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Capítulo 2
Atsushi estaba en el súper mercado, sus vacaciones estaban por terminar, había disfrutado de una larga semana de descanso pero ya tenía un vuelo a Chicago esperando dentro de dos días.
Estaba inmerso pensando en el hermoso Chicago cuando miró a su lado y dos hombres grandes vestidos de negro y lentes negros estaban bien parados a su lado, Atsushi hizo una ligera reverencia y siguió por el pasillo, aunque del otro lado habían dos hombres iguales. El albino se preocupó ligeramente y dio media vuelta, fue cuando chocó con el. — di-disculpe
— claro — respondió, la verdad estaba atontado por el olor
Atsushi solo volvió a hacer una ligera reverencia y siguió — esperé - le llamo y arreglo su garganta
— ¿s-si?
— Quisiera hablar con usted en... privado
— ¿Que se le ofrece? - pregunto rápido el albino. Estaba acostumbrado, había veces que la gente del aeropuerto lo reconocía y pensaban que sería la típica aeromoza. Se puso a la defensiva
— usted... ¿a pensar en tener hijos?
El albino hizo caras — disculpe, no se de que vuelo me conoce pero no lo recuerdo y prefiero evitar estas conversaciones
— no, yo... ne-necesito una niñera y su olor es perfecto
— a otro perro con ese hueso, permiso
Atsushi se alejó, los hombres le cerraron el paso, Atsushi trago saliva — si sigue haciendo esto voy a gritar — dijo el albino nervioso
— solo escúchame, por favor... te necesito
El albino no era mala persona, pudo ver en los ojos del mayor que realmente buscaba ayuda
— escucharé su historia, solo eso.
— te lo agradezco
Fueron juntos fuera del súper Mercado, a un salón cercano, los asistentes del azabache habían sido encargados de una valiosa misión, tomar la lista de compras y hacerla. Solo uno de los hombres se había quedado para cuidar de ambos.
Sentados y con café en mesa, el azabache comenzó. — se que no nos conocemos, y sonará raro. Pero eres parte de mi vida
— ¿usted quiere que me vaya?
— dijiste que escucharías
— no diga incoherencias
— hace un poco más de un año, 15 meses, fuiste a una clínica de compra y venta de esencia omega — Atsushi se sorprendió — ¿Ahora tengo tu atención?
— ¿Que quiere conmigo?
— ¿Por que lo hiciste?
— necesitaba el dinero, ¿usted por qué me busca?
— Gracias a ti y tu necesidad, una loca me engaño, me casé creyendo que esperaba un bebé mío y suyo
— ¿y eso que tiene que ver conmigo?
— sin tu esencia esa bebe no hubiera podido formarse, eres su madre
— ¿Que? No, me disculpa pero no, yo no soy madre de nadie, a duras puedo con mi hermano
— escucha, te necesito. Momo es lo más importante que tengo, es una niña adorable
— usted lo dijo, es su hija, yo no tengo nada que ver
— la mujer con la que me casé la crió con tu esencia. Si no pasas tiempo con mi amada Momo, ella morirá, por favor.
— yo... yo no puedo hacer eso, n-no es mi hija, ni lo conozco a usted
— entiendo pero podrías conocerla, te daré todo, solo tienes que quedarte seis meses.
— lo lamento, no puedo hacer lo que me pide, no tiene sentido, no los conozco, no tengo idea como usted puede darme cosas como si nada, y si me disculpa, tengo trabajo esperándome.
Atsushi se levantó, se fue del lugar asustado, ni siquiera le importaron las compras. El azabache apretó sus puños, buscó su cartera en su bolsillo y vio allí la foto de su pequeña Momo. Sacó su celular y marcó de nuevo — Dazai-san...
— ¿no aceptó?
— no...
— tranquilo, tengo un amigo que nos podría ayudar
Dos días después, Atsushi fue a la guardería, se despidió de su hermano y su amiga Lucy, fue directo al aeropuerto con su maleta en mano, revisó su avión y que todo estuviera listo, fue a la sala de espera del personal y allí, Kunikida se le acercó — capitán Kunikida, vuelvo a estar a su cargo — dijo con una reverencia
— si... Sobre eso...
Se encontraba en la sala de personal con El Capitan Kunikida y el dueño de la Aereolina — es un gusto conocerlo Dazai-san — decía el albino inclinado
— Atsushi-kun, he oído maravillas de ti
— ¿de verdad?
— por supuesto - miró su reloj — Kunikida, tu vuelo ya va a salir
— Claro, con permiso
El rubio se inclinó, el albino hizo lo mismo e iba a retirarse cuando el castaño le llamó — Atsushi-kun quédate un rato
— pero el vuelo
— Kunikida, Atsushi-kun solo platicará conmigo. Anda prepara todo
— iré en un rato Kunikida-san
— de acuerdo, a tiempo por favor, tengo mi ideal de vuelo
El albino sonrió — claro — el rubio se retiró y el castaño le pidió sentarse.
— dime Atsushi-kun ¿que to sientes el trabajo?
— este trabajo es mi sueño - dijo sonriente — me encanta
— ¿tienes familia? ¿Hijos?
