El desencadenante #26

Odessa Thunberg ~

Alejada de la ciudad por fin pudo respirar aire limpio. Aquellas aglomeraciones le estaban quitando el oxígeno.

Desde la ventanilla observó cómo iba pasando el paisaje a gran velocidad. Se fijó en los solitarios árboles que había anclados a la tierra y le invadió una melancolía inexplicable. Eran como navíos perdidos en un mar de edificaciones. Y Odessa tenía la terrible certeza de que dentro de unos años se hundirían.

− ¿En qué estás pensando? – le preguntó Nix viendo que estaba ensimismada

−En lo fácil que es la vida de una planta− trató de explicarse− Simplemente naces de una semilla, creces, das fruto y te marchitas, y no te tienes que preocupar por salvar a tu planeta−

Nix alzó una ceja

− ¿Prefieres ver como se destruye sin poder hacer nada? –

−No, claro que no− musitó pensativa− ¿Crees que lo conseguiremos? –

No dudó su respuesta:

−Absolutamente, así que deja de comerte la cabeza−

Para dejar a un lado sus paranoias, Odessa encendió la radio

−A ver qué tal lo está haciendo Alec− y buscó el canal donde retrasmitían en directo el discurso de la cumbre del clima

−Nuestro actual modelo económico que está basado en la abusiva consumición de combustibles fósiles, como el carbón, gas y petróleo, supone una grandísima emisión de estos gases contaminantes a la atmósfera. Por lo tanto, es absolutamente imprescindible y urgente acelerar la transición hacia las energías renovables para revertir este continuo e incesante aumento de la contaminación− decía Alec con entusiasmo− Sin embargo, este problema no es nuevo y el concepto de cambio climático tampoco. De hecho, hace décadas que los científicos advirtieron de este fenómeno. ¿Y qué hemos hecho al respecto? ¡¡Nada!!−

Odessa frunció el ceño; esas palabras no le sonaban de haberlas escrito

−Preferimos gastar el tiempo con nuestros teléfonos o sentados en un sofá haciendo el vago mientras vemos con nuestros propios ojos como el mundo se va consumiendo poco a poco−

Definitivamente eso no lo había escrito ella; se lo estaba sacando de la manga.

−¡¡Eso no estaba en la hoja del discurso!!− se quejó la medioambientalista− No me lo puedo creer, lo único que tenía que hacer era NO salirse del guion, ¿y qué es lo que hace? ¡¡Salirse del guion!!− se desesperó

−Cálmate, a mí me parece que lo está haciendo bien− le cortó Nix

−El tiempo pasa y los desastres climáticos que padecemos están empezando a alarmarnos, están empezando a llegar a un punto que podrían ser irreversibles− siguió hablando Alec desde la radio− De modo que la política parece que está prestándole cierta atención, ¡¡pero no la suficiente!!− exclamó de repente, haciéndoles blincar del asiento

Odessa se llevó las manos a la frente pensando "¡¡qué desastre!!"

−Y aun sabiendo esto, ¿por qué todavía se impone este modelo basado en el consumo desmedido en las energías fósiles, que son limitadas y altamente contaminantes? Porque son más fáciles de extraer y transportar, la tecnología que contamos está adaptada al uso de este recurso; y, sobre todo, porque tienen un costo más bajo a comparación a las fuentes de energía renovables−

"Un ataque directo a las autoridades" pensó esta

−Pero, seamos realistas, ¿de qué sirve el dinero si vivimos en un planeta muerto? El dinero tan solo es una invención del hombre, como el tiempo, o los recuerdos; sin embargo, nuestro mundo, nuestros ecosistemas, nuestros bosques, nuestros océanos... todo eso es algo real, algo que debemos proteger por encima de las demás cosas−

La medioambientalista se dio cuenta que, en verdad, Alec no se estaba saliendo del guion exactamente. Sino que lo estaba usando como guía, y a medida que iba leyendo estaba añadiendo conceptos y datos de su cosecha. Alec estaba reelaborando el guion a su manera.

Odessa se quedó sorprendida. Lo que al principio le pareció una completa ida de olla, al final le acabó gustando.

Se acomodó en su asiento, y mientras que admiraba el paisaje saboreaba, masticaba y digería las palabras que brotaban de la radio flotando como burbujas por el aire hasta explotarse en sus oídos.

Suspiró y disfrutó del discurso que estaba dando su improvisado sustituto.

"No creo que yo lo hubiese hecho mejor" reconoció, pero no lo dijo en voz alta

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