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Capítulo 7


Toru estaba caminando por unas calles bastante elegantes, miró el enorme muro y suspiró. Tomó camino, respiro profundo y comenzó a correr hacia el muro con habilidad y destreza subió el muro sin dificultad quedándose en la parte plata, miró al rededor y bajo de un solo salto. Continuo caminando ahora por un frondoso jardín lleno de arbustos de rosas y otras flores, así continuo hasta llegar a una capilla religiosa. Se agachó por debajo de la banda y sonrió — 1, 2, 3 por Atsushi

— no es gracioso Toru...

— ¿estas bien?

— si, ya me relaje

— ¿Volvemos o platicamos?

— ¿De que quieres platicar?

— primero quiero que salgas de debajo de la banca

— no quiero

— significa que no estás bien

Atsushi trago saliva, salió de la banca y se sentó al lado de Toru quien sonrió. — Me sorprende que aún entres, solo teníamos seis años cuando comenzaste a esconderme allí

— Soy elástico

— oh vamos hermano, yo fui la prostituta

— no te digas así Toru

— Atsu, ¿Que tienes con Akutagawa?

— ¿eh? Nada

— ¿Te gusta?

— No, pero consideró que es un buen chico

— ese saco amargado solo es lindo con su hija y contigo

— contigo también

— No, peleamos todo el tiempo. Me dice mono malandro pero la verdad es que yo vencí al mono

— Yo también peleo con el

— si, pero a ti te mira de otra forma

— Toru ¿estás diciendo que le gusto?

— Creo que el ya está en una relación contigo sin que tú lo sepas

El albino se sonrojó — eso es una locura, yo... yo no tengo nada bueno, ni nada que ofrecer

— mira el lado bueno, ya tienen una hija, no tendrías que tener otro

— Toru...

— Lo sé, solo intento motivarme a contarle lo qué pasó

— no quiero contar eso Toru

— Papá hizo de todo por ocultarnos, se que ustedes no tienen la mejor relación pero estoy seguro que se esforzó, dale una oportunidad

— ¿Haz hablado con papá?

— bueno...

— Toru — le llamó retador

— desde que volvimos a Japón, Papá y yo a veces salimos a comer, todos los días me llama antes de entrar a la guardería

— Aaay Toru

— Papá nos ama Atsushi — miró a sus espaldas — no creo que debamos volver pero... — miró al albino — creo que debes avanzar y deja ese venir aquí a esconderte

Atsushi abrazó a su hermano, Toru tallo su espalda.

Tomaron sus manos y el azabache beso su frente — ¿lo visitamos?

— no, por hoy... volvamos a casa

—  d'accord

— no iremos a Francia

— amargado

Ambos chicos salieron del lugar. Desde la ventana un hombre sonrió — ese par sigue siendo igual... No se por que me llama para avisarme si no lo hará entrar — suspiró profundo


Atsushi y Toru volvían a casa con una paleta helada en mano y una bolsa de súper Mercado con más paletas y una papilla para Momo.

Atsushi abrió la puerta y Toru dejó caer la paleta por lo sorprendido que estaba, Atsushi se atoró con la suya pues la tenía en lo boca. Comenzó a toser por atorarse, Toru reaccionó y palmeó a su hermano — Atsu, Atsu respira

— ¿Qu-Que es todo esto? — pregunto Atsushi

— Momo no dejaba de señalarlas — Mencionó Tanizaki

Akutagawa se acercó con Momo en sus brazos — no se como disculparme, nunca lo hago

— Se nota

— espero esto ayude

— ¿Y las disculpas? — pregunto Toru

— no exijas tanto — se quejó Akutagawa

Atsushi comenzó a reír, tomó a Momo — Aceptó sus raras pero lindas disculpas señor Akutagawa— mencionó el albino y le sonrió a Momo — Gracias por las flores Momo ¿como sabias que me gustaban?

— cierto, ¿Que haremos con tantas?

La sala estaba llena de ramos de flores diferentes, incluso habían algunas en el piso

— tengo una idea — les sonrió Atsushi

Y así fue como terminaron todos sentados en una frazada del piso, Atsushi había hecho una corona de flores que le puso a Momo, la bebe no paraba de reír y aplaudir.

Toru terminaba uno para Atsushi, entre los hermanos rieron y Akutagawa recordó haber visto una foto de ellos así en el álbum, se trago sus palabras por no preguntar, ahora le quedaba esperar.

Momo se durmió rato después, Toru también. Tanizaki fue enviado a comprar comida, según Akutagawa era parte de su disculpa. No hacerlo trabajar.

Atsushi seguía haciendo una corona mientras el azabache revisaba papeles, al finalizarla fue con el y se la puso encima — listo

— ¿me hiciste una?

