Capítulo 06 - Academia.


Como si le hubieran retorcido la espalda, Wen ShanShui sintió un espantoso dolor en el cuerpo. Había dormido en el suelo toda la noche. Solo que ahora, el mismo muchacho que se topó con él el día anterior, se había caído, o tal vez se dejó caer, justo encima de él. Ese joven aún apretaba con fuerza la almohada, incluso si el golpe había sido terrible, no se despertó, y Wen ShanShui no conseguía despertarlo por más que le hablara.

—You YuMo, sal de encima, no me puedo mover. Pesas mucho —insistió en voz baja, dando suaves golpes en su cabeza y espalda.

El joven balbuceó y apretó la almohada sin darle importancia a lo que el hombre decía. No importaba cuánta fuerza aplicara, You YuMo lo había dejado inhabilitado de casi cualquier movimiento. Intentó empujarlo, pellizcar sus mejillas, pero nada funcionó.

De repente, para su agradable sorpresa, el joven rubio rodó en su pecho y cayó al suelo. Aunque, como si de una cómoda nube se tratara, siguió durmiendo como un bebé.

Tras la caída liberadora de You YuMo, Wen ShanShui al fin logró ponerse de pie, enderezó su espalda y gruñó en voz baja por los calambres ocasionados.

—¿Cómo es que no se despertó? —Suspiró y lo levantó, acomodándolo en la cama de manera adecuada.

El joven de cabello negro no pudo evitar sentirse gracioso. Nunca había visto a alguien que pudiera dormir después de una caída, ni a alguien que abrazara tan fuerte a las almohadas; era interesante y lindo. Luego de cubrirlo con una sábana blanca, bajó las escaleras de madera, calentó agua, separó algunas hierbas que guardaba en pequeños frascos y las colocó en dos recipientes. Vertió el líquido ya caliente dentro de ellos, buscó unas bolitas dulces hechas al vapor y volvió a subir a la habitación.

Como era de esperarse, You YuMo seguía durmiendo. No obstante, esta vez no podía permitirle seguir; ya era tarde y debían buscar a los maestros para ingresarlo a la academia de forma adecuada. Encima, You YuMo debía aprender las normas en muy poco tiempo, necesitaban asignarle un dormitorio y nada más quedaban tres días para que los demás discípulos llegaran. Debían darse prisa.

Los maestros retirados, Wei De y Sheng ZhiGuang, eran los encargados de mantener el orden y lograr la convivencia adecuada dentro de la academia. Aparte de ser los responsables de la enfermería principal, eran quienes, al fin de cuentas, aceptaban o no a los futuros discípulos. Todo con el fin de ofrecer una experiencia única y excelente para todos.

Ya fuera Wei De, el maestro retirado de técnicas con la espada, o Sheng ZhiGuang, el maestro retirado de cultivadores enfocados en hechizos, cedían a cada discípulo un rollo de seda, en donde tenían escritas las normas a seguir, las actividades que podían realizar fuera de clases y las que no. Allí mismo también se podían encontrar otros datos del lugar, ya fueran mapas o notas con información relevante. La comodidad del discípulo era lo primero.

Wen ShanShui acercó el recipiente con el té a la nariz de You YuMo, quien olfateó aún con los ojos cerrados. ¿Algo así serviría?

—Qué delicioso olor —Sonrió con una cara graciosa.

—You YuMo, despierta de una vez, hazme el favor —habló el otro con una voz tenue.

El muchacho se incorporó de un movimiento lento y bostezó.

—Buenosh diash, Wem ShamShui...

—Ten, es para ti. Es un té que ayudará a que despiertes, también traje mantou para que comas.

—Gracias. —dijo tras aceptar el recipiente con ambas manos—. Dioses... Esto es delicioso, ¿tú hiciste estos al vapor?

—Los hice yo, ¿te gustan?

—¡Me encantan! —exclamó, dando otro mordisco, luego bebió un sorbo de té.

—You YuMo —llamó Wen ShanShui—. ¿Por qué tienes una línea menos? You YuMo, que no comprendió la pregunta, giró su cabeza con duda.

—¿Una línea menos? ¿A qué te refieres?

—Sí, en tu mejilla. —Tocó el punto donde miraba—. Justo aquí.

—¡¿De verdad?!

