Capítulo 36 - Abrazo.
Los soldados aliados comenzaban a ponerse de pie, mientras, los pocos sobrevivientes del reino Huo estaban de rodillas. No se movían de sus lugares ni parecían pestañear por el impacto de lo acontecido, como si solo les quedara esperar para ser capturados. Otros clavaban sus espadas en sus corazones para terminar con sus vidas, no parecían querer aceptar la derrota bajo ninguna circunstancia.
Chang Gao y sus sirvientes se reunieron para verificar sus estados, estaban pálidos y no entendían del todo lo que había sucedido, ¿cómo era que de repente un montón de bestias los habían apoyado hasta la muerte? Por otra zona, Yi Hen estaba siendo tratado por sus heridas nuevas y viejas, por lo que se podía ver a Feng Baoshi rasgar su propia ropa para detener el sangrado mientras que llegaban las medicinas.
No todos estaban tan tranquilos, Wen ShanShui aún parecía paralizado, todos se juntaron alrededor de él, riendo de felicidad por haber sobrevivido a toda esa calamidad juntos. Claro, Ti ChenYing lloraba sin consuelo en los brazos de su herido hermano.
Casi enseguida se juntaron varios soldados alrededor, se felicitaron por su valentía y fuerza, todos se animaban a continuar y alababan al buen futuro que les esperaba; no obstante, Wen ShanShui solo sentía un sentimiento de tristeza en su pecho, no podía estar allí más.
Salió corriendo en busca de You YuMo. No quería que sus presentimientos fueran ciertos, solo rezaba por equivocarse.
—¿Maestro Wen TianZe? —preguntó Chang Gao al verlo correr lejos.
—¡Vamos tras él, no se ve bien! —exclamó Bai GuangXuan.
Sin importarle nada a su alrededor ni los gritos que lo llamaban, Wen ShanShui corrió asustado en medio de vítores, de risas y murmullos felices.
Observó cómo las bestias "aliadas" se retiraban a gran velocidad, como si creyeran que serían atacadas. Parecían sentirse muy amenazadas. Mientras, las pocas bestias de Tian Huo que quedaban ahora ya no atacaban, corrían desesperadas mientras se desvanecían en el aire, como si pensaran que correr las salvaría de algo.
Al mismo tiempo, You YuMo estaba en su propia búsqueda, sentía un verdadero temor en su interior. Percibía que cada parte de su ser se congelaría. Buscó con desesperación a Wen ShanShui hasta que por fin lo vio en la distancia. Lo vio corriendo, como si buscara algo, como si su tiempo fuera limitado. Se acercó de manera urgente para llegar a los brazos de esa persona, con temor de ser rechazado, con temor a no ser reconocido.
Wen ShanShui lo vio y se adelantó varios pasos, esperó un momento en el lugar, para después estirar sus brazos y recibir al lobo dorado que corría en su dirección. Con esa evidente respuesta por parte de Wen ShanShui, You YuMo aumentó la velocidad y se abalanzó de lleno sobre él.
El hombre de ojos grises abrazó con fuerza el pelaje del lobo que poco a poco se desvanecía, cayendo al mismo tiempo al suelo, de rodillas.
—Sabía que volverías —dijo entre lágrimas.
El lobo solo pudo gruñir con suavidad, era su única respuesta ahora mismo.
—No te irás de nuevo, ¿verdad? Dijiste que me escucharías y que...
You YuMo cada vez era más y más como un montón de partículas brillantes, parecía que, al estar ahora junto a él, no le importara desaparecer. Lo había visto de nuevo, ya estaba en paz. You YuMo asintió y se presionó en el pecho del hombre con fuerza. Fue así que, de un momento a otro, el lobo se terminó de desintegrar sobre el maestro.
Wen ShanShui tembló, pero agradeció a los dioses que aún tenía algo en sus brazos. Ahora ya no tenía a un lobo, sino que a un joven rubio, con marcas en la cara, de ojos verdes y que sonreía lleno de lágrimas hacia él.
—No me he ido, ¿ves? —dijo con dificultad y sollozando.
Por supuesto, ni siquiera You YuMo sabía si se desintegraría o no, solo que, ahora que seguía allí, frente a esa persona, no podía decir algo diferente. Simplemente, intentó comprender poco a poco lo que había pasado en su interior.