— bueno... ella no puede ser princesa si no viene de un rey ¿no?

Akutagawa comenzó a reír, fue algo delicado e insonoro pero reía, Atsushi se sonrojó de verlo — es la primera vez que me llaman rey

— no se puede evitar, tú la llamas princesa

— supongo que si — miró a todos dormir — de nuevo nos abandonan

— Toru es muy dormilón, solía salir de fiesta cada noche hasta que entró a trabajar a la guardería

— ¿Como es que tu hermano trabaja en una guardería a pesar de sus groserías?

— sabe comportarse cuando quiere, si no es un salvaje

— se nota

Atsushi se sentó al lado del azabache, estaban en la mesa con algunos ramos en ella y papeles de Akutagawa — siempre terminas trabajando aquí — mencionó mirando por encima los papeles

— me relaja el olor y me siento más seguro donde Momo está segura

— vaya, tú si que no tienes filtro pero ¿sabes lo que dices?

— no lo sé, a veces si. ¿Soy tan malo?

— a veces

Akutagawa tallo su nariz, y suspiró — es difícil para mi todo esto, no se que estoy haciendo. Quiero que ella esté segura, pero quisiera que te quedaras con ella

— ¿Por que siempre hablas por Momo?

— Ella es lo primero en lo que pienso

— ¿Como te sentiste cuando te enteraste de la verdad de Momo?

El azabache se quitó sus lentes y miró al albino — me sentía muy frustrado. Me casé solo por Momo

— ¿odias esto?

— odio como sucedió todo, me hubiera gustado enamorarme, planearlo, tenerlo y amarlos por igual

— entiendo... — suspiró el albino, lo hizo de una forma profunda, estaba buscando fuerza — ¿listo para saber la verdad?

El azabache se sorprendió, asintió.

Atsushi dejó de verlo, se sentía nervioso. — Yo... tuve un bebé

El azabache permaneció callado, el albino lo miró de reojo y trago saliva — te-tenía 11 años...

...

La familia Nakajima, era una familia feliz a pesar de todo, el matrimonio había sido arreglado, para que la raza pura siguiera en la familia. Sin dudarlo, amaron al par de recién nacidos. Toru y Atsushi.

Fueron diagnosticados como omegas después de su primer año y al tercer año sabían que eran puros.

Su padre dedicó todo su tiempo y dinero en que ambos chicos siguieran su camino, las mejores escuelas, tutores, el mejor entrenador, Toru y Atsushi eran expertos en cada una de las áreas, excepto una.

A la edad de 5 años comenzaron a notarlo, nunca había nadie en casa más que algunos miembros de la servidumbre. A su madre la veían los fines de semana donde organizaba fiestas, la soledad y aislamiento llevó a su madre a consumir todo tipo de licores

Su padre claramente jamás se enteró, estaba muy ocupado con múltiples trabajos para que a los gemelos no les faltara nada. Atsushi rápidamente supo que debía cuidar de Toru, el azabache le gustaba ir con los chicos malos de sus clases, y eso no era bien visto. Convirtiéndose en la persecución eterna de su hermano, ambos jamás se separaban

La fiestas de su madre se habían salido de control, Toru y Atsushi solían encerrarse en su habitación y usar tapones para los oídos.

Cuando tenían 6 años comprendieron mejor lo que ocurría. Muchas veces se pelearon con invitados. No les importaba nada, sabían de artes marciales. Daban todo por defender a su madre de aquellos hombres que deseaban tocarla. Ella siempre terminaba abrazándolos y prometiendo no hacerlo de nuevo. Así era en ciclo.

Tenían 10 años cuando los gemelos escucharon a su padre llegar un fin de semana — ¡papá! — le llamaron alegres

— niños... como han crecido

Ambos abrazaron al mayor albino. Le sonrieron felices. — ¿y su madre?

— mamá está durmiendo

— Toru, calla. Mamá tuvo mucho trabajo papi, déjala dormir

— Que haría sin ti Atsushi, eres mi ángel guardián cuidando de todos

— Papá, Atsushi es quien me cuida a mi y yo a él

— lo sé, lo sé. Lamento tanto estar tan ausente

Los tres se abrazaron, los niños conocían de sus situaciones, no eran exigentes. Amaban a sus padres

Aquella tarde su padre se quedó todo el día, los niños disfrutaron jugando con el, por la noche llegó su madre

— Tatsuhiko, que sorpresa

— lo mismo digo — le sonrió — ¿te unes al juego?

— ¿por que no?

Disfrutaban en grande estar los 4 reunidos, aquel día, Atsushi sintió fuertes dolores en el abdomen pero no dijo nada, lo último que quería era desperdiciar su día en cama.

