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Aquel joven de ojos azules corría a como dieran sus piernas, debían llegar al territorio del reino vecino antes de que fuera demasiado tarde. Ya no sabía de quién estaba tratando, la ira e impotencia más el miedo invadían todo su cuerpo, no le quedaba otra opción más que correr de esas extrañas criaturas que le servían a quien creía que una vez más podía confiar.
Llegó a un callejón sin salida, una gran pared de roca le impedía correr más allá, escalar le podría salir caro. No le quedó otra más que buscar otra opción, por ahora sólo le quedaría luchar contra aquellas bestias.
Desenfundó su espada resplandeciente, sin temor la alzó y se preparó para pelear, las 3 criaturas lo rodearon, no podían volver sin él. El joven rápidamente los combatió, aquellos seres de inmediato contraatacaron. Una de ellas traía un hoz como arma, otra usaba dos largas cuchillas y la tercera usaba alguna clase de lanza y traía un cinto con botellas de diferentes colores, éste último no parecía ser muy listo.
Desviaba cada golpe que tratada de darle el de las dos cuchillas mientras a su vez esquivaba los ataques del de la hoz, el de la posición parecía hacer algo con aquellos frascos dándole mala espina, entre sus movimientos accidentalmente rompió el cinto de aquella criatura haciendo que tres botellas con líquidos de color naranja, azul y blanco se rompieran creando una nube de humo, sus químicos se juntaron generando que un pequeño vórtice se creara bajo los pies del guerrero quien inmediatamente fue absorbido por este, dejando de último a escuchar un grito.
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Eli caminaba en las afueras del refugio buscando despejar su mente, ya había transcurrido mas de una semana desde su cumpleaños, una semana desde que el hijo del Dr Blakk, Tad, había caído por aquel pozo que llevaba a las cavernas profundas.
Aunque logró detenerlo, su cabeza le decía que no fue exactamente lo correcto, una parte de él decía que debió haber otra forma para hacerlo entrar en razón y poder devolverlo al camino correcto, pero ya no había marcha atrás. Sus babosas notaban la mirada perdida del Shane en lo que avanzaba en el camino, fue Burpy quien tuvo que hacerlo reaccionar antes de que tropezara con una roca.
—Estoy bien, no se preocupen —Trato de tranquilizar el Shane— además, miren el lado bueno, tenemos un tiempo para nosotros ¿Qué les gustaría hacer? —Preguntó.
Antes de que las babosas pudieran proponer alguna idea, pudieron distinguir a la lejanía un sonido extraño, alguien que se cayó desde una gran altura pero su voz era extrañamente ¿Familiar? El Shane se apresuró a ir al lugar donde provino aquel grito, tomo su lanzadora sólo por precaución y se acercó cauteloso al sitio.
—Ay, mi cabeza —Se quejaba aquella persona.
—¿Pero qué diablos? —Exclamo Eli en voz baja, manteniéndose a margen para evitar que lo viera, se sorprendió al ver a esa segunda persona ¡Literalmente se veía como él!
Vestía unas ropas que le hacian notar que evidentemente no era de por ahí, o siquiera de la misma época. Aquella persona de idéntica apariencia se levanto a cuestas del suelo, aún no podía verle la cara, pero con tan sólo oir su voz ya logró hacerle creer que era algún otro yo. También notó que muy lejos de donde estaba esa persona había una gran espada con un mango muy curioso, llamativo.
—¿Dónde estoy? —Se preguntó a si mismo aquel doble, quien miraba curioso a sus alrededores— estas no son las afueras del reino definitivamente... —Murmuró.
—No te muevas —Amenazó Eli dándole la cara, no pensaba quedarse simplemente mirando esperando alguna reacción.
La otra persona sintió cómo le apuntaban con algo a sus espaldas, y aunque no determinaba bien qué era, no estaba armado como para confrontarlo directamente. Y si por si fuera poco, creyó escuchar su propia voz. El peliazul se limitó a levantar sus manos en señal de estar indefenso. Hubo una corta tensión entre ambos y no se animaban a hablar, sentían una extraña sensación con tan solo tenerse a unos dos metros de distancia.
—Date la vuelta —Ordeno Eli apuntandole con Burpy, el segundo peliazul lentamente acato la orden que le había dado, llevándose la sorpresa de su vida.
—¿Ah? ¿Pero qué....? —Alcanzo a murmurar el peliazul, evidentemente la persona que le amenazaba era como él, demasiado igual. Si pudiera decir una diferencia, es que aquel que le apuntaba con aquella extraña arma, además de sus ropas, no poseía la misma marca que él debajo de sus ojos. Ambos estaban notoriamente sorprendidos.
—¿Quien eres? —Se animo a preguntar Eli, ya dudando si seguirle amenazando.
—Soy Eli, un simple viajero, hijo de un caballero. Actualmente sirvo para la heredera al trono del reino de las 99 cavernas. —Se presento seguro de si.
—Es imposible... —Murmuró el lanzador.
—¿Y tú quién eres? —Devolvió la pregunta
—Eli Shane.
—¿Disculpa?
—¡Eres yo! Pero...
—¡Eso es imposible! Además ¿Dónde rayos estoy?
—En Bajoterra.
—¿Bajo... tierra?
Eli dejó de apuntarle con la lanzadora, no parecía ser una amenaza, además, tenía más preguntar que respuestas en ese momento.Ambos seguían mirándose con curiosidad.
