Capítulo 29 - ¿Dónde está?
Había sido emitida una orden desde temprano en la mañana, era una orden estricta de búsqueda que dictaba: quien encuentre al híbrido traidor, debe capturarlo y someterlo sin dilación. En caso de agresión o resistencia, se autoriza el uso de la agresión y hasta el mutilamiento, esto último se utilizará siempre y cuando la vida del traidor no corra riesgos.
Era lógico, You YuMo era alguien que debía morir frente a todos para sufrir la humillación que se merecía, estaba estrictamente prohibido asesinarlo.
Yi Hen y Feng Baoshi fueron los primeros en salir a buscar, lo malo era que fueron enviados al grupo de Guang Jin, quien era el líder de esta banda de cazadores. Si bien Yi Hen no estaba acostumbrado a recibir las órdenes de alguien con este nivel de impertinencia se mantuvo tranquilo, no podía negarse o luchar para que esta locura se detuviera. Además de Feng Baoshi, nadie comprendía lo reacio que estaba Yi Hen ante la situación actual, aunque lo que más le sorprendía, era que él podía mantener esa sarcástica sonrisa, sonrisa que sacaba de quicio a cualquiera.
Estaban fastidiados también por el hecho de que el día anterior no pudieron comunicarse con Yue Jin otra vez, esto fue debido a que fueron vigilados todo el tiempo.
Por suerte tenían un as bajo la manga llamado Yue Hua, quien no importaba dónde estuviera, podían hablarle sin ser sospechosos de nada. Antes de que el muchacho partiera habían conversado con él, acordando un lugar seguro de reunión y para que le contase Yue Jin lo sucedido por la mañana del día anterior, y al mismo tiempo, que él informara lo que venía a decir.
Mientras que los grupos de búsqueda trabajaron hasta la noche para cazar a You YuMo, Yue Hua estaba en el sótano junto a Wu ShuangJue y Ming Shan. En su corazón prefería quedarse allí, después de todo, la atmósfera en el mundo humano estaba tensa, preocupada, desesperada y desconfiada, cualquier cosa que una persona hiciera mal sería indicio de que estaba filtrando información al enemigo, por lo tanto, todos habían formado grupos para mantenerse vigilados los unos a los otros.
Wu ShuangJue estaba enfurecido, quería ir a buscar a You YuMo por su propia cuenta y patearle el trasero a todos. Pero si los humanos llegaran a verlo, lo apuñalarían mil veces, y luego, como si con eso no muriera, le cortarían la cabeza para acabar con su existencia por completo.
Yue Hua había sido la única persona capaz de calmar su ira, por lo que ahora, ambos esperaban a que Yue Jin saliera de la habitación donde cuidaba a Wen ShanShui para contarle todo lo sucedido.
En realidad transcurrió poco tiempo para que el hombre saliera, por lo que ambos se pusieron de pie; mas no pudieron hablar o siquiera respirar. El rostro de Yue Jin estaba pálido y no se podía identificar si estaba a punto de largarse a llorar o a punto de gritar.
Ninguna de esas opciones era la correcta, sonrió y dijo:
—Ha despertado, él... Él recuerda absolutamente todo.
Los ojos de Wu ShuangJue se abrieron tanto que parecían salirse.
—¡¿Él está despierto?! ¡¿Mi maestro?!
—Sí, ya pueden ir a verlo si lo desean, no hay riesgos de nada.
Wu ShuangJue no dijo más y corrió hacia la puerta, ¿a qué más iba a esperar?
—¡MAESTRO WEN TIANZE!
Wen ShanShui estaba sentado sobre una cama en el suelo y cubierto con unas sábanas blancas hasta la cintura. A su alrededor solo había cosas extrañas, artefactos que no emitían luz, pero que de seguro en algún momento lo hicieron, talismanes quemados y otros sanos, y a su alrededor también se notaban rastros de una matriz de quien sabe qué cosa, seguramente de algo de protección y curación.
Él se veía como siempre, amable, tranquilo, con esa pose derecha y segura.
—Es bueno verte aquí. Yue Jin me ha contado un poco de lo que ha estado sucediendo, Wu ShuangJue, gracias por cuidar de todos y por ayudar tanto.
Wu ShuangJue cayó de rodillas, luego bajó su cabeza hasta golpearse con el suelo.