Wen ShanShui quitó con rapidez su mano, quizás había tocado algo que no debía.

—Sí, justo ahí...

—¡Por fin pierdo una! —exclamó, sus ojos parecieron brillar—. De seguro el ardor que sentí anoche era de esto.

—No entiendo. ¿Es bueno que desaparezca?

—¡Claro que lo es! Cuando nacen los bebés, el viejo He Ping les coloca estas cinco marcas con magia. Cada una significa algo diferente, y cuando logras entenderlas, o conseguir lo que cada una pide, entonces desaparecerán.

You YuMo señaló las líneas pintadas y explicó:

—La de arriba de la mejilla derecha significa "encontrar un futuro", la que está debajo significa "proteger a tus seres queridos". —Señaló al otro lado—. La de arriba a la izquierda significa "reconocer el valor de la vida", ya que te es otorgada solo una, nunca sabrás si lograrás reencarnar. Y la que está abajo, "aceptar y reconocer tus miedos".

Wen ShanShui volvió a mirar y colocó su dedo en la frente del joven.

—Es decir que la que se ha ido es "encontrar un futuro", ¿y qué significa esta de aquí? —preguntó.

A You YuMo se le congeló la sonrisa, como si esa pregunta lo hiciera marearse.

—Eh... Bueno, ya sabes —contesto, aunque un poco cohibido—. Cuando dos personas se aman y... se unen. Ya sabes... Eso... Cuando le entregas tu corazón a alguien más y... Esas cosas...

You YuMo miraba hacia arriba y abajo con nerviosismo, ¿por qué algo como eso lo avergonzaba? Pese a que no fuera un tema tabú en su pueblo, era la primera vez que tenía que explicárselo a alguien. Esperó alguna reacción, o al menos algo que le diera la oportunidad de cambiar de asunto. Claro que Wen ShanShui entendía eso, incluso se llegó a percibir un tenue color rosa en sus mejillas. Entendiendo que eso era vergonzoso, quitó su dedo de allí, como si de repente hubiera tocado algo caliente.

—Lo siento, no debí preguntar.

—No hay problema, no hay problema. Tú no sabías eso, déjalo atrás. —You YuMo rio sin darle más importancia, pues, si lo hacía, se volvería muy incómodo.

—Como sea, termina eso. Iré por algo de comer, yo no he comido todavía.

—Está bien, gracias.

Al terminar de desayunar, ambos bajaron la montaña hacia la zona de prácticas; You YuMo estaba cada vez más maravillado con la zona, era tal como le gustaba. Naturaleza por todos lados, campos de entrenamiento enormes, pabellones cerrados para diferentes actividades, una enorme biblioteca, incluso había una cocina y comedor. ¿Había o existía un sitio mejor que ese? No se lo podía imaginar. Poco más tarde, Wen ShanShui le mostró en profundidad dichas zonas, donde iban a entrenar los discípulos de arco, lanza, hechizos especiales, la enfermería; entraron y recorrieron en detalle la biblioteca y el gran comedor general. «Está todo muy bien organizado, es fantástico», pensaba el joven cuando veía una zona diferente.

En un inicio, Wen ShanShui dudaba si You YuMo escogería continuar el camino del arco o de la espada. Había visto sus habilidades con dichas armas y sabía que en cualquiera de las dos disciplinas estaría bien posicionado. Pero el joven estaba seguro de lo que quería, y mejorar su técnica con la espada era su elección; además de que entrenaría con Wen ShanShui por dos años, se librarían de tener que demostrarle a Zhi Jian, el maestro de arco, sus habilidades para ser aceptado.

El maestro finalmente presentó a You YuMo ante los ancianos encargados de la academia. Wei De, el maestro retirado de técnicas de espadas, no tuvo ningún inconveniente en aceptar al joven, inclusive le había sorprendido que Wen ShanShui hiciera una recomendación. En los cuatro años que el joven había sido maestro, esta era la primera vez que mostraba interés en alguien, por lo que tenía grandes expectativas sobre You YuMo. Sheng ZhiGuang, el maestro retirado de hechizos, no tenía mucho qué decir. Conocía a Wen ShanShui lo suficiente, ya que le había enseñado algunas de sus técnicas por un buen tiempo, consideró que su recomendación era válida. Por lo tanto, esa misma tarde, You YuMo quedó ingresado en la academia de manera oficial.

