Capítulo 05 - Regreso repentino

Los caballos no volverían y la noche ya había cubierto el cielo, aún no estaba despejado y las negras nubes seguían amenazando con traer una fuerte tormenta en cualquier momento.

Afortunadamente, sus energías espirituales se habían recompuesto bastante rápido apenas salieron del bosque. Ahora, se podría decir que un 40% de ella ya estaba recuperada. Wen ShanShui y You YuMo estaban obligados a continuar a pasos ligeros aunque estuvieran cansados.

La incertidumbre de no saber cómo estaban las cosas en el reino los mantenía en silencio y pensativos. Si los demonios que escaparon habían vuelto a su mundo, no habría problemas, claro, siempre y cuando no regresaran a molestar a los humanos. Era solo que ambos tenían un mal presentimiento sobre todo el asunto, sobre todo porque fue Yi Hen quien quiso que vieran por sí mismos lo de los sellos.

¿Quizás los demonios volverían por venganza? Era en lo único que podían pensar, pues los demonios ya habían declarado la guerra en el pasado; y no solo la habían perdido, sino que fueron humillados hasta el punto de ser perseguidos y acorralados, torturados, y otros hasta sellados. Había sido un exterminio. ¿No era normal que si se liberasen, regresarían para terminar con los viejos rencores?

El mayor curioseó a You YuMo mientras caminaba, sus pasos eran apresurados para mantener una distancia cercana a él. ¿Sentiría dolor en sus piernas todavía? ¿Debía bajar la velocidad?

La cabalgata había sido larga antes de entrar en el bosque, luego corrieron y saltaron un montón de veces, sin añadir los sustos que se habían llevado. ¿Cómo podía el joven estar bien?

Ya se había quejado antes en algunas ocasiones, pero luego de las situaciones mencionadas, ya no dijo nada sobre eso.

Wen ShanShui sabía como era la personalidad de You YuMo, no pararía de caminar a menos que sus piernas dejaran de funcionar por completo, él era así, hacía pucheros si algo no le gustaba, solía hacer bromas para que las cosas fueran más fáciles de manejar, sin embargo, en este tipo de situaciones, en las cuales más se lo requería, él no diría una sola palabra. Caminaría recto hacia delante sin mostrar debilidades.

Wen ShanShui dejó de caminar poco a poco.

—Descansaremos por aquí.

—¿Eh? ¿Estás seguro?

—Sí, necesitamos descansar también, será peor mañana si no lo hacemos ahora.

You YuMo puso un rostro de preocupación y duda, aunque al final aceptó, él más que nadie era el que estaba cansado.

Se quedaron junto a un árbol con un tronco bastante grueso, no era para nada cómodo, pero al menos era mejor que las rocas. Wen ShanShui había realizado un hechizo de fuego para encender una fogata, si bien no hacía frío en el día o hasta incluso era caluroso, por la noche era algo muy diferente, pues cualquiera podría sentir que se congelaba si lo subestimaba.

Buscando algo para comer, Wen ShanShui palpó sus ropas para encontrar una pequeña bolsista de tela, apenas habían quedado dos pequeños panecillos que compraron en Lu, suspiró aliviado, pues incluso después de la tormenta, por suerte aún estaban blandos y en buen estado, muy apetecibles. Menos mal que habían decidido pasar por el pueblo, de lo contrario, no les quedaría nada que comer, tomó uno de la bolsa y se lo ofreció a You YuMo.

—Toma, come algo antes de dormir, es lo último que nos queda. Debe alcanzarnos hasta mañana.

You YuMo observó con detenimiento ambos panecillos en las manos de su compañero, parecía como si quisiera asegurarse de que hubiera suficiente para ambos, y así era. Sus pálidas y delgadas manos se movieron rápido para tomar uno e inmediatamente se lo llevó a la boca, estaban deliciosos, o quizás era porque tenía demasiada hambre.

—Grashiash. —Masticó despacio y tragó—. ¿De verdad vamos a quedarnos y dormir? Creí que estábamos apurados.

—Sí, está bien, mañana continuaremos desde temprano. Debemos dormir y recuperar nuestras energías. —Wen ShanShui miró los pies de You YuMo, para ser honesto, hasta sus propias piernas ya estaban cansadas—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, le das muchas vueltas al asunto, Wen ShanShui, me he recuperado hace ya un largo rato de lo de mis piernas.

—Está bien, está bien. —Le sonrió—. De todos modos, no dudes en decirme si algo te molesta.

