XIII.

Freya siguió observando a su persona preciada casi como una acosadora. Secretamente, dejo escapar unos murmullos que se trataban de sonidos de risas.

Sus finas manos aún sostenían el par de libros que les serian obsequiados a los hermanos Cranel. Su vista se desvió a ellos, después de todo los miembros de la Familia Hestia ya habían desaparecido a la distancia, observando específicamente el que sería entregado al hermano menor, Naruto.

Casi compartiendo rasgos con su futuro portador, el libro era de un color totalmente negro. Era como ver un anochecer sin estrellas. Parte de la cubierta compartía otro color, una tonalidad ceniza, como si el libro hubiera caído en llamas.

Freya ladeó una sonrisa burlona.

La diosa haría... un poco de trampa. Realmente no se trataba de un libro donde magia podría ser aprendida.

Hace años, en uno de sus tantos viajes, el libro fue encontrado en los escombros de una cueva abandonada.

No era un libro... era una prisión que contenía a algo encerrado en sus páginas. Había tratado de liberarlo, pero ni ella con sus poderes de diosa fue capaz. Ni un integrante de su familia pudo, ni si quiera el Rey, Ottar.

Parecía que el libro no reaccionaba al poder.

- Freya-sama, eso es...- expresó Ottar a su espalda.

Con suma elegancia, la diosa se sentó en su trono observando la vista que le proporcionaba aquella posición, todo Orario.

- El libro ha estado guardando polvo durante años- comentó Freya mojando sus labios carnosos con el fino vino de la copa en sus manos-. Ya tenía planeado deshacerme de él-

¡Fush!

Ottar atrapó en el aire el libro lanzado por su patrona.

- Haz que le llegue. Sin que se entere de quién viene... Ottar- amenazó sutilmente la diosa.

- Si, Freya-sama-

No perdería nada. Se deshacía de un libro que no le funcionaba. Y además como plus, podía ver la expresión de Naruto Cranel cuando observe que solo era un libro con hojas en blancos sin función, como mucho lo podría hacer su diario.

No había otra posibilidad. El libro no reaccionaria al chico. No había probabilidad...

X~X~X

Día siguente. Ruinas a las afueras de la Familia Hestia.

Naruto se hallaba con el torso al descubierto dejando ver su piel lechosa. Gracias a su infancia como granjero y a su trabajo duro en la tierra, los músculos del muchacho eran más marcados y compactos que los chicos de su edad.

¡Fush!

Dio media vuelta dejando que la espada de madera viajara en un arco horizontal.

- (¡Escucha a tu cuerpo! ¡Sé uno con la espada!)-

Las gotas de sudor se deslizaban por todo su torso y espalda hasta perderse en su cintura.

Hoy había decidido darse un día libre. Hace horas Bell ya había partido hacia el Calabozo en búsqueda de Lili.

- (¡Fluye junto a ella!)-

Sus estocadas y movimientos fluían libremente como el agua, sin embargo, no eran para nada suaves. Eran golpes violentos que parecían descargar todo los sentimientos y pensamientos del chico.

Naruto dio dos pasos para dar un salto y atacar en el aire. Sus pies aterrizaron en el suelo quedándose quieto. El sutil subir y bajar de sus músculos revelaba que respiraba entrecortado. Se puso derecho dejando una posición erguida.

¡Sush!

Naruto dejo caer el bokken con el que practicaba finalizando su entrenamiento. Un rápido vistazo hacia el cielo revelo cuanto se había movido el Sol. Vaya, había entrenado durante un par de horas.

Fuu~

Dio un resoplido hacía arriba en un intento de mover aquel mechón blanco pegado a su frente. Se había olvidado de teñirse nuevamente de rubio dejando que ahora uno de sus mechones sea albino.

X~X~X

Syr dio un suspiro.