—¡MAESTRO! ¡Yo...! Yo lo siento tanto, en aquel momento yo traicioné a mis amigos, te traicioné a ti, maestro, yo... —Su cabeza golpeó el suelo dos veces más.
Había lágrimas que comenzaron a rodar por su rostro sin ser retenidas en lo más mínimo; esta era sin dudas una disculpa sincera, una que quería hacer desde hace muchísimo tiempo.
—Wu ShuangJue, nadie te culpa por lo que hiciste en el pasado, yo tampoco lo hago; no importa cuál haya sido la amenaza de Tian Huo en ese entonces, para mí es suficiente razón para que hayas elegido a tus seres queridos. Ya te he perdonado hace mucho tiempo. —Wen ShanShui dio varias palmaditas en el cabello del joven, quería intentar calmarlo para que ya no golpeara su frente de esa forma—. Vamos, ya es suficiente, levanta tu cabeza.
Sin dudar un solo momento el muchacho reaccionó y levantó su rostro, estaba arruinado, mojado de lágrimas y ojeroso, pero al menos ahora sonreía.
—¡Maestro! ¡Muchas gracias! ¡Lo siento! —Volvió a llorar y sonreír al mismo tiempo.
—Ya está bien, no llores —consoló, devolviendo la sonrisa.
—Maestro, ¿puede moverse y caminar? ¿Qué me dice de su energía?
—A pesar de todo el tiempo que he estado de este modo, me siento muy bien. Podría salir ahora mismo si me lo propusiera.
—Es muy bueno escuchar algo como eso, de verdad.
El discípulo sentía que debía decir algo más, pero no sabía qué cosa decir, quedarse allí en silencio con su maestro era algo tranquilizador de una manera u otra, no obstante, antes de que él dijera alguna cosa, su maestro habló primero:
—Ummm... Wu ShuangJue... —murmuró—. ¿Tú... sabes dónde está You YuMo? Yue Jin dijo que...
En ese justo momento entró Yue Hua a la habitación, quien aún no había tenido la oportunidad de contarle todo a Yue Jin, frenó rápido sobre sus pasos y su rostro preocupado fue captado por Wen ShanShui de inmediato.
El joven de ojos grises sintió una presión en el corazón, según Yue Jin, la última vez que había visto a You YuMo estaba en la sala de directores de la academia de Songshu, si bien estaba algo pálido y parecía tener fiebre, estando junto a Yi Hen no debería de haber pasado nada malo; pero a juzgar por la expresión de Yue Hua, quizás no era así.
—¿Dónde está?
—No sabemos. —Yue Hua apretó sus labios y se sentó sobre sus rodillas—. Lo están buscando por todos los rincones.
—¿Qué sucedió? ¿Cómo es que no saben de su paradero?
—Por su naturaleza de híbrido no fue bien recibido desde un inicio pero lo dejaban quedarse por s antiguo servicio en la guerra y lealtad. Pero luego fue visto hablando con Yue Jin y todo se arruinó. Fue el detonante para que quisieran apresarlo. Primero lo intentaron cazar, pero gracias a un hechizo llamado "velocidad extrema" o algo así dijo Yi Hen, logró huir. Nadie sabe a donde fue a parar, por eso lo están intentando localizar.
El rostro de Wen ShanShui se había puesto pálido al igual que el de Yue Jin, quien ingresaba otra vez en la habitación. Ambos sabían lo que requeriría ese hechizo, ¿You YuMo había logrado mejorar tanto su energía? ¿Incluso estando con fiebre? Si eso era cierto, entonces ahora mismo el joven estaría agonizando en algún lugar.
Claramente, el hombre no iba a esperar a enterarse de más desgracias, se puso de pie tambaleando, seguro de lo que haría a continuación.
—No te levantes, Wen ShanShui —intervino Yue Jin de inmediato—. Hace meses que no caminas, hoy descansa, déjame ir a hablar con Yi Hen y mañana prometo llevarte al mundo humano.
—Voy a ir a buscarlo ahora, ¿a qué quieres que espere? ¿A que muera solo por ahí? —rechazó inquieto—. Me siento bien, puedo caminar.
—No puedo permitir que salgas ahora, será un riesgo para todos. Escucha bien, mañana por la mañana prometo llevarte, déjame arreglar algunas cosas, hoy come adecuadamente, recupera tu movilidad, centra tu mente, de esta manera mañana podrás ser útil para algo.
Las palabras fueron duras, aunque no quisieran ir con esa intención, decir las cosas de esa manera al menos ayudarían al hombre a entrar en razón.
