XXXIV.

Naruto sonrió observando el blanco mármol del techo de aquella habitacion alojada en la iglesia abandonada.

¿No era momento de conseguir una morada más apropiada? Ambos hermanos habían superado el nivel 1, siendo 2 y 3 respectivamente. Se merecían un hogar mejor.

Aunque sea cual sea el lugar siempre estaría cálido con el calor de la familia que su diosa, Hestia, proporcionaba.

El Espadachín Negro con su brazo extendido observaba los dedos de sus manos moverse lentamente como si fueran el mejor espectáculo del mundo.

Ya habían pasado tres días desde su pelea contra Ottar, El Rey.

Aún si cerraba sus párpados podia sentir y escuchar el sonido de sus puños romper sus huesos como si de simples ramas se tratase.

¿Existía gente tan fuerte en este enorme mundo?

¿Cuántas más habría allá afuera?

Que divertido...

Naruto volvió a sonreír cerrando su mano formando un puño.

Puck había desaparecido por completo. El espíritu había usado su magia y con su fuego había curado todas las heridas internas y externas que poseía el Espadachín tras la pelea. Suponía que Puck se hallaba descansando recuperando sus fuerzas.

Espadachín Negro y Pequeño Novato.

Hestia les había mencionado los apodos que el par de hermanos había ganado tras la reunión de los dioses.

- ¿Ya estás listo?- preguntó Bell sacando su cabeza a través del marco de la puerta.

El muchacho se había peinado y parecía haberse echado perfume.

El par de hermanos saldría a una pequeña fiesta organizada por Syr en la Señora de la Abundancia. ¿El motivo? Festejar el aumento de nivel.

- Gaaaah-

- Tienes que ir- reprendió Bell-. Lo hacen por nosotros, Naruto-

El mencionado tiró su cabeza hacia atrás contra el apoya brazos del sillón mientras daba un resoplido.

- Aggggh-

- Ey! Ey! Cuida esa boca tuya- advirtió Bell parándose frente al rubio teñido-. Vamos-

- Gaaaah-

- Vamoooos-

- Gaaaah-

Bell tironeaba del brazo a su hermano menor, quien no cedía ni un centímetro.

- Vamos no seas malo. Lo hacen por nosotros- repitió Bell suspirando-. Seguramente Syr-san, y Ryuu-san se esforzaron bastante en hacer esto-

¡Fush!

Fue automático. Apenas el albino mencionó el nombre la elfa, Naruto ya se había puesto de pie mientras intentaba peinar sus cabellos rubios y mechón blanco con sus manos.

- Gaaahga-

- No, no hay tiempo para peinarte- recriminó Bell empujando por la espalda al chico-. Vamos, llegaremos tarde-

Naruto solo dió un resoplido tomando su enorme espada consigo.

X~X~X

Afuera de la Iglesia.

El color escarlata se adueñaba de los cielos. Pronto, el anochecer estaba por llegar a Orario.

Saliendo de los callejones, la Calle Principal recibió a los hermanos que pondrían todo patas para arriba. No, ya lo habían hecho.

- ¡Aquí estaaaan!-

Unos brazos femeninos envolvieron el cuerpo de Bell.

Pronto, un tumulto de personas se hallaban rodeando a los hermanos Cranel.

No, eran dioses.

- No podíamos encontrar la casa de la Diosa Loli. Realmente fue agotador-

Naruto observó fijamente al dios que se atrevió a llamar así a Hestia.

- Parece que poner vigilancia cerca valió la pena-

- La emboscada es lo básico de una cacería-

- Por fin los encontramos, los hermanos de Oro-

Bell se sonrojo ante toda la atención.

Naruto solo seguía con la vista fija en el dios que le faltó el respeto a su diosa.

- ¿Qué dicen, chicos?- mencionó una diosa voluotosa-. Si aceptan unirse a mi Familia ahora mismo, todos los miembros les daremos una cálida bienvenida- musitó dejando rebotar aproposito sus pechos.

- ¡Cállate, loca! Una Familia débil como la tuya...- habló otro dios con asco.

