El desencadenante #17
Odessa Thunberg ~
Tenía los nervios a flor de piel.
Alzó la tapa del portátil y apareció el rostro de su madre con una sonrisa cansada. A Odessa le entraron ganas de traspasar la pantalla y darle un fuerte abrazo.
−Cariño, llegó el momento− esas palabras melancólicas calaron profundamente en la medioambientalista
Bajó la mirada con pesadez
−Lo sé...− suspiró− Sé que está mucho en juego y no sé si daré la talla, no quiero que la Tierra se convierta en un montón de cenizas y polvo−
Greta Thunberg sonrió levemente. Como una maestra al verse reflejada en su pupila.
−Sabes, cariño, que ese final es inevitable; igual que lo es la muerte para los humanos. Dentro de miles de millones de años el Sol devorará nuestro planeta y se quedará reducido en eso; cenizas y polvo−
Odessa respondió con firmeza:
−Pero no pienso permitir que eso ocurra antes de tiempo−
−Eres fuerte, más de lo crees, más que yo− la elogió con orgullo− Tarde o temprano tomarás mi relevo−
En vez de alegrarse por saber que dentro de poco se convertiría en la nueva Greta Thunberg, para lo que se había estado preparando toda su vida; en cambio, le invadió un vacío desgarrador. No podría hacerlo sin ella, sin una estrella que le guíe. Odessa no podía si quiera igualar a su madre, todavía se sentía minúscula en su presencia.
−Espero que sea más tarde que temprano− murmuró
−Eso no está en nuestra mano− sentenció su madre− Antes de despedirnos quiero darte un último consejo, Odessa: No te encierres en tu propio invernadero, no estás sola; escucha, Odessa, escucha a la naturaleza, al mundo, a tu corazón... Recuerda que tenemos dos oídos y una lengua para que podamos escuchar más y hablar menos−
La activista asintió lentamente y grabó esas palabras en su cerebro.
−Gracias mamá−
−No, cariño, gracias a ti, por escucharme−
Entonces colgó y Odessa se quedó mirando el paisaje de girasoles que tenía de fondo. Se sorbió la nariz. Seguía viendo los ojos lagrimosos de su madre tatuados en la pantalla como dos estrellas a punto de perder su luz.
"Acabarás como mamá" la voz de su hermano se coló entre sus pensamientos haciéndola estremecer.
Justo entonces alguien irrumpió en su camerino.
−Hola, ya estoy aquí, ¿me he retrasado demasiado? −
Odessa se recompuso de su ataque de tristeza y se dio la vuelta para recibir a su invitado.
−No, no, tranquilo, llegas a tiempo− dijo sonriendo al ver como Alec se quitaba la chaqueta y la colocaba del revés en el perchero
−Genial, ¿qué es lo que tengo que hacer? – se le veía emocionado, pero también nervioso
−Es simple− Odessa cogió un montón de papeles grapados− Aquí está todo lo que tienes que decir, es solo leerlo y ya está−
Alec cogió el guion con manos temblorosas y lo hojeó
−Puedo hacerlo− murmuró dándose ánimos
−Por supuesto que sí− le apoyó la activista− Es una tarea hiperfácil, solo sales al escenario, sin mirar a la gente, y dices todo lo que está escrito−
Alec asintió. Tampoco era tan complicado. Hasta ser cajero en un videoclub tenía más miga que eso.
−Entendido−
−El disfraz está ahí, ve al baño y pruébatelo− le indicó
Alec cogió la peluca, la máscara y la aparatosa vestimenta.
− ¿¡De verdad tienes un disfraz propio?!− se sorprendió al observar lo real que parecía− ¿Lo usas a menudo? –
−Solo cuando tengo que hacer cosas importantes−
Tardó bastante hasta que consiguió ponerse todo. Salió del baño sintiéndose extraño. Se sentía como un caracol en la concha equivocada.
− ¿Qué tal? − preguntó− ¿Se nota que soy tú? –
Odessa lo examinó con mirada crítica y tuvo que recolarle la peluca. Parecía una copia suya.
−Físicamente sí, pero con eso no basta; tienes que sentirte Odessa Thunberg, si tú te crees que lo eres, los demás también lo harán−
−Soy Odessa Thunberg, soy Odessa Thunberg− repitió
−Lo harás bien− le aseguró− Déjate llevar y lo bordarás− se miró el reloj de muñeca− Bueno, mucha suerte, tengo que irme ya−
La medioambientalista se puso su chaqueta con capucha y se dirigió a la salida.
−Puedo preguntarte algo− la paró Alec
Se giró
−Claro−
− ¿Qué eso que tienes que hacer que es más importante que dar tu discurso en la cumbre del clima? –
Odessa se quedó en silencio durante unos segundos observando los ojos de Alec a través de la careta.
−Te lo explicaría si tuviese tiempo− y dicho esto se marchó
No quería involucrarle más de la cuenta en su lucha, en sus problemas, en su vida.
Sin darse cuenta de que ya lo había hecho.
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