Luego de una corta conversación, ambos se recostaron en la hierba para dormir muy profundo; abrazados, seguros, entrelazando sus aromas y sin que nadie pudiera perturbarlos.

Cuando You YuMo abrió los ojos otra vez, la luz del día apenas comenzaba a asomarse, Wen ShanShui ya no estaba a su lado y eso lo desanimó por unos instantes. Había dejado sus ropas superiores cubriéndolo, acción que lo hizo sentir gracioso. Quitarse las prendas era la única manera que había encontrado Wen ShanShui para liberarse de su abrazo, cuando You YuMo dormía abrazado a alguien o a algo, era casi imposible zafarse de él, lo sabía muy bien y el hecho de que Wen ShanShui encontrara sus propias técnicas para liberarse, le parecía muy tierno y gracioso al mismo tiempo, como no era algo que pudiera controlar, su pareja jamás se lo había reprochado, ni siquiera cuando eran tan solo maestro y discípulo.

Examinó sus alrededores y vio al hombre que buscaba muy en la cercanía. Su cabello danzaba suave junto a la brisa, sus ojos grises estaban fijos en un pequeño libro que descansaba en sus largos dedos. Su espalda estaba recta como una tabla que, junto a sus ropas blancas y pulcras, lo hacían ver como un inmortal perfecto.

«Él realmente no sabe lo increíble que es», pensó el rubio con una mirada casi poseída.

—¡Buenos días, Wen ShanShui! ¿Pudiste descansar? —lo llamó en tono alto para buscar su atención

—Buenos días, he dormido bien, el frío de la noche apenas se sintió. ¿Qué tal están tus piernas? —preguntó, dejando a un lado el libro.

A decir verdad, escucharlo hablar tan animado lo hizo despreocuparse un poco. Este chico siempre estaba lleno de energía y despreocupado, era solo que, el día anterior, luego de salir del bosque, estaba demasiado callado. Ahora, y quizás por haber descansado como era debido, hasta su tono de piel era más colorido que antes.

El joven de cabello dorado se acercó para entregarle las ropas exteriores que lo habían cubierto por ese rato.

—Ya te lo había dicho ayer, estoy perfecto, no es para hacer tanto drama. ¿Qué tal si ya nos vamos?

Justo esto era lo que Wen ShanShui estaba pensando, apenas amanecía y necesitaban aprovechar todo el tiempo posible. Se puso de pie y se colocó las ropas más abrigadas, luego, con un pequeño paso, le pellizcó tiernamente una mejilla, para después besar su frente.

—Vamos, You YuMo.

Fue por la media tarde que llegaron a Lu otra vez, cansados y muertos de hambre. Comieron en un restaurante y lograron dar con los caballos, estos habían encontrado refugio en una pequeña granja al costado del pueblo. Los dueños del lugar los habían visto y reconocido, por lo que pensaron en mantenerlos a salvo hasta que volvieran a ver a Wen ShanShui y You YuMo. Los dueños de la granja también les regalaron panecillos dulces para el camino, por suerte, todo estaba saliendo mejor de lo que se esperaban en el camino de vuelta. Después de agradecerles partieron otra vez, aunque, de seguro, también necesitarían pasarse por Lan en busca de alimento y agua para la otra mitad del viaje.

La visita a Lan no había tardado más de un cuarto de shichen para después volver a partir, esta vez ya no habría pausas, irían directo a la biblioteca de Yi Hen.

En ese justo momento, iban tranquilos sobre los caballos, la brisa era suave y fresca ya para esas horas. La luna estaba empezando a aparecer en el cielo, pero esto no parecía detener los pasos de los hombres, aún no era hora de descansar, y si lo fuera, aún no parecían tener sueño o estar agotados. Wen ShanShui iba concentrado y con el ceño fruncido, parecía preocupado por muchas cosas que no dejaban de invadir su mente.

—Wen ShanShui, ¿en qué estás pensando? —Se percató You YuMo.

—¿Por qué razón será...?

Tras decir unas pocas palabras, se escuchó un fuerte golpe que provenía desde una pequeña cabaña. Ni siquiera se habían percatado que se encontraba allí, estaba alejada y bastante escondida entre la naturaleza y la oscuridad, sin embargo, el golpe siguió sonando con una fuerza sobrenatural.

Ambos cruzaron miradas preocupadas y asintieron, no era normal que algo sonara así de fuerte en medio de la nada, era hasta espeluznante, sin pensarlo dos veces, dirigieron a los caballos en esa dirección.

