Capítulo extra 07.5 - Déjame dormir aquí.
A fines del tercer día de entrenamiento, Wen ShanShui había concluido las lecciones más tarde de lo habitual. Fue un día agotador, pues todos eran más perezosos de lo que parecían en el primer y segundo día. Además, Chang Gao y Wu ShuangJue habían desatado una pelea, por lo que el maestro tuvo que recurrir a castigos de copiar libros y de realizar movimientos muy complejos.
—Eso es todo por hoy —dijo el maestro, enfundando la espada y observando al grupo de discípulos—. Coman y descansen como se debe. No lleguen tarde mañana, iniciáremos desde temprano.
Los discípulos suspiraron, agotados. El entrenamiento había durado varias horas, estuvieron entrenando desde la mañana casi sin pausas, aparte de estar horas meditando para refinar el núcleo espiritual. Elevar la energía requería entrenar horas mediante la meditación, solo que en ocasiones era difícil concentrarse, más aún para los grupos rivales como los Wu y los Chang. Si en verdad querían mejorar, iban a tener que practicar fuera del horario de clases.
—Las técnicas secretas de la academia son agotadoras —analizó You YuMo.
Por otro lado, Chang Gao se acercó a Bai GuangXuan, que se veía muy exhausto también.
—De pequeños... ¿Recuerdas lo que el viejo dijo aquella noche cuando nos peleamos?
—¿Cuál de todas las veces? —Lo miró extrañado—. De pequeños nos peleábamos en todo momento.
Bai GuangXuan, al contrario de Ti WuChang y Ti ChenYing, había nacido en la casa de los Chang. Era el hijo de los dos sirvientes más apreciados de la casa. Por lo tanto, se le había concedido el beneficio de ser el sirviente principal de Chang Gao desde pequeños, de hecho, el título se le fue dado cuando apenas tenía un par de meses.
Ambos crecieron juntos, compartiendo tanto alegrías, angustias, como peleas infantiles. Muchas veces terminaban por llegar a los golpes y juraban que no se volverían a hablar, sin embargo, todo siempre mejoraba y aquellos volvían a juntarse para hacer travesuras. Aunque Bai GuangXuan era más responsable que su joven amo, nunca negaría que las tonterías que le proponía Chang Gao eran divertidas. Era solo que acompañarlo en cualquiera de esas travesuras lo hacía sentir un poco culpable. Él sabía que mucho de lo que hacían no era correcto, como, por ejemplo, escapar de casa e ir a la capital, comprar comida por ahí, escabullirse por las noches a matar bestias, asustar a los viejos sirvientes o treparse en árboles de casas ajenas y probar sus frutos. La relación se sentía más como la de hermanos que la de sirviente y amo.
Cuando el padre de Chang Gao llevó a la casa a Ti WuChang y Ti ChenYing, Bai GuangXuan no estaba muy a gusto. Como Chang Gao se había emocionado por sus nuevas "adquisiciones", él se sentía como el trapo viejo y usado de la casa. No obstante, en un corto período de tiempo, Bai GuangXuan se acostumbró a la presencia de los dos nuevos sirvientes y terminó aceptándolos como dos hermanos más. Poco a poco, se acercó a ellos para invitarlos a sus aventuras y acabaron formando una amistad muy fuerte.
Chang Gao mostró el filo de su espada antes de musitar:
—No, me refiero al entrenamiento de espadas. Poco después de que consiguiéramos formar nuestro núcleo espiritual. Esta posición es como aquella vez, pero más cómoda y precisa. Podemos utilizarla combinando los pies.
Bai GuangXuan recordó.
—Oh... Sí, él nos había mostrado algo como eso. Lo practicaré.
—Genial. —Le guiñó.
Mientras hablaban, los otros tres ya se habían acercado.
—¿Vamos a comer algo juntos? —dijo Ti WuChang, guardando su espada en la funda.
—Sí, me muero de hambre y quiero tomar un baño caliente —agregó Ti ChenYing.
You YuMo, quien todavía pensaba en los movimientos que Wen ShanShui les había transmitido, también enfundó su espada. A diferencia del resto, él no se veía tan exhausto, su resistencia era el doble o triple que el de los demás. Quizás porque ya estaba acostumbrado a entrenar todo el día.
—Me he quedado con ganas de practicar más, se pasa volando el tiempo de práctica. Tal vez me escape para ver la capital, tengo ganas de conocerla. ¿Quieren venir?
—Déjalo para mañana, yo estoy muerto. —Negó Ti WuChang, sacudiendo sus manos de un lado a otro.
—Es bueno descansar, creo que tampoco me atreveré a ir... No lo sé, me da miedo... —se negó Ti ChenYing, quien apenas se escuchaba.
—¿Eh...? Qué aburridos. Aún tengo demasiada energía, no sé qué haré entonces.