Wen ShanShui le mostró entonces su habitación. Todos los discípulos tenían una para estudiar, dormir o practicar, cada uno decidía qué uso darle. Mientras Wen ShanShui hacía su trabajo, hubo una intervención por parte de You YuMo.

—Wen ShanShui, ¿es una habitación para una persona sola? Quiero decir, ¿no son compartidas? —preguntó, algo preocupado.

—Sí, no debes preocuparte. En esta habitación, tan solo entrarás tú y, claro, a quien tú quieras invitar —aclaró.

—Eh... ¿Sabes...? ¿No hay habitaciones compartidas?

—¿Eh? Por lo general, los discípulos quieren su propia habitación. ¿No te gusta?

You YuMo miró al suelo, había algo que sin dudas le molestaba o preocupaba.

—No, no es eso. Es que yo... Nunca he dormido solo en toda mi vida, por eso... Me cuesta mucho conciliar el sueño si no estoy acompañado.

—¿Qué?

—Es que, en el Templo donde yo vivía, los huérfanos y los ayudantes de He Ping dormíamos todos en una habitación. Claro que cada uno tenía su espacio, pero siempre estábamos juntos.

—¿Y en el viaje? Cuando viniste hasta aquí, ¿qué hiciste?

—Fue en el viaje que me di cuenta de ese detalle. —Lo miró, nervioso—. Me costó horrores poder dormirme. A veces no conseguía hacerlo en toda la noche.

—¿Y cuándo llegaste? Vi que dormías con calma cuando regresé de la casa de Yi Hen.

—En ese momento estaba muy cansado, mi cuerpo se rindió, lo que no creo que pase a menudo.

Wen ShanShui quedó boquiabierto, ¿eso podía pasar? Era la primera vez que escuchaba semejante cosa. Rascó su frente, como intentando comprender lo que estaba escuchando.

—You YuMo, recuérdamelo, por favor. ¿Cuántos años tienes?

—Veinte... —contestó con una voz franca y muy baja.

—¿En serio? ¿Nunca, nunca?

You YuMo hizo pucheros ante esas preguntas, ¿tan difícil era de entender?

—Nunca, nunca.

—No puedo ayudarte con esto, a menos que algún discípulo esté dispuesto a...

—¡No! ¡No vayas a decirle a nadie más! —Frenó sus palabras de inmediato—. Está bien, en algún momento terminaré por acostumbrarme. Lo único que te pido es que no le digas esto a nadie, es muy vergonzoso.

«Bueno, en realidad, es aterrador. No puedo estar solo mientras duermo, es terrible», pensó para sí.

—De acuerdo, no diré nada. ¿Seguro que estarás bien?

—Sí, lo solucionaré de algún modo. Vayámonos de una vez.

Un poco aturdidos por la conversación anterior, ambos salieron de la zona y volvieron a la casa de Wen ShanShui. Dejaron por completo ese tema en los días posteriores para centrarse en lo que sería importante de ahí en más.

You YuMo continuó leyendo las normas, hablaba y ayudaba en las actividades cotidianas de Wen ShanShui. Fue así hasta que al fin llegó el día de ingreso.

Esa mañana, y como era costumbre, Wen ShanShui se despertó temprano, solo que, en esa ocasión, decidió dejar que You YuMo durmiera por un tiempo más. Había estado con los nervios por las nubes la noche anterior, sabía que apenas habría dormido.

Pasado un shichen, o quizás un poco más de eso, tuvo que realizar la hazaña de despertarlo, solo que se le había ocurrido una mejor idea. Subió a su habitación y abrió la puerta de golpe, provocando un ruido sordo.

—You YuMo, es hora. Las clases iniciarán en poco tiempo.

Como se sabía qué pasaría, You YuMo balbuceó, apretujó la almohada con todas sus fuerzas y continuó su pacífico sueño.

—Muy bien, iré solo. Puedes volver a tu casa si es que no quieres entrenar. —Cruzó los brazos y se recostó en la pared, esperando al menos una respuesta. ¿Había funcionado? No parecía hacerlo. Sin embargo, de repente y para su suerte, You YuMo se incorporó con mucha fuerza.

—¡Oh, no, no puedo volver, debo ir a clases! —Sobresaltado, observó a Wen ShanShui, quien llevaba ropas bastante diferentes a los días anteriores.

