XXX.

Desde aquel esponjoso y cómodo trono; allí donde la diosa podía observarlo todo, Freya sonrió revolviendo elegantemente la copa de vino en su mano.

Podía verlo, a su pequeño conejo, su alma tan pura como blanco mármol. Un deleite para sus ojos. Y una corriente eléctrica que surcaba su cuerpo cada vez que lo veía.

¿Esto era amor?

Bell Cranel.

El aventurero estaba acompañado de Lili, el par de novatos se hallaba ingresando al Calabozo para iniciar un nuevo día. Sin saber, que hoy, el conejo pondría en riesgo su vida contra quién sería su mayor rival.

- Demuéstrame que tanto has crecido, Bell- pidió en un susurro la diosa.

Lo pondría aprueba.

Ambos hermanos Cranel serían puestos contra las cuerdas.

Naruto peleando contra Ottar.

Y su querido Bell, comparándose contra un minotauro entrenado bajo la tutela del Rey.

La diosa llevó uno de sus dedos hacia sus labios, rojizos por estar degustando aquel líquido, pensando.

- Aunque uno de ellos seguramente ya haya terminado- expresó refiriéndose a Naruto-. ¿Ottar se habrá sobrepasado?- musitó Freya.

¡Fuuuuush!

Una ráfaga de viento surcó por el balcón apagando la hoguera en la habitación.

Freya desvió la mirada hacia lo sucedido.

- ¿Un mal augurio? - dejó caer la diosa la posibilidad en la mesa.

¡Crack!

Una pequeña fisura apareció en la copa de vino dejando que pequeñas gotas se escapen de su prisión.

X~X~X

El silencio invadía al piso décimo del Calabozo por completo. Parecía como si un enorme tifón hubiera surcado llevándose incluso a los monstruos.

¡No!

¡No!

¡No!

Los monstruos se habían escondido.

Eso era algo normal de ver, si, pero cuando era un enorme grupo de Aventureros. Tal como sucedía en las incursiones de la Familia Loki, tal familia no tenía mucha dificultad avanzando hasta cierto nivel ya que los monstruos no se les acercaban debido a la magnitud de poder que expresaban sus miembros.

Y aquello mismo parecía estar pasando ahora mismo.

No se podía ver a ningún monstruo en todo el piso diez dejando que el silencio resuene.

¡Glap!

¡Crack!

¡Crack!

En medio de aquella desolada habitación, un pequeño ruido hizo aparición en escena, como un engranaje en una enorme máquina.

El cuerpo inconsciente de Naruto seguía de cara al suelo mostrando su espalda al descubierto.

Todas sus habilidades eran clase-s.

La armadura que tanto trabajo le había costado a su diosa comprar endeudándose por años, y años, yacía destrozada en pequeñas placas a lo largo y ancho de la habitación. Solo pequeñas piezas seguían unidad a su portador como lo era los antebrazos, pecho, y hombros.

¡Crack!

¡Crack!

Nuevamente, aquel sonido.

¿Qué era?

Es especial. La armadura está viva, Naruto. Mientras más fuerte te hagas, responderá a tu llamado volviéndose más poderosa a la par tuya.

Las palabras de Hestia.

Una sonrisa tenebrosa marcó el rostro de Naruto de oreja a oreja.

¡Crack!

Una extraña energía carmesí burbujeante comenzó a cubrir la armadura negra del espadachín. Poco a poco, las placas negras empezaron a regenarse en las zonas afectadas sin dejar ningún rastro de destrozos en ella.

Naruto, lentamente, se levantó del suelo quedando de pie.

Su brazo izquierdo apuntaba en un ángulo anormal estando completamente roto. Su flequillo cubría su mirada. Sangre bajaba por todo su rostro herido.

¡Tsshhhhhhhh!

El sonido de humo a presión comenzó a oírse. Y aquel humo provenía de las heridas del muchacho que parecían estar cicatrizando y sanando.

¡Crack!

¡Crack!

Naruto giró su muñeca y su brazo antes roto pareció acomodarse en su lugar de origen.

El muchacho llevó su mano hacia su rostro dejando entrever una sonrisa desquiciada a través del pequeño espacio en sus dedos.

X~X~X

Dos horas después. Piso 8.

Realmente había ganado.

Bete murmuró mientras estaba aturdido. Como si no pudiera creer lo que vio, miro a Bell que estaba parado delante de él

Se volvió hacia sí mismo de nuevo y puso en duda la indagación de ese chico pidiendo ayuda.

¿Cuándo fue que su crecimiento le permitió abrumar al Minotauro?

No, ¿Cuánto tiempo le tomó a él derrotar a ese monstruo por sí mismo?

Tratando de pensar en las respuestas, el rostro y cuerpo de Bete parecían estar hirviendo mientras se volvía completamente rojo.

Una incontrolable ansiedad y vergüenza se apoderaron de todos los rincones de su cuerpo desde su estómago.