- Sin embargo, el aventurero no vino ayer-

- Siempre trae la canasta del almuerzo de amor-nya-

- No es de extrañar que Syr llegó tan temprano hoy, ¿No es porque quería encontrarse con el chico-nya?-

- ¡No vine a encontrarlo!-

Ya se había hecho costumbre que Syr le preparara el almuerzo al albino. Normalmente, Bell regresaba la canasta del almuerzo la misma noche, pero ese no fue el caso ayer. Ocasionando que el resto de las camareras se burlara de ella.

- ¿Podría ser-nya que tuvo problemas en el Calabozo-nya?

- ¡Oye, Anya, esas cosas no se dicen! ¡Ese aventurero probablemente no dejará sola a Syr!-

- Syr, no te desanimes. Cranel-san debe estar bien- alivió Ryuu poniendo una de sus manos en los hombros de la chica.

Las meseras ordenaban todas juntas las mesas listas para iniciar otro día en aquella ciudad.

- Es justo como dijo Ryuu-nya- expresó Chloe cambiando su expresión-. Aunque es su hermano el que no quiero que muera-nya. Si muere, sufriré mucho-nya-

Todas guardaron silencio ante aquella revelación. Ryuu entrecerró la mirada con peligro observando a su compañera.

- ¿Chloe? Eso sonó a una confesión...- expresó Syr.

La mesera con rasgos de animal froto sus piernas ahogando un leve gemido.

- ¡Es que es imposible no imaginarlo-nya!- vociferó Chloe mientras a su mente le venía una imagen de Naruto semidesnudo-. ¡Una irresistible sensación me golpea cuando pienso en él con su torso al descubierto-nya! ¡Sus músculos brillando por el sudor-nya! ¡Cada vez que fantaseo con la espada que tiene entre las piernas, inmediatamente soy atormentada por una sensación de anhelo-nya...!-

Ryuu solo golpeó su cabeza levemente cortando su discurso.

- ¡Duele, detente-nya!-

Un ruido se escucho desde la cocina e inmediatamente todas las meseras volvieron a su trabajo. Nadie quería hacer enfadar a Mia Mama.

- Ryuu...- llamó Syr captando la atención de la elfa-. ¿Eso es un libro?- preguntó señalando hacía un asiento vacío en una esquina.

Syr y Ryuu observaron el objeto.

Era un libro grueso. Era de color blanco puro que desprendia un antiguo olor a papel.

En la portada había varios patrones grabados de geometría irregular, el título del libro no estaba en ninguna parte.

- Ponlo en algún lugar visible- exclamo Ryuu viendo a Syr-. Seguramente su dueño vendrá por él-

- ¡Está bien!- afirmo la chica cumpliendo con la demanda.

Ryuu solo se quedo de pie en silencio observando los rostros de sus compañeras. Al detenerse en el de Chloe, su ceño se frunció al recordar las cosas dichas por la chica hacía Naruto.

Dejando escapar un suspiro, volvió a su trabajo.

X~X~X

De brazos cruzados, recostado sobre la corteza de un árbol con sus párpados cerrados, Naruto descansaba pacíficamente.

Sus cabellos eran movidos por una suave brisa.

Como un reflejo, el muchacho abrió rápidamente sus párpados agarrando el arma de madera a su lado, y apuntó hacía el frente.

No había nada, salvo un libro negro en el suelo.

- (No me jodas...)-

A pesar de su descanso, estaba alerta en caso de algún ataque. Sin embargo, alguien había aparecido y desaparecido dejando frente a el aquel libro. Aquello no le gustó nada. Fuera quien fuera el sujeto, si hubiese querido asesinarlo lo hubiese hecho sin más, y él nunca se hubiera dado cuenta.

Aún así...

Naruto camino hasta el libro simplemente para darle una patada mandándole a volar varios metros. El libro cayo de tal manera que su cubierta se abrió dejando que el viento moviera sus hojas en blanco.

El chico ladeó su cabeza hacía un costado, curioso ante aquello.

Volvió a caminar y se agacho observando que efectivamente las páginas estaban en blanco. Lo tomo entre sus manos y lo inspeccionó dándole vueltas, poniéndolo arriba y abajo.

- Gaaahaha- murmuró Naruto.

Vaya mierda quiso decir.

