Alcurnia y Piratas (II)
— ¿No deberías estar con la tripulación en caso de? —La albina observó por un segundo a Jack antes de seguir comiendo la extravagante cantidad de arroz condimentado con la enorme pierna de pollo al ron y salsa del mismo— ¡Deja de comer y respóndeme, Ryo!
— ¡Ellos estarán bien sin mi! —El rubio cocinero y segundo teniente en la tripulación gruño molesto antes de golpear repetidamente con un cucharón para sopa que tenía en su mano, la cabeza de su capitana. La de ojos estelares comenzó a quejarse adolorida mientras se cubría la cara— ¡Ya déjame en paz!
— ¡No dejes tu trabajo solo a Aki, Jesse y los demás! ¿¡Qué pasaría si se enfrentan a un enemigo capaz de matarlos!?
— ¡Estamos atacando a la realeza! —La del top azul oscuro habló antes de llevar una insana cantidad de arroz a su boca— ¡Ellos do tieden cyfers de alto dango!
— ¡Traga y después habla, por el amor de no se que!
La albina obedeció antes de seguir comiendo desesperada, Jack solo volvió a suspirar molesto antes de retirarse de nuevo a la cocina del barco, debía hacer el almuerzo para todos los tripulantes o habría un motín... liderado por su misma capitana en medio de su apetito insaciable; a veces deseaba recordar porque seguía a esa idiota...
— ¡Capitana! ¡La teniente Aki le llama de forma inmediata, al igual que a usted teniente Jack! —Uno de los novatos apareció repentinamente en el lugar.
La chica continuó comiendo mientras volteaba a ver a su teniente, el cocinero observó por un momento a su líder y entonces lo recordó... con su rostro sucio por la comida y un brillo indescifrable que no lograba entender el cómo se mantiene en una pirata de gran renombre, Jack solo se largó a reír.
— ¿Qué ocurre? ¿Acaso quiere que vea el nuevo ingrediente que quiere para el almuerzo? —El teniente rubio solo veía al novato, la capitana solo seguía devorando su comida también viendo al flacucho chico de ropas rasgadas.
— ¡Uno de los cyberangeles capturados pertenece al séptimo príncipe!
La chica comenzó a contorsionarse desesperada mientras se golpeaba el pecho y se agarraba el cuello, el cocinero golpeó con fuerza su espalda para ayudarla antes de ordenarle al novato con bandana que le entregará una botella de las que estaba en una mesa, la capitana se la bebió de inmediato apenas la tuvo en sus manos.
— ¿¡Aki esta segura de eso!? —Jack siguió hablando sin dejar de ayudar a su líder que seguía ahogándose por la impresión.
— La teniente me dijo que los necesitaba para verificarlo, ¡pero también dijo que estaba segura en un 99,99%!
— ¿¡Y que... estamos esperando!? —La albina se levantó de su asiento, trataba de regular su respiración y tosía de vez en cuando, sus ojos estaban acuosos por el esfuerzo de hace un momento... aún así pudo golpear con fuerza el mesón de madera donde estaban los platos con restos de comida, rompiéndolo y sacar un lápiz labial del agujero— ¡Jack y yo iremos de inmediato; tu repara el mesón, es una orden!
El novato asintió aterrado antes de salir corriendo en busca de materiales para arreglar el mueble, que ya de por sí presentaba muchas reparaciones antiguas; la albina tomó su sombrero que estaba en un asiento a su lado, limpio su rostro con su antebrazo y se maquilló con el labial que era de un rosa pálido.
— Deja de esconder tu maquillaje en el mesón, ¡te lo he pedido un montón de veces!
— ¡Dejemos el pasado atrás, Jack! ¡Vivamos el ahora!
La de mayor rango comenzó a reírse animadamente sin dejar de caminar con uno de sus tenientes a su lado que la veía molesto.
(...)
Parpadeo lentamente intentando de analizar su entorno, había despertado por el molesto pitido de error que su procesador hacía sonar en su cabeza, el mensaje de que sus brazos estaban siendo estirados de forma peligrosa se mostró junto al de la imposibilidad aérea, seguía atado por esa misteriosa enredadera; otro mensaje de alerta se mostró en cuanto vio a las personas a su alrededor.
Eran los mismos piratas que los habían sometido y en frente suyo a poco menos de un metro, destacando más que cualquiera... una chica albina.
Tenía un sombrero azul oscuro con una linea dorada en el borde de la enorme ala que tenía cubriendo su larga y alisada cabellera blanca, una pluma, parecida a la que las arpías tenían en sus alas, se mostraba como decoración del sombrero; una larga falda con cortes específicos para resaltar sus piernas, las botas oscuras que usaba hasta la rodilla solo mejoraban su look; el top del mismo color que la falda y el sombrero se nota lo ajustado que era y el que estuviera entrecruzado hacía arriba en el escote hasta llegar a su cuello donde podía ver un collar negro de encaje con una esmeralda... su programación marcó error. Ese collar alteraba por alguna razón todo su procesamiento.
— Definitivamente... es del séptimo príncipe...
— ¿Qué hacemos con él? Podría ser la clave para su meta, Rave-sama...
— Ryo, piensa bien en tu respuesta, ¿qué hacemos con él?
— ¿No es obvio? —La albina habló tranquila antes de agarrarle del mentón y acercar su rostro al suyo, Playmaker observó los azules ojos de la pirata y no podía evitar mostrar su molestia, su sistema seguía alterándose y tal vez se debía al parecido de esa rebelde con la reina y su único hijo... ¿También sería de la ciudadela de luz?— Mi nombre es Fujiki Ryoko, también llamada "Revolver, la asesina de Cyberangeles"... De aquí en adelante soy tu dueña y capitana, ¿lo comprendes, ángel?
Observó sorprendido y molesto a la chica, al igual que todos los demás presentes, ella solo seguía sonriendo con confianza... ahora debía elegir entre morir sirviendo a la alcurnia o vivir sirviendo a los piratas... que eran los...
— Si te preocupa lo que pase con tus príncipes, despreocúpate... los lanzamos por un bote de emergencia, solo que sin joyas o ropa...
— Si me uno a ti... ¿Podre asesinar a la realeza? —La capitana pareció sorprenderse por su pregunta, era lo lógico... él servía a la realeza— Solicito una respuesta, Capitana pirata Ryoko.
— ¿Qué quieres, exactamente?
— Tener en mis manos las cabezas del Rey Kiyoshi, la Reina Kiara y los seis príncipes de la ciudadela oscura; si me uno a ustedes, ¿podre tener la oportunidad? —Ryoko volvió a sonreír, esta vez con mayor soberbia que antes.
— No preguntes estupideces... —La albina acercó aún más su rostro al del cyberangel, su cálido aliento rozaba los fríos e inhumanos labios del contrario— La cabeza del sexto príncipe es mía... el resto puede ser todos tuyos.
— Acepto, capitana.
Antes no tenía a donde ir, por eso continuaba sirviendo a esos malcriados príncipes e inútiles reyes... anhelando siempre asesinarlos como ellos lo hicieron con él... ahora tenía la oportunidad, dejar la alcurnia por piratas no parecía ser mala idea, e incluso su sistema de razonamiento lo aprobaba.
Ryoko volteo a ver con disimulo a Yugo, este asintió con confianza, todos los demás sonrieron complacidos, en especial su líder, ahora tenía la pieza central para poder cumplir su mayor deseo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top