Capítulo 35 - Iniciativa
Ya era de madrugada, una muy intensa por culpa de una especie de insomnio colectivo; los tres reyes seguían más que coléricos, no era solo porque tuvieron que esperar hasta esa hora para interrogar a Yi Hen, sino que habían perdido a siete de sus mejores cultivadores.
Conversaron sobre lo antes sucedido y era cada vez más increíble, Tian LiuYun era el más reacio a creer sobre la traición, no le interesaba tanto la relación con su sobrino, más bien le indignaba que Yi Hen se dedicara a matar soldados. No podía dar crédito a algo así, ese hombre siempre fue tan dedicado, esforzándose hasta criar verdaderas ojeras en sus ojos, ¿por qué él? Bueno, no quería dar vueltas sin sentido, si sus hermanos estaban de acuerdo en encerrarlo, entonces tenía que aceptar.
Otro asunto a discutir era Feng Baoshi, ese joven siempre era leal a sus tíos y padre, en tiempos difíciles, fue el primero en apoyar y pelear, ¿de verdad alguien como él ayudaría a un traidor? ¿Podía él abandonar la confianza de su propia sangre por alguien así? ¿Por ese hombre que ni siquiera tenía un hogar? Casi al final de la charla llegó Guang Jin, quien comunicó lo que había realizado todo ese rato y en dónde dejó a Yi Hen. De esta manera y después de una charla muy extensa, todos los ancianos fueron convencidos por Guang Jin; según sus palabras, los demonios ya no regresarían, ya todo había pasado y no había de qué preocuparse. Podrían volver a su hermoso palacio, o incluso mejor, a sus propios reinos para comenzar los cambios del mapa y la unión del territorio.
Mientras, Feng Baoshi sabía que todo eso estaba muy alejado de la realidad.
Incluso si el trabajo de esa noche había terminado para los ancianos, él aún tenía mucho por hacer.
Era probable que Yue Hua siguiera en la zona del bosque o cerca del pabellón de Yi Hen, además, de seguro estaría confundido por la repentina desaparición de sus compañeros de patrulla.
Por suerte, el demonio estaba allí, justo en la entrada al bosque, como si los hubiera estado esperando durante toda la noche.
—¡Príncipe Feng! ¿Qué pasó? No logré encontrar al hombre de la capa negra y ustedes ni siquiera estaban en la habitación de Yi Hen —exclamó preocupado.
—¿Fuiste a buscarnos hasta allí? ¿No había alguien más?
Era solo una pregunta retórica, de seguro Guang Jin ya se habría encargado de limpiar y retirar al soldado asesinado, y quien sabe qué cosa habría hecho ya.
—Lo hice, ¿por qué preguntas?
—Por tu reacción, no había nada, ¿verdad?
—¿Debía haber algo? Si ustedes dos dejaron algo, no lo vi.
Sin dar más rodeos, Feng Baoshi contó todo lo sucedido con anterioridad; desde que llegó Guang Jin a la habitación, hasta este justo momento, Yue Hua quedó congelado en el lugar e incrédulo.
—¿Qué cosa...? ¿Yi Hen está bien?—murmuró.
—Estará mejor, ordené que llevaran medicinas y dejarán que trate sus heridas. No le harán daño por ahora, pero quiero sacarlo de ahí cuanto antes.
—Te llevaré de inmediato a ver a mi hermano. Feng Baoshi, sin dudas lo sacaremos de allí, ¿está bien?
—Nadie debe ver tu portal o estaremos en serios problemas.
—No te preocupes, si alguien nos persiguiera ahora mismo, me daría cuenta. No diré que no hay gente habilidosa aquí, sin embargo, el 90 % de esta academia no logrará ocultar su base de cultivo conmigo.
Qué eficiente, Feng Baoshi hasta quería a un demonio para que cuidara su puerta de ahora en adelante, «no, no, mejor no tener uno justo en la puerta».
—De acuerdo —aceptó sin réplicas—, entonces vamos a donde tú digas, te seguiré.
Era peligroso hacer cualquier cosa cerca de la academia ahora mismo, Yue Hua lo dirigió hacia el bosque, lugar en donde seguro nadie los vería debido al miedo latente de ser atacados por el asesino de soldados.
Habiendo llegado al lugar, Yue Hua observó en la oscuridad.
—Es aquí.