—Yo... No estoy exactamente en mi hogar ¿Verdad? —Se limitó a decir el segundo Eli.
—Puede que no, más importante ¿Exactamente cómo llegaste aquí?
—¡Casi lo olvido! ¡Tengo que huir de esas cosas!
—¿Qué cosas?
Oyeron como 3 voces más se acercaban a donde estaban, rápidamente el extranjero tomó su espada y de un tirón se llevó al Eli de ese mundo (si se podría decir) corriendo lejos de ese lugar
—¿Qué está pasando?
—¡Si supiera, te lo diría!
Se escondieron detrás de unos arbustos, el extranjero parecía estar atento y por lo que dedujo Eli, lo estaban siguiendo.
—¿Quieres por lo menos tratar de explicarme la situación?
—Mira, no sé dónde estoy, sólo sé que llegué aquí a través de un portal luego de intentar de huir de esas cosas. Ni yo sé que es este lugar y que son esas cosas o esas armas que usas —Trato de resumir lo que sabía el Eli extranjero—. Lo único que sé es que, uno: no estoy, al parecer en "mi mundo", si podemos llamarlo asi, y dos: no deben de capturarme.
—¿Mundo? Ok, creo entender, pero ¿Exactamente de qué cosas huyes?
—De eso ¡Agachate!
Ni bien bajaron más la cabeza y silenciaron su conversación, Eli aprovecho para asomarse para tratar de ver las "cosas" de las que hablaba quien parecía ser su otro "yo". Lo que vió no lo podía creer ¡Eran como los flagelo! Pero había algo en ellos que les hacía diferente. No sabía explicar.
Pero ahora entendía el temor de su otro yo. No sabía cuál era exactamente la situación, pero si decía que ellos eran los malos le iba a creer.
—No lo entiendo ¿Por qué te quieren a ti?
—Digamos que una charla entre amigos no salió exactamente como esperaba y ahora quiere matarme —Resumió el de ojos azules.
—Claro, super normal.
—Ahora, fuera de eso, déjame decirte que estoy impresionado, quiero decir jamás pensé en la existencia de otros mundos.
—La verdad, yo tampoco, se siente raro verme a mi mismo a mi lado y con diferentes ropas.
—Si, es raro —Compartió opinión el otro Eli, volvió a asomarse para verificar el lugar, pero en lo que lo hizo una explosión causada por una de las pociones de aquella criatura que estalló casi al lado de donde estaban les advirtió sobre su posición—. ¡Rayos! ¡Nos encontraron!
Ambos salieron de su escondite y decidieron confrontar a las criaturas, aunque el Eli lanzador no sabía en qué se estaba metiendo, no podía permitir que su otro yo peleara solo.
Las criaturas se miraron entre ellas confundidas, una de ellas pareció ordenarles que pelearan igual, que se llevaran cualquiera.
—¿Me dices qué hace esa cosa? —Pregunto el Eli extranjero señalando con la mirada la lanzadora de su otro yo.
—Mejor te muestro ¡Burpy, ya sabes que hacer!
Dicho eso lanzó a su confiable infierno quien al transformarse le lanzó unas bolas de fuego hacia las bestias quienes se asustaron y dispersaron antes de salir malheridos de ahí. El otro Eli miró con asombro como aquel pequeño animalito ¿Burpy se llamaba? Lograr transformarse a algo poderoso.
—¡Eso es genial! —Grito de emoción el ver como la criatura envuelta en fuego volvia con su dueño ya más pequeño.
—¿Y tú? ¿Qué puedes hacer? —Preguntó Eli lanzador, su otro yo sonrió de lado.
—Algo igual de genial.
Una de las criaturas, la de las dos cuchillas, se abalanzó contra ambos Eli, el peliazul apuntó con su lanzadora, pero antes de que pudiera hacer algo, la gena incrustada en la espada de su otro yo se iluminó y el chico, en una maniobra logró aventar a la criatura lejos de ahí dejando a su paso una flama tan ardiente como las de la babosa infierno. Antes de las otras dos criaturas sobrantes hicieran algún movimiento el chico blandió su espada y con la punta de esta cerca del suelo creó una pared de fuego, impresionando al yo de ese mundo y alejando a las otras dos criaturas.
—Wow.
—¡Es nuestra oportunidad! ¡Debemos escapar! ¡Me quieren a mí, no a ti!
Una vez dicho se dispusieron a correr lejos de ahí, pero uno no tuvo mucha suerte.
Al que habían aventado lejos de ahí, con una resortera lanzó un pequeño frasco el cual golpeó la cabeza del lanzador, al romperse liberó un pequeño humo que puso a dormir casi al instante al protector, quien cayó al suelo inconsciente. Burpy inmediatamente llamó la atención del otro Eli quien al escuchar sus chillidos pego la vuelta pero ya era demasiado tarde, se había alejado demasiado de su otro yo y las criaturas ya habían tomado al lanzador, rápidamente Burpy trató de ganar tiempo lanzandoles fuego a sus pies pero no parecía hacerles efecto, una de las criaturas pateó a la pequeña infierno para alejarlo de ellos, el de los frascos con pociones aventó al suelo uno especial de color morado y en una neblina de humo desaparecieron.
—Esto es malo. Muy pero muy malo —Exclamo el Eli extranjero, todo iba de mal en peor.
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Hasta que pude empezar a publicar jsjsj
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