— Su majestad Kogami —La joven adulta de cabello azulado y ojos heterocromáticos dio una pequeña reverencia a los pies de la escalera que abrían camino al enorme trono cubierto de finas telas oscuras donde el gobernante de la ciudadela se encontraba observándola indiferente—. Es un honor que me permita quedarme en sus dominios junto a mi prometido.

— Y para nosotros es un gran honor que usted haya aceptado la propuesta de matrimonio de nuestro hijo, cuarta princesa real Yubel —La mencionada volteo a ver a la reina Kiara, que se encontraba parada a un lado de su marido; la bella mujer de cabellos blancos y ojos celestes como una estrella sonreía con verdadera felicidad, contrario a su esposo que sólo mostraba un gesto de hartazgo.

— Personalmente me habría gustado que al menos nos hubieras avisado que te comprometiste o que vendrías de visita con Yubel-san... hijo.

El gobernante de cabello azabache y ojos amarillos observaba con cierta molestia al joven que estaba a un lado de la princesa de mechones azules. El joven albino con algunos mechones morados, ojos celestes, como los de la única reina presente, y ropas similares a las del otro príncipe presente, su hermano mayor, sólo suspiró antes de alzar su mirada hacía los reyes que eran sus padres.

— Quería que fuera una sorpresa padre, para toda la familia... planeaba informarte hoy en la cena cuando Vyra se presentará también.

— ¿Vyra... ¡Qué!?

— Está en la Ciudadela también —El menor de los hermanos Kogami arregló un mechón de su cabello mientras volteaba a ver a sus hermanos mayores, en especial a Kyoko que parecía que se moriría en ese mismo momento— ¿No lo sabían?

— Eso es mentira... ¡Eso debe ser una mentira tuya-!

— ¡Cállate, Hideshi! —El monarca intervino en la conversación antes de que pasara a mayores— Tu hermano tiene razón, pero no del todo. Vyra está en camino ahora, ella pudo hacer lo que Kyoko y tu no pudieron hacer... otra vez.

El tercer príncipe chasqueo la lengua con clara molestia, le hartaba el tono de voz tan despectivo de su padre cuando se refería a él o a cualquiera de sus hermanos, con clara excepción de su hermana mayor y su hermano menor; ellos eran el gran orgullo de su padre.

— Como sea, el matrimonio entre nosotros asumo es una verdadera bendición para ambas ciudadelas... ¿o me equivoco?

— No te equivocas hijo mío —Kiara se rió con cierta amenidad antes de inclinarse unos centímetros para ver a su marido y rey—. Y creo que la situación deberíamos anunciarla lo más pronto posible... ¿No lo cree mi rey?

— Hablaré con Amnael para resolver eso, ahora retírense. Necesito hablar con mi hijo menor de unos asuntos en privado.

Todos los presentes asintieron antes de hacer una reverencia y retirarse, incluida Yubel que pareció susurrar algo al oído de su prometido.

— ¿Ocurre algo, padre? —El albino fue el primero en iniciar la conversación al verse sólo con su padre.

— Playmaker desapareció.

— Sin ánimos de ofenderte padre, pero... ¿Estás senil? —El menor de los dos únicos presentes alzó una ceja con cierta burla— Eso es algo que ya sabí-.

— Encontraron esto entre los restos del barco —El mayor de ojos amarillos chasqueo los dedos para encender los sensores del salón para hacer aparecer una pantalla holográfica en medio del lugar. El rostro del albino se deformo en horror y sorpresa al ver lo que su padre le enseñaba.

— E-Eso es...

— Tu madre no lo ha visto, le daría un ataque de histeria de hacerlo...

— Es imposible... —El de ojos azules movió sus dedos índice y medio para activar sus guantes táctiles y hacer aparecer la misma pantalla holográfica pero en una escala más pequeña y cómoda. Necesitaba analizar mejor esa foto, porque no podía creer lo que veía.

— Olvidalo Roken —El mencionado alzó su mirada para ver a su padre que hablaba al mismo tiempo que se levantaba de su lugar y se acercaba a él—, ordene personalmente que trajeran esos restos para examinarlos. Genome estaba igual de incrédulo que yo, pero esta es la verdad. Tu hermano y mi hijo, el séptimo príncipe, está vivo.

(...)

— ¿Leíste las nuevas noticias, Ryoko?

— ¿Deberían importarme?

— El sexto príncipe imperial de la ciudadela oscura, el hijo del rey Kogami Kiyoshi y la reina Kogami Kiara, Kogami Roken, acaba de comprometerse con la cuarta princesa real de la ciudadela de fuego, Yuki Yubel —Yusaku hizo claros oídos sordos al golpe que su única hija se dio al casi desmayarse de la impresión.

— ¿¡Ah!? ¿¡Eso es un chiste!?

— Me gustaría decirte que no, "princesa pirata" —El adulto de ojos verdes continuo soldando y revisando los cables que encontraba en el brazo del izquierdo del ciberangel aún inconsciente—. Pero es todo de lo que hablan en las noticias...

— Quién lo diría... el malcriado y narcisista príncipe que una vez mandó a desechar a uno de los ciberángeles de la serie Ignis se va a casar...

— La familia real Yuki no son muy diferentes a la familia imperial Kogami.

— ¿Tu crees? —Ryoko se acercó a la mesa de trabajo de su padre donde Playmaker reposaba rodeado de agua mineralizada, en su rostro mostraba una mueca de incredulidad y confusión— El rey Kogami Kiyoshi te expulso de la ciudadela acusándote de crimen heredado... y tu amante solo vino contigo para seguir su romance.

— La realeza de la ciudadela de fuego le hace honor a su título; tienen la manía de quemar vivos a sus prisioneros cuando estan aburridos. La de oscuridad solo conceden la eterna desesperación en la oscuridad absoluta o los mandan a ser ratas de laboratorios, no les interesa.

— El sexto príncipe de la ciudadela desesperante unido en matrimonio con la cuarta princesa de la ciudadela incinerante... que flameante y oscura relación.

— Que pesimo chiste fue ese, Ryoko, en serio lo fue —Yusaku alzó por un segundo la vista antes de volver a su tarea— Pero son tal para cual... como tu prostituta madre y la Dr. Miyu Sugisaki, ella sí que sabía hacer gemir a tu madre...

— ¿Mi madre se acostaba con Sugisaki-san?

— Como la prostituta que era. 

---------------------------------------------------------------------------------------------

Scarlett-White97 ven aquí a romperte la cabeza (??)