Wen ShanShui le dibujó una sonrisa cálida, sabía a la perfección lo que You YuMo estaba pensando, sin embargo, ese no era el momento para darle importancia. Ambos estaban de rodillas en el suelo, envueltos en un fuerte abrazo.
Luego de un suspiro, como si se hubiera estado preparando todo ese tiempo para decir algo, Wen ShanShui lo alejó por un segundo. Con una mano lo tomó con suavidad por detrás de su cabeza, y con la otra acercó el mentón hacia él. Sin esperar más, besó sus labios, era solo un suave y delicado beso, pero este no se terminó hasta que pasaron unos cuantos segundos.
You YuMo tenía su rostro rojo por el rubor, sin embargo, volvió a abrazar a su pareja con fuerza, sin importarle nada más. Frotó su cabeza en el pecho del hombre como si quisiera pegarse a él y soltó una tierna risa. Al mismo tiempo, Wen ShanShui solo pudo sonreír en lágrimas mientras peinaba el rubio cabello, pues, por dentro, aún no se sentía tan tranquilo. Tomó de nuevo a You YuMo con ambas manos y lo abrazó con fuerza, como si tuviera que verificar que él en realidad estaba ahí, como si no pudiera creer que estuviera completo.
—Por favor, aunque estés triste, o enojado, no vuelvas a irte jamás de esa manera. Avísame antes de partir, de lo contrario no sé qué podría ser de mí. Te amo demasiado, moriré si estoy tanto tiempo sin verte, sin saber nada de ti.
—Entonces, Wen ShanShui, tú debes prometer lo mismo —sollozó, apretando las arrugas de las ropas negras del hombre—. También te amo, lamento ser un tonto siempre. Lamento no haberme dado cuenta, siento mucho todo lo que pasó, nunca te alejes de mi lado, por favor. No me eches de tu lado, no me eches de la academia, déjame quedarme contigo aunque me gradúe. Déjame acompañarte. Lo que sea que pase, lo que sea que nos digan, no me importa. En realidad no me importa.
El viento sopló con suavidad, se comenzaban a escuchar las aves cantar, el mundo parecía volver a la normalidad otra vez. Nunca habían apreciado tanto la vida, nunca habían sentido que darían todo solo por una persona. Ahora, todas las dudas y dolores pasados podían ser lanzadas lejos, mientras se tuvieran el uno para el otro, todo funcionaría. Las cosas que debieron ser dichas fueron dichas, cada uno entendía los sentimientos del otro más que nunca. Ambos podían sentir el palpitar de sus corazones, en verdad era como si el tiempo se hubiera detenido, no había nada que importara más que estar juntos en ese momento.
Wen ShanShui preparó su garganta y ahuecó las mejillas de You YuMo con ambas manos.
—Ya te lo había dicho, estaré aquí siempre que me necesites. No te dejaré, puedes estar seguro de ello —Su voz salió algo entrecortada, aunque seguía siendo clara. Suspiró con dificultad —. You YuMo, ¿puedes aceptar vivir conmigo el resto de nuestras vidas? —Lo miró a los ojos.
You YuMo no esperaba que preguntara tal cual le había dicho antes, había pensado que eso era solo una manera de decir que quería estar junto a él, y ahora que decía esto, que en serio hubiera dicho esto, sus ojos no pudieron evitar abrirse con sorpresa.
Una leve sonrisa apareció en su rostro, ni siquiera hacía falta preguntar algo como eso, ¿incluso no se habían besado ya? No hacía falta decir nada más, sin embargo, al mismo tiempo, recordó sus propias palabras, devolvió la mirada y sonrió.
—Acepto estar contigo el resto de nuestras vidas. —Hizo una pausa y besó una de las mejillas del hombre, luego unió sus frentes—. Cuando nuestras vidas acaben y reencarnemos en un futuro lejano... prometo ir a buscarte a donde sea, no te dejaré en paz. Incluso si eres un fantasma, te seguiré buscando.
Wen ShanShui sonrió.
—Ya estás diciendo cosas raras. —Ambos se volvieron a dar un fuerte abrazo.
Ninguno de los dos le había prestado atención al entorno, si bien no estaban tan cerca de todos los soldados. Chang Gao y Bai GuangXuan habían perseguido a Wen ShanShui por un rato, cuando por fin lo habían alcanzado, solo vieron ese último abrazo que había iniciado. Intentaron no mirar, pero era bastante difícil, pues la escena se estaba dando justo en frente de ellos. Bai GuangXuan estaba rojo, aunque podía comprender cómo se sentían; de todos modos no pudo evitar sentir una profunda vergüenza por ellos.
