Mar y viento (I)

— Tengo hambre~ —Ryoko volteó a ver a Jack que estaba acercándose junto a sus gemelos ayudantes para comprobar su progreso— ¿No puedes hacer carne, Jack~?

— ¡Deja de reclamar, devoraste toda las provisiones que había guardado para el viaje! ¡No van a almorzar nada hasta que atrapen algo!

— ¡Pero esto es tan tardado! —La albina devolvió su vista al inmenso y oscuro mar mientras agitaba su caña de pescar junto a otros miembros de su tripulación— Además, ¿¡por que estamos en el mar y no en el aire!? ¡Así llegaríamos más rápido!

— Esta zona es demasiado turbulenta, estamos en los límites de la ciudadela aérea con la de tierra, y el casco ya está demasiado gastado desde la persecución de hace una semana contra los dragones de ojos azules... —Un chico de cabello gris con mechones verdes hablo desde el segundo piso del barco, sostenía el timón de madera mientras la teniente pelirroja que estaba a su lado observaba una brújula que tenía en su mano— Aunque el viento de data ha estado pacífico en este último viento, la ciudadela aérea sigue rodeada de tornados de data... arriesgarnos a encontrarnos con uno es lo equivalente al suicidio.

— ¿En serio~...?

— Así es, Capitana —Aki seguía sosteniendo su brújula, observó el mapa que tenía en la otra por un segundo y después cambio su vista al frente—. No estoy segura, pero creo que debemos cambiar ligeramente el rumbo...

— ¿Tampoco te agrada la densidad del aire, cierto?

Aki ignoró el comentario de su compañero timonel antes de arrugar su entrecejo molesta y caminar en dirección al mástil mayor, donde se suponía había un vigía; casi todos los presentes la observaron saltar con agilidad entre las cuerdas antes de llegar a la cofa y ver a la distancia, en el mismo momento que Ryoko vio su expresión de pánico, sacó su caña de pescar del mar y le ordenó a sus grumetes hacer lo mismo.

— ¡Zarc, tormenta eléctrica a 20 km!

—¿¡Qué!?

— ¡Jack! —La albina le gritó al rubio que asintió tan molesto como ella.

— ¡Ya la escucharon par de inútiles! ¡Nos acercamos a una tormenta, vayan e informenselo al resto! —Los de menor rango asintieron nerviosos antes de irse corriendo de la proa a diferentes partes del barco. Jack volteo a ver a sus ayudantes, que esperaban atentamente sus ordenes— Ustedes dos vuelvan a la cocina, muelan todos los minerales arcoiris vacíos y mezclenlos en un barril con ron... necesitamos entretener a cada cyberangel en el barco para evitar accidentes.

— ¡Sí, señor!

¡Capitaine!

— ¡Aki! ¡Ve con Jesse y Diva, e informales de la tormenta! —Ryoko hablo al mismo tiempo que se acercaba rápidamente a Zarc, que aún sostenía con fuerza el timón y observaba aterrado las oscuras nubes que comenzaban a mostrarse— ¡Tú, ellos y los demás refugiense dentro del barco!

— ¡Sí, capitana!

En cuanto la pelirroja volvió a saltar, junto a sus cosas, para cumplir con su orden, el rubio se encaminó al lado de su compañero y su líder.

— Esto no terminara bien... ¿Estas consciente de eso, verdad? —Jack volteo a ver a la albina, cuya capa y cabello recogido danzaban en compas al viento marino que parecía tornarse cada vez más violento— Ryo...

— Nosotros sobreviviremos a una tormenta, el Hanoi no caerá tan fácil... Aki y los demás probablemente...

— La mar es muy traicionera siempre, capitaine... este solo beneficia a los más fuertes.

— "La agua solo ayuda a sus más poderosos amantes, ella no distingue la riqueza de la pobreza... solo es leal al fuerte y caprichosa ante los débiles." —Un chico de cabellos castaños se acercó al trío y comenzó a ver la misma tormenta que ellos con una sonrisa desafiante— ¿Así que ese es el capricho de la mar ante nosotros, Zarc?

Oui... monsieur lieutenant archéologue* Fubuki.

— Tu acento acuoso siempre me ha parecido tan encantador~.

— Ya cállate, Fubuki... ¿Y los demás? —Ryoko hablo mientras sostenía su sombrero del viento que parecía aumentar su fuerza a medida que se acercaban a las nubes donde los truenos rugían.

— Fueron a calmar la histeria colectiva, mi hermosa capitana.

— ¿Y Playmaker?

— Sigue encerrado en su recamara, insisto en que desearía tener su suerte y pasar una hermosa noches con usted —Fubuki le parpadeo con coquetería a su líder sin dejar de sonreír, Jack gruño molesto ante esa acción.

— No estoy interesada, pero gracias; ahora tenemos problemas más serios...

Los tres hombres asintieron al mismo tiempo, cada uno con diferentes pensamientos y temperamentos que podrían compararse a la enorme tormenta que se alzaba sobre ellos en su barco... Ryoko en serio rogaba que todos los miembros cyberangeles de su tripulación estuvieran ocultos, ella sabía cómo los mismos no podían soportar una grave sobrecarga en sus circuitos, menos una causada por rayos.

(...)

Aspiró profundamente el humo de su cigarro a través de la boquilla que tenía, exhalo el mismo aire contaminado y dejó que el suave viento se lo llevara a algún lado.

Escuchó a su esposa acercarse y dejarle una taza que expedía un agradable olor a chocolate, leche y café en la pequeña mesa donde habían avisos de recompensa a nivel internacional en las ciudadelas. Sintió como uno de los aviso era tomado al mismo tiempo que el viento sacudía el resto.

— ¿Qué... qué es recompensa especial?

— Un título inmobiliario de alto rango.

— ¿Ah?

— Kiyoshi y sus primos, los demás reyes monarcas de las ciudadelas, están haciendo lo que mas odian... —Volvió a aspirar con fuerza a través de la fina boquilla de color azul con detalles dorados, volvió a exhalar dejando ir el turbio aire que se mezcló con el gentil viento— Darle a los "plebeyos" la oportunidad de tener "alcurnia", ¿entiendes ahora?

— Sí... pero... no entiendo porque dan tanto por Ryoko-chan... ella es una buena chica...

— Porque es una pirata que les ha puesto todo de cabeza, por eso —Bebió un poco de su café con leche y chocolate antes de levantarse de su asiento y caminar hacía el interior de su hogar, la mujer lo siguió de cerca tomando antes los demás avisos junto a los archivos que se quedaron en la mesa—. O tal vez Kiyoshi descubrió que es mi hija y la quiere muerta para que yo vuelva a trabajar para él... quién sabe qué quiere ese imbécil.

— Por cierto... Ryoko-chan viene para acá.

— Ya lo se —Yusaku volteo molesto a ver a su esposa y ayudante, le lanzó en la cara el turbio aire de su cigarro antes de seguir caminando—. Yo se cada movimiento que esa idiota hace, si no... ¡Sería la misma clase de padre que es Kiyoshi! ¡Y que asco, por el cyberse!

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* Oui... monsieur lieutenant archéologue: "Sí ... señor teniente arqueólogo" en francés (?) 

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