Capítulo 1


Estas en un autobús bien mamalon... osea que se cae a pedazos. Y tú, mi querido T/N estás junto a la emo y gótica más hija de put...

Uzi: ¡quita esa canción, pendejo! ¿Tu crees que este viaje es feliz? ¿Que no fuimos obligados?

Uzi: Obvio no, imbécil — Levantó una escopeta —. Haznos un favor y muere T/N — Uzi te dispara y mueres xd —... Odiamos el T/N... ahora sí, sigue con la historia.

Al fondo, fuera de la escena, un peluche de Charizard shiny levanta un el pulgar desde la silla de director.

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Era de noche, las luces delanteras del autobús escolar a duras penas lograban iluminar el rocoso sendero por lo que iban. La luna dormía plácidamente desde el cielo, obviando el sufrimiento de tantos adolescentes hormonales en tan poco espacio.

Sus cuerpos se sacudían en sintonía, hasta saltaban de vez en cuando, pero claro, sin alegría alguna. Entre estos mocosos, una niña de pelo morado resaltaba entre la manada de idiotas.

Se apoyaba a la ventana como podía, su rostro aburrido y sus ojos cansados, apenas lograban abrirse lo suficientemente como para seguir viendo el paisaje nocturno. Apenas había logrado pegar el ojo en un viaje de 6 horas.

Emitió un quejido mientras volvía a saltar involuntariamente, algunos gritos, en su mayoría femeninos, recorrieron el bus de inicio a fin, un reproché colectivo hacia el conductor a quien poco le importaba la comodidad de los alumnos.

—¿Por qué acepté esto...?— Se lamentó para ella misma... al menos estaba sola en el asiento porque.

Sacó su teléfono una vez más. Una pantalla ligeramente agrietada, una funda casi tan rasposa como una maldita lija, y de pura casualidad no le dejó caer el cacharro ese a nadie, porque de lo contrario, un nuevo Big Bang tendrá lugar.

Pero cuando presionó el botón de encendido, la pantalla se mantuvo en negro. Una burla total hacia su dueña. Claramente no tenía batería, hacia horas que se había agotado, y más sin embargo, Uzi aún tenía la esperanza.

Acompañada de un suspiro, volvió a guardar el teléfono, solo para que esté resbalará de sus manos en un súbito frenón del autobús.

Un nuevo coro de quejidos se hizo sonar entre los alumnos, sin embargo, no hubo nada que los callará, ni siquiera los baches de Latino\américa. Ahora solo el silencio reinaba entre los asientos, af la par que Uzi intentaba recoger su teléfono.

—¡Ya llegamos! Alistense para bajar— Informó la profesora de cabello café.

Casi al instante, los alumnos fueron abandonando sus asientos, empujandose los unos a los otros cuál bestias salvajes. Mientras está carnicería tenía lugar, Uzi aún luchaba por desabrochar el cinturón. Justo cuando estaba apunto de recurrir a sus dientes, un rubio se le acercó.

—¡Hey, Uz..!  ¿Uzi?— La chica ya estaba mordiendo la correa de tela —Uh... ¿Necesitas... una mano?

La peli morada frenó repentinamente, alzando la mirada a los pocos segundos a la par que soltaba el cinturón.

—¿Me hablaste?

—Sí... lo hice— Desvío la mirada a los alrededores —Sí te llamas Uzi... ¿verdad?

El chico de ojos esmeralda le dedicó una nerviosa sonrisa. Había escuchado más de una vez acerca de aquél rubio, pero ahora que le hablaba directamente, su corazón resonó de entre sus entrañas.

—¿Ah? ¡Sí, sí... soy Uzi..!— Salió del trance después de unos segundos a la par que levantaba el pulgar —¿Cómo me... conocés?

—Eh... ya sabes, cosas que uno sabe— Se acercó cuidadosamente hasta ella, y tomó el cinturón entre sus manos solo para desabrocharlo sin mayores complicaciones.

—Me llamó Thad... aunque estoy seguro que eso ya lo sabías— Expreso una cálida sonrisa Desde sus labios —... si... te digo que te conozco gracias a tu padre... ¿te enojarías?

—¿¡Qué. Me conoces gracias a esa momia?!— Su sonrojo desapareció.

Se puso de pie rápidamente, casi como si fuera a saltar hacia el pobre rubio. Afortunadamente para Thad, no hizo nada, en su lugar se mantuvo frente a él con sus ojos clavados en los suyos.

—Algo así— Respondió, algo intimidado por la chaparra morada.

—¿¡Es enser...?!

—Señorita, deje de gritar y salga del autobús— Voltearon hacia la profesora —Usted también— Puso sus ojos sobre Thad.

Ambos adolescentes se vieron el uno al otro antes de salir rápidamente del autobús. Con una Uzi huyendo de no solo Thad, sino también de Alice¹.