Chang Gao se dio la vuelta y observó como una pequeña cantidad de soldados se acercaba para felicitar.
—Se van a querer morir luego de ver a toda esta gente por detrás.
—¡Haz algo, haz que se vayan! —suplicó Bai GuangXuan—. ¡Si no lo haces, voy a morirme!
Sin embargo, los pies de Ti WuChang y Ti ChenYing fueron más veloces que la reacción de Chang Gao hacia esas palabras.
Ti WuChang, al ver la escena del abrazo, no pudo evitar enternecerse, por otro lado, y por alguna razón desconocida, cubrió los ojos de Ti ChenYing, quien en realidad seguía llorando, pegándose a él, sin importarle mucho si dos o tres hombres se besaban o abrazaban. No era asunto suyo y no le interesaba.
Por otra parte, Yi Hen también se había alterado al ver a todos los discípulos correr en una sola dirección. Pensaba que algo malo había sucedido y su corazón latía preocupado. Al ver a ambos juntos, solo pudo sonreír con sinceridad.
—Por fin pueden verse, hermano tonto, ¿ves? Te dije que sentía lo mismo. —Sin más, volvió a revelar una sonrisa y evitó que los soldados se acercaran, fue justo allí que Feng Baoshi lo alcanzó.
—¡Tú! ¡Yi Hen! ¡Volviste a irte sin decirme nada! ¿Sabes cuánto me preocupé?
—Lo siento, de verdad lo siento —se excusó—. Muchos de repente salieron corriendo, pensé... Nada. Es mejor no decir esas cosas en voz alta.
Feng Baoshi lo observó comprensivo y exhalo aire.
—Está bien, entiendo. Ven, te ayudaré a regresar, aún no termino con esa herida.
Ambos se dieron la vuelta y caminaron en dirección a la carpa. Yi Hen se había apoyado sobre el hombro de Feng Baoshi, quien no dijo una sola palabra durante un largo rato. Barrió su mirada hacia él en varias ocasiones; Yi Hen se veía muy feliz, solo que él no podía decir que se sintiera del todo así, no al menos sobre cierto tema.
—¿Feng Baoshi? ¿Qué sucede? —Se dio cuenta el maestro.
—Um... Yi Hen, yo necesito... sabes, creo que hay algo que no hemos hablado. Pero no importa, más tarde, otro día. Cuando sea, quiero hablar de eso —murmuró—. No es nada, Yi Hen, lo siento. Estoy algo raro, solo vayamos juntos, sanaré tus heridas.
—Feng Baoshi, yo debo explicar algunas cosas también. Entonces, luego de curar esto, espero que estés dispuesto a escucharme.
Los labios de Feng Baoshi se apretaron, estaba muy nervioso de lo que pudiera pasar, sin embargo, mantuvo la calma e intentó que sus manos no temblaran.
—Gracias por todo lo que hiciste, Feng Baoshi, ¿qué haría yo sin mi príncipe, médico personal? —Sonrió con burla, acariciando el cabello del muchacho castaño. Quizás intentando calmarlo, o quizás solo para bajar la tensión entre ambos.
Feng Baoshi no dijo nada, solo bajó la cabeza conteniendo sus palabras y emociones, parecía no saber cómo sentirse ahora mismo.
Al mismo tiempo que todo esto ocurría, mientras las cosas se volvían más y más tranquilas con el paso del tiempo, Tian LiuYun, Tian Guang y Tian Feng comenzaban a acercarse a la montonera de soldados. Solo que ahora no serían vistos como tres simples reyes, ahora serían vistos como los grandes salvadores de los cuatro reinos. Luego de matar a Tian Huo, ya había soldados tratándolos como dioses, o incluso mejor que eso.
Tian Feng, con su elegante postura sobre su caballo, llevaba el cuerpo de Tian Huo. Los tres hermanos habían decidido darle una sepultura adecuada. No lo enterrarían en cualquier lugar, y tampoco lo dejarían para que las bestias o animales salvajes lo devoraran, ¿qué harían si se volviera un fantasma resentido y feroz? No querían volver a enfrentarse a él nunca más. Por lo que tratarían a su cuerpo como era debido, por más odio que le tuvieran, lo harían adecuadamente.