Allí, muy escondida, había una pequeña cueva, era tan pequeña como una grieta, apenas cuando se acercaron se pudo apreciar que era bastante profunda.
Dentro y luego de pasar por varios recovecos, encontraron el lugar donde You YuMo meditaba con anterioridad; era la primera vez que Feng Baoshi lo veía en persona.
De inmediato, Yue Hua abrió un portal e ingresaron por el corto pasillo, llegando de una vez al el sótano de Yue Jin.
Ni bien salieron de allí se encontraron a Wu ShuangJue sentado en una silla, se veía como si los hubiera estado esperando por un buen rato.
—¿Wu ShuangJue? ¿Está todo bien? —preguntó Yue Hua.
La oreja de Wu ShuangJue parecía haberse parado como la de un perro y corrió hacia él.
—¡Yue Hua! ¡Estoy muriendo!
—¡¿Qué cosa?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Dónde te duele?! ¡¿Cómo es que te estás muriendo?! —El demonio palpó las mejillas del joven, luego tocó sus hombros, cintura y hombros nuevamente—. ¿Dónde estás herido?
En respuesta, un puchero fue dibujado por Wu ShuangJue, parecía enfadado, o quizás la mejor palabra era agobiado.
—Me aburro tanto que voy a morir, quédate conmigo, salgamos a jugar o algo.
—Con lo que venimos a contarles, creo que ya no tendrás tiempo de aburrirte —suspiró el demonio.
Wu ShuangJue levantó sus cejas, por las expresiones ajenas, sin dudas no era hora de bromear o jugar, comprendió de inmediato que algo había pasado.
—Vengan, Tai Bai está por aquí, tienen suerte de que acabe de llegar.
Yue Jin ahora se encontraba junto a Ming Shan en la habitación de inventos, ambos trabajaban con artefactos y talismanes extraños de los que Wu ShuangJue apenas comprendía su función.
—¿Yue Hua? ¿Feng Baoshi? Iba a ir a verlos dentro de unas horas, creí que estarían durmiendo, ¿todo está bien? —preguntó él, poniéndose de pie.
—Hermano... En la academia, Guang Jin ha...
Sus palabras fueron frenadas por un sonido seco de golpe junto a un aura oscura que comenzó a rodearlos, ¡era Yue Jin! De la nada había caído de rodillas al suelo y desde su cuerpo salía un aura maligna terrible.
—¡¿Hermano Jin?!
Yue Jin levantó una mano para detener el movimiento de Yue Hua.
—Es... nuestro hermano mayor se ha liberado, mi energía está regresando a mí de una manera extraña, no me toques.
Resultaba que, cuando Yue Jin bloqueó a su hermano mayor, una buena parte de su energía había quedado para bloquear los poderes, por lo tanto, ahora que regresaba, era en oleadas gigantes de poder, casi incontrolable, quien sabe qué cosa podría pasar si alguien lo tocaba.
Yue Hua se estremeció, si había dejado parte de su energía espiritual para bloquear a su hermano, ¿eso no significaba que día a día, hora tras hora, Yue Jin luchaba contra el primer rey para que no se liberara? Esto era increíble, ¿cómo era posible que haya durado tanto tiempo? Incluso había curado a Wen ShanShui, entregando energía todo el tiempo. Sin contar que antes había "revivido" a Wu ShuangJue y a Ming Shan, ¿cuánto había mejorado en el mundo humano? ¿No se comparaba acaso con su hermano mayor?
—Yue Jin... —murmuró Ming Shan.
Por suerte, en un parpadeo la sala volvió a la normalidad, el demonio sujetaba fuerte las arrugas de su ropa, justo en el pecho, como si le doliera el corazón.
—Se ha liberado —respiró agitado y tragó saliva—, tenemos que actuar rápido.
Aunque dijo estas palabras, por dentro era obvio que sentía un terrible dolor, era como tener varias agujas clavadas en todo su cuerpo, además de sentirse cansado y golpeado.
—No tardaría en atacar al mundo humano —añadió.
—¿Es-estás seguro? —se alteró Feng Baoshi.
El rey demonio no pudo contestar por culpa de una gran bocanada de sangre que tuvo que expulsar, viendo esta escena, Yue Hua comenzó a entregarle energía espiritual junto con Feng Baoshi, Wu ShuangJue y Ming Shan querían hacerlo, más, por su estado de híbridos fantasmas, no podían hacer más que mirar.