Llevaba una túnica negra, larga y elegante por encima de su vestuario habitual, las decoraciones eran preciosas, bordadas en dorado; de seguro, esa ropa era solo para este tipo de ocasiones. Su espada estaba muy bien colocada en un cinto de color blanco que rodeaba su cintura, era una vista agradable, como si estuviera viendo a un inmortal.

—¿Wen ShanShui? ¿Ya es hora de irnos? —Bostezó.

—Sí, pero debes prepararte adecuadamente. —Señaló un montón de ropa que había dejado sobre la mesa la noche anterior.

—Pruébate eso, es el uniforme. Todos los discípulos obtienen uno al inscribirse. Pude conseguir este para ti, aunque creí que lo habían tirado, parece estar en buen estado. Tal vez esté algo viejo, pero está limpio. Úsalo hasta que te hagan uno a tu medida, el pedido ya ha sido enviado, no creo que tarde más de unos pocos días más.

—Está bien, es perfecto. Gracias por tomarte las molestias.

Wen ShanShui asintió y mostró una cara complacida, luego se separó de la pared en la que se había apoyado.

—Te esperaré abajo. No te preocupes, aún hay algo de tiempo —explicó, dejando a You YuMo solo en el cuarto.

El muchacho, más que emocionado, se colocó la ropa de color marrón claro, ató un cinturón oscuro y bastante ancho en su cadera. Por último, en sus pies calzó un par de botas negras muy cómodas. «Parece hecho a medida, debo agradecerle a Wen ShanShui», pensó, emocionado.

Al terminar de vestirse, dobló su ropa de dormir y la dejó sobre la cama. Sentía oleadas de ánimo y emoción llegar a su cuerpo, como si fueran flechas de energía. Bajó las escaleras, brincando un par de veces para saltarse algunos escalones.

—Wen ShanShui, mira, mira —llamó, entusiasmado—. Me queda perfecto. No es muy ancho, ni es muy ajustado. Es cómodo y suave.

—Sí, es perfecto. Te va bien. —Asintió—. Creo que ya estamos listos. ¿Qué tal te sientes? ¿Nervioso?

—Estoy bien, es que... —Chasqueó la lengua—. No sé con qué tipo de personas me encontraré allí, tampoco quiero quedar como un tonto que no sabe nada del mundo. A pesar de que estoy consciente de que no sé mucho, tampoco soy un tonto —bromeó.

—Es normal, estuviste mucho tiempo en un lugar con reducida población, sin saber nada del exterior. No te preocupes, estarás bien. Además, siempre puedes contar conmigo, si algo o alguien llegara a molestarte, no dudes en hacérmelo saber.

You YuMo agradeció esas palabras, por lo que ahora, estando más calmados, bajaron la montaña a un paso ligero. El clima y los sonidos de la naturaleza daban aires de un nuevo comienzo, los inundaba en paz, perfecto para calmar los nervios. Tenían grandes expectativas para ese año, sobre todo You YuMo, quien no sabía qué le esperaba.

Más abajo, un joven esbelto, de cabello plateado y ojos dorados, estaba apoyado en un árbol. La sonrisa parecía ser natural en su rostro, como si hubiera nacido con ella; la pose de pies y brazos cruzados daba una sensación de que había estado esperando por un largo tiempo, aun así, se veía tranquilo.

—¡ShanShui! Por fin llegas, ¿vamos juntos al pabellón central?

—Oh, Yi Hen, ¿nos estabas esperando?

—Claro que sí, la costumbre no se pierde.

You YuMo dio un paso hacia delante, ya no tenía miedo de ese hombre.

—Ah... Es el hermano mayor de Wen ShanShui. Eh... Jiang Xin, ¿cierto? —Se posicionó e hizo una respetuosa reverencia—. Buenos días, es un placer haber ingresado en esta academia. Gracias por permitirme estar aquí, y me disculpo por el malentendido de la otra noche.

—No necesitas disculparte, ShanShui me ha explicado todo —anunció con alegría—. Bienvenido, You YuMo, espero que disfrutes estos años en la academia, puedes decirme cualquier cosa que te moleste. Aunque estoy seguro de que ShanShui estará atento. Y por favor, como eres el favorito de mi hermanito, no necesitas llamarme Jiang Xin, llámame Yi Hen, seamos amigos —dijo eso último con una sonrisa que no se sabía con qué intenciones iba.

