Capítulo 27 - Velocidad extrema

Lo que menos quería You YuMo era generar conflictos, si había sido descubierto en algún momento y el príncipe Guang Jin había decidido que él no pertenecía a su mismo equipo, no valía la pena defenderse. No necesitarían pruebas, solo las palabras del más poderoso eran suficientes para condenarlo. Ni siquiera decir las buenas intenciones de los demonios surtiría efecto, porque a nadie le importaba, nadie quería a un humano mezcla bestia, y nadie quería la ayuda de los demonios; sin siquiera tener conocimiento de la realidad: sin su ayuda no estarían en donde estaban ahora.

En ese ejército sí o sí necesitarían a Yi Hen y los demás, que solo él quedara como el traidor era sin dudas lo más conveniente. El peligro que acechaba estaba a la vuelta de la esquina, su ausencia sería insignificante comparada a la presencia de sus amigos, se negaba a que los tacharan de traidores también.

Guang Jin había escuchado la declaración del joven, sonreía de oreja a oreja con una mirada maliciosa y sedienta de sangre.

—Lo admitiste tan fácil... eso es tan maravilloso.

You YuMo estaba con la fiebre muy alta, no tenía muchas fuerzas para caminar ni para discutir, parecía que su cuerpo lo estaba traicionando, cada vez se sentía peor.

Sus ojos se entrecerraron, hace tan solo una hora estaba bien, ¿era posible que la fiebre subiera de esta manera repentina?

Guang Jin quiso arrebatar al joven de los brazos de Yi Hen, quien se negó a ceder de inmediato, no obstante, fue You YuMo que, al segundo intento de Guang Jin, dio dos palmaditas en la espalda de Yi Hen, susurrando que todo estaría bien y que confiara en él, en un tono audible solo para el susodicho.

—Habrás ayudado en la guerra —se extasió al agarrarlo por la ropa—, pero las bestias son bestias, todo lo que no debería existir, tiene que ser erradicado. No lo tomes personal, te respeto como cultivador, pero hasta este nivel has llegado.

Yi Hen endureció su mirada, su aura había cambiado de manera radical también, esto no era una broma y no pensaba dejar que lo dañaran. No permitiría ningún acto en contra You YuMo.

—Guang Jin, no necesitas maltratarlo, ya está bastante débil por la fiebre, ten al menos piedad con quien ha salvado a tu familia y a tu reino —le recordó Feng Baoshi.

Pero esas palabras eran como si una mosca zumbara en los oídos del príncipe, zarandeó a You YuMo dos veces para acercarlo más.

—Una bestia tan asquerosa disfrazada de un tipo bonito, eso es lo que veo.

Yi Hen quiso decir algo más para evitar las sacudidas violentas, pero You YuMo le dirigió una mirada, sus ojos estaban entrecerrados, aun así, su expresión lo decía absolutamente todo.

Con impotencia y los pelos casi de punta, Yi Hen apretó sus dientes y manos, dejaría que Guang Jin lo llevara, pero bajo ningún concepto permitiría que alguien le hiciera daño, y menos que lo asesinaran. Este chico era parte de su familia, era honesto, divertido y ciegamente leal, aparte, era la persona más amada de su pequeño hermano, ¿con qué cara miraría a Wen ShanShui si dejaba que lo maltrataran? Preferiría enfrentar la muerte bajo mil flechas antes que soportar ver a su hermano derramar una lágrima más.

—No lo lastime —solicitó Yi Hen—. Al menos dele ese privilegio por haber servido de manera leal todo este tiempo, no le haga daño —presionó de nuevo.

Guang Jin había quedado en una situación en la que debía elegir entre mostrar algo de humanidad, y no hacerle daño por su anterior servicio, o ser un monstruo. Había soldados que no estaban del todo acostumbrados a él allí, y muchos podrían juzgarlo por actuar mal demasiado cruel. Además, podrían surgir preguntas como "¿si soy leal y luego me equivoco sin quererlo, me pasará esto?" No era un pensamiento que estuvieran acostumbrados a plantearse, y Guang Jin tenía que elegir algo rápido.

Si ese joven no fuera alguien importante, entonces no importaba si le sacaba los ojos y cortaba sus extremidades; pero por culpa del pasado, no podía darse el lujo de descuartizarlo allí mismo.

—Bueno, ya que le gusta tanto el bosque, tendrá la oportunidad de correr por su vida allí, pero no me culpen si uno de mis arqueros, practicando, le clava una flecha en el corazón.

Las pupilas de Yi Hen se contrajeron, sin dudas este hombre ya tenía pensado algo cruel, claro que no iba a estar de acuerdo.

—¡Lo está mandando a matar!

Guang Jin se mordió el labio inferior, parecía disfrutar esta situación, su mirada era provocadora, entendía que estaban pasando un mal momento, pero lo que más parecía disfrutar, era el hecho de que no podían hacer nada para evitarlo, absolutamente nada, él era más poderoso que todos ellos, al menos en la toma de decisiones.