Varios soldados no estaban de acuerdo, uno de ellos preguntó en voz baja:
—¿Qué tal si reencarna y vuelve a crear otra desgracia? —dijo uno caminando cerca de los reyes.
Otro soldado se acercó al anterior.
—No reencarnará, no lo hará, quien sea el dios o el rey del inframundo, no puede permitirlo. Si lo hace, será en millones de años. Ha cometido muchos crímenes horribles, ni siquiera pienses en volver a verlo.
Esto era bastante cierto, no era muy sabido, pero cuando un alma era enviada al inframundo, no era algo sencillo ir a la fila de reencarnación. Muchos criminales y asesinos no ingresarían ni siquiera a la lista de posibles candidatos, pudriéndose bajo tierra por el resto de su existencia, hasta que el alma se desintegrara en la miseria por sí sola, algo peor que la muerte misma.
No solo estaba el hecho de que querían evitar problemas, sino que Tian Huo, a pesar de todo, seguía siendo su hermano. Si Tian Yun III los viera dejarlo pudrirse en la tierra, ¿estaría feliz?
Tian Guang se adelantó y reunió a sus soldados, varios lloraron de felicidad al ver a su rey con salud. Tian Guang era muy querido en su reino, que aunque fuera pequeño en territorio, todos sus soldados habían creado una comunidad muy unida.
—¿Qué vamos a hacer con el reino Tian y con el reino Huo? —consultó Tian LiuYun, alcanzando a Tian Guang, una vez más.
Tian Feng que lo seguía desde atrás, observó a sus alrededores mientras que buscaba opciones en su cabeza.
—Primero debemos quemar todos los cuerpos, imagino que muchos pueblos de Tian han de ser solo cenizas ahora. Espero que no sean muchos.
—Primero... —Tian Guang los observó y se acercó, dejando atrás a sus soldados—. Pensemos en esta zona. Hay muchos muertos, hay que quemarlos, son más de tres mil cuerpos, no hay lugar para enterrar a tantos.
—De acuerdo, pueden utilizar hechizos para eso —enfatizó Tian LiuYun.
—Has cambiado, hermano —sonrió Tian Feng—. ¿Aceptaste a la gente de la gente de Tian tan fácil?
—Cállate, ellos han venido a mí. Sin embargo... De no ser por ese hombre de cabello plateado, ese tal Yi Hen, nunca hubiéramos sabido la verdad sobre el plan de Tian Huo; ni de la muerte de nuestro padre... ni de los planes de Tian LanMei.
—Sentías que les debías algo, ¿no es así? —Tian Feng se suavizó con su hermano.
—¡No les debo nada! Les ofrecí una recompensa por ayudar, claro que no aceptaría su ayuda si ellos no tomaban algo a cambio.
Tian Guang explotó de risa luego de escuchar las palabras de su hermano.
—Eres tan especial, siempre lo has sido, Tian LiuYun.
—Tienes un buen corazón, no lo escondas —añadió Tian Feng.
Tian LiuYun los miró ofendido. Sus hermanos y él nunca peleaban, pero sí que tenían estas conversaciones en las que se molestaban entre ellos.
—Son unos niños —dijo al final Tian LiuYun, como si quisiera terminar esa situación lo antes posible.
Los tres continuaron a caballo hasta donde había dos jóvenes sentados, uno encima del otro, envueltos en un fuerte abrazo, tan pegados que era como si fueran inseparables. Parecían hasta olvidar que sus brazos estaban rasguñados, que sus ropas tenían sangre, no parecía importarles nada.
—¿Qué hacen ellos? —preguntó Tian Feng con verdadera intriga—. La gente de Tian es algo rara.
Tian LiuYun curvó las cejas y caminó en esa dirección, por dentro parecía querer demostrarles a sus hermanos que tenía dominio sobre todos los cultivadores de Tian. Ya había visto cómo ellos antes lo obedecían sin rechistar, deseaba que sus hermanos vieran esas caras y esos movimientos rápidos. Victorioso, se acercó a You YuMo y Wen ShanShui, quienes ahora conversaban con pequeñas sonrisas en sus rostros, uno sobre el otro.
—Oigan, vayan a acomodar las cosas para retirarnos de aquí.
Wen ShanShui le dirigió una mirada, sus ojos no eran los preocupados de antes, sino que eran unos que parecían brillar, afilados y llenos de disconformidad. El aura espiritual también se había vuelto pesada.