—¿Qué hacen? No desperdicien su energía en mí. ¡Yo estaré bien! Yue Hua, Feng Baoshi vayan ahora mismo, díganle a Yi Hen que...
—Él está encerrado —comunicó por fin el príncipe—, tiene cadenas restrictivas de poder y la prisión está protegida por una matriz que también lo retiene. Guang Jin nos ha estado engañando desde siempre, fue su culpa, todo, incluso la muerte de los soldados, todo fue su plan. Tai Bai, Yi Hen me pidió que te comunicara las cosas tal y como están. Ahora... ahora no sé qué hacer, tengo que sacarlo de ahí... Hay que sacarlo... —su desesperación aumentaba con cada palabra.
—Si Yi Hen está encerrado y Guang Jin está del lado enemigo, entonces puede que todo esto estuviera planeado. En cuanto se enteren de que mi hermano mayor... No van a esperar. —pensó en voz alta, luego sacó un artefacto de su bolsillo y se lo dio a Feng Baoshi—. Rápido, livéralo con esto. ¡Vayan y alerten a sus majestades a como de lugar!
—Yue Jin... ¿Y tú a dónde irás? ¿Por qué no liberas tú a Yi Hen? ¿No es más facil si vienes? —preguntó Yue Hua, con preocupación en su tono.
—Hay algo que debo hacer antes, nuestro cuarto hermano no debe enterarse antes que los reyes. ¡Yue Hua, vayan rápido!
Era extraño que Yue Jin gritara o se alterara y, aunque lo sobresaltó, más veloz que un parpadeo miró a Wu ShuangJue y le asintió, aunque sus palabras fueron dirigidas a Yue Jin.
—Encárgate de este lado entonces, nosotros regresaremos. Nos veremos pronto.
Wu ShuangJue asintió y Yue Hua abrió el portal para regresar.
Antes de entrar chasqueó la lengua, ya había usado varios portales y no se sentía muy bien, se quejó por dentro, ¿por qué no era mejor? Era un rey demonio, el más joven, sí, pero era un rey de todos modos, uno de los cuatro demonios más fuertes de la actualidad, ¿entonces, por qué su energía demoníaca era tan mala?
No era el momento de lamentarse, atravesaron el portal para retirarse lo más rápido posible, no obstante, sus expresiones no pudieron evitar volverse pálidas al instante de salir.
En la academia solo se veía el color rojo, el cielo era cubierto con este mismo color, un rojo tan terrorífico que los dos ni se miraron para correr hacia allí.
Era un incendio, gritos desesperados se escuchaban, golpes, lamentos, era como una pesadilla, no, era peor que una pesadilla.
¿Tan rápido habían atacado? ¡No había pasado nada desde que se había liberado el primer rey demonio!
Feng Baoshi temblaba, necesitaba ir a ayudar, aunque, lo que más necesitaba ahora mismo, era esa llave.
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Por otro lado, en la cueva lejana donde nadie los podía ver o perturbar, Wen ShanShui y You YuMo seguían juntos, uno en el regazo del otro; la energía espiritual que tranquilizaba el alterado cuerpo de You YuMo parecía ser suave y pacífica, calmaría a cualquier corazón solo con verla. Al mismo tiempo, Wen ShanShui controlaba la fiebre, le daba la medicina cuando correspondía, lo mimaba y mantenía su calor.
Sin embargo, ambos sabían que algo malo había sucedido afuera, el suelo había temblado incluso allí, por lo que pudieron asumir solo una cosa.
Wen ShanShui ni siquiera lo mencionó, como You YuMo aún estaba débil, no podía dejarlo a su suerte, su fiebre aumentaría y todo el trabajo anterior sería en vano.
Wen ShanShui abrazó al muchacho en su regazo.
—Ha comenzado —murmuró, creyendo que el joven estaba dormido.
—Tienes que ir.
—¿Ya olvidaste? —Negó con la cabeza, abrazándolo más fuerte mientras acariciaba el dorado cabello—. No me iré de nuevo, no voy a dejarte solo.
—ShanShui, necesitan ayuda.