Chasqueó la lengua y sonrió.

—Al señor director no le sirve nada, ya le estoy perdonando la vida, o más bien, le estoy dando la oportunidad de salvarse a sí mismo, ¿no es suficiente?

—¡Si alguien llega a dispararle una sola flecha, pueden olvidarse de mi ayuda! ¡Iré al matadero con él si es necesario! —exclamó Yi Hen.

You YuMo escuchó justo las palabras que no quería oír, rápidamente se puso erguido y acomodó su voz, aunque de todos modos, no podía evitar vacilar en el lugar.

—No, yo estoy de acuerdo con el castigo, ninguna flecha dará en el blanco, Yi Hen, por favor, déjalo hacer lo que quiera.

Guang Jin estaba a punto de explotar a carcajadas, mientras que el maestro observaba al joven con extrema impotencia. Sin embargo, You YuMo conectó sus miradas, esos ojos verdes que solo demostraban valor y seguridad le quisieron demostrar que todo estaría bien, ¿podía creer que estaría bien o era una falsa esperanza?

El rubio se dio la vuelta sin decir una sola palabra. Si decía algo, lo más mínimo, por más insignificante que fuera, podría perjudicar a los demás y a él mismo, solo se quedaría callado, aceptaría el castigo y ya después todo volvería a la normalidad. Bueno, casi a la normalidad.

Mientras todos se alejaban junto a Guang Jin y You YuMo, Yi Hen los siguió. Feng Baoshi se acercó y de manera sutil tomó la mano de su pareja, claro que nadie había notado este movimiento, pues ellos no eran el centro de atención después de todo. En realidad, este roce había sido hecho con la intención de liberar la tensión de la mano ajena, estaba apretada con una fuerza excesiva, casi hasta el punto de sangrar.

—Si algo sale mal lo ayudaremos, tenemos que estar calmados mientras tanto —le susurró con una voz tranquilizadora.

Yi Hen conectó miradas con Feng Baoshi, en su mente comenzaron a girar varias dudas, varias preguntas y respuestas que no lograba contestar. ¿Era necesario que ellos estuvieran allí? Bueno, a decir verdad sí que lo era; aunque había muchísimos soldados y unos cuantos cultivadores buenos, todavía no llegaban al nivel de muchos cultivadores de Tian, ¿dejaría a su amigo solo por esta gente? No, no lo haría, mas, una cosa no podía darse al mismo tiempo que la otra, ¿cuál era la opción correcta?

Luego barrió su mirada solo para ver cómo se llevaban a You YuMo, cuando miró a la multitud vio también a Yue Hua, incluso el demonio parecía cargar una extrema tristeza en sus ojos.

Al salir del pabellón principal se comenzaron a escuchar vítores eufóricos que hacían doler sus oídos, eran varios discípulos y los soldados de Guang Jin. Algunos arrojaban piedras, otros lanzaban ramas, era un completo desastre.

Algún recuerdo hizo entristecer a Yue Hua, sus ojos amarillos seguían apagados, este tipo de cosas lo hacían dudar sobre querer ayudar a esta raza.

«Los humanos siguen así de crueles, incluso tantos años después, su naturaleza es así», pensó para sí mismo.

No podía culpar a todos, pero en estas circunstancias, ¿qué otra cosa se le podría venir a la mente?

Justo cuando el odio empezaba a invadir su mente, una imagen de su pasado más reciente apareció frente a él, era su familia. Una familia humilde que había encontrado a un niño sin recuerdos lo había criado con amor, le habían enseñado valores, a leer y escribir lo poco que sabían, le habían transmitido tanto conocimiento como pudieron, hasta que desaparecieron. Luego, como una luz fugaz a su mente llegó una imagen de Wu ShuangJue, ese chico gruñón y con una sonrisa que derretiría cualquier corazón helado también fue un humano.

Se repitió para sí mismo que iba a pelear por esas personas que sí tenían corazón bondadoso y por su hermano mayor. No podía echarse para atrás ahora, no después de todo lo que había conseguido.

El primer rey demonio había salido de su meditación y no se rendiría en su plan para erradicar a la raza humana, ¿cómo podía pensar en dejar todo ahora? Repitió sus verdaderos pensamientos, como si no quisiera olvidarlos por nada del mundo.

«Algunos seres merecen cada batalla que enfrentamos».

Con una multitud bastante grande, Guang Jin se sentía el centro de atención, llevaba a una bestia en sus manos, un híbrido fuerte en extremo, pero débil ante él, es decir, ante un príncipe.

Estaba a punto de crear un espectáculo que demostraría quién mandaba, parecía sentirse ansioso por lo que venía a continuación. No esperó nada más, con fuerza, lanzó a You YuMo al suelo. La fiebre seguía subiendo y subiendo, su energía espiritual parecía olverse loca también, esperaba que en cualquier momento cayera inconsciente o que explotara por un desviamiento de qi, iba a ser algo divertido de ver.