Al día siguiente era sábado, su padre se despidió de ellos prometiendo volver por la noche.

Atsushi pasó todo el sábado con dolores, no le dijeron a nadie, Toru protegía de su hermano. Tallaba su vientre y le llevaba té a su habitación, ambos querían que el albino estuviera bien para jugar con su padre.

La noche llegó, su madre tenía una gran fiesta y Toru había tenido que salir de la habitación por agua fresca para su hermano.

Al regresar se topó con unos hombres, estaban borrachos. — Niño... hueles muy bien

— no... suéltame

— ¡Toru! — grito el albino

— ah... ya veo... tú eres el que huele bien

Atsushi trago saliva, Toru se montó en la espalda del hombre — NO HUELAS A MI HERMANO BESTIA — grito con fuerza.

Toru jalaba los cabellos del hombre y rasguñaba su cara, Atsushi estaba mareado como para ayudar, fue cuando escucho a su madre. Sabía que algo no estaba bien. — ¡Ayuda a mamá! — Dijo Toru.

Corrió hacia el salón donde estaba su madre, — ¡Yo no estoy en celo imbeciles! — grito su madre antes de ser pateada y perder el conocimiento

— ¡MAMÁ!

Atsushi fue tras su madre, metiéndose justo en la manada de bestias salvajes.

Tatsuhiko llegó más tarde, el olor impregnó sus fosas nasales. Corrió a la habitación de los niños. Encontró primero a Toru escondido en la esquina del pasillo, sus ojos se llenaron de asombro — Toru...

— Papá ¡yo no quería hacerlo! - grito — el atacaba a Atsushi, yo solo.. solo...

Tatsuhiko le abrazó. Su hijo estaba golpeado en todas partes y no paraba de llorar. Tapó sus ojos, y quitó los que llevaba en sus manos. Toru había arrancado los ojos del hombre y este había muerto desangrado. Fue cuando reaccionó — ¿y Atsushi?

— fue a defender a mamá - dijo decaído y tomó su brazo — papa, no regañes a mamá. Mamá se siente sola

— Toru, quédate en tu habitación, iré por ellos

— si...

Toru entró a la habitación, Tatsuhiko se mantuvo calmado hasta que entró. Luego salió corriendo al salón. Primero encontró a su esposa. Estaba golpeada y sin signos vitales, pero Atsushi no estaba

Siguió buscando, intento guiarse pero habían muchos olores, por fin los encontró en el gran comedor, tenia a dos hombres encima, su mirada perdida. Tatsuhiko no dudo en acabar con aquellas personas.

Al día siguiente, se realizó un funeral para su madre, Toru fue el único presente. Tatsuhiko uso su influencia para salir de cargos y borrar el expediente de Atsushi.

Solo un hospital lo tendría y era súper confidencial. Después del incidente, el albino había dejado de hablar, no dejaba que nadie lo tocara más que su hermano. ¿Lo qué pasó? Solo se escuchaban rumores. Aún así, el mayor temía que su pequeño fuese rechazado y juzgado.

Sin saber que hacer y buscando tratamiento para Atsushi, Tatsuhiko los  llevó a los gemelos a America, Chicago. recordando que su madre era religiosa les dejó en una iglesia — Padre Nathaniel, ¿están seguros que Atsushi mejorará?

— el poder del señor es grande, la calma podría hacerlo hablar

— vendré cada fin de semana a verlos

— le esperaremos

Atsushi no hablaba por más intentos de Toru de hacerle hablar, no pronunciaba ni una sola palabra.

Pero fue cierto, Atsushi y Toru se quedaron en un espacio libre, era tranquilo. Un día mientras estaban sentados en el jardín Atsushi comenzó a llorar y Toru le consoló, después de ese día, Atsushi volvió a hablar.

Veían a su padre cada fin de semana pero el albino llevaba mucho encima — Atsu... te traje un tigre nuevo de peluche, se que te encantan

— no lo quiero

— papá, Atsu estará bien.

— volveré el siguiente fin de semana ¿de acuerdo?

— Solo no vuelvas, jamás estás, jamás estarás. Solo quédate en tu trabajo

Atsushi se fue, Toru suspiró. El mayor tapó su rostro y Toru tomó su brazo — papa, Atsu estará bien

— Ya no se como acercarme a tu hermano...

— yo te seguiré ayudando, tranquilo papi

Se dieron un abrazo, el mayor se marchó.