—No lo soltaré todavía —contestó con soltura.
You YuMo se ruborizó y escondió su rostro en el pecho de Wen ShanShui, ¿cómo podía decir algo así? ¿Acaso ese no era un rey?
—W-Wen ShanShui, quizás mejor si hablamos en otro lado, ¿no crees? Quizás necesiten esta zona para algo... Quizás armar una carpa para los heridos o algo así... —habló en voz baja y en un tomo muy tranquilo.
—Aquí casi no hay personas, no estamos molestando a nadie, ¿por qué razón debo separarme?
—No importa qué. Hay que tratar nuestras heridas o se infectarán —intentó convencer el discípulo.
Wen ShanShui observó con seriedad al rey. No quería obedecer. Era obvio que ese hombre solo había venido para molestarlos, pero You YuMo tenía razón, debían curar las heridas de sus cuerpos o todo se iría a peor. Por lo tanto, accedió a la petición del joven y se puso de pie. Sin embargo, nunca había estado en sus planes ir caminando juntos. Wen ShanShui puso una mano en la espalda de You YuMo y otra bajo sus rodillas para levantarlo. De esa manera, caminaría hacia la carpa con él en brazos.
—Primero irán tus heridas, You YuMo.
Wen ShanShui avanzó más tranquilo que un arroyo por entre los soldados, no obstante, fue solo luego de entregar una leve reverencia hacia el rey que se retiró.
Los que se interponían en el camino se abrían paso sin pensar, parecía que Wen ShanShui llevaba una barrera de fuego que quemaría a quien se acercara. Las miradas ajenas ni siquiera se animaron a observar demasiado por temor a ser reprendidos. Wen ShanShui notó el nerviosismo de You YuMo, lo estaba abrazando por el cuello, escondiendo su rostro rojo y lloroso, ¿cómo podía ser tan tierno? No quería que nadie más lo viera en ese estado, por lo que dejó que se ocultara en su pecho, o más bien, deseaba que siguiera así.
Ambos entraron en la carpa, había varios heridos siendo curados, algunos más graves que otros, aunque, en general, el ambiente era tranquilo. Yi Hen estaba siendo tratado por Feng Baoshi, de vez en cuando se ponía de pie para ayudar a otros, incluso cuando ni él mismo estaba del todo recuperado, siguió moviéndose como si nada sucediera.
Había algunos voluntarios que no sabían tratar heridas y hacían que el dolor de sus compañeros fuera incluso peor, era por eso que Yi Hen no podía ver esto y dejarlo pasar, esa era la única razón por la que se levantaba a ayudar.
Wen ShanShui apoyó a You YuMo en un almohadón y se sentó frente a él, algo alejados del resto, por detrás de una cortina que los dividía.
—¿Dónde te lastimaste? —preguntó con ternura, sus ojos eran tan amables que You YuMo no sabía qué hacer.
Se acurrucó más en el pecho ajeno, negándose a soltar el cuello de Wen ShanShui. Lo tenía sujetado con fuerza, como si tuviera miedo de que desapareciera, como si allí estuviera escondido y a salvo.
—No me sueltes, solo no me sueltes por un momento.
Wen ShanShui suspiró y devolvió el abrazo una vez más.
—¿Qué sucede? No me iré a ninguna parte, me quedaré contigo —contestó, y aunque dijo eso, You YuMo solo asintió, aún aferrado—. Escucha, necesito saber dónde estás herido. Tienes varios mordiscos en las piernas. ¿Dónde más te han lastimado? ¿Dónde debo curarte?
—Los brazos... —murmuró.
—Bien, levantaré la ropa y pondré medicina. No dolerá tanto, haré lo posible, ¿de acuerdo?
You YuMo asintió con lágrimas contenidas, apenas allí accedió a dejar ir las ropas negras que apretaba.
—Está bien... Solo porque prometes no irte.
Sonriente, luego de levantar las mangas de You YuMo y recorrer con su mano toda la pálida piel, el maestro observó con detenimiento. En efecto, había muchas heridas allí. No se tardó ni un segundo más, tomó un paño y comenzó a limpiar con el agua que había en un recipiente a su lado. Tenía mucha tierra y las heridas ya estaban infestándose.
—¿Y bien? ¿Cómo fue que te convertiste en eso? —preguntó.