— oh no, no, nada de eso - dijo nervioso — tengo un hermano y con eso me basta y sobra
— ¿de verdad? Con tu trabajo podrías pagar bien una boca más
— lo sé... pero el tener bebés no es algo que vaya conmigo, crecí en una casa solitaria con mi hermano, cuide de él desde que tengo memoria y hoy en día solo quiero vivir por mi
— ya veo... — suspiró el castaño — bueno, verás Atsushi-kun... tengo un amigo que tiene una bebe recién nacida, se enferma mucho, es toda una catástrofe
— pobre su familia, debe necesitar muchos cuidados
— de hecho se arregla fácil, ¿no es así?
El castaño miró detrás del albino, Atsushi sin entender mucho giró su mirada y lo vio — así es, Dazai-san
— ¿que hace aquí? - pregunto molesto el albino al azabache y miró al castaño — ¿Que está pasando aquí?
— Verás Atsushi-kun, Momo es importante para esta empresa, para mi amigo Akutagawa, es la luz de sus ojos y para mi esposo, quien espera nuestro primer bebé, Momo le relaja.
— E-Esto...
— no queremos que nada le pase a Momo, se que Akutagawa ya te explico
— tengo mi vuelo — respondió el albino
El castaño miró su reloj — Kunikida debe estar despegando
— ¿por que hacen esto? - pregunto molesto — yo no quise meterme en sus vidas ¿por que se meten en la mía?
— Nakajima Atsushi, te lo pondré así, pasa seis meses con la familia Akutagawa. Se te pagará por cada vuelo que pertenezcas, tengo entendido que tenías tu calendario programado ¿no?
— eso es solo un mes — se quejó el albino — yo amo volar, no el dinero — repitió molesto
— te pagaremos el triple de lo que ganarías este mes, regalías y permanencia, seguirás contando con tu seguro y tus prestaciones.
— Dazai-san yo no
— de negarte temo que serás despedido
— ¿Que? ¿Porque?
— nuestra política es mantener la seguridad de nuestros clientes y su familia — le sonrió — Akutagawa es un cliente frecuente y sería falta de moral, lo cual provocaría tu despido por dejar a una pequeña niña morir ¿no crees?
— no puede obligarme, renunciaré
— puedes hacerlo, pero sabes que la influencia de esta aerolínea a más allá ¿verdad? Nadie te contratará
Atsushi trago saliva, apretó sus puños — ¿por que me hacen esto?
— solo son seis meses... por favor, Atsushi
— Atsushi-kun, no haríamos esto, pero estamos desesperados, solo te pedimos tiempo, tú tiempo
Atsushi suspiró — no están pensando en mi, ni en mi vida, si alguien me espera o si esto es lo que quería - dijo firme y molesto — pero entiendo, la niña no tiene la culpa. Ayudaré pero no como ustedes quieren
— ¿disculpa?
— no me quedaré seis meses en una mansión, tengo un hermano y una vida. Cuidare de la bebé como si fuera una niñera, volveré a mi casa cada día y no pueden meterse en mi vida de nuevo
— de acuerdo — dijo el azabache — solo... cuida de Momo
Dazai sonrió, ahora estaban aliviados.
Aquel día Toru se sorprendió de ver a su hermano volver, Atsushi no le dijo nada, solo que por un pequeño error le tocaban vuelos nacionales, y no internacionales. Pudo dejar sus cosas, y hacer una llamada internacional a Chicago.
A la mañana siguiente en cuanto Toru se fue a la guardería, el albino se preparó, un auto lo recogió. En el iba el azabache quien revisaba papeles, la verdad a Atsushi no le interesaba en absoluto, solo miraba por la ventana.
Se sorprendió en grande cuando vio el lugar, era un amplio jardín y una casa que parecía una mansión, le abrieron la puerta y salió del auto, el azabache entregó sus papeles al hombre de su lado y miró al albino — te llevare con Momo
— Cla-claro
Comenzaron caminando, cada mucama hacía reverencia al verlos, Atsushi comenzaba a ponerse nervioso. Hasta llegar a una puerta dorada, en cuanto la abrió, la casa color café caoba y gris fue olvidada por un tono rosa y alegre, llena de juguetes y peluches, allí dentro del cuarto pudo ver a tres mucamas quienes hicieron una reverencia — ¿cómo está Momo? - pregunto el azabache acercándose
— apenas logramos dormirla, no ha descansado nada — en cuanto la mucama habló, la niña despertó
Sus ojos color gris miraron al rededor y comenzó a llorar, el azabache la tomó en sus brazos — tranquila princesa, entonces aquí - le llamo. La niña se movió en sus brazos y vio al albino, rápidamente estiró su mano en llamado a él.
Atsushi se sorprendió, miró a los lados, atrás pero estaba solo, se sonrojó ligeramente — por favor, acércate — pidió el azabache.
Atsushi se acercó, la niña casi brincó a los brazos del albino, el azabache ayudaba a acomodarla en sus brazos, Atsushi jamás había cargado un bebé pero Momo se agarró y estaba seguro que no iba a ser soltado. El azabache sonrió, la niña se había vuelto a dormir. Las mucamas suspiraron aliviadas, tenían días sin que Momo durmiera — es un milagro — dijo una de las mucamas aliviada
Atsushi trago saliva y miró al azabache — te dije que ella te necesitaba - mencionó serio.
Atsushi acarició el cabello de la menor — Hola Momo, desde hoy te voy a cuidar. Por favor, cuida de mi.
...
¿Que les está pareciendo?
¿Quieren más capítulos?
¡Gracias por leer!
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