¹(No voy a poner al profesor que le vale verga todo porque... que aburrido)

https://youtu.be/LtSst4O6bnQ

Bajo la resplandeciente luna, sus pies se hundieron bajo la nieve. Un escalofrío la recorrió en un solo segundo. Algunas ramas crujieron bajo su peso, manchado de suciedad la suave nieve. De su respiración escapaba una nube blanca, la única huella de calor en el área helada. Suspiró mientras caminaba, temblaba. Atrapó sus codos con cada mano en un abrazo a ella misma.  

 Su paso era corto, muy juntito, casi ridículo. Pero caminaba con gran necesidad, la necesidad de mantenerse caliente en un campamento invernal, lo mejor que podía pasarle. Avanzó hasta encontrarse con sus compañeros, tan solo unos metros del bus. Era un estremecimiento colectivo, que pasaba de contacta en contacto y al cual Uzi no tardaba en unirse.

Por su parte, Alice los rodeó, casi como si fuera inmune a las bajas temperaturas del lugar, ella se pare frente a ellos, captando su atención con tan solo su presencia. Ella los miro por encima, solo deteniéndose en los que «trataban» de hablar entre ellos.

—A partir de ahora, pasarás tus vacaciones aquí...— La mujer castaña sacudió la nieve en sus hombros —. Estarás a cargo de un par de... «personalidades»... Haz todo lo que se te indique.

Tras sus palabras, algunos murmullos provenían de los alumnos. Uzi, por su lado, mantenía su atención en Alice, ya que está observaba a sus espaldas, casi como si esperara que algo apareciera de la nada. Una mancha se hizo presente a lo lejos, entre toda esa nieve, tan pequeña y borrosa que casi era imperceptible. Pero era rápida. Tanto que comenzaba a volverse más grande.

Cuando finalmente la mancha se acercó más, se convirtió en un hombre de pelo blanco, apenas cruzando por sus veintes. Tenía unos brillantes ojos amarillos, contrapuestos a la luz lunar detrás suyo. Este se detuvo frente a Alice, apenas podía mantenerse erguido mientras hablaba con rapidez entre jadeos.

Una sucesión de asentimientos después y el albino se dirigió a los alumnos, su respiración aún era oída por Uzi, pero cada vez se le era más difícil hacerlo. El chico llevaba una tabla portapapeles en su mano izquierda. Se frenó una vez estuvo en una distancia aceptable. Todo un respiró, con tal de oxigenar sus pulmones y luego habló.

—¡Bienvenidos, campistas, a su nuevo campamento..!— Se esforzaba por mantener una sonrisa convincente, pese haber olvidado el nombre del campamento... —¿Qué tal su viaje?

Un coro de murmullos se hizo presente. Tan desorganizados que era difícil sacar un mensaje claro. Aunque a juzgar por el rostro de la mayoría, no estaban muy felices por el servicio.

El oji ámbar soltó unas carcajadas algo forzadas, tratando de mantener el ambiente tranquilo.

—Mi nombre es Neizan... aunque mis amigos me dicen N; pero no tengo muchos amigos así que... ¡Pueden llamarme simplemente... Noah!

Pese al infierno glacial de su alrededor, parecía ser el único inmune a la temperatura tan reducida, incluso con su vestimenta tan ligera como lo eran unos pantalones cortos cafés¹ y una camisa también café pero de una tonalidad más clara, y un pañuelo anaranjado anudado alrededor del cuello.

¹(En la serie no se ve mucho el color, pero me gusta que sean café oscuro como en la portada)

—Bueno... yo les tomaré lista...— Miró la la hoja en su tabla por unos segundos. Puso la tabla frente a él mientras sacaba un bolígrafo.

—Eh... C... Cómo se pronuncia esto... Uh... ¿Doll? — Levantó la mirada, esperando que con tan solo decir el nombre y no el apellido impronunciable.

Una mano sobresalió entre todas las cabezas temblorosas. Parecía ser una niña de cabello morado. Neizan hizo un rápido movimiento con su pluma antes de volver a alzar la mirada.

Así llamó a dos alumnos más antes de que un pitido lo interrumpirá. El chico miró a su cintura, donde en uno de sus bolsillos, descansaba una radio, un poco pequeña pero funcional. Neizan tomó el woki toki y lo aproximó a su boca.

—¿Sí?

—Con los campistas— Les dedicó un rápido vistazo antes de darles la espalda.

—Sí, ya llegaron... ¡Te... te dije ayer!

—¡Te lo repetí como mil vec..! Estamos en la entrada principal... sí, sí, apúrate...

Guardó la radio con rapidez mientras se volteaba hacia los campistas. Sus ojos viajaron de persona en persona solo para después mirar la lista. Levantó un poco la mirada y los volvió a apreciar por unos instantes.

—¡Todos vinieron. Genial!— Exclamó tras haber marcado la asistencia de todos —En unos momentos, vendrá mi compañera, después de eso ya podremos comenzar con... explorar las instalaciones.