Wen ShanShui apretó los dientes y sus puños se cerraron, no habló, pero tampoco volvió a sentarse. Estaba reacio a volver a la cama, quería salir a buscar a esa persona que tanto amaba, ¿podría esperar hasta mañana?
No, no podía.
Pasó un momento en el que todos quedaron en silencio, Wen ShanShui elevó una mano para agarrar la piedra color verde que colgaba de su cuello, cerró los ojos con fuerza y apretó los labios, solo quería ver a You YuMo, solo quería abrazarlo y decirle que ya estaba bien, que todo estaría bien, que él ya estaba aquí a su lado. Se sintió tan culpable y enojado consigo mismo que podría arrancarse la piel, si tan solo hubiera despertado un día antes, solo por un día de diferencia, ellos se hubieran visto.
Wen ShanShui dio un paso hacia adelante, si bien nadie dijo nada, todavía estaban ahí con la cabeza gacha, impidiendo que se fuera a alguna parte, ¿qué podían decir para calmar su ansiedad? ¿Qué sería mejor recompensa que ver a You YuMo?
—Caminaré un poco, luego descansaré.
Gracias a esta respuesta, Yue Jin se sintió cien veces más tranquilo, conocía mejor que muchos a su pequeño hermano, siempre tan calmado y amable, pero testarudo y terco como un buey.
—Es lo mejor para todos, Wen ShanShui —tranquilizó el rey demonio mayor—. Wu ShuangJue, yo saldré ahora mismo con Yue Hua y hablaré de esto con Yi Hen. Por favor, cuida de él mientras tanto, también prepara algo para que coma y tenga energías, en pocas horas saldremos hacia el munto humano, ¿puedes hacerlo?
Wu ShuangJue asintió, de reojo vio la esmeralda idéntica a la que You YuMo llevaba antes; conocía el hecho de que You YuMo y Wen ShanShui ahora estaban casados, era normal que tuviera esa actitud casi desesperada. Sin embargo, nunca se imaginó ver a su maestro de esta manera por otro hombre, por un discípulo, de alguna su corazón se puso ansioso también, como si pudiera sentir lo mismo que Wen ShanShui, como si quisiera verlos juntos otra vez. «Dioses, si me están escuchando, les pido que estas personas no sufran más, por favor».
Siendo las cosas de esta manera, Yue Hua abrió un portal para regresar, por culpa de la situación en el mundo mortal solo él sabía dónde era seguro aparecer y en donde Yi Hen podría encontrarlo sin peligros, por lo que Yue Jin solo lo siguió.
Por mientras e inmerso en sus pensamientos, Wen ShanShui comenzó a caminar despacio para recuperar fuerzas, si era necesario iba a arrastrarse hasta encontrar a You YuMo.
En el bosque, Yi Hen, Feng Baoshi y los soldados no pudieron hallar ni rastro de You YuMo, por lo que decidieron dejar el resto de la búsqueda para el día siguiente, además, ya no vigilarían al hombre por la noche, o al menos eso parecía.
Yi Hen se dirigió al punto de encuentro con Yue Hua y Yue Jin, este era, de hecho, la habitación de director que todavía le pertenecía. Al inicio dudaba de si sería el lugar indicado, pues era el lugar más obvio, pero al pensarlo con detenimiento, en ese lugar podía crear una matriz de protección y silencio sin que nadie sospechara, de hacerlo en el medio del bosque sí que sería muy sospechoso.
Tal y como esperaba, allí se encontró con ambos demonios, Yue Jin le sonrió con algo de tristeza y le contó lo sucedido. La noticia lo puso realmente feliz, Wen ShanShui no había perdido sus recuerdos, estaba sano, su energía estaba en su mejor estado posible, lo único fuera de lugar eran sus músculos dormidos, aunque eso no tardaría en volver a la normalidad.
No obstante, su informe no era tan alentador como el de Yue Jin, no habían encontrado ni una sola pista de You YuMo, por lo que no pudo dar ninguna noticia positiva para que Wen ShanShui al menos quedara más tranquilo.
Cuando Yue Jin se retiró, Yue Hua quedó junto con Yi Hen, solo llevaban una conversación casual cuando un fuerte grito llegó desde afuera, rompiendo lo poco del ambiente tranquilo que se había formado.