Los alrededores estaban sucios, la hierva estaba alta y algo descuidada, además, se sentía un olor a podredumbre muy fuerte que provenía desde el interior.

Esto les dio una muy mala sensación y desconfianza, pero el sonido sin dudas provenía desde ese lugar.

Wen ShanShui colocó su mano en la puerta de madera para abrirla con lentitud, no obstante, tan solo con un suave roce de sus dedos, ella cayó por sí sola frente a sus pies, provocando un sonido sordo que los sorprendió.

Solo con mirar un poco ya se podía sentir el aura negativa y un horrible olor, You YuMo dio un paso hacia atrás sin poder evitar que sus ojos se abrieran de par en par; dentro, había tres cadáveres: un niño, un adolescente y una mujer adulta. El hedor se hizo mucho más penetrante e insoportable en solo un parpadeo, fue como si una ola de maldiciones hubieran llegado a sus narices, obligándolos a alejarse para respirar.

You YuMo tapó su nariz con su brazo, sentía como si el olor fuera a atravesarlo, no podía inhalar con normalidad siquiera.

—¡¿Qué ha pasado ahí?! —exclamó.

Wen ShanShui respiró el poco aire limpio del exterior y negó con la cabeza, no lograba formular ninguna frase. Algo raro había ocurrido ahí dentro, algo terrible, pues, como era claro, las posiciones de las cuatro personas eran muy extrañas.

Cuando por fin el mayor recuperó el aliento, se cubrió la nariz y volvió a entrar para investigar mejor.

—Iré primero —dijo en un susurro—. Recupérate antes de entrar otra vez, tómate tu tiempo.

Wen ShanShui sabía que You YuMo estaría mucho más afectado que él, puesto a que siempre había demostrado tener un olfato excepcional debido a su mezcla con bestia, cualquier olor era percibido con el doble o triple de fuerza que un humano promedio.

Solo, entrecerrando los ojos por el asqueroso olor que casi le sacaba lágrimas, observó con más detenimiento. Estas personas tenían las cuencas de los ojos vacías, estaban reclinadas en las sillas, sus bocas estaban bien abiertas mirando hacia el techo, quien mirara esto podría decir que habían muerto comiendo algo tan horrible que hasta sus ojos se cayeron. Sin embargo, para Wen ShanShui esta escena había sido plantada por alguien, no era un accidente desafortunado ni una cena maldita.

Solo con analizar el estado de los cuerpos podía saber más o menos lo que había pasado, y también sabía muy bien qué clase de criatura asesinaba de esa manera. No obstante, antes de poder sacar alguna otra conclusión, una pequeña astilla cayó del techo junto con un poco de polvo. Wen ShanShui quedó congelado en su lugar, tragó saliva con fuerza y, a la velocidad de una flecha, miró hacia arriba. Sobre él había una niña fantasma aferrándose al techo, mirándolo muy fijo.

De inmediato se hizo hacia atrás y sacó su espada por instinto, la cara de la niña estaba cubierta de sangre seca y sus ojos lo miraban furiosos, pocos segundos después, la niña mostró sus dientes y soltó un gemido aterrador.

You YuMo todavía estaba tardando un poco más para recuperar el aliento, pero al escuchar la espada de Wen ShanShui siendo desenvainada y ese fuerte gemido, se alertó e ingresó una vez más en la cabaña. Antes de entrar por completo, Wen ShanShui lo frenó poniendo su brazo en frente, señalando hacia el techo.

No había dudas, esto era obra de algún fantasma, no había otra criatura que sacara los ojos de sus víctimas con tanta destreza. Los fantasmas tenían la habilidad de robar o devorar las almas a través de los ojos humanos, y también era su manera de ingresar en los cuerpos vacíos para controlarlos, al menos por un breve período de tiempo, pues luego de que se pudrieran, ya no podían ser utilizados.

Wen ShanShui observó a la niña intentando descifrar más detalles, no parecía planear atacarla aún, ella solo gemía temerosa desde el techo, por lo tanto, el hombre estaba esperando el primer movimiento para tomar acción, pero pasó un largo rato de miradas intensas sin que ninguno hiciera ni un movimiento.

You YuMo sabía que debía estar quieto, recordó que había fantasmas que no necesariamente eran malvados, ¿sería este el caso? Aunque esta niña parecía ser la causante de las muertes de estas otras personas, más que parecer amenazadora, parecía tenerles miedo.