- S-Se desmayó mientras está de pie...-

Mirando al inmóvil Bell, que mantenía la postura de balanceo de la Daga de Hestia, las dos hermanas, Tione y Tiona, estaban igualmente aturdidas y murmuraron.

Era como la imagen de una escena directamente tomada de una leyenda, el aventurero se había convertido en una estatua.

- ¡Responde a mis preguntas, Hobbit! ¿¡Qué demonios es ese mocoso?!- preguntó Bete exigiendo respuestas.

La chica no respondió. Lili salió corriendo hacia el inmóvil cuerpo del peliblanco mientras gritaba su nombre sin parar.

Bete pareció comer algo amargo ante la expresión que presentaba en su rostro. Una angustia emocional que no se podía expresar con palabras. A sus ojos llegó la escena... La espalda de Bell.

Su andrajosa camisa negra estaba hecha jirones. Era sólo gracias a los restos entre los hombros que la tela apenas estaba conectada entre sí.

Entonces, bajo la fina tela, había muchos agujeros. El Texto Sagrado grabado se revelo.

- ¡Riveria, dime el Estado de ese mocoso!- exigió Bete.

- ¿Estás seguro de tus palabras?- preguntó la hermosa elfa.

Los músculos que Bell revelaba solo eran la mitad superior de su espalda. No sólo no se podían ver las ventanas de Magia y Estado debajo de ella, incluso las habilidades básicas estaban cubiertas por los jirones de tela, así que era imposible ver todo.

- Prácticamente nos está pidiendo que veamos. Sino lo hacemos nosotros alguien más lo hará- exclamo el chico lobo.

Riveria dió un suspiro caminando hacia el peliblanco.

Lili lloraba agarrada a una de las piernas del chico mientras ocultaba su rostro en el estómago de Bell.

¡Clank!

¡Clank!

¡Clank!

¡Clank!

Todos desviaron su atención hacia el ruido que provenía delante de ellos, acercándose hacia Bell.

Lili despegó su rostro de las ropas destrozadas del albino fijando su vista hacia el frente.

Aquel sonido tan característico de pisadas metálicas y pesadas...

- Naruto-sama...- musitó Lili.

¡Clank!

¡Clank!

La figura de Naruto Cranel apareció en escena. El muchacho no presentaba ninguna herida. Su armadura se encontraba intacta resonando a cada paso que daba el aventurero. Su capa presentaba aún más agujeros en ella dejando casi harapos encima suyo. Su espada, aquel pedazo enorme de hierro, descansaba en su espalda.

- (Es él...)- pensó Riveria recordando la vez que se habían encontrado en aquel callejón-. (Sus ojos... ¿Qué sucedió con el en estos días?)-

El aura que emitía aquel sujeto había cambiado drásticamente desde aquel día que se vieron por primera vez en el callejón. No, ahora que lo recordaba bien, la primera vez que lo había visto habia sido en el bar de la Anfitriona. El mismo día en el Bete se burló de Bell, y salió corriendo.

Riveria desvió la mirada hacia el peliblanco inmóvil para luego volver a ver a Naruto. Ya veía, pertenecían a la misma Familia.

- (Mi pulgar... No deja de temblar)- pensó Finn mientras Naruto se acercaba lentamente-. (¿Por qué es este mal presentimiento?)-

Bete recordaba aquellos ojos rojos.

Lo había visto el día que aquel peliblanco salió huyendo de la Anfitriona de la Fertilidad.

- Espadachín Negro...- musitó Aiz.

¡Clank!

¡Clank!

Naruto se detuvo frente a su hermano y los miembros de la Familia Loki evitando que alguien mirase las características del chico.

- Gaaah-

No fue una palabra clara. Fue un simple gruñido, pero todos los presentes lo entendieron.

Metan sus narices en sus propios asuntos.

Naruto tomó a Bell cargandolo en su hombro derecho.

- ¡Ah!-

Lili soltó un leve susurró de impresión al ser tomada por la cintura y elevada para ser llevada por Naruto como una simple bolsa de papas.

¡Clank!

¡Clank!

Los pasos metálicos y pesados del chico se volvieron a oír tomando rumbo hacia la salida llevando consigo a su hermano y Lili.

- Sus habilidades eran todas clase-S- expresó Riveria haciendo que todos se sorprendieran.

- ¿Cómo se llama?- preguntó Finn.

- Bell...- respondió para sorpresa nuevamente de todos Aiz-. Bell Cranel-

Sin embargo, la cabeza de Riveria no podía borrar aquellos ojos rojos observándola fijamente.

La hobbit lo había llamado Naruto.

Fin del capítulo.

Espero que les haya gustado. Dejen su estrellita, y comentario.

He subido un fic llamado Entrevista a Naruto. Allí se hace una entrevista a todos mis Naruto, dónde Espadachín Negro también aparece. Habrá curiosidades de este personaje y demás cosas. Los invito a echarle un ojo~

¡Seguidme si no lo estás, y únete a esta familia!

Nos leemos en el próximo capítulo.

Bye-bye~

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