Capítulo 19 - Urgencia
La habitación era de piedra, oscura, solo unas cuantas velas colgadas en las paredes brindaban luz. Había un poco de desorden por aquí y por allá, y quizás por esto no se veía para nada como un lugar seguro. Al lado derecho de la habitación, justo al costado de una puerta de hierro y madera se encontraba Ming Shan, quien se veía pensativo y preocupado. Se apoyó en la puerta mientras soltaba un suspiro agobiado, o tal vez solo estaba ansioso.
Reflexionó por un momento con los ojos cerrados, luego, estiró su mano derecha y la miró, de ella ahora salía una pequeña llama de fuego. La observó danzar sobre su palma con las cejas cada vez más curvadas hacia abajo, era como si sintiera rechazo ante ese poder, quizás porque formaba parte de un pasado que no recordaba.
Justo cuando apagó la pequeña flama y bajó su mirada, apareció un portal frente a él.
Además de dos hombres desconocidos, de allí salieron Yue Hua y Wu ShuangJue. A pesar de que habían aparecido desde la nada, Ming Shan no parecía sorprendido, era más como si los hubiera estado esperando todo ese rato. Aunque algunos de ellos tenían alguna que otra herida, uno de los desconocidos estaba casi sin vida, solo con verlo podía percibir lo desesperante de la situación.
Ming Shan corrió hacia donde había aparecido el portal, ayudó a Wu ShuangJue que acomodaba a Wen ShanShui en una cama improvisada. Si bien la cama estaba en el suelo, era suficientemente gruesa como para que la persona que descansara allí estuviera al menos un poco a gusto.
Sin pensarlo demasiado, You YuMo se arrodilló al lado de Wen ShanShui y continuó entregando lo poco de energía espiritual que tenía dentro de sí. Apretó sus labios por la impotencia, no podía hacer nada más que eso.
—Ayúdenme a detener la sangre, hay que cerrar las heridas más profundas de una vez, por favor —dijo al final.
Le hablaba más que nada a Yue Hua, quien rápidamente asintió y se puso a trabajar junto a Wu ShiangJue. Por suerte, la peor parte de la hemorragia se había detenido, pero con los movimientos fuertes al atravesar el portal, algunas habían vuelto a sangrar de manera preocupante.
—Trae las medicinas, yo me encargo, rápido. Y tú, You YuMo, ya no gastes energía, si sigues así tendremos que cuidarlos a los dos.
Ming Shan abrió un par de cajones y sacó medicinas de todo tipo, largas telas y otras cosas que seguramente eran útiles. Bueno, en el pasado fue discípulo de Yue Jin, la magia de curación era algo fácil para él, incluso después de todos los cambios que había sufrido podía utilizarla. Lo único que no podría hacer nunca más, al igual que Wu ShuangJue, era transferir energía de su cuerpo a otro, por lo tanto, si Wen ShanShui requiriera más energía, ahora mismo solo Yue Hua y You YuMo podrían brindársela.
Tomó una de las cajas que había sacado y analizó sin tocar mucho al hombre. Examinó las heridas con detenimiento, en sus brazos había moretones de todos los tamaños, marcas de latigazos en todo el cuerpo, en las piernas se veían varios cortes, pero fueron las manchas de sangre de su pecho las que le dio un mal presentimiento.
—Ayúdenme a quitar sus prendas superiores, necesito ver todas las heridas —ordenó.
Tal y como había temido, el pecho del hombre era como un colador de cortes y de seguro sufría de más de una costilla rota. Estos cortes no eran mortales, de hecho, eran bastante superficiales, lo que indicaba que solo le buscaban causar dolor cuando lo atacaron. Eso pensaron al inicio, pues aunque estas primeras heridas no eran graves, había dos que eran muy profundas. Una se acercaba al corazón, y la otra al estómago, estaban muy infectadas, por lo que Ming Shan comenzó a manejar de inmediato algunas mezclas de medicinas y hechizos.
Necesitaba saber si sus órganos estaban funcionando bien o había alguno que fallaba.
—Necesito que regulen la circulación sanguínea con su energía espiritual y que se fijen si sus órganos están funcionando bien, ¿saben hacerlo? —consultó, exaltado.
Yue Hua quedó en blanco. ¿Cómo se suponía que se viera eso? Jamás había hecho algo como esto, y si lo lograra hacer, ¿cómo demonios sabría qué está bien y qué está mal?
Yue Hua agitó la cabeza.
—Explícame mejor, nunca he hecho esto antes, transferir energía es una cosa, pero esto...