El joven de ojos esmeraldas soltó una gran exhalación cuando su nariz se acostumbró al hedor de los cadáveres.

—¿Tú hiciste esto?

La niña gimió y negó con la cabeza.

—Papá... mamá... hermanos... todos... —su voz salía ronca y con gemidos entre líneas—. Hombres malos... mataron a ellos.

Wen ShanShui y You YuMo se miraron. ¿No era la niña la causante de estas muertes? Bueno, a juzgar por su aspecto, no parecía tener más de seis o siete años, era difícil pensar que una niña tan pequeña tuviera tanto rencor hacia su familia como para asesinarla de este modo. Quizá estaba mintiendo, no lo sabían, mas You YuMo le dio la oportunidad para explicarse:

—¿Tú viste quién lo hizo?

—Hombre de rojo solo caminar... El hombre de blanco era fantasma malvado, yo no sabía...

Esta frase los dejó pensativos, la pequeña había mencionado a una persona y un fantasma. ¿Eran acaso cómplices los vivos y los muertos? ¿Quizá ambos eran fantasmas y ella no lo había notado? Wen ShanShui no bajó su espada, aunque su mirada se volvió un poco más amable. Tenía que haber una razón por la que la niña se hubiera convertido en un fantasma, ya fuera su odio, rechazo a la muerte, impotencia, entre muchos más, debía haber un sentimiento muy fuerte antes de morir que no le había permitido descansar en paz, aferrándose a este mundo.

—¿Sabes por qué hicieron esto esas personas? ¿Los escuchaste hablar?

La pequeña, aún prendida del techo como una araña, volvió a negar.

—Yo no escuché... intenté... pero ellos solo golpear y matar...

Sin acabar su respuesta se dejó caer desde techo, cayendo de rodillas y produciendo un golpe terrible, si hubiera sido una persona normal, sus piernas estarían destrozadas, ella, por el contrario, sin expresión alguna, se levantó de manera lánguida y elevó una de sus pequeñas manos, como si estuviera ofreciéndoles algo.

—Recuerdos... —dijo con la cabeza gacha.

Wen ShanShui comprendió al instante y se acercó con cautela. Los fantasmas tenían una habilidad única que les permitía compartir los recuerdos y fragmentos importantes de su vida, era lo único que tenían luego de la muerte. Al mostrarlos, muchas veces el fantasma explicaba por qué su alma estaba atrapada en el mundo mortal, para que, de esa manera, el receptor pudiera hacer algo para ayudar. Muchos solo buscaban venganza o regresar a un cuerpo de carne y hueso, mientras que otros querían liberarse de las ataduras del mundo mortal, para dirigirse al inframundo, reencarnar en algunos cientos de años o desaparecer por completo si ese era su destino.

La pequeña sacudió su mano para animar al hombre a acercarse, luego levantó la otra en dirección a You YuMo, incitando a que ambos se acercaran para tocarla a la vez. Levantó su temeroso rostro cubierto en lágrimas y sangre, repitió:

—Recuerdos... Son mis recuerdos.

Ambos se miraron, asintieron al mismo tiempo y tocaron las delicadas manos de la pequeña, a pesar de que atravesaron su cuerpo como si fuera vapor, un rápido parpadeo de luz los envolvió, llevándolos a un mundo ilusorio.

En este mundo era muy temprano en la mañana, el cielo aún estaba algo oscuro en el horizonte, con apenas unos rastros de luz queriendo asomarse.

La niña acababa de despertar y, al escuchar a su madre hacer ruidos en la cocina, se levantó para saludar. La mujer, que estaba preparando una masa sobre la extensa mesa espolvoreada con harina, la vio llegar a saludar.

La pequeña aún estaba bostezando y tallando sus ojos por el sueño, al verla, su madre sonrió con ternura. Limpió sus manos cubiertas de harina para luego tomar una tela limpia.

—Ten, límpiate la cara con agua y sécate bien, prepararé el desayuno enseguida.

Feliz por las palabras anteriores, la pequeña elevó sus labios y abrazó a su madre por las piernas. Con mucha pereza salió de la cocina, limpió su rostro con algo de agua y la secó tal cual su madre le había indicado. Luego, tomó un pequeño panecillo relleno de algo dulce para esperar el desayuno y subió al cuarto que compartía con sus hermanos.