—Fui llevado hasta el laboratorio, pasaron muchas cosas allí... incluso vi a He Ping.
Los ojos de Wen ShanShui se abrieron, ¿en realidad había visto el cuerpo? No pudo imaginarse lo difícil que había sido ese momento. Exhaló aire para contener muchas palabras.
—Entonces... Aún estaba su cuerpo.
—Sí, fue como me dijiste. Sabes, él guardó un par de recuerdos en su cuerpo. Hasta que yo no lo viera, ese cascarón quedaría allí, como una estatua.
—¿Un recuerdo? ¿Él era un fantasma?
—No parecía serlo, en realidad nunca se mostró ante mí como tal. Su cuerpo era similar a una cáscara repleta de recuerdos, no sé qué truco habrá hecho para conseguirlo.
—Entonces... ¿Qué viste?
—En ese recuerdo vi a mis padres, en la montaña Jiazhi.
—¿A tus padres? ¿Quiénes eran? —preguntó con real intriga.
—Mi madre era una cultivadora oscura de He Ping. Una persona desterrada de mi aldea, y mi padre era un cultivador desertor. Él tenía alguna enfermedad extraña, no podía ver, parecía tener fiebre y estaba sin fuerzas.
—¿No podía ver? ¿Quizás fue a causa de la epidemia de hace años?
—No lo sé... Quizás era eso, se veía muy mal.
Con el rostro entristecido frente a él, Wen ShanShui ya podía comprender más o menos lo que había sucedido. Acarició las rosadas mejillas del joven con ambas manos y juntó sus frentes.
—¿Quieres contármelo luego? No importa si no quieres hablar de esto ahora —preguntó con ternura.
You YuMo apretó sus manos sin despegarse de Wen ShanShui.
—Él murió por la enfermedad, sin embargo, mi madre se negó a vivir sin él. Usó algún tipo de círculo extraño y atrajo a varias bestias hacia él. No sé qué fue lo que pasó en ese lugar. Todo era muy confuso, y de repente, cuando me di cuenta, mi padre había revivido. Solo que él había tomado la forma de una zajiao. Luego de reconocer a mi madre, su forma volvió a ser humana.
Wen ShanShui abrió los ojos, perplejo ante tal declaración. Separó con suavidad sus frentes y lo observó, ¿algo así en verdad podía pasar? ¿Cuánta energía se debía gastar para realizar un hechizo así? No había dudas de algo, la madre de You YuMo había sido una cultivadora muy capaz.
—Entonces... tú...
You YuMo asintió.
—Al parecer vivieron de esa manera por un tiempo, y de esa pareja surgí yo.
—¿Qué pasó con ellos?
—La bestia de la montaña los mató, era probable que despertara en algún momento y sintió la energía de mis padres cerca. Aunque no eran una amenaza, ella los atravesó con sus garras. Ellos me escondían dentro de unas cuantas rocas gruesas, al parecer, la bestia no notó mi presencia. He Ping fue quien me encontró allí, me recogió en sus brazos y decidió adoptarme como un humano corriente más. Allí fue que el viejo notó que mi madre había dejado un recuerdo en el aire, fue He Ping quien lo recibió de inmediato, para que luego me lo heredara a mí.
—¿He Ping te mostró los recuerdos de tu madre? —analizó el joven de ojos grises.
—No solo los de mi madre, también los suyos propios. Lo primero que te conté fueron los recuerdos de ella, y el segundo recuerdo fue cuando él me encontró.
—Ese hombre era increíble. —Suspiró—. Se necesita un nivel de cultivo extraordinario para lograr transmitir algo así. Incluso en ese estado, él lo consiguió.
—Sí... él era increíble. —Sonrió, algo entristecido—. Cuando desperté del recuerdo, en las cenizas del viejo estaban las piedras que Tian Huo quería conseguir. Las escondí en mi ropa y FengHuang me llevó hasta el círculo.
Los pelos de Wen ShanShui parecían haberse puesto de punta de la nada, ¿cuántas cosas podían pasar en un día? ¿Cómo había sobrevivido? Sin embargo, ocultó su sorpresa y miedo repentino, solo preguntó:
—¿Estuviste con la zajiao de fuego? ¿Cómo es que escapaste de allí?
—Sí... él quería convertirme en una zajiao como él. Los sacrificios iban a ser Wei De y Sheng ZhiGuang, sumados algunas bestias que serían a las que me uniría.