- Yo los ví primero. Son encantadores. Robaron mi corazón- una diosa con apariencia algo mayor mencionó.

Naruto entrecerro la mirada, y se podía ver cómo poco a poco sus ojos rojos se teñian de furia.

- ¿Ir a otra Familia?- preguntó Bell quedándose quieto.

¿Cuántos dioses los habían rechazado? ¿Cuántos? Decenas de ellos les habían escupido y echado devuelta a la calle apenas tocaban las puertas de sus hogares hace mes y medio.

Por primera vez, Naruto pudo ver una expresión sería en el rostro de Bell.

- Oigan, ¿El crecimiento de su nivel es debido a su físico o alguna habilidad oculta?- preguntó uno de ellos acercándose a Naruto.

- ¿Una Habilidad Rara?- interrogó una diosa emocionada ante sus propias palabras dichas.

- Lo siento- exclamo serio Bell-. Ya pertenecemos a la Familia de Hestia-sama-

- Vamos, niños. Desperdician su potencial con esa Loli teton-

¡Cough!

Antes de terminar su oración, el dios fue alzado por una fuerte mano apretando su cuello.

- ¡Naruto, no! ¡Suéltalo! ¡Nos meteremos en grandes problemas!- exclamo Bell agarrando el antebrazo de su hermano gentilmente.

Los demás dioses dieron un paso hacia atrás asustados.

Los ojos rojos de Naruto seguían clavados en la mirada de aquel sujeto que ahorcaba.

- ¡Basta!- sentenció Bell apretando el agarre en el brazo.

¡Plaf!

Naruto lanzó al dios dos metros hacía dejándole caer sobre su trasero.

- ¡Gaaah!-

El aventurero de armadura negra refunfuño pasando a través de los dioses abriéndose camino chocando con los hombros de ellos de ser necesario.

Bell solo lo siguió caminando tranquilamente.

Se giró un leve momento observando al dios tosiendo aún en el suelo. Ya lo intuía, pero aquello terminó de confirmar sus dudas... Naruto, sería capaz de golpear a un dios si la situación lo ameritaba.

Bell solo rogó a los cielos, algo ilógico, que ningún dios orgulloso se planta en su camino.

X~X~X

- Ya llegaron. Pensé que no vendrian-nya- la dulce Anya fue la primera en recibir a los hermanos.

- Realmente llegaron tarde, si que son valientes para enfrentar así a Mía Mama- exclamo otra camarera. Esta muchacha no presentaba ningún rasgo característico mostrando que se trataba de una humana. Runoa era su nombre.

- Que guapo, que guapo-nya~

Naruto retenía del rostro a Anya, quien trataba de abrazarlo.

- Mooo, no seas malo. Déjate abrazar-nya. Déjame aprovechar que no llevas armadura-nya-

El muchacho solo negaba ante las risas de Bell y Runoa ante la situación.

Naruto no llevaba la armadura, algo demasiado raro en el. A cambio, se había vestido con un pantalón negro con bolsillos a sus costados. Si mal no recordaba se llamaban pantalón cargo. Arriba suyo llevaba una remera negra corta con cuello de tortuga pegada al cuerpo. De calzado, sus típicas botas oscuras con punta de acero.

- Aunque aún así no abandonas el negro- mencionó Anya.

Naruto sonrió de lado. Si supieran, si supieran que su color favorito era el naranja. Y eso quedaba demostrado al ver que todos sus calzoncillos eran de aquel color.

El grupo entró al bar dando una buena escena.

Bell y Runoa estaban detrás del par restante mientras reían. Anya con un mohin era alzada por Naruto del cuello del uniforme, como si una madre gato llevará a su hijo.

- No me dejó tocarle el trasero-nya~ susurró la chica gato.

- ¡Bell-sama! ¡Naruto-sama!-

Un grito provino desde el fondo del bar mostrando a la pequeña Lili agitando su brazo saludando.

La chica había sido invitada claramente por el albino mayor. Hablando de Bell, por un segundo, el muchacho pensó sobre lo bueno que habría sido si Aiz estuviera presente en la fiesta. Aunque, la chica de la Familia Loki se hallaba en una expedición junto a su Familia.

