasta sus razones eran ridículas, pero esa ridiculez le molestaba.

Guardo su flauta y se dispuso a ir donde su prisionero, la verdad no tenía nada que decirle, pero a su vez, deseaba tener una última conversación antes de ejecutarlo.

El Shane yacía inconsciente a un costado de la celda, sudando la fiebre que le había proporcionado la pelea anteriormente. Tad miraba entre las rejas al chico, apoyo su cabeza en uno de los tubos sin despegar su vista de ahí, verlo vulnerable, solo, desarmado y a tan solo unos dos a tres metros de distacia perdían al chico, no sentía lástima, enojo o algún tipo de compasión, simplemente no sabía qué sentía.

Flautista se poso en su hombro, pero sus movimientos no parecieron captar la atención de su dueño, quien no dejaba de ver al peliazul. Al final, no se atrevió a despertarlo, tampoco le tenía alguna palabra para decirle.

Pronto sería su ejecución.

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