You YuMo pudo sentir esa sonrisa como muy amenazante, no, quizás lo correcto era decir que aquel gesto le quiso decir "te estoy vigilando".

—Gracias, Y-Yi Hen. Me esforzaré para aprender y mejorar.

Ya habiendo terminado las disculpas y bienvenidas, los tres comenzaron a caminar hasta la zona de prácticas, donde estaba el gran salón central de la academia. Allí ya había varios discípulos, estaban algo alejados del gran pabellón principal, desparramados en pequeños grupos, esperando al sonido del gong para organizarse.

Yi Hen miró a Wen ShanShui.

—Este año tendré a mi cuidado unos once. ShanShui, tú tendrás a diez, ¿no?

—Sí, diez. —Asintió.

—Arco tendrá once, y enfocados en hechizos, diez. Es la primera vez que hay tantos discípulos en la academia.

—Siempre fueron cinco como mucho —contestó Wen ShanShui junto a una sonrisa.

—Sí, siempre fueron cinco para cada uno. Este año es increíble.

Wen ShanShui le mostró al cielo una mirada decidida. Este año descubrirían la verdad y no dejarían que la pista de sus discípulos se perdiera. Rezaba por que sus sospechas fueran falsas, para que, en esos próximos dos años, todos pudieran terminar las clases en paz, que pudieran mejorar su cultivo en una zona segura.

—Sí, es increíble —contestó él al final.

En el salón central, Wei De y Sheng ZhiGuang esperaban la llegada de los maestros, que, pese a que aún faltaran algunos minutos para comenzar, ya tenían las banderas de cada disciplina bien preparadas para entregárselas.

Observando los alrededores, Wen ShanShui se dirigió a You YuMo, miró los hermosos ojos esmeralda y sonrió, se veía aterrado, pero a la vez muy emocionado.

—You YuMo, es hora de que nos separemos. Tú mantente tranquilo, haz lo que te he dicho y todo saldrá bien. No te pongas nervioso, aunque sean nobles, también son personas.

El joven entendió que Wen ShanShui quería tranquilizarlo. De hecho, esas palabras sí que sirvieron, puesto que algo dentro de él se calmó. Sonrió con confianza y puso una mano sobre su pecho.

—Ya no soy un niño. No te preocupes, estaré bien. —Corrió hacia el montón de discípulos.

Al ver esta pequeña escena, Yi Hen codeó el brazo de su hermano.

—Si lo mimas así, se te pegará para toda la vida.

—¿Así cómo? Nadie está mimando a nadie, es mi discípulo.

—No importa, siempre eres así de todas formas. —Se rio.

De repente, una persona que cargaba con un arco en su espalda llegó hablando por detrás. Su expresión era tan relajada que daba la impresión de no haber tenido ni un problema en toda su vida.

—Bueno, bueno, así que ese es el famoso muchacho que trajo Wen ShanShui.

Ese hombre, Zhi Jian, era el maestro de arquería, un hombre respetado y algo grosero, o más bien, que no sabía cuidar su boca. Era alto, de cabello color rojizo oscuro, ojos marrones y bastante musculoso, el doble que Wen ShanShui y Yi Hen.

—Zhi Jian... Ya llegaste. Es bueno que llegues temprano. —Lo miró Wen ShanShui, sorprendido.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiere decir que sueles llegar tarde a donde sea, Zhi Jian —se burló Yi Hen, colocando las manos en la cintura.

—¡Eso no es verdad, maldito niño! Fueron solo algunas veces las que me quedé dormido para esas aburridas reuniones.

—Sí, sí, como digas, como digas. —Yi Hen suspiró—. Está bien, te entendemos.

—Imagino que Yue Jin estará dentro, junto a Sheng ZhiGuang —intervino Wen ShanShui.

—Sí, pasa su tiempo libre con Sheng ZhiGuang. Es seguro que solo está esperando a que el viejo se despiste para aprovechar a sacarle papel amarillo, algún artefacto o algún libro de magia secreta —se burló Zhi Jian.

—Yue Jin es un buen hombre —replicó Yi Hen, frunciendo el ceño—. Él trata de hacer lo correcto cada vez que mueve un pie. No digas esas cosas sobre él si sabes que no son ciertas.