—Entonces, él sí llegó a realizar el hechizo, ¿verdad?
—Lo hizo.
El corazón y la respiración de Wen ShanShui parecieron parar en ese momento. Esto significaba que si You YuMo hubiera sido un humano normal, entonces hubiera tenido el mismo destino que FengHuang, o que las demás zajiao. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, no se pudo contener y tomó las manos de You YuMo.
El joven no entendió del todo por qué Wen ShanShui de repente hizo esto, pero al ver sus ojos grises tan entristecidos, lo comprendió.
—No tenías cómo saber que estaba en una situación así, no debes culparte.
—Yo... lo siento, tuve que correr para buscarte, ¿cómo pude solo seguir peleando? —dijo, llevándose la mano del joven hacia su corazón.
You YuMo rio con calidez.
—Siempre igual, culpándote de cosas que no están a tu alcance. Wen ShanShui, no sabías en dónde estaba, ¿cómo ibas a llegar? Ni siquiera deberías sentirte culpable.
Esto era cierto, por más que Wen ShanShui hubiera tenido las mejores intenciones en el pasado, aunque hubiera adivinado el lugar en el que se encontraba, el camino era demasiado largo y para cuando él se había enterado, ya hacía un día que lo habían llevado. Hubiera sido imposible llegar a tiempo.
You YuMo continuó el relato anterior.
—Por suerte, solo absorbí parte de la energía de los maestros. No me descontrolé, no los comí ni lastimé. Esto pienso que se debió a que yo ya tenía energía de bestia dentro de mí. No podían convertirme en algo que ya era. Entonces, con las bestias presentes, solo se estimuló esa parte. Por otro lado, la energía de los maestros fue lo que hizo que mi transformación sucediera sin contratiempos; como era suficiente, mi lado bestia se despertó y permitió convertirme en una criatura así. Por lo que la magia de Tian Huo solo cambió mi forma, no pudo ingresar o modificar mi interior, lo único que logró fue adormecer mi energía humana.
—Entonces... ¿Por qué no te desvaneciste junto con las zajiao de Tian Huo?
—Sí, lo hice, su magia me obligaba a tener esa forma. Como ves, ya no soy una bestia, esa energía volvió a dormirse en mi interior y regresé a mi forma original. Hasta que Tian Huo no muriera y su magia se rompiera, yo seguiría siendo una bestia completa.
—¿Entonces, las zajiao que matamos en la batalla... hubieran podido volver a ser humanos?
—No... ellos fueron transformados. Mezclaron la magia de Tian Huo con sus cuerpos, lo que les daba vida era Tian Huo, por lo tanto, al morir, ellos también lo harían.
Wen ShanShui recordó lo que sucedió en medio de la batalla:
—¿Cómo pudiste controlar a todas esas bestias?
—¿Recuerdas las dos piedras que saqué de He Ping? Ellas se mantuvieron en mi interior, a decir verdad, no estaba seguro si eso funcionaría, pero debía intentarlo. Además, las bestias pequeñas suelen seguir a las más fuertes, ¿verdad?
—¿Usaste los fragmentos de la piedra para controlar bestias?
—Sí... las bestias comunes no pueden ser controladas así como así con magia humana, por eso, aunque Tian Huo lo intentó, nunca la hizo funcionar con ellas, por eso la necesitaba completa. Estoy seguro de que tenía algún truco que quería probar, así que las buscaba con desesperación. Como no las encontró, Tian Huo solo pudo controlar bestias a las que él dio vida. Se me ocurrió que si un humano puede controlar bestias creadas por humanos, ¿qué pasaría si una bestia utiliza la piedra para controlar a otras?
—Parece que funcionó, en verdad te has lucido.
Sus manos aún estaban juntas, You YuMo las observó y apretó su agarre.
—Gracias... Hay algo más que quiero decir.
—¿Qué más? No te ves conforme. —De inmediato se dio cuenta, el escape—. ¿Y FengHuang? ¿Qué hizo él?
—Cuando FengHuang terminó de convertirme... Wu ShuangJue apareció.
—¡¿Wu ShuangJue?! —exclamó en voz baja.