La mayoría se quejó ante sus palabras con temblorosos susurros. Lo que hizo que su sonrisa se tambaleara entre cada queja.

—Ok, ok, relájense... podemos hacer una actividad mientras esperamos.

—¿Cómo qué...?— Preguntó Thad.

Una pequeña sonrisa se formó entre los labios de N. Por fin parecía haber interés en lo que decía y no lo ignoraban como de costumbre.

—Bueno... ya que yo no los conozco, ¿por qué no se presentan conmigo?

—Uh... no, prefiero morirme aquí, gracias— Una rubia con un exceso de rosa en sus ropas habló, a la par que miraba su teléfono.

«¿No les habían quitado los teléfonos..?». Pensó para sí.

Antes de que siquiera Neizan pudiera decir algo para defender su propuesta, recibió un golpe en la cabeza, un sombrero café se le fue puesto sin gentileza, cegándolo a medias.

—Olvidaste tu sombrero, idiota— Exclamó una mujer de corte bob, su cabello, plateado, era acariciando suavemente por la luz lunar detrás suya.

Ella miró al montón de adolescentes hormonales frente a ella antes de mirar a Neizan, quien apenas se estaba acomodando el sombrero café que le había puesto a la fuerza.

—¿Ellos son... los campistas?— Les apuntó con un dedo, a lo que N asintió animadamente —... No eran más... ¿mayores?

—No, Vanessa— Suspiró con pesadez —. Te dije que rondan los 16 años...

—... No vamos a cuidar a un montón de adolescentes pendejos... ¿verdad?

—Sip, lo vamos a hacer— Aseguró, ignorando las palabras de V.

—¡Pe... Pero creí que éramos personas serías...!

—Y lo somos, ¡daremos todo de nosotros para dar el mejor servicio!.. y que nos paguen...

Vanessa era una mujer alta, no tanto como Neizan pero tampoco se quedaba atrás. Vestía un camisa similar a la de N, pero de color verde. También gozaba de la misma invulnerabilidad por el frío, pues usaba unos pantalones cortos del mismo color, además de un sombrero verde también.

Ella miró a la multitud, entrecerró los ojos mientras lo hacía. Estaba apunto de decir algo, probablemente volver a rechazar su trabajo, mas N habló primero.

—Ella es Vanessa, mi compañera. Es amable... cuando quiere... Y estoy seguro que se pasarán un buen rato junto a ella, ¡a qué sí, Vanessa!— La chica lo miró sin ganas, solo para luego mostrarle el dedo de enmedio.

Una risa nerviosa salió de N mientras sentía las miradas curiosas de los campistas.

—No se preocupen, ella solo está molesta porque... no va a tener su aguinaldo...— forzó una sonrisa con tal de aliviar la situación.

—¡¿No voy a tener mi aguinaldo?!— Exclamó.

—¡¿Yo qué sé?! !¡Pregúntale a administración!!— Se encogió y protegió con sus brazos en el caso de un ataque de su parte.

Todo ésto era observado por Uzi, quien miraba desde lejos, como la antisocial que es. Eso sí, temblando en el proceso. Entrecerró los ojos, casi como si por hacerlo pudiera ver más entre la nieve y las ráfagas de aire de su alrededor.

—Es... ¿es enserio que esos están a cargo del campamento?

—Ci— Dije yo... es decir... uh... el peluche. Sin embargo, apenas dijo eso, fue pateado hasta la concha de su madre por Uzi— ahh... el equipo rocket ha sido vencido otra vez...

(Imagen que me pasaron. Aunque no me convenció para portada, tampoco quiero ser grosero. Por eso, hela aquí. :3)

Y eso último del Chari-peluche no es canon... obviamente... Si fuera canon, el peluche es quien patea a Uzi y no al revés.

(2060 palabras)

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Necesito que me digan, ¿Que tal fue la narración? Porque siento que fue horrible, y, aunque le voy a dar unos retoques ahorita, siento que realmente puedo escribir mejor que ésto...

Ya tenía tiempo que quería escribir está historia entonces... Por fin.

Es la típica historia en la que N y V trabajan en un campamento, y por típica me refiero a que nadie la hecho antes... creo... esperó... si no quedaré como un payaso.

En el cap 2, saldrán las instalaciones, ahora no tengo demasiada inspiración ni ganas de investigar como es un campamento entonces... ahí vamos...

Así que, si han ido a un campamento y me dicen: eso es un cliché y nunca pasa.

Yo les digo: no te pregunté pendeja, obviamente no tengo ni idea (es broma... pero estaría gracioso)

Obviamente no tengo ni idea, así que perdonen mis pecados así como yo perdonó que no voten mis historias, cochinos.

Gracias por leer, los quiero mucho, Chaos.

2222 palabras

Fecha de inicio de escritura: 26/06/24

Fecha de retoma de escritura: 24/11/24

Fecha de publicación: 27/11/24

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