Él tenía razón y lo sabía muy bien, era solo que, si lo dejaba allí, ¿volvería a verlo? ¿Acaso algo se lo podría asegurar? ¿Esto no era igual a su separación en el reino Yun? Antes de partir a la batalla y que secuestraran a You YuMo para convertirlo en una zajiao, ¿no lo había dejado solo también? No quería, no podía dejarlo, tenía tanto miedo de que algo le pasara que podía correr para esconderse, solo deseaba protegerlo de cualquier mal exterior, solo necesitaba que él estuviera a su lado, nada más.
—Si te soy sincero —añadió You YuMo—, no quiero que te vayas. Sé que suena egoísta, pero tampoco quiero esconder mis sentimientos y quedarme callado. Sin embargo, ShanShui, si todo termina mal, ¿en dónde viviremos? Simplemente, no quedará nada, ¿qué nos espera en un mundo destruido?
Wen ShanShui se escondió en el recodo del cuello del joven, volviendo a negar.
—No me iré, no me pidas esto.
—Todos están luchando ahora —dijo con apenas un hilo de voz.
—Tú también lo estás haciendo. ¿No te das cuenta de tu estado? ¿Acaso no duele lo suficiente como para que entiendas? Tu energía está alterada, necesita ayuda para volver a correr por tus meridianos, tienes heridas y fiebre. No quiero dejarte solo.
—Has peleado tanto por sobrevivir, ¿para luego dejar que nuestro mundo sea destruido? Te necesitan allí, necesitan de tu presencia más que yo.
Las palabras quedaron haciendo eco en todo el lugar, Wen ShanShui no parecía ceder.
—YuMo... en este mundo, lo más importante eres tú.
El joven sonrió ante esta declaración y volvió a susurrar:
—Estaré bien, me has cuidado por más de un día, pronto se irá el dolor, incluso ya podría caminar si me lo propusiera. Mi energía está volviendo poco a poco a la normalidad, lo digo en serio.
—¿Por qué me haces esto? —sollozó al juntar sus frentes y cerrar los ojos.
—Quiero que confíes en mí. Puedo hacer más de lo que crees.
—Yo siempre he confiado en ti, en todo momento, nunca he dejado de hacerlo.
—Sé que fui una carga en el pasado, sé que siempre estás detrás de mí, cuidándome de todo peligro. Pero esta vez hay más gente que te necesita, ShanShui, puedo pasar por esto, es una clara prueba, si la supero, habré subido mi nivel de cultivo.
—Lo sé, sé que puedes...
Claro que lo sabía.
You YuMo quería ser egoísta, quería que Wen ShanShui se quedara junto a él, que lo cuidara y sostuviera como lo estaba haciendo ahora, deseaba ante todas las cosas su calor, sus besos y suaves cuidados; pero eso no era justo, aunque muchas personas lo juzgaron en el pasado y lo trataron de híbrido, lo habían lanzado a su suerte y hasta puesto una flecha en la cabeza, no todos eran malvados. El odio nunca había consumido su corazón, por más híbrido que fuera, por más maltratos que hubiera recibido, siempre mantuvo su posición de que, por más maldad que hubiera en el mundo, siempre habría gente que mereciera un futuro.
You YuMo lo sabía, si todos se quedaban sentados protegiendo a sus seres queridos, perderían la batalla, tarde o temprano terminarían muriendo también.
—Estaré bien, lo prometo, ¿me escuchas? —repitió con dulzura—. Te prometo por todos los dioses que habitan el cielo, que nos volveremos a ver.
Wen ShanShui apretó sus labios y aguantó un sollozo.
—Te creo, yo te creo —expresó con voz ahogada—. YuMo, no rompas tu promesa.
El corazón de You YuMo saltó, tanto de alegría como de tristeza, no obstante, eso no impidió que asintiera con su usual sonrisa.
—Ve.
Wen ShanShui depositó un beso suave en los pálidos labios.
—Intentaré no tardar. Recuerda, YuMo, eres mi todo.
Fin capítulo 35.
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Empezóo, ¿Fēng Bǎoshí conseguirá la llave? ¿Cómo saldrán las cosas? (ಥ﹏ಥ) AAaAa
¡Espero que les esté gustando la novela! :D (#casi nunca sé que poner en las notas, pero tampoco quiero irme y no decir nada (? xD)
¡Muchas gracias por leer! Mi agradecimiento no puede faltar TuT 💖💖💖💖💖
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