CAPÍTULO 1: Tierra-1219
La sala estaba sumergida en silencio, como era costumbre. Las pantallas que, emitiendo su luz amarilla entre la oscuridad, no daban ninguna nueva información de anomalías emergentes. La calma había predominado desde hacia meses, y ahora era común la paz, no habían reportes importantes, solo de vez en cuando algún Spiderman travieso que rompía alguna regla menor, pero nada lo suficientemente grave como para requerir una intervención.
Todo se había vuelto mucho mejor, más pacifico, pero todo cambió cuando la primera notificación llegó. La pantalla principal sonaba una y otra vez hasta que fue atendida. Al principio se trató de un mensaje de aviso, después otro y otro. En solo cuestión de segundos cada pantalla se llenó de mensajes urgentes.
Los mensajes comenzaron a parpadear con más alerta. Cada uno de ellos con el mismo mensaje: Anomalía en la Tierra-1219. Los ojos carmesí que miraban las pantallas se mostraron sorprendidos, no tuvo tiempo de leer cada mensaje, se trataba de una urgencia, así que, sin pensarlo configuró su reloj de viaje dimensional y cruzó el portal con prisa.
◇
Ella abrió los ojos, al principio vio luz, una luz intensa y blanca, pero tan fugaz como un rayo. Duró apenas un segundo porque después vino la oscuridad, y por último, el dolor.
Cayó sobre bolsas de basura negras que se apilaban cerca de un contenedor. Eso, al menos, la salvó de un fuerte golpe contra el concreto. Estuvo ahí por largo tiempo pues se había desmayado. Cuando volvió a la conciencia lo primero que sintió fue el dolor en la cabeza. Se tocó la parte lateral de la cabeza y de manera borrosa miró a sus dedos manchados de sangre, de hecho, el liquido viscoso todavía emergía porque sentía la calidez sobre su cuero cabelludo.
Volvió a tocarse la cabeza, pero esta vez con la palma, el dolor era tan fuerte que apenas podía tener los ojos abiertos. Respiró profundamente, tenía la garganta seca, estaba temblando y al mismo tiempo sudaba. Mechones de su cabello corto se pegaban a su frente húmeda y no pudo entender qué había ocurrido, ¿por qué estaba tan alterada y lastimada?
Entonces, se dio cuenta que no podía recordar. Sus memorias estaban fragmentadas, aun así, daba gracias por no haberlas perdido todas.
Se concentró en esas pequeñas piezas que le decían que su vida no era exactamente algo que pudiese decirse emocionante. Al parecer trabajaba en una oficina de correos, no tenía muchos amigos y es que en realidad sus amigos eran de ciudades alejadas, e incluso de países diferentes. Hablaba con ellos por las redes sociales aunque a veces tardaba semanas para mandarles un simple mensaje de texto.
También recordaba vivir en un pequeño departamento con severos daños a la infraestructura, recordaba algunas noches de tormenta en donde tenía que llenar el suelo de cubetas para evitar inundarse, la luz fallaba constantemente y las tuberías rechinaban. Recordaba las noches largas de lectura porque, al parecer, leer es algo que ama, pero no tanto como escribir. Ser escritora para ella no era una simple fantasía más, era un sueño, el sueño. Sin embargo, esos recuerdos parecían lejanos y no era lo que necesitaba en ese momento. Debía saber qué había pasado tan solo cinco minutos atrás.
Se movió con cuidado, sus músculos dolían y se percató que estaba hambrienta porque su estómago ardía, pero no solo tenía un hueco en el estómago sino que se sentía hueca por dentro, como si su alma fuese ligera. Se miró las manos temblorosas nuevamente, y después observó a su alrededor con desesperación. Nadie se había percatado de ella porque en realidad estaba en un callejón oscuro y vacío. Se levantó lentamente mientras se preguntaba cómo había llegado ahí... y de dónde había caído exactamente, ¿alguien la había lanzado al callejón? ¿había caído del techo?
Se miró la ropa raída, no tenía encima alguna pista, solo ropa común y una bolsa de cuero... La sujetó y al sentir algo en su interior se apresuró a abrirla. Cuando vio su contenido suspiró porque encontró un libro extraño, al hojearlo frunció el ceño pues no pudo leerlo, estaba escrito en un lenguaje que jamás había visto, en una especie de jeroglíficos, al parecer. Ella volvió a meter el libro, al hacerlo encontró una cartera. Se lamió los labios antes de abrirla, pero encontró únicamente dinero, nada más. No había ni una sola identificación que le dijera quién era, nada.
Caminó unos pasos mientras se tambaleaba, pero se detuvo cuando algunos recuerdos más llegaron de golpe: su lugar favorito era una librería de segunda mano que estaba al final de la calle de donde vivía. El dueño, un hombre encorvado, era la persona más gentil que hubiera conocido porque conocía bien su amor por los libros y cuando tenía nueva mercancía escogía siempre lo indicado para ella, y a los mejores precios. Al parecer era un buen amigo.
Pero todas estas memorias estaban incompletas porque si bien recordaba su apartamento no recordaba el nombre de la calle o su propio número de vivienda, no recordaba el nombre del dueño de la librería ni más allá de su vida cotidiana. No recordaba a su familia ni su infancia y eso era lo que la preocupaba. ¿Cuánto tiempo había estado afuera?
Se tambaleó más, así que se acercó a la pared próxima en donde estaba recargada una ventana con los vidrios rotos, se miró en uno de los cristales y sus ojos se abrieron en total sorpresa. No era como en aquellas memorias, su larga trenza había desaparecido y bien parecía que había escapado por poco de una explosión.
Se alejó de inmediato y volvió a caer, esta vez sobre su trasero. Inspeccionó el lugar otra vez, pero esta vez con pánico, solo se escuchaba a la bulliciosa ciudad y a las sirenas de varias patrullas. Alzó la mirada aún más, más allá de los muros del callejón se notaban los edificios y las luces nocturnas... La inquietud se apoderó de ella y los pelos casi se le pusieron de punta, ¿acababa de ver a alguien columpiarse entre los edificios?
Estaba confundida y asustada, sabía que necesitaba ayuda, así que se levantó y salió del callejón.
No lo sabía, pero ese no era su mundo. Su hogar estaba lejos, muy lejos de ahí.
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〘 NOTAS: Según Stan Lee, la Tierra-1218 es la denominación de la realidad donde los superpoderes no existen, es nuestra realidad. Ella viene de un universo casi idéntico: Tierra-1219〙
Comisión hecha por invaderphantom.
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