Wen ShanShui y You YuMo solo observaron, eran como fantasmas en los recuerdos, no podían hacer más que seguirla silenciosos a donde fuera, recordando cada detalle para que nada se les escapara. No parecía haber algo extraño en el lugar, y tampoco lograban captar alguna energía negativa o peligrosa.

Transcurrió un momento en puro silencio, la niña que se había sentado a comer en su cama se levantó de golpe, mientras que una sonrisa pícara se asomaba en el rostro.

Wen ShanShui y You YuMo se miraron dudosos al mismo tiempo que la niña salía corriendo hacia el piso de abajo, en silencio total se aseguró de que su madre estuviera en la cocina. Por su rostro feliz, cualquiera notaría que se estaba escondiendo alguna travesura. A hurtadillas logró salir de la casa, incluso si la puerta de madera chirriaba, nadie consiguió escucharla. Parecía estar muy familiarizada con la zona exterior de la vivienda, pues a pesar de que la hierva estaba más alta que ella, sabía hacia donde quería ir.

No muy lejos había una zona con varios árboles amontonados, era como si fuera un pequeño bosque que había crecido entre la maleza, siguiendo la vista hacia adelante, más abajo se podía ver el gran río que dividía los tres reinos con Tian. La pequeña se apresuró en silencio, se escondía detrás de los árboles hasta que al fin vio a un hombre recogiendo leña seca, parecía querer darle una sorpresa y ayudarlo con su trabajo, o al menos la intención parecía ser sorprenderlo.

El hombre parecía fuerte como un soldado, y aunque se veía cansado, tenía una mirada dura. La niña estaba a punto de salir de su escondite cuando una especie de círculo negro, profundo y similar a un cielo estrellado, se abrió en el aire. Casi gritó del susto, no obstante, sus manitos fueron más veloces y consiguieron cubrir su boca. Desde ese agujero comenzaron a salir dos personas altas, junto a ellos se emanaba un aura tenebrosa, en efecto, no estaban ahí con buenas intenciones. Los extraños comenzaron a acercarse al hombre a un paso lento, como si tuvieran la situación controlada, como si nada pudiera romper sus posturas firmes. Uno de ellos, el que se veía más divertido por su expresión, llevaba una larga espada desenvainada en su mano, mientras que el otro, de rostro serio y calmado, la llevaba enfundada en su cintura.

Las cejas de You YuMo se contrajeron, una de estas personas era, sin dudas, un fantasma; no solo porque tenía túnicas blancas de luto, sino que además su piel era un poco traslúcida, no mucho, pero lo suficiente como para identificarlo como fantasma. Según se conocía, esa característica de la piel era única de ellos, se volvían de esa manera solo cuando caminaban en el mundo mortal, como si fuera una forma de identificarlos.

El cabello de ese ser era negro y estaba atado con fuerza en un moño, muy despeinado a decir verdad. Los ojos eran blancos como los de los muertos, su sonrisa daba una sensación de odio y maldad, era alguien sin una pizca de amabilidad aparente, incluso, su espada desenvainada parecía estar pronta para atacar.

La otra persona junto a él estaba vestida de rojo, con túnicas de alta calidad, pero este parecía una persona normal a juzgar por su aspecto, no tenía nada que resaltara demasiado además de su expresión seria; su cabello era negro y largo, atado en una media cola, sus ojos eran de un rojo fuego intenso, como si estuvieran siempre prendidos en llamas.


Ya que los espectadores eran solo como fantasmas en ese mundo de recuerdos, ambos se animaron a acercarse poco a poco para ver los rostros, sin embargo, apenas pudiendo ver las caras con claridad a una corta distancia.

—¿Qué pasa? ¿No esperabas verme nunca más? —habló el fantasma con suma ironía.

El hombre que sostenía los troncos secos en sus brazos los dejó caer, de manera inconsciente dio repetidos pasos hacia atrás.

—¡T-tú...! —exclamó, aterrorizado.

Estaba atónito, la lengua se había trabado en su boca junto con sus palabras. Solo pudo arrodillarse ante ellos y golpear la cabeza en el suelo:

—¡Por favor, perdónenme la vida! ¡Yo...!

El fantasma no parecía sentir que sus disculpas fueran suficientes, puesto a que luego de dar dos pasos hacia delante, no tuvo reparos en pisar la cabeza del hombre, enterrándola en el barro. Masticó sus palabras antes de escupir:

—¡¿Qué pensabas?! ¡¿Que porque Tian Huo muriera, nosotros no volveríamos por ti?! ¡¿Creíste que éramos de esas cosas a las que les daba vida?!

