II

~†~

El fuerte golpe de su cuerpo impactando con el suelo lo despertó. Se habia caído de la cama mientras dormía.
Acarició su cabeza, moviendo sus azules cabellos... Su primera noche durmiendo solo y ya tenía ganas de llorar otra vez.

La habitación estaba tan oscura con las cortinas cerradas, era como tener los ojos cerrados.
Se sentó con la espalda contra la cama, abrazo sus piernas y lloro una vez más... En silencio, al igual que antes. Hasta que sintió algo que casi le da un susto de muerte... La sensación de una mano acariciando su espalda.

Dio un sobresalto, poniéndose de pie casi al instante. Se arrodilló, y miro por debajo de su cama, más la oscuridad no le permitía ver nada. Con cuidado, camino hasta la ventana, movió las cortinas, dejando que entrara la luz de la luna... Volvió hasta su cama, arrodillándose sobre está, respiro profundo y se armó de valor.  Se agachó para observar una vez más, quedando con todo sus cabellos de punta, ya que estaba de cabeza... Más ahora que tenía luz,  no vio nada.

Debió ser solo su imaginación... Aun así, se sintió orgulloso de si mismo por afrontar por si solo aquella situación y no haber acudido a nadie.

"Los monstruos no existen"

Volvió a acostarse, cubriendo su cuerpo con las colchas. Cuando despierte, lo habría logrado... Habría dormido solo por primera vez.

O eso creía.

No pasaron muchas horas y sus ojos se abrieron una vez más, como si hubiera tenido un golpe energético... Ya no se sentía cansado.
Notó como la luz apenas se asomaba a su ventana, debía de ser extremadamente temprano, jamás se despertaba antes de las ocho... Lo que le pareció raro.

Quizás debería de ver a su hermano, eso seguro lo hacía sentir mejor.
Se puso de pie, y descalzo y en pijama, salió de la habitación para cruzarse al lado... Más la sorpresa que se llevó no la olvidaría nunca.

Si por algo se caracteriza el joven Ciel era por su extraordinaria memoria y su capacidad de notar detalles pequeños, algo que fue desarrollado mientras leía.
Y por más que se esforzara en aquel momento, simplemente no tenía sentido.

Estaba seguro que su cuarto estaba atravesando un pasillo estrecho, y junto a este debería estar la puerta del de Astre. No obstante, no estaba ni el pasillo, ni la habitación de su hermano o ninguna a la que haya pasado  cuando Tanaka lo guió a su dormitorio el día anterior.
En ese momento, estaba frente de él un largo y ancho pasillo, con antorchas de los dos lados a pocos metros, y ya que estaban todas prendidas, el camino estaba iluminado... Era la única parte que había visto con paredes negras. Y si seguía el camino con la mirada, notaba que llegando a la punta, había una puerta.

-¿Hola?- Pregunto asustado... Esperando a que alguno de los miembros de su familia esté cerca.

Todo era muy raro, su habitación estaba igual, lo que significaba que no lo habían movido mientras dormía, pero era imposible que la casa se haya movido como una sopa siendo mezclada y ahora todo esté fuera de su lugar... ¿Verdad?

Pensó que tal vez podría tratarse de un sueño... Que nada de eso era real. Pero no parecía ser el caso... Así que volvió a armarse de valor por segunda vez en la noche, y comenzó a caminar.

"Un paso trás el otro"

El camino parecía eterno, como si avanzará y no llegara a ningún lado.
Notó con atención lo antiguo de las paredes, las antorchas clavadas que parecía que el fuego no gastaba ni un poco, y algunas extrañas manchas carmesí en algunas zonas de los muros. Más la puerta se veía tan lejos como antes de avanzar.
Volteó la mirada para ver si era mejor volver a su cuarto, un grave error, ya que el miedo que sintió al ver qué no estaba fue tal que casi vomita del espanto.

El mido lo hizo correr, no sabía que podía haber detrás de aquella puerta al final del pasillo, pero cualquier cosa seria mejor que estar atrapado en ese infierno. Más antes de llegar a aquel punto, el pasillo se separaba en tres secciones. La primera, era seguir en línea recta como lo venia haciendo desde hace rato, y rogar por llegar a la condenada puerta... Y después estaban el camino de la izquierda o de la derecha. Notó como aquellos pasillos eran más estrechos, pero eran similares al otro... Con paredes negras, antorchas en cada lado y manchas rojas.
Tomo el camino de la izquierda, esperando llegar a algún lugar. Atento a las paredes, se memorizo cada una de las manchas para saber exactamente como volver si era necesario... Más sintió un enorme alivio al ver una puerta a pocos pasos. No era tan amplia, y era de madera clara y un poco gastada. Rogó que no haya nada espantoso del otro lado, y la atravesó.

A las mucamas casi les dan un infarto al ver cómo el pequeño se desplomaba por el suelo saliendo de aquel pequeño armario. Una de ellas incluso grito por el ruido que hizo.

-Señorito Phantomhive ¿Cómo llego usted ahí?- pregunto una de ellas, ayudándolo a ponerse de pié.

El menor se sintió aliviado al ver qué estaba con gente que conocía... Más no tenía sentido.
Habia terminado en la cocina, la cual se encontraba en el piso inferior... ¡No había bajado por ninguna escalera! ¿Cómo era posible que haya bajado tres pisos caminando en línea recta?

Al volver la mirada y querer enseñarle a la sirvienta el pasillo, noto que esté ya no estaba. La puerta por la que había salido no era más que la del armario de los artículos de limpieza. No había un pasillo amplio y de negras paredes detrás de este, solo una pared a pocos centímetros de profundidad.

Por más que lo explico de varias formas diferentes, ninguno en la mansión, ni su propia familia le podía creer aquella historia de fantasía. Menos teniendo en cuenta que, al subir a su habitación, todo estaba en perfecto orden. El pasillo estrecho, la habitación de su hermano, y por supuesto, la suya.

-Seguro tu fiebre estaba alta... No deberías de salir por tu cuenta.- Advirtió su padre, mientras revolvía su cabello.

Se sintió un poco tonto. Estaba seguro que aquello fue real... ¿Pero si tenían razón? ¿Si fue solo su imaginación? Sonaba demasiado increíble para ser cierto. Especialmente la valentía que había tenido... Él era demasiado cobarde, de haber sido cierto, no habría avanzado, solo abría llorado

El resto del día se la paso encerrado en su cuarto... Se negaba a salir, ni siquiera para comer. Una parte de él se sentía profundamente avergonzado.

Abrazaba la almohada, ahogando ahí su llanto.
Sabía que sin pruebas sus padres no le creerían... Más que Astre no lo haya apoyado, era algo que, apesar de ser tonto, lo había devastado.

Y una vez más, su llanto ahogaba a alguien más en el cuarto, sin que él se de cuenta.

"Me Estás Destrozando"

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