Por suerte, Chang Gao no había escuchado nada por estar concentrado con Bai GuangXuan. Él de seguro se habría ofrecido para hacerle compañía a You YuMo y romper algunas reglas inofensivas. Por suerte, el joven de ojos verdes no quiso insistir. La tarde ya se había tornado noche, era verdad que no era un buen momento para pasearse por ahí.
Al final, todos resolvieron dirigirse al comedor, darse una buena panzada con las delicias del lugar, para al final terminar rumbo al pabellón de las habitaciones.
Después de un breve saludo cansado, se despidieron e ingresaron en sus habitaciones. You YuMo tuvo que continuar hasta el fondo del largo pasillo, puesto que su habitación estaba más alejada por ser el último en ingresar en la academia.
Mientras que todos se disponían a bañarse y dormir, You YuMo encendió cinco faroles y se sentó sobre un almohadón para comenzar a leer varios papeles que estaban sobre la mesa ratona.
—Mi caligrafía es bastante mala. —Observó con una risa que disimulaba el desagrado—. Debo mejorar esto.
Nunca se había preocupado por su forma de escribir hasta ese momento, por lo tanto, aquella era la justa oportunidad para cambiar ciertas cosas y mejorar, aunque que le daba mucha pereza. Agradecía que, aunque por obra de un milagro, Wen ShanShui le entendiera, ¿era una habilidad especial de los maestros o algo así? No tenía idea. La meditación era otra cosa en la que debía concentrarse mucho. Quería perfeccionarse, elevar su energía espiritual y refinar su núcleo hasta que fuera muy poderoso. De ese modo, conseguiría tener un mayor control sobre su entorno y mejoraría exponencialmente sus habilidades. «Mis meridianos... debo centrarme en muchas cosas», reflexionó.
Los hechizos y la indiscutible meditación espiritual era algo que se practicaba en todas las disciplinas. Antes, incluso se había preguntado para qué había una disciplina especializada en hechizos. La respuesta a eso era fácil. La disciplina de hechizos se centraba en desarrollar habilidades mágicas de ataque y curación sin la necesidad de portar armas para defenderse; aunque podían llevar armas y hasta era recomendable, sus armas principales serían otras. Además, como tenían clases rigurosas de curación, eran conocidos como "los requeridos y necesarios para una guerra o batalla".
Dejando ese tema atrás, You YuMo reflexionó en sus prioridades. Después de lo primero, que era su núcleo espiritual y artes marciales, le parecía más relevante empezar a trabajar en sus escritos, lo que sería necesario para presentar informes de manera correcta, o al menos hacerlos con una letra que fuese legible. El papel que You YuMo tenía en sus manos estaba repleto de líneas y círculos rojos con correcciones muy tontas.
—Creo que no sirvo para eso de las letras. —Se dejó caer en el suelo—. No tengo nada de sueño, es demasiado temprano. Y en cualquier caso, no lograré dormir solo... de nuevo —añadió en voz baja.
En esos últimos tres días no había conseguido dormir en lo más mínimo, eso no podía seguir así. Temía no rendir de manera adecuada en el entrenamiento de mañana, o quedarse dormido, ¡eso sería una vergüenza!
Aunque no era estrictamente así, por lo general, Wen ShanShui les daba clases de historia y caligrafía por la mañana, luego entrenaban con sus espadas y también artes marciales sin ellas, cosa que ocupaba casi todo el día. Por último, era el turno de la meditación. A pesar de que Wen ShanShui no lo indicara en clase, todos sabían que debían hacerse un tiempo para meditar y aumentar su cultivo de manera individual.
You YuMo estaba acostumbrado a correr, entrenar y meditar desde hacía ya largo tiempo, lo que le costaba era adaptarse al ritmo más tranquilo de los demás. Decidió apagar los pequeños faroles, quitarse la ropa de entrenamiento y colocarse otras más casuales. Pasó varios minutos con los ojos abiertos, girando de un lado hacia otro, rodando sobre sí; intentaba, con sus mejores esfuerzos, que el sueño llegara a él.
—Qué espantoso es esto, tampoco me he bañado... ¿Eso no me despertará todavía más? No sé qué hacer, maldita sea. —Su cuerpo y mente no querían traer el sueño en absoluto—. Ah... Demonios.
Mientras se quejaba consigo mismo, se tapó la cabeza con su almohada.
—¿Es una maldición? No puedo dormir solo, y en serio quiero hacerlo —dijo en susurros.
Pasaron otros minutos, pero, esta vez, decidido y con un movimiento fugaz, se arrodilló en la cama.
—Lo siento, no puedo. Moriré si me quedo aquí.
Inventando varias excusas en el camino, y atento a cada sonido o movimiento que escuchaba, se escabulló fuera del pabellón de habitaciones.
Comenzó a subir la montaña con la ropa de entrenar en brazos, mientras que sobre él portaba las ropas de dormir. Se dio unas cuantas vueltas entre los árboles de la zona hasta que escuchó a un grupo de soldados caminando por el bosque, cosa que lo hizo temblar. Sin esperar más nada, corrió como el viento para arribar a una casa que reconoció a lo lejos. De inmediato, sin hacer ruido, entró por la puerta y la cerró.