—Y-yo pensé... nuestro líder estaba en muy mal estado y... ¡Lo siento, lo siento, lo siento! Me he equivocado, ¡perdonen mi vida!

El hombre de rojo se limitó a observar la escena, no decía ni una palabra ni emitía algún sonido, lo único que hizo después de un momento, fue chasquear la lengua y mirar a un costado con indiferencia.

Por mientras, el fantasma continuaba aplastando la cara del hombre contra el barro, una y otra vez.

—Pensaste que cuando derrotaran a Tian Huo se solucionarían tus problemas, que todo sería olvidado, ¿verdad? Pero sabes, te equivocaste, nosotros no tenemos que ver con esa basura humana, no fuimos creados por él ni vamos a desaparecer. Qué mala suerte tienes, tu cabeza no funciona tan bien como creías.

—¡Yo lo siento! ¡Me he equivocado! ¡Por favor, hagan lo que quieran, pero no me maten! ¡Puedo ayudarlos ahora! ¡No volveré a traicionar su confianza, lo juro!

—Asqueroso —respondió con otra fuerte pisada—. ¡Tenías solo un trabajo! ¡Algo tan fácil como eso y no pudiste siquiera mover tu sucio trasero! ¡No sabes cuántas almas perdí por tu culpa, eres más inútil que una cucaracha asquerosa!

El fantasma levantó su espada sin pensarlo dos veces, con mucha rabia contenida enterró la afilada hoja en una de las manos del hombre, solo que, como si no estuviera satisfecho con eso, enseguida levantó el arma otra vez, repitiendo el movimiento anterior hasta dejar algo parecido a un pedazo de carne picada, eso ya no podía ser llamado "mano".

Tras varios fuertes gritos desgarradores provenientes del hombre, el fantasma se echó a reír a carcajadas.

—Y ahora te arrepientes, ¿por qué no lo pensaste mejor? Si te hicieras una idea de lo que me hiciste perder... —Su espada aún estaba incrustada en la carne, para cualquiera era desagradable mirar, mientras que él parecía disfrutar el dolor del otro. No se detuvo, prosiguió girando la blanca hoja dentro de la mano unas cuantas veces más.

No obstante, antes de que el fantasma dijera alguna otra cosa y de la absoluta nada, la pequeña niña apareció en la escena. En su inocencia e intentando hacer algo para ayudar al hombre, saltó hacia el zapato que pisaba la cabeza, sus ojos miraron la espada ensangrentada, pero no la tocó por el miedo terrible que le ocasionaba. Intentó quitar el pie del fantasma con varios empujones, aun así, estaba tan presionado contra el barro que no podía hacer nada, los gritos del hombre solo lograban desesperar la situación todavía más y, por esto, intentó frenéticamente tirar de las ropas blancas para apartarlo.

You YuMo y Wen ShanShui estaban aturdidos. ¡Este fantasma podía ser tocado como una persona normal! Lo que significaba que era uno de nivel superior, casi de seguro un líder del reino de los fantasmas o algo similar, era la primera vez para ambos de ver a uno, ¿no se suponía que reinaban en el inframundo? ¿Qué hacía un fantasma de este rango aquí?

Ambos se alteraron inútilmente por la pequeña, incluso You YuMo intentó detenerla, mas solo consiguió atravesarla. El joven miró sus manos y las cerró con impotencia, no podía hacer nada, eso era un recuerdo. Era inevitable que todo esto pasara, todo lo que sucediera allí, sucedería sin pausas. «Como el recuerdo de He Ping», recordó con pesar.

Wen ShanShui se acercó a él y apoyó una mano sobre su hombro, no dijo nada, pero su mirada tranquilizadora y comprensiva lo decía todo, You YuMo bajó la cabeza para luego seguir mirando cómo la pequeña intentaba con todas sus fuerzas quitar ese zapato de la cabeza del hombre.

Por otra parte, el fantasma se había quedado inmóvil, aunque su rostro no era de sorpresa, sino de incredulidad.

—¿Qué haces?

La niña había comenzado a llorar y temblar ya hacía un rato, el hombre gritaba por el dolor y no prestaba atención a lo que sucedía. ¡Era un caos total! La pequeña, temblando de miedo, gritó desde el fondo de su corazón.

—¡No lastimes a papá!

El fantasma miró a su serio compañero por el rabillo del ojo.

—¿Solo vas a mirar o qué?

El hombre parecía estar pegado a la tierra. Pestañeó lento y sin cambiar su expresión.

