19

Tenía al joven albino sobre la cama, había roto los botones de su camisa y su cabeza la mantenía sumergida en su entrepierna — ¡Aaah! ¡Aaah! — gemía con fuerza Atsushi.

— aaah tus gritos son fabulosos...

— Aaah... Ryu...

El azabache jalo los brazos del albino hacia arriba, lo sostuvo con una sola mano mientras mordía su clavícula — Ry-Ryu — le llamó pero no tuvo respuesta. El mayor tallaba su cuerpo con el suyo, — aaah, ¡mmgh Ryu!

Tomó su boca abierta para introducir su lengua con desesperación. Atsushi sentía que no podía respirar.

Terminó de bajar el pantalón del menor. Tanteo ligeramente buscando su agujero. El mayor iba a entrar cuando el albino mordió su lengua logrando sacarlo un poco de su transe — es- espera ha-hay que abrirlo

— n-No puedo esperar

Tuvo que hacerlo el, mantuvo al mayor calmado. Fue a buscar el miembro del mayor con su boca para calmarlo mientras se metía un par de dedos, era eso o sufrir las consecuencias del "no pasa nada".

Tenía en miembro dentro cuando el azabache lo jalo del cuello, lo volteo rápidamente, Atsushi tosió por aquel rápido movimiento, el mayor seguía sosteniendo su cuello mientras entró. — ¡Aaah! ¡aaah Ryu, suelta mi cuello! — pidió mientras tosía

El azabache simplemente siguió penetrandole, Atsushi tomó su brazo e incrustó sus uñas haciendo al azabache soltarle peor no dejó de moverse — ¡aaah aaah! — era todo lo que salía de la boca de ambos.

Aquellas embestidas eran rápidas y duras, el azabache tomaba su cadera con fuerza y se aferraba a su pecho.

Nuevamente le tomo, ahora de su hombro para hacer su cuelo girar, era más cómodo. Tenía su trasero ligeramente levantado y esto le permitía entrar más pues el albino se sentía más abierto

Dejó su rostro en la cama, no podía evitar gemir repetidas veces — mmgh se siente co-Como creces dentro — mencionó excitado — aaah ~ Ryu ~

El azabache le abrió las piernas lo más que pudo haciendo su cuerpo caer en la cama y moviéndose más rápido — ¡aaah! ¡Mas lento, más lento! — pedía pero el azabache solo le ignoro.

Su mente estaba en otro mundo, su vista era nublada por la fragancia de su amado. Sus ojos solo lograban localizar su cuello.

El joven apretaba las sábanas, estaba con el cuerpo adolorido por las mordidas en su cuerpo y los tirones que le había dado. Sabía que era causa de su celo. Pero le tomó por sorpresa

Sintió al mayor lamer su cuello hasta su nuca como si buscara anestesiarlo. Había leído sobre ello, cuando se marcaban entre sí una pareja, el doloroso proceso que les hacía eternos. Trago saliva y mordió las sábanas esperando el gran dolor y aunque la mordida en su cuello llegó. El Fuerte dolor, el desgarre de piel, se sintió rápido. Después de eso, el mayor lo soltó y volvió a lamer su cuello, sus feromonas se sentía como si fuesen el aire mismo, todo su cuerpo se relajó, no dolía más.

El azabache volvió a embestirle, los gemidos de Atsushi solo iba a su ritmo. De vez en cuando limpiaba la sangre que salía de él. El joven albino no había dudado en abrazarlo en cuanto pudo

Lo hacían sentados. El azabache llegaba profundo en el albino y este solo se contraía, tenía la clavícula del azabache frente. No sabía si era la anestesia de las feromonas o que, pero tomó la clavícula del mayor para dejar su marca. Su fragancia comenzó a mezclarse con ello. Ahora ambos estaban marcados.

Era un día, en el cual Atsushi despertó; estaba todo adolorido y sobre la cama, se levantó sintiéndose peor que si hubiese sido atropellado. Buscó su celular o algo pero solo el reloj de mesa de su cama encontró. Habían pasado dos días encerrados, aunque parecía solo unas horas.

Estaba adolorido y cansado. — ¿Ryu? ¿Dónde estás? — sintió un líquido caer. Estaba lleno de fluidos, incluso su entrepierna y su cuello. Se levantó pisando una mano, se asomó y si, el azabache estaba debajo de la cama — ¿sigues dormido? — preguntó. No tuvo respuesta

Se levantó como pudo, su cadera le dolía, cada paso era un infierno, intento tallar su mejilla pero esta también le dolió por una mordida. Puso agua tibia en la bañera y un par de escénicas.

Fue cuando escucho un golpe fuerte — creo que despertó — se levantó yendo a la habitación donde el azabache estaba desconcertado — Ryu

— ¡Atsushi! — le miró lastimado — yo... ¿lo hice?

— si pero estoy bien.

— pe-pero

Se acercó salándole su mordida,  — ahora eres mío

— ¿me marcaste?

— y tu a mi

Ambos sonrieron — vamos, estaba preparando la bañera

— claro, vamos

El azabache no pudo evitar abrazar al albino, miró su marca alegre y la besó — basta — pidió entre risas pero el azabache lo tomó cargándolo y lo siguió besando — ¡aaah! Auxilio un loco esta besandomeee, ayudenmeee

— ¿y Momo?

— con mis padres

— dejémosla un ratito más

El azabache llevó al albino al baño donde siguió besándolo y no se contuvo en meter sus dedos a su agujero aunque este seguía abierto. El azabache entró manteniendo al albino parado. Atsushi le había abrazado la cadera con su pierna izquierda para sostenerse — aaah ¡mmgh Ryu! Allí

— ¿Te gusta?

— ¡Aaah si! Justo allí

Se estaba volviendo loco con su amante, lo tomó del cuello besándolo una vez más mientras se corrian. El azabache reaccionó — oh no

— tranquilo, mis padres me dieron medicamentos

— ¿salvados por papá suegro?

— si, ni a mi se me había ocurrido

Tomaron un baño relajante. Realmente relajante, Atsushi puso un vendaje en la clavícula del mayor mientras que Ryunosuke puso uno en el menor.

Se puso un short, y una camisa blanca de botones ligeramente grande, y unos tenis. Quería estar cómodo.

El azabache se puso un pans, tenia y una playera. Ambos usaban gorra y lentes de sol. Así fueron por Momo.

Al llegar a casa; Gogol y Tatsuhiko los vieron y suspiraron — aún así se les ve la cara — mencionó Tatsuhiko

— perdón papá

— señor Tatsuhiko yo...

— Akutagawa Ryunosuke, — extendió su mano — bienvenido oficialmente a la familia

Tomó su mano — es un honor señor

Momo llegó con Byko en sus brazos — ¡MAMA! ¡PAPÁ!  — gritó la menor

Ambos abrazaron a la pequeña Momo. Podían ser muy felices juntos

O no...

Un periódico fue azotado contra el mueble — ¿Que leíste?

— famoso magnate, revela que fue engañado por su supuesta esposa ocultando a su verdadero amor en malos tumultos junto a su hija, la prensa esta en espera de ¡su boda!

El chico miró la nota — ¿es el chico que obligamos a que pagara con su esencia para que soltáramos a su hermano?

— ¡si es ese!

— pero Higuchi, dijiste que la esencia era para ti ¿si no para que capturamos al hermano?

— ¿saben que harán ahora por mi?

— ¿qu-que?

— recuperaremos todo nuestro dinero... centavo por centavo...

— si señora


...
Perdonen a esta chica olvidadiza...

Últimamente no se que me pasa, pareciera que estoy en otra dimensión

¡Gracias por leer!

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