Un mes después, Atsushi había pasado todo un día vomitando. Tenía malestar y mal genio. El padre Nathaniel lo llevó a un hospital para saber la noticia, el albino estaba en su tercer mes de embarazo. Aquello desconcentó al padre y al albino. No sabían que hacer

Atsushi llamó ese día a Tatsuhiko. El mayor llegó al día siguiente. Se habían vuelto a abrazar después de tanto tiempo — todo estará bien, yo cuidaré de todos

— papá... tengo miedo, mucho miedo

— lo sé, lo sé mi bebé... — Tatsuhiko le abrazó con fuerza. Ya no tenía respuestas para nada

Toru comenzó a planear la vida del bebé, veía escuelas y ropa, el albino había decidido tenerlo y el azabache solo quería ser el mejor tío del mundo.

Atsushi también estaba emocionado, el entusiasmo de su hermano y el apoyo de su padre estaban siendo de gran ayuda. Su vida parecía arreglarse aunque llevase un bebé en su vientre.

Odiaba una cosa. Las monjas de la iglesia le obligaban a cuidar a otros bebés con el pretexto que el debía hacer eso por qué era su obligación tener instinto de madre — Atsushi, ven a los cuneros — habló una monja

— pero hermana, estoy estudiando

— no necesitas estudiar, llevas un bebé y tu padre te dará todo. No repliques y ven acá. Cuidarás de 6 bebés

— pe-pero

— apúrate niño

Poco a poco, Atsushi comenzaba a dudar si era buena idea o no, pero el entusiasmo de su hermano volvió a levantarlo. — eres El Niño embarazado — decía un niño burlón

— ¿como puedes embarazarte? ¿No es un pecado?

Atsushi aguantaba las ganas de llorar, Toru se les había ido encima, hasta que llegó el padre Nathaniel, quien regañó a los niños y defendió a Atsushi.

A pesar de todo el apoyo, seguía siendo molestado día a día. Criticado, juzgado y rechazado.

Era su sexto mes de embarazo cuando Atsushi y Toru jugaban en el jardín, Toru tropezó y se cayó, Atsushi quien no se detuvo a tiempo, tropezó con el cuerpo de Toru y cayó. Entre risas Toru se levantó — Atsu, ¿estas bien? Levántate

— To-Toru

— ¿mmm?

— Ha-hay sangre

— ¿que? — miró la mano de Atsushi.

Toru corrió por el padre Nathaniel. El padre había corrido a emergencias, Atsushi no paraba de sangrar.

No había nada que hacer, había sido un aborto total, el bebé no había sobrevivido. Su cuero aún no era tan fuerza y el del bebé menos.

Toru estaba bastante triste, hasta que llegó la monja Michelle con su padre. — papá...

— Toru, tu hermano... estará bien

— no lo sé papá. Creo que... Atsu no está bien

— No se que pueda hacer... Hay que apoyarlo en todo

Después de que les dieron el permiso, entraron a la habitación del albino. Atsushi volvió a tener aquella mirada perdida, esta vez miraba por la ventana — Atsu...

— es divertido... ver que los pájaros andan por todas partes, son libres... son animales, ni siquiera se hablan... pero se cuidan... se aman, no juzgan — mencionó apretando las sábanas de su cama — mi madre nos dejó, mi bebé no era ni siquiera aceptado, mi propio cuerpo lo mato... Soy igual a mi madre...

— Atsushi, no digas eso. Tu eres un niño — le llamó su padre. El albino le volteó a ver con furia

— ni siquiera vengas

— hijo quiero

— ¡no quieres nada! ¡Déjame solo!

— pero Atsushi

Atsushi tomó su almohada y se la aventó — ¡VETE!

El mayor salió, Toru fue con su hermano, Atsushi no paraba de llorar

...

Akutagawa le miraba asombrado, Atsushi tenía su nariz roja y la tallo sonándosela, pasó sus dedos por sus ojos mientras temblaba — de-desde entonces no he vuelto a hablar con mi padre... Toru me ha acompañado todo el tiempo — trago saliva — estoy seguro que Toru le ha pedido ayuda muchas veces pero solemos resolverlo todo nosotros — volvió a tallar sus ojos — Yo... yo no he pensado en tener hijos, ni siquiera se que pensaba cuando tenía 10 años. Quedó enterrado en la iglesia, una lápida sin nombre. — trago saliva intentando mantener su voz salva — ni siquiera le puse un nombre...

El azabache no supo de dónde simplemente se acercó al albino y lo abrazó — lo lamento...

Atsushi trago sálica, abrazó al azabache.

Tanizaki había llegado, pero simplemente se quedó por fuera pegado a la puerta.

...

Ame sus teorías pero no, no era un novio. Solo era el padre Nathaniel que era como un segundo padre para los niños.

Pd. Solo el padre Nathaniel sabe que Atsushi va a Chicago a visitar la tumba.

¡Gracias por leer!

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