—Tú haz lo que quieras, solo voy a estar aquí. No me interesan tus barbaries.

De esa manera, como si tuviera la aprobación de hacer lo que quisiera para divertirse, el fantasma tomó del pelo a la niña y la levantó en el aire. Dirigió su vista para que viera fijamente al hombre tendido en el suelo.

—¿Es tu padre? ¿Quieres que lo salve?

Apenas cuando escuchó estas palabras, fue que el hombre desplomado se percató de que su hija estaba justo allí.

—¡No! ¡No le hagas daño, ella no tiene la culpa!

La pequeña solo lloraba, no suplicó ni pidió ayuda, cosa que le divertía demasiado al fantasma, entonces se le ocurrió una idea. Con la mano que tenía disponible, levantó un tronco que estaba tirado alrededor de ellos, y con él, comenzó a golpear al hombre en el suelo.

La niña abrió los ojos de par en par, tenía las palabras atoradas. You YuMo no quería seguir viendo, no era posible, ¿cómo podía alguien ser tan cruel frente a un niño? ¿Qué culpa podría tener ella de las acciones de su padre?

—¡No! ¡No lo lastimes más! —suplicó la pequeña.

Claramente, el hombre ya estaría inconsciente solo con el primer golpe, pero el fantasma gozaba de cada súplica y cada impacto, forzando al mismo tiempo a que la niña viera cómo maltrataba a su padre hasta la muerte. Antes de terminar con el trabajo, con una sola mano quitó los ojos del hombre, lo había hecho de tal forma que parecía completamente natural, algo sencillo.

—Uno más para mí —dijo satisfecho—. ¿Huh? ¿Qué pasa? ¿No gritas más?

—Pa... padre...

—Si no lloras más, tendré que obligarte a hacerlo. —Junto a esas palabras regresaron los golpes, incluso si el hombre ya no tenía vida, si ya no sentía dolor, incluso así, él siguió golpeando con la misma fuerza que al inicio.

Destrozada por dentro, la pequeña comenzó a patalear e intentar liberarse del agarre. Aunque claro, la fuerza del fantasma no se debilitaría con esos tirones, no hasta que lo mordió tan fuerte como sus pequeñas mandíbulas pudieron. Cuando eso sucedió, los movimientos del agresor cesaron de manera abrupta. El fantasma tiró el palo lejos y miró a la niña de manera amenazante, fue tan aterrador que no pudo ni gritar.

—¿Qué haces? ¿Crees que puedes morderme como un perro?

El mordisco no le había dolido, pero se veía tan asqueado que la dejó caer desde lo alto, sin temor a los daños que pudiera causarle. El cuerpo de la niña sonó fuerte contra el suelo, luego, impactada ante tal escena, observó a su inmóvil padre, solo que esta vez huyó a gran velocidad en dirección a la casa.

—¡Mami, ayúdame! ¡Ayuda a papi!

El fantasma iba tras ella, dejándole un margen de distancia como para que intentara correr todavía más rápido, estaba jugando a perseguirla para disfrutar el momento, pues al parecer no la mataría de solo una vez.

Cuando la pequeña entró en la vieja cabaña, buscó y buscó hasta que encontró a la mujer, se lanzó a los brazos de su madre con la cara pálida, estaba cubierta de salpicaduras de sangre, llorando, llena de mocos, las palabras no salían de su garganta por los nervios y no sabía como explicar lo que estaba sucediendo, ¿qué otra cosa podía hacer más que llorar en esos cálidos brazos protectores?

La madre, asustada por ver la sangre y el espantoso estado de su hija, le preguntó si se encontraba bien, preguntó de quién era esa sangre, qué había pasado. Sin embargo, antes de conseguir respuesta, la mujer fue obligada a pausar sus palabras cuando vio al fantasma entrar. Su cuerpo había quedado por completo paralizado.

Aquel hombre de blanco volvió a tomar a la niña por el cabello, dejándola frente a su madre, solo que esta vez, insertó sus dedos en los ojos de la mujer paralizada, sacando esas esferas marrones casi de un movimiento.

—Ahora tu alma se irá conmigo. ¿No estás feliz? ¡Toda la familia de ese traidor vendrá a casa! ¡¿No estás feliz?! —preguntó, gritando en tono alegre.