Ming Shan hizo una leve inhalación, temblorosa por los nervios.
—Envíale energía como lo harías normalmente, puedes conectarte con ella a medida que lo haces. Cuando llegues a sus órganos sabrás de inmediato qué está bien y qué no.
Si tan solo pudiera hacerlo él mismo sería tan sencillo, pensaba Ming Shan.
—Yo sé hacerlo —dijo You YuMo, inclinándose hacia el pelirrojo y sin soltar la mano de Wen ShanShui.
—No abuses de tu escasa energía —gruñó Yue Hua—. Recupérate primero, tienes un límite y hace un rato que estás buscando sobrepasarlo. Soy un demonio, ¿sabes? Puedo hacer algo como esto si me guían como es debido. —Tras estas palabras dibujó un rostro complicado, pero decidido—. Lo intentaré.
Contuvo un poco de aire en su pecho y lo soltó de una vez. Había cerrado los ojos y estirado sus dos manos sobre el cuerpo de Wen ShanShui para así comenzar a soltar su energía e intentar concentrarse como le habían ordenado.
Ming Shan vio el ceño fruncido del joven, sabía que no era fácil de aprender a la primera, pero en realidad lo necesitaban urgente, si no lo conseguía, estarían en graves problemas.
—Intenta viajar junto a tu energía, tú la diriges sobre los meridianos para analizar la situación. No te desprendas.
Yue Hua sacudió su cabeza, afirmando.
—Está bien...
Apretó más sus ojos y labios e intentó concentrarse, pero no podía sentir nada o ver nada más que una gran falta de energía espiritual y bloqueos por doquier, ¿cómo se supone que lo haría? Se sintió avergonzado de sí mismo, era un rey demonio que no podía hacer algo que sonaba tan sencillo. Hasta que sus pensamientos de incomodidad volaron como vapor cuando You YuMo, sin previo aviso, tomó una de sus manos.
De inmediato Yue Hua comprendió lo que Ming Shan decía, no era "ver" sino más bien "sentir", la energía. Recorría todo el cuerpo, dejando notar donde había fallas, donde estaba herido, todo era como información que volaba en su cabeza y, tras un rápido y último vistazo, You YuMo soltó a Yue Hua.
—¡Sus órganos apenas están funcionando, tiene heridas graves en la cabeza también! ¡Hay una muy profunda que está bloqueando sus meridianos, necesitará más que solo medicina y vendajes! —Se desesperó You YuMo, mientras tocaba las mejillas pálidas de Wen ShanShui.
Ming Shan bajó su mirada, pero antes de abrir la boca o de conseguir decir alguna otra cosa, alguien abrió la puerta de madera y hierro de la entrada.
Wu ShuangJue se volteó y sacó su espada, había parecido un relámpago con ese movimiento.
—¡¿Quién es?! ¡Muéstrate ahora si no quieres morir!
No había que preocuparse en realidad, sino que todo lo contrario, desde la oscuridad se acercó un hombre alto, de cabello largo azulado, ojos rojos y finas cejas. Esa persona elegante caminó despacio hacia ellos y se colocó frente a una lámpara de papel.
—Soy yo —dijo con la voz un poco ronca.
Ming Shan se puso de pie al mismo instante que reconocía la voz de su maestro.
—¡Yue Jin! ¡Necesitamos tu ayuda! Tu hermano... Es de verdad muy grave.
Yue Hua abrió los ojos y su ceja hizo un tic.
—¿Hermano...?
El segundo rey demonio se acercó para verlos mejor, estaban alarmados, incluso You YuMo, a quien nunca había visto con esa expresión pálida y deprimida; su energía estaba en un nivel preocupante, necesitaría mucho descanso. También estaba Wu ShuangJue, que volvía la espada a su vaina, y, por otro lado, Yue Hua, quien lo miraba con muchas dudas en la garganta.
Pero no habló, se agachó y se dispuso a analizar el estado de Wen ShanShui.
You YuMo lo miró, parecía como si este hombre fuera la última respuesta para mantener su esperanza viva en su corazón.
—Gracias por enviar a Wu ShuangJue y Yue Hua a bucarnos, sin ellos no hubiéramos escapado.
Yue Jin negó con la cabeza.
—No te preocupes por eso, ¿sabes qué fue lo que le pasó? ¿Cómo llegó a este punto?
—No lo sé —murmuró desganado—. Cuando lo encontramos ya estaba en estas condiciones... no pude... siquiera hacer algo para evitarlo...
You YuMo estaba tan decaído que parecía otra persona; Yue Jin, quien entendía el sentimiento, le dio dos palmaditas en la espalda.