La mesa reservada estaba a un lado de la barra donde ya se hallaba sentadas Lili, Syr, y Ryuu.

La elfa alzó una de sus cejas observando a Naruto traer a Anya como si fuera una bebé gato.

Ambos hermanos al llegar se inclinaron levemente como disculpa por la tardanza.

- ¿Te intento tocar de nuevo?- preguntó Ryuu entrecerrando la mirada.

Naruto asíntió desviándose del camino yendo hacia Mía Mama. Nada que un buen regaño de aquella mujer no pueda cambiar.

Anya intentaba zafarse del agarre no queriendo enfrentar la furia de Mama.

X~X~X

El ruido dentro de la taberna comenzó a cambiar formando otra atmósfera.

- ¿Son ellos...?-

- Es la Familia Hestia-

Bell tembló ligeramente al sentir las miradas apuñalando su rostro.

Naruto depósito a Anya delante de Mama revolviendo los cabellos de la chica gato levemente deseándole suerte.

Fue en ese preciso momento en el cual Naruto sintió las miradas sobre el.

- Nivel 2 y Nivel 3 en solo mes y medio-

- Deben de haber hecho trampa-

- Lo dudo, uno de ellos estuvo lo suficientemente loco como para pelear con un minotauro siendo apenas nivel 1-

- Solo fue un minotauro-

- ¿Tu venciste a uno siendo nivel 1?-

El muchacho no respondió dándole la razón al otro sujeto.

Bell ya se había sentado dejando su mirada hacia abajo nervioso por la atención.

Susurros y más susurros.

- Ey, ese debe ser el Espadachin Negro-

Naruto había llegado nuevamente a la mesa reservada.

- Se han vuelto famosos- mencionó Lili-. Bueno, tu más, Naruto-sama-

El mencionado asíntió cruzándose de brazos sentado al lado de Ryuu.

- Es raro verte sin armadura- mencionó la elfa llamando la atención del Espadachín-. Te queda bien- susurró Ryuu para ser escuchada únicamente por el.

Naruto sonrió de lado desviando su mirada hacia otro lado.

- ¿Ustedes no trabajan, Syr-san?- interrogó preocupado Bell.

No quería que Mama se enojara con ellas por estar sentadas allí sin hacer nada. Sobretodo al ver que ambas iban con el uniforme de camarera.

- Nos dió la noche libre, o por lo menos hasta que ustedes se vayan- informó Ryuu.

- Además, estando nosotras acá seguramente van a querer comprar más- mencionó Syr astuta.

Desde la barra, Mía Mama mostró su pulgar arriba afirmando lo dicho por el par de hermosas camareras del bar.

Rápidamente a la mesa comenzaron a llegar vasos, y platos de comida. Tan pronto ocurrió, las miradas desaparecieron lentamente.

Naruto observaba a su alrededor y finalmente pudo sentir algo que venía buscando desde su llegada a Orario.

El reconocimiento de su Familia.

Finalmente, Orario sabía quiénes eran la Familia Hestia.

- ¿Por qué sonríes de esa forma?- preguntó Ryuu a su lado bebiendo un vaso de agua.

Era la primera vez que veía sonreír de aquella forma a Naruto. No era una sonrisa de pelea, ni una sonrisa coqueta, ni una sonrisa malvada. Era una expresión casi de felicidad.

- Es un secreto-

Naruto respondió moviendo sus manos.

- Está bien. Si así quieres jugar... Cranel-san- mencionó Ryuu sabiendo que al muchacho le molestaba ser llamado por su apellido.

Naruto sintió un tic nacer en su ojo derecho.

- Naruto-

El muchacho se quejo con un movimiento de manos.

- Lo que usted desee, Cranel-san-

Naruto solo sonrió de lado mientras negaba.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Con su voto, comentario, y poniendo el fic en sus listas de lectura me ayudan bastante.

Nos leemos en el próximo capítulo.

¿400 votos para el siguiente?

¡Seguidme si no lo estás, y únete a este gremio de aventureros!

Bye-bye~

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