Próximo a esto y sin soltar a la niña que pataleaba y gritaba, el hombre comenzó a recorrer la casa. Subió las escaleras y se encontró con dos personas más, un niño de quizás unos tres o cuatro años y un joven de quizá unos catorce. El joven tenía un palo en su mano y exclamó al ver que el intruso tenía a su pequeña hermana:

—¡Suéltala! ¡Suéltala y vete! ¡No tenemos mucho, pero puedes tomar lo que quieras, solo déjanos! ¡No le diremos a nadie!

El joven analizó al hombre de blanco que se reía a carcajadas sin contestarle, no se daba cuenta de que este hombre no era humano.

—¡Vete! —insistió—. Déjala, es solo una niña.

El fantasma volvió a soltar una carcajada, y al igual que hizo con la mujer, quitó los ojos del joven con casi un solo movimiento. No tuvo tiempo para reaccionar, ni siquiera pudo defenderse con ese palo que llevaba en sus manos.

Tras ver tanta sangre y escuchar los gritos de sus hermanos, el niño más pequeño buscó socorro con un fuerte llanto, solo esa acción consiguió que el hombre de blanco se impacientara y le comenzara a doler la cabeza.

Con esa molestia irritando su sangre volteó a verlo, pero no se esperaba que la niña arrancara mechones de su cabello para soltarse y saltar.

A diferencia de lo que cualquiera pensaría, ella no huyó. Se posicionó en frente de su hermano pequeño como un escudo humano.

—¡No le hagas daño! ¡Perdónalo a él, es tan pequeñito!

Esto no fue suficiente para convencerlo, sin darle mayor importancia e ignorando las súplicas, le arrebató al niño.

—¡Odio tocar ojos llorosos! ¡Nadie va a salir vivo de este lugar, su querido papi se lo buscó! Su lineaje está arruinado. —Otro movimiento veloz y sacó los pequeños ojos del niño—. Otra alma directo a casa, por más inútil que sean, la cantidad es importante.

La pequeña, sin saber qué hacer, cayó al suelo de rodillas, el fantasma ya estaba preparado para robar su alma también. Se había divertido lo suficiente, era hora de terminar el trabajo allí.

Lleno de desagrado, Wen ShanShui notó algunas características en esa persona, dedujo más o menos quién podría ser o qué rango tendría, solo por las palabras que soltaba, más o menos podía hacerlo. A este hombre le encantaba ver el sufrimiento y la desesperación. No perdonaba y humillaba a sus víctimas, ¿podría tratarse de quien sospechaba desde hace un rato? ¿O quizás se equivocaba?

Finalmente, el fantasma se acercó a ella, pero antes de llegar, una espada de color negro atravesó el corazón de la pequeña, acción que la obligó a caer al suelo de inmediato.

Wen ShanShui y You YuMo estaban perplejos, al mismo tiempo, el recuerdo comenzó a hacerse algo difuso. Apenas se podía ver con claridad y las voces se escuchaban como si estuvieran debajo el agua.

—¿Por qué? —preguntó el fantasma, sin mostrar su enfado.

El hombre de ropas rojas se acercó levantando su barbilla, como si quisiera demostrar superioridad.

—Ella fue interesante, es parte del trato, ¿pasa algo al respecto?

—Aah, está bien, está bien. Es parte del trato. Interesante, ya veo... entonces ahora solo queda ir a...

El recuerdo terminó poco a poco, con una extraña niebla que los envolvía y, posterior, una luz incandescente los trajo a la realidad otra vez. Ambos hombres estaban con la piel de gallina, lo que acababan de presenciar era de las peores situaciones que habían visto, Wen ShanShui conocía montones de historias desgarradoras contadas por los fantasmas, sin embargo, este nivel de crueldad no era normal.

Ya nada del recuerdo era visible, ahora volvían a encontrarse en la cabaña, junto a un montón de cadáveres putrefactos y una niña fantasma que lloraba.

You YuMo cubrió su rostro con ambas manos.

—¿Qué fue eso...?

Fin capítulo 05.

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¡Buenaaas! Capítulo superlargo sisí xD, pero bueno, no quise dividirlo esta vez, estoy dejano un poco esa costumbre pero quizás lo haga otra vez jeje【°∀°】

¡Tenemos raza nueva! Los Fantasmas agregados a la lista jsjsjs. Cuando era pequeña hice una historia de demonios, fantasmas y ángeles, habían vampiros incluso 〜( ̄▽ ̄〜) (los vampiros y los demonios eran mis favoritos jsjsj)

¡Hasta el capítulo que viene, gracias por leer! (^ω^)💓💓

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