—Sí, corté la garganta de FengHuang para que no nos atacara. Su piel estaba fría, aun así, el fuego salía desde su interior como si fuera sangre. Fue una sensación espantosa. —Suspiró y añadió—. Wu ShuangJue me ayudó a escapar, luchamos juntos contra varios soldados, luego lo dejé solo con los maestros. Su energía estaba más abajo que los suelos y se veía muy mal. No quise traerlo y exponerlo al peligro. Espero que haya logrado ponerse a salvo.
Transcurrieron un par de segundos para que Wen ShanShui volviera a hablar, era demasiada información:
—Iremos por él cuanto antes, necesitarán ayuda. Por ahora vamos a curarte primero.
—Sí, está bien. —Asintió con la cabeza.
Luego de un rato de lavar las heridas de You YuMo y de vendar varias zonas, Yi Hen se acercó a la pareja. Tenía su usual sonrisa y sus ojos iban algo entrecerrados.
—You YuMo, me alegro mucho de que hayas vuelto.
El joven lo miró y recordó lo que Yi Hen había hecho por él la última vez que se habían visto en la batalla. Su postura se enderezó e hizo una leve inclinación.
—Gracias por defenderme antes, vi lo que hiciste por mí en aquel momento.
—Eres parte de la familia, ¿qué esperabas? —dijo elevando las curvaturas de sus labios.
Wen ShanShui estaba confundido, observó a You YuMo primero, luego a su hermano.
—¿Qué cosa pasó? Nadie me dijo nada.
El hermano mayor se colocó el dedo índice en su boca.
—Cosas entre nosotros. ¿Verdad, You YuMo?
—¿Qué cosa es así? ¿En verdad eso es un secreto? —You YuMo giró su cabeza con confusión en su expresión—. No es nada malo.
Ante esa respuesta sincera y confundida, Yi Hen rio con ganas.
—Solo estoy bromeando con ustedes, de todas formas, me alegro de que por fin estén ambos bien. Sobre todo, que estén juntos. De verdad, estoy muy feliz por eso.
You YuMo se ruborizó y asintió, era como si Yi Hen hubiera sido testigo de todo, desde el principio hasta el final, o quizás, entendía que lo sabía desde hace mucho.
—You YuMo, si no cuidas a mi hermano —añadió—, no te lo perdonaré nunca. No podrás escapar de mí —habló guiñando un ojo.
—No debes preocuparte por algo como eso —contestó el muchacho rubio con un rostro serio que jamás le había mostrado antes—. Nunca dejaría de cuidarlo.
—Sí, esa es la respuesta que esperaba. Bien, los dejo solos otra vez, seguro quieren hablar de muchas cosas. —Volvió a alejarse, despidiéndose con su mano—. Nos vemos luego —canturreó al final.
You YuMo asintió y también se despidió con una mano. Ese hombre siempre le había mirado de manera extraña, a veces sentía que lo observaba diferente a los demás. Ahora podía comprender que Yi Hen buscaba proteger a Wen ShanShui siempre desde las sombras, por eso miraba tanto a You YuMo. En el pasado, sus ojos buscaban algo que pudiera ser malo o dañino para su hermano, nada más.
You YuMo volvió a mirar a Wen ShanShui.
—Tú estás muy malherido también, déjame ayudarte.
Wen ShanShui se negó de inmediato, aunque claramente se dejaría tratar las heridas, siempre y cuando fuera él el que lo hiciera.
—Estoy bien, solo son cortes, no es nada. Más importante, ¿qué es eso de "entre ustedes"? Yi Hen nunca me dirá nada —preguntó un poco desganado.
—Yi Hen peleó por mí cuando me capturaron. Fue de verdad increíble, no pude hacer mucho para ayudar porque me durmieron enseguida. Seguro él hizo todo lo posible para que estuviera bien. Ahora que lo pienso, cuando era llevado hacia el palacio, había solo un hombre de los que me habían ido a secuestrar. Seguro fue Yi Hen quien terminó con el segundo que faltaba.
Wen ShanShui mostró una expresión cálida, eso era algo que su hermano haría, y que con claridad no le diría.
—Así que fue algo así después de todo. Él no dijo nada y tampoco lo dirá, debo agradecerle la próxima vez.
—Sí, me parece lo correcto.
Fin capítulo 36.
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¡Holaaa!
Al fin se expresó lo que se debía expresar (de manera correcta xD)
¡Espero que les haya gustado como se desarrolló su relación hasta ahora! PD: Aún queda todo Espadas del Fuego 😏 pero no digo más...
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