XVII.
Había tenido un día de locos ayer.
Primero, se había topado con un grimorio, en palabras de Hestia. Al leerlo, repentinamente, aprendió magia.
Bell dio un suspiro.
¿Donde se encontraba su hermano para contarle todo?
Naruto no había regresado el día de ayer a dormir a casa. ¿Habría trabajado doble turno en su trabajo? ¿O algo malo le había pasado?
Como buen hermano mayor no podía evitarse sentir preocupado.
Sin embargo, primero tendría que disculparse con Syr debido al grimorio. Había malgastado un item de cientos de Varisu. El dueño original del libro seguramente se enojaría con el.
- ¿Está Syr-san?- preguntó Bell.
En la entrada de la Señora de la Abundancia, una chica con uniforme, lo observó deteniendo su limpieza.
- Oh, eres el chico- respondió la muchacha apoyándose sobre la escoba con la cual se encontraba barriendo hace escasos segundos-. Tú hermano ya está acá hace varios minutos. Chloe ya está siendo bastante densa con el pobre muchacho-
- ¿Mi hermanito?-
- ¿Hermanito?- repitió la muchacha ladeando su cabeza hacía un costado confundida-. ¿Tú eres el mayor?-
Bell sintió nacer un pequeño tic en su ojo. Otra vez lo confundían debido al tamaño.
- Si, yo soy el mayor-
- Vaya...- expresó la chica sorprendida-. Bueno, adelante. Syr, y tú hermano están adentro-
Bell entró al bar en preparación. Aún era temprano, dejando a la vista las mesas y sillas ser ordenadas para empezar un nuevo día laboral.
"Ah"
Chloe, la chica catman, se hallaba sentada a un lado de Naruto dándole de comer en la boca. Al otro lado del espadachín, Ryuu parecía quejarse con su compañera.
- Te dije que no hace falta. Naruto-san ya ha desayunado hace pocos minutos- expresó la elfa con aquel tono serio de siempre.
- Abre bien la boca, di "ah-nya"- exclamo Chloe tratando de darle de comer al chico en la boca utilizando el afamado método, el avioncito.
Naruto solo estaba sentado con una expresión en blanco.
Puck se reía sosteniéndose el estómago sobre la cabeza del espadachín.
- Buenos días-
Ante el saludo de Bell, la atención fue desviada hacia el muchacho.
Naruto solo cabeceo ante su llegada.
El par de chicas ni se inmutó ante la llegada del peliblanco. Cosa contraria a Syr, quien salió de la cocina con una gran sonrisa ocultando su rostro sonrojado detrás de una bandeja de madera.
Bell comenzó a explicar la situación de principio a fin. El como después de haber recibido el libro por parte de la mesera, lastimosamente le había echado un ojo aprendiendo la magia dentro del libro, dejando inútil a las hojas encarceladas entre tapas duras.
A cada palabra, Naruto prestaba atención.
¿No era demasiada coincidencia?
Ambos hermanos habían aprendido magia de un libro, ambos en intervalos de tiempo casi iguales, dejando horas de diferencia entre ellos.
El caso del espadachín negro era más raro.
El libro solo había aparecido frente a él cuando meditaba tranquilamente.
A diferencia de Bell que fue entregado por la propia Syr como regalo de un cliente que se lo había olvidado.
- (Es raro)- pensó Naruto con su mirada fija en Syr.
- Si, lo es- exclamo Puck sobre su cabeza vestido de detective.
Sin embargo, la reacción de Syr había sido inesperada para Bell. La chica no se había enojado, es más, lo había alabado por haber conseguido tal logro.
- ¡Pero no está bien, Syr-san!- musitó Bell.
- ¿No?- murmuró la chica tiernamente ladeando su cabeza hacía un costado.
- Eres realmente molesto, mocoso. Es la tienda de otra persona, y también es demasiado temprano-
La jefa, Mia, había aparecido en el lugar debido a la conmoción.
- ¡Ryuu, Chloe! Dejen a Naruto en paz. Las mesas no se ordenaran solas- exclamo dando un aplauso haciendo que el par de chicas se levantara de inmediato de su lugar-. Los hermanos, váyanse de mi tienda. Es muy temprano para los clientes aún-
¡Pump!
Naruto y Bell sintieron el portazo a sus espaldas.
Los hermanos se quedaron afuera del lugar observando las calles de Orario tranquilas por la mañana.
- Entonces... ¿por qué no viniste anoche a casa? Hestia y yo estuvimos preocupados- mencionó Bell.
El par comenzó a caminar a paso lento hacía el laberinto.
Una larga historia.
Naruto movió sus manos hablando en lenguaje de señas.
- Pues, tenemos todo el día- exclamo Bell.
El espadachín negro sonrió de lado.
Ambos hermanos con una magia que haría cenizas cualquier cosa que se encuentren en el camino.
Un fuego cálido como el de su hogar, Hestia.
La criatura de un ojo resurgirá.
Y las llamas serán el final.
X~X~X
Satisfecha, la mujer abandonó aquella tienda situada en el exterior de la Calle Principal del Oeste, en el fondo de un callejón.
Había restablecido su provisión de pociones.
La muchacha era una bella elfa, incluso para los de su tipo.
Su hermoso y brillante cabello color esmeralda que parecía extenderse todo el camino hacia su cintura estaba atado en un bulto. Sus orejas, que sobresalían de su hermoso cabello, parecían estar apuntando hacia arriba como las hojas. Incluso entre los hermosos elfos, ese rostro también podría describirse como una joya divina y hermosa. No sería erróneo decir que sería súper popular.
Sus ojos color jade claro detonan sabiduría por el paso del tiempo e experiencia.
Riveria, Familia Loki.
¡Tap! ¡Clank!
La vieja elfa alzó su mirada observando hacía el frente.
Pasos resonaban acompañados del rechinar de las placas que componían una armadura pesada y grande.
¡Tap! ¡Clank!
¡Tap! ¡Clank!
Por un leve momento, cuando las miradas de ambos chocaron en aquel callejón, Riveria se tensó como si hubiera visto un fantasma.
Los ojos rojos del muchacho dejaron de verla.
¡Tap! ¡Clank!
A cada paso ambos se acercaban más y más.
La elfa, alta incluso para una mujer, tuvo que levantar su mirada para observar al aventurero pasar a su lado rozando sus brazos.
- (Por un momento...)- pensó Riveria deteniéndose-. (Pensé que era Zald)-
Zald, uno de los anteriores ejecutivos de la familia extinta de Zeus. El hombre capaz de derrotar al Behemoth de un solo golpe. Y hasta ahora, el hombre más poderoso con el que ella se había encontrado en la vida.
Una armadura negra, una espada enorme, y una capa hecha jirones que lo cubría.
Ese muchacho era como una versión miniatura de Zald.
No...
El mundo no estaba preparado para recibir a otro aventurero del calibre de los anteriores ejecutivos de Zeus.
El mundo no está listo para otro Zald o Alfia.
Fin del capitulo.
Espero que les haya gustado. Si fue así con un voto y comentario me ayudan bastante.
¡Seguidme si no lo estás, y únete a esta Familia de Aventureros!
Nos leemos en el próximo capitulo.
Bye-bye~
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