¿Te conosco?

Ya había amanecido en su universo, Marvul había vuelto apenas el sol se había asomado. Para empezar a buscar a su hermano mayor, ya que al darse cuenta que no estaba empezó a gritar como una madre cuando tu hijo se pierde en el supermercado. No lograba encontrarlo en su universo. Por lo que supuso que estaría con la versión swap de la X caminante. Mas esos pensamientos se desvanecieron al ver al otro con notable enojo en busca de Halluciv.

Algo no iba bien. Su instinto decía que no se preocupara, más el que su hermano no apareciera era un problema, y eso era algo que no iba a ignorar. Más cuando sintió una anomalía en su trabajo, solo se dedicó a quejarse y retirarse. Dejando al caballero solo con su "amigo imaginario" enojado, cuando viera a Halluciv otra vez lo iba a golpear hasta que quedará una marca permanente.

Ya había pasado un rato.
Horas.
Y Halluciv no aparecía.

Marvul carraspeaba al ver que algo interferia en su trabajo, alguien llegaba antes de él y evitaba que robara los sueños de la gente.

Y parecía haber encontrado la caisa finalmente.

En un sueño de un monstruo cualquiera, se encontraba un pequeño ser diciendo frases y/o monólogos de esperanza y apoyo. Aquello le causó asco. El que se encontraba con vestimentas oscuras animaba al ser que había perdido a un ser querido. Había estado soñando con el más siempre su sueño era robado por el de una estrella en el cráneo.

— ¡Ya verás como las cosas mejorarán! —La emoción con lo que decía era de confianza, tranquila, pero al mismo tiempo energética— Solo debes esperar a que todo se aclaré, debes seguir adelante, aunque el ya no se encuentre contigo. —Posó una de sus manos en el hombro de aquel monstruo.— Puede que duela, puede que llores, pero ya veras que siempre será un recuerdo hermoso. . .

Y ante eso el sueño había sido encapsulado en una orbe que fue guardada por el desconocido de ropas oscuras. Notando un suspiro de relajación en cuanto había terminado. Marvul, enojado se dispuso a atacar al desconocido a su parecer.

El encapuchado había esquivado con dificultad aquel ataque, cayendo debido a su torpeza. Para luego empezar a esquivar con algo de dificultad los ataques proporcionados por el no tan soñador, para luego en un momento de distracción abrió un portal que había creado en modo de escape. Dejando a un enojado Marvul siguiendo sus pasos aunque fue complicado.

Una cosa era ser paciente, y otra era el que te negarán hacer tu trabajo.

Finalmente había dado con él nuevamente. E inmediatamente lanzó una esfera de sueños hacía el haciendo que cayera al haber pisado una. Lo tomó del cuello y lo alzó. El de ropas oscuras forcejeaba.

— Vamos a ver tu cara, pequeño roba sueños. —removió la capucha de su cabeza, logrando identificar de quien se trataba, dejándolo en un pequeño estado de shock— ¿Halluciv? —de la impresión lo soltó del cuello haciendo que cayera y empezará a toser con algo de fuerza en busca de oxígeno.

El más pequeño lo miró con el ceño fruncido— ¿Te conozco? —dijo molesto, mientras el contrario solo miraba algo confundido. El menor aprovechando la situación volvió a huir, pero está vez dejando un sabor amargo en la boca.

¿Halluciv no le recordaba?
¿Que hacía con su apariencia antes del incidente?

El de capucha tocaba su cuello, la sensación del ser tomado por el cuello no se iba, su cabeza comenzaba a dolerle. Recordando al de ropas amarillas y grietas en el craneo que se había encontrado hace unos momentos.

Fruncio el ceño, no podía ser posible que le conociera. No conocía a ningún otro esqueleto que no fuera su hermano menor. Decidió ignorar de momento aquello, debía seguir trabajando.