Un libro con hojas en blanco, ¿enserio? ¿Por qué alguien le dejaría una cosa como esta? ¿Una broma? ¿Habría sido su hermano?

Naruto giro su cabeza viendo en todas las direcciones para luego negar. Era imposible que fuese Bell, el chico no podía moverse a tal velocidad. Ni siquiera de pequeños jugando a las atrapadas lo había podido tocar.

Dando un bostezo, Naruto cerró el libro. Y estiró su brazo derecho hacía atrás, dispuesto a lanzarlo a otro lugar.

¡Fush!

La mano con la que lo sostenía fue quemada dejando que el libro cayera nuevamente al suelo.

- (¡¿Qué?!)-

Naruto observo la palma de su mano quemada para luego ver el libro. ¿Lo había quemado?

A la distancia, la expresión de Ottar se tiñó de sorpresa. El libro... ¿había reaccionado a Naruto Cranel?

- ¡Gahragaaa!- exclamo Naruto señalando el libro.

Bastardo infeliz quiso decir.

Cuando levanto su pie listo para pisarlo, el libro se abrió por si solo dejando que las hojas en él comenzaran a cambiarse a toda velocidad.

- (¿Eh?)-

Las hojas antes en blanco empezaron a teñirse de letras en rojo oscuro. La temperatura del ambiente comenzó a aumentar por alguna extraña razón. Un brillo escarlata rodeó el libro cegando a Naruto, quien llevo sus manos hacía su rostro tapando sus ojos rojos.

- (¿Es una broma?)-

El brillo se detuvo dejándolo ver.

Sentado sobre las hojas del libro, se hallaba un ser pequeño. Tenía aspecto similar al de un humano. Orejas largas y puntiagudas, alas similares a las de un insecto sobresalían de su espalda. Su cabello azul apuntaba en todas direcciones en la parte frontal, y en la parte posterior estaba uniformemente hacia atrás. No llevaba ropa, yendo desnudo, sin embargo, carecía de cualquier tipo de genital.

- (¿Un espíritu?)-

El pequeño comenzó a volar alrededor de Naruto.

- ¡Tú!- exclamo el espíritu señalándolo mientras reía-. ¡Tú llevarás mi magia!- terminó de decir para volar directo hacia el muchacho y atravesar su pecho como si de un fantasma se tratase.

Naruto llevo sus manos hacía su pecho observando que no había ninguna herida.

- (¡¿Se metió en mi cuerpo?!)-

Naruto cayó arrodillado sintiendo la necesidad de beber decenas de litros de agua. Su garganta estaba siendo secada. Todo su cuerpo ardía.

¡Mi nombre es Puck! ¡Y a partir de hoy, hasta tu muerte, estaremos unidos!

De su mano derecha, humo negro comenzó a salir de las yemas de los dedos ascendiendo hacía el cielo.

Una poderosa fuerza.

Un poder para derribar los obstáculos frente suyo.

Poderoso, violento.

Un poder capaz de proteger a aquellos a los que quería.

Bell, su hermano, y Hestia, su figura materna.

Las palabras en su mente se ordenaron aparecieron allí por primera vez en su vida, a pesar de sentir que las conocía desde el primer día que nació.

Los ojos rojos de Naruto brillaron, y por un leve momento, obtuvieron un azulado como el mar desapareciendo rápidamente.

Su pecho dejo de arder y de su boca exhaló una especie de humo.

Las palabras en su mente solo surgieron.

¡Zanka no Tachi!

Fuego rodeo a Naruto.

Fin del capitulo.

La magia de Naruto está aquí. El nombre Zanka no Tachi seguramente le suene a algunos de ustedes. Se trata del bakai de Yamamoto de Bleach.

Claramente no tendrá todas sus habilidades de principio, sino se oneshotea casi todo Orario. Irá aprendiendo poco a poco.

Espero que les haya gustado. Si les gustó dejen su voto o comentario.

¡Seguidme si no lo estás y únete a esta familia!

¡Nos leemos en otro capitulo!

Bye-bye~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top