—Vamos, ¿qué esperas? Arrodíllate y ruega por tu vida, quizás te deje algo más de tiempo para que corras si lo haces.

You YuMo no contestó a esto, tampoco se enfadó, solo quería que esa situación pasara de una vez por todas, ¿era necesario ser humillado? No podía ver bien ni pararse adecuadamente, y aunque lo intentó, sus brazos y piernas temblaron.

No se dejó caer gracias a su terquedad y sus ojos se dirigieron hacia Guang Jin, era como si quisiera transmitirle sus sentimientos, «no te tengo miedo, tampoco respeto». No estaba en sus planes dejarse humillar tan fácil.

Lamentablemente, esta mirada solo molestó al príncipe, entendió que You YuMo no rogaría por su vida y tampoco se arrodillaría a sus pies.

Guang Jin apretó los dientes y chasqueó la lengua, levantó el arco adornado con plumas y apuntó a la frente de You YuMo.

—Corre, contaré hasta diez.

Esas palabras quedarían solo en el aire.

Todos los que habían estado ansiosos por ver una cacería emocionante y llena de sangre quedaron solo con las ganas.

Cuando Guang Jin terminó de decir "diez" todos creyeron ver un rayo de color dorado entrar al bosque, ¿qué había sido eso?

You YuMo había desaparecido de sus vistas sin siquiera dejar huellas.

Yi Hen abrió los ojos a no más poder, él sí entendía lo que había pasado. Ese tipo de hechizos eran extremos y realmente complicados de manejar, ¿cuándo había aprendido esto You YuMo? Se conocían muy pocas personas que lo podían utilizar, aparte, ese tipo de movimiento de seguro habría consumido un 70 % de la energía del joven, una velocidad tan extrema que era utilizada para huir en situaciones de vida o muerte. Él mismo tenía miedo de utilizar este tipo de hechizos autodestructivos.

Yi Hen sintió el impulso de ir a buscarlo de inmediato, sin embargo, ahora era imposible, nadie sabría cuán lejos habría logrado llegar, ni en qué dirección habría saltado. Feng Baoshi y él, se habían situado en una zona apartada para ver desde arriba lo que sucedería, puesto a que si You YuMo necesitaba ayuda, en esa posición nadie interferiría, pero ahora eso ya no importaba, era inútil con ese desenlace.

—No lo protegí como debía... —Tras esas palabras casi se deja caer al suelo, estaba rendido, cansado, decepcionado, ¿por qué todos los problemas venían en oleadas?

Por suerte, Feng Baoshi lo tomó del brazo antes de que cayera, claro que no lo dejaría, no mientras estuviera él.

—No caigas, él estará bien, le diste medicina, además, ¿no viste sus ojos? Incluso a mí me hicieron temblar.

Yi Hen observó a Feng Baoshi y sus párpados cayeron, todo estaba saliendo mal, todo iba hacia un lado que no debía ir, ¿cuándo fue que todo se tornó de esta manera? ¿Cuándo había perdido el control de la situación?

El hombre volvió a ponerse de pie, pero en vez de contestar con palabras abrazó con fuerza a ese joven. Feng Baoshi estaba congelado en su lugar, a plena luz del día, en el exterior, ¿no le importaba que los vieran?

Yi Hen siempre había protegido el secreto de la relación entre ellos, era estrictamente desconocida para casi todos por los peligros que esta implicaba, mas, ahora mismo necesitaba que lo abrazara. Jamás se mostraba débil, nunca permitía que alguien lo cuidara, de hecho, era él el que se encargaba de consolar a los demás, por lo que hora parecía una persona indefensa, sus dedos temblaban y sus lágrimas caían en el cuello del príncipe, por primera vez desde que se habían conocido, Yi Hen se mostraba tan vulnerable ante Feng Baoshi.

—Ese niño es parte de mi familia. Si le pasara algo... ¿Cómo le digo a mi hermano que no he hecho nada para salvarlo?

—Estará bien... —Feng Baoshi devolvió el abrazo con una calidez indescriptible y acarició el plateado cabello —, estará bien... Lo buscaremos de inmediato y lo cuidaremos —terminó de decir junto a un beso en la cien del hombre.


Fin capítulo 27.

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Holiiss, espero estén súperbien.

No tengo mucho que decir, pero... Yi Hen está todo sensible, hay que cuidarlo TuT y mi bb Yōu YúMò realmente ha mejorado su energía espiritual, hay que felicitarlo mucho por eso, aunque la desviación de qi podría ser un futuro cercano, no lo sabemos, ojalá que no... TuT

¡Les mando un super abrazooo, muchas gracias por seguir por aquí! MUAK MUAK 💖💖💖

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