—Sí, sí. Lo que tú digas, lo siento. Era una broma —dijo sin remordimientos.

Yi Hen miró indiferente a Zhi Jian e ignoró el comentario. Después de todo, él era así desde que lo conocía, ¿por qué alguien diría cosas que no pensaba en realidad? Yue Jin y Zhi Jian tenían una relación muy estrecha, algo así como él y Wen ShanShui. Ese hombre pelirrojo, al igual que todos ellos, había vivido y entrenado desde pequeño con los maestros del palacio, eran como una familia.

Hacía varios años, una epidemia aterradora atacó al reino. Se decía que era debido a que las bestias se habían propagado a tal escala que alguna enfermedad mutó y atacó a los humanos. Los antiguos maestros de lanza y arco fallecieron a causa de ella y, en consecuencia, las áreas de dichas disciplinas quedaron sin nadie a cargo. Estuvieron algunos años cerradas, vacías de discípulos. Aun sin maestros, Yi Hen y Zhi Jian siguieron practicando y mejorando en solitario. No fue hasta que Wei De y Sheng ZhiGuang solicitaron sus retiros, que recomendaron a Wen ShanShui y a Yue Jin como maestros; al mismo tiempo, Zhi Jian y Yi Hen aprovecharon para ofrecerse como maestros de arco y lanza también.

Luego de caminar juntos y conversar, llegaron al gran salón central. Como imaginaban, Yue Jin ya estaba junto a Sheng ZhiGuang, se saludaron y charlaron con brevedad sobre lo que venía a continuación. Era notable la buena relación que había entre esos cuatro hermanos.

El ambiente era agradable, todos ellos se sentían cómodos estando juntos, se notaba una gran confianza y apoyo mutuo. Después de ponerse al día y de tomar sus respectivas banderas, tocaron el gong; sonó alto y claro, incluso a algunos jóvenes se les erizó la piel. Así, con mucha prisa, los discípulos que esperaban impacientes afuera comenzaron a ingresar al gran salón.

Fin capítulo 06.

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¡Hola a todos! 💕 ¿Cómo están? Espero que muy muy bien :3

Dos cositas para aclarar por aquí jiji:

Primero, el nombre de cortesía de Yi Hen es Jiang Xin, por eso You YuMo lo llamó de esa manera en un inicio, pues que un discípulo llame por su nombre de nacimiento a un maestro, no es muy correcto. Pero bueno, ya que Yi Hen le dio el permiso, que lo haga, ¿no? XD

Segundo, el hanfu es un tipo de ropa tradicional de China, en varias novelas de cultivo se modifican estas túnicas para que den un aspecto más "fantástico". Aunque a lo largo de los años el hanfu ha evolucionado en diferentes formas y estilos, en general, suele incluir una túnica larga y drapeada con mangas amplias, que se ajusta al cuerpo con un cinturón. (En mi caso, los verán en las ilustraciones jeje).

Aquí unos ejemplos (algunos más fantaseosos que otros):


Les dejo lo que sería la estética de la academia y sus alrededores (no es tal cual las fotos, pero sirven de referencia):

Monte Wudang:

El monte Wudang, ubicado en China, es un lugar lleno de historia, leyendas y hermosa arquitectura. Con sus templos taoístas y su complejo arquitectónico, este enclave espiritual destaca por su relación con las artes marciales chinas y su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se dice que antiguamente la montaña era una planicie, pero los dioses la elevaron al cielo y la convirtieron en una morada sagrada para el taoísmo y las artes marciales chinas.

El monte Wudang, con su profunda historia y las leyendas que la rodean, sigue siendo un lugar de gran importancia cultural y espiritual hasta nuestros días.

(info de google)


Templo Louguantai del distrito Zhouzhi en Xi'an, capital de la provincia de Shaanxi, en el noroeste de China. El Templo Louguantai es el lugar donde el filósofo chino Laozi, fundador del taoísmo, predicó sus pensamientos. (Xinhua/Zhang Bowen):

Alrededores:

(fotos e información de google) 💖

Ahora sí, estén atentos en los pequeños detalles, quizás tengan relevancia luego ʘ ͜ʖ ʘ Muahaha (risa malvada).

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