Ambos se sobresaltaron de su sitio y un terrible escalofrío recorrió sus espinas dorsales. Salieron del pabellón a toda velocidad, ¿acaso había comenzado un ataque? ¿Habían encontrado a You YuMo?
Fuera del pabellón no se estaba generando una gran batalla o algo por el estilo, allí, en el suelo y abrazando su cabeza con fuerza, había un soldado de Guang Jin.
—¡Socorro! ¡Por favor, alguien! ¡Por favor alguien que me ayude!
Yi Hen se acercó para calmarlo y ayudarlo, esa persona se estaba arrastrando como un gusano, parecía realmente desesperado.
—¿Qué pasó? ¿Por qué gritas así? —preguntó Yi Hen, intentando hacer entrar en razón al otro.
A simple vista no se veían heridas ni sangre en alguna parte, por lo que podía deducir que tan solo había visto algo horrible hasta los huesos.
—¡Hay dos! ¡Dos cuerpos! ¡En la entrada del bosque! ¡Había una cosa extraña, una sombra! ¡No sé qué cosa era! ¡¡¡Dos cuerpos horribles!!! —vomitó antes de poder continuar.
Yi Hen se puso de pie de inmediato, ¿un cuerpo? ¿Por qué habría un cuerpo en el bosque? ¿Cómo debía estar para que un soldado preparado para matar reaccionara así?
Varias personas ya estaban junto a ellos, y tras escuchar la noticia y ver esta escena, todos corrieron hacia ese lugar.
Yue Hua se mezcló entre la multitud como solía hacer para ver lo que sucedía, todo siempre sin llamar la atención.
Al llegar al sitio indicado, efectivamente, había dos cuerpos tendidos en el suelo, por las ropas, Yi Hen pudo deducir que eran soldados de Guang Jin, analizó cuidadosamente la posición de sus muertes, y luego se fijó en los ojos.
Los ojos estaban allí, intactos, pero sus bocas estaban llenas de insectos muertos, sus dedos todos rotos, los pechos perforados como coladores y, más abajo, donde debería estar "esa parte masculina" había un agujero enorme, ya no tenían "esa parte". «Estas muertes no tienen que ver con el rey fantasma, esto fue hecho por una persona con una rabia increíble en su interior».
¿Sería posible que los soldados o cultivadores se hubieran atacado entre ellos a sangre fría? ¿Y si era una trampa del enemigo diseñada para confundirlos y sembrar desconfianza entre ellos? Era posible, ¿no?
El arma utilizada para matarlos parecía ser de lanza, eran agujeros profundos y muy precisos, decididos a matar.
Guang Jin apareció por atrás, su ceño fruncido y su aura despiadada le daría miedo a cualquiera, pero a Yi Hen no le tocaba ni un solo pelo.
—¡¿Qué significa esto?!
—Al parecer han sido atacados por alguien que tenía mucho rencor hacia ellos —contestó Yi Hen, en tono calmado para no alterar más la situación.
—¡¿El fantasma?! ¡¿Fue el fantasma?!
Yi Hen negó despacio con la cabeza y volvió a manipular los cuerpos de los fallecidos, esto con la intención de demostrarle que, de hecho, no parecía ser este el caso.
—No, sus ojos están aquí mismo, las heridas de sus pechos y la perdida de sangre es la causante de sus muertes.
Guang Jin analizó con cuidado, luego exclamó:
—¡Lleven a los cadáveres y quémenlos!
Tras estas órdenes un montón de soldados contestaron de manera afirmativa.
—¡Que un grupo de diez vigile la zona! —añadió el príncipe.
—¡Si señor!
El grupo de vigilantes se armó de inmediato, y al mismo tiempo comenzaron a patrullar toda la zona en equipos.
Yi Hen sentía que algo no estaba bien, algo no cuadraba en todo esto y no podía darse cuenta de qué cosa era. Dos muertes de la absoluta nada, además eran dos soldados de Guang Jin, ¿quién se atrevería a tocarlos? ¿Quién atacaría a los suyos en un momento como este? ¿Por qué de esta manera tan despiadada?
Fin capítulo 29.
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Holiissss, ¿cómo tan :3? 💖💖
Yeeey Wēn ShànShuǐ despertó y con sus recuerditoos, lástima que justo le haya pasado aquello a Yōu YúMò unu 💔
Veamos si consiguen reunirse pronto 👀
¡Hasta el próximo capítuloo! ヾ( ~▽~)ツ 💖
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