—Él estará bien, yo mismo me encargaré de curar todo esto, lo prometo.
Además del anciano Sheng ZhiGuang, Yue Jin era el mejor médico que se conocía en el reino Tian, si él no podía salvarlo, nadie más podría. Sabiendo esto, el rostro de You YuMo recobró un poco del color, desvió su mirada para volcarla sobre Wen ShanShui una vez más.
—¿Escuchaste, ShanShui? Tai Bai te cuidará, tu hermano está aquí y cuidará de ti apropiadamente. Estarás bien...
Luego de decir esto, sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba tan decepcionado de sí mismo que los sentimientos de culpa parecían corroer su mente. Apoyó su frente sobre el pecho de Wen ShanShui sin saber si podía escucharlo o aunque sea percibirlo. Si tan solo pudiera decirle cuánto lo quería.
—Y yo también te cuidaré, ShanShui, no te dejaré ir—agregó en susurros.
Yue Jin miró a Wu ShuangJue con una sonrisa apenas apreciable, aunque ninguno dijo nada, Wu ShuangJue comprendió a la perfección lo que quería decir: "pudieron salvarlos a tiempo, gracias".
El demonio consideró que necesitaría mucho tiempo para arreglar las heridas internas de su hermano, aunque primero debían limpiar la sangre y vendar el cuerpo adecuadamente.
De esto se encargaron You YuMo y Yue Jin; el primero tenía una delicadeza extrema con él, lo trató y cuidó en todo momento como obra de arte hecha de un fino cristal.
—You YuMo —llamó Yue Jin, aprovechando que no había nadie más cerca—. Tú y Wen ShanShui... ¿Se han casado? ¿Han realizado la ceremonia ante los dioses?
You YuMo bajó los párpados y continuó con la tarea de colocar las ropas.
—Sí... Lo hemos hecho.
—He visto la piedra esmeralda en el cuello de ambos, es realmente bonita. Me alegro por ustedes.
—Gracias, Tai Bai, gracias por todo.
Yue Jin sabía que la piedra más hermosa para Wen ShanShui era la esmeralda, siempre le gustaron ese tipo de cosas brillantes y raras de encontrar, aunque no solía coleccionar o guardar piedras, desde pequeño sabía que le llamaba la atención. Su pequeño hermano era una persona que no hablaba casi de sus problemas o sus gustos, mas, al ser su hermano mayor, era inevitable saber ciertas cosas sobre él. Incluso podía adivinar lo difícil que fue para estos dos comenzar una relación, podía deducir que no había querido declarar sus sentimientos por miedo a no poder cumplir las expectativas, o incluso a la inseguridad de sobrevivir a la guerra, pues odiaba no poder cumplir sus promesas.
Y claro, sin saberlo ni decir nada en voz alta, le había atinado a todo.
Pensar en eso le trajo tantos recuerdos de esta vida viviendo como humano que, por un momento, olvidó que ahora no estaban en la academia, sino que estaban en un sótano oscuro, escondidos del peligro.
Al terminar de colocar la ropa limpia y nueva, el demonio observó con rechazo el ensangrentado bulto blanco a su derecha, miró a Ming Shan y le hizo señas para que se acercara.
—¿Puedes encargarte de quemar eso?
El joven asintió y recogió las ensangrentadas ropas sin hablar.
En el piso había una pequeña puerta secreta de madera, esta llevaba a un sótano dentro de este sótano, allí había comida, más medicinas y un montón de tierra acumulada.
Allí colocó las ropas y luego las quemó con sus manos, detestando el poder hacerlo tan fácilmente.
Mientras esto ocurría, Yue Hua y Wu ShuangJue habían cruzado otra puerta, pero esta no dirigía a un sótano, sino a una pequeña biblioteca.
Para ser un lugar tan oscuro y frío, esa zona era todo lo contrario, era muy acogedora y había bastantes linternas de papel que iluminaban el solitario espacio. Se quedaron allí juntos, conversando de cosas triviales y esperando noticias.
Fin capítulo 19.
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¡Holiss! Espero estén bien (*'╰╯'๓)♬💖💖
Espero que les haya gustado el capítulo... ¿Estarán a salvo en este lugar? 👀 No lo sé...
Les dejo por aquí unas imágenes del sótano de Yuè Jìn, como no encontré ninguna que me convenciara, elegí varias imágenes que se asemejan en cierta medida a la estética que le quiero dar *c va corriendo:
¡Muchas gracias por leer! ¡Hasta el próximo capiiii! 💖💖
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