Dentro, Wen ShanShui estaba sentado en su escritorio, frente a varios papeles y notas. Apenas había luz en la casa, tan solo un pequeño farol que tenía sobre la mesa para poder leer.
You YuMo cruzó en puntillas por la puerta de la habitación y, a toda velocidad, subió por las escaleras. No había hecho ni un solo sonido, se sentía orgulloso de eso. No obstante, Wen ShanShui se dio cuenta de que alguien se había escabullido en puntillas a su casa; las habilidades de You YuMo no eran suficientes, al menos no en su presencia. Resignado, suspiró.
—¿Piensas que no te escuché? —Sonrió en silencio, terminó con su trabajo y agarró el farol.
«Si no voy, nunca va a dormirse». El maestro subió las escaleras lánguidamente. La llama de la linterna parpadeaba, el sonido de las hojas y ramas, obligadas a rozar entre sí por el viento del exterior, y el silencio del interior de la casa, daban una sensación de paz, un sentimiento tranquilizador. Cuando terminó de subir las escaleras e ingresó a su habitación, no se sorprendió en lo más mínimo. Tal y como había supuesto, You YuMo, el usurpador de camas y duraznos, se había escabullido hasta allí. Él ya se había escondido bajo las blancas sábanas de su cama.
—Te escuché entrar. Si quieres dormir aquí, solo debes decírmelo. No necesitas escabullirte o esconderte, no es como si al final no vaya a descubrirte.
You YuMo se destapó de un movimiento y soltó el aire que había estado aguantando. Era como ver a alguien salir de debajo del agua.
—Es que estabas muy concentrado y no quise molestarte. Soy muy considerado, no podía interrumpir al aplicado maestro Wen TianZe.
Wen ShanShui rodó sus ojos ante esta respuesta, sin embargo, las comisuras de sus labios estaban elevadas de manera leve.
—Está bien, ¿qué necesitas? Aparte de mi cama.
—No es que necesite tu cama, ya sabes que no puedo dormir solo. No puedo ir a ningún otro lugar, así que me voy a quedar. —Sonrió, decidido.
—Está bien. No hay problema con que te quedes, siempre y cuando no hagas tonterías.
«Aun si te echara, no serviría de nada», pensó, mirando hacia un costado.
—¿Yo? ¿Cuándo he hecho una tontería?
—No está de más recordártelo.
—No haré nada, lo prometo. —Volvió a sonreír.
—Ve a bañarte primero, luego regresa y descansa —aconsejó el maestro, dando suaves palmaditas en la rubia cabellera.
—De acuerdo, pediré tu baño prestado. —You YuMo se levantó de la cama con un salto y fue a la cocina de Wen ShanShui con una lámpara de papel que había en el cuarto. Calentó agua a grados inimaginables para un simple baño y volvió a subir con dos baldes de madera llenos.
El maestro sintió que algo raro sucedía y caminó a ver lo que su discípulo hacía. Cuando vio el vapor que salía del agua que You YuMo estaba colocando en el baño de madera, todo su cuerpo se erizó. Eso no era normal.
—¿Qué haces? ¡Eso está demasiado caliente!
—Está bien, me gusta así. No me gusta el agua fría —contestó, terminando de llenar la bañera.
Wen ShanShui no estaba para nada de acuerdo en dejarlo entrar. Era una locura, literalmente se podrían cocinar fideos en esa bañera.
—Echa un poco de agua fría... No puedes meterte ahí, ¿escuchaste?
—Sí, sí, tú tranquilo —contestó, moviendo sus manos de arriba a abajo—. Ve a dormir, yo ya termino. ¿Me dejarás la cama?
—No te preocupes por la cama. Solo no tardes mucho, ya es tarde.
—No lo haré. Ve y descansa.
Aun con el rostro indeciso, Wen ShanShui se retiró del baño, cerrando la puerta con delicadeza.
—Pon algo de agua fría —aconsejó una vez más, preocupado de que no le hiciera caso.
—No te preocupes, ve a dormir.
Pese a que la respuesta fue afirmativa, no se sentía para nada seguro. Caminó a paso lento por el oscuro pasillo. «Y sécate el cabello, podrías resfriar», pensó, preocupado.
Fin capítulo 07.5.
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¡Hola! ¿Qué tal han pasado? Espero que genial :3
Aquí el extra del capítulo 07 y tengo que confesar que de pequeña me costaba mucho dormir sola, siempre estuve rodeada de mis hermanas o mi madre, y cuando viajaba o algo así, se me hacía terriblemente dificil dormir, así que entiendo mucho a You YuMo TuT
Espero que les haya gustado el extra, ahora si ¡se acercan los problemas grandes! Ojo ahí 👀 ¡¡Nos vemos y gracias por leer!! (≧◡≦) 💖💖
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