Capítulo 2

Ese que te entrega el corazón con la mirada
Y tu como si nada
Ese que sueña que una canción
Puede ablandarte el corazón
Solo yo

Cada día que transcurría era una tortura, era imposible controlar mis impulsos al verlo pasar.
Mi mirada era muy notoria cuando pasaba cerca de mi, sin embargo él caminaba con gran indiferencia.

Quería gritara a los cuatro vientos que yo era aquel que le llamaba a esas horas de la madrugada, que cada día que pasaba me enamoraba de su forma de ser.
Era serio y distante pero... Siempre con esa chispa de tranquilidad y dispuesto a aparentar que no sucede nada cuando vive una vida muy infeliz a lado de él.

Tan solo si tuviera la oportunidad de poder acercarme de nuevo, quizá pueda darse cuenta de este gran amor que le tengo.

Conforme pasaban los días cada vez era aún más tortuosa la situación para mi. Por más que lo seguía con la mirada parecía que él no se daba cuenta de la manera en la que inundaba completamente mis pensamientos.

Entonces fue cuando se me ocurrió una idea totalmente descabellada.

¿Lo notarían? 

No lo sé, pero tengo que arriesgar para poder demostrar mis sentimientos.

Ese loco soy yo
Porque nadie como tú
Me había flechado así
Me había pegado aquí
Directo al corazón

En estos últimos días ya tenía aprendida su rutina del día a día. Regularmente Camus salía de las oficinas después de mi.
El día de hoy Surt nos entregó a cada uno de los empleados una invitación a su boda con Camus.
Entonces cuando terminé de leer toda esa información del sitio donde se llevaría a cabo, la hora y el día comencé a idear ese plan que he tenido desde días atrás.

Si no se daba cuenta que realmente, esto ya no puede ser un secreto y quiero saber de una vez por todas si puedo tener una oportunidad con él en esta vida.

Solo tú
Solo tú, amor
Solo tú
Solo tú, amor

Esta semana me había dedicado a seguir sus pasos, hasta de memoria me aprendí la dirección donde vive.
A nadie más le conté de mis planes y tendré dos opciones, Camus se puede molestar conmigo ó puede que me de una oportunidad.

Necesitaba que llegara el día de la boda con el inútil de mi jefe y de ahí le daría una gran sorpresa al idiota de cabellos rojizos que a más de uno de los empleados de la oficina, nos tenía hartos con sus malas actitudes.

Y nadie te amara
Como te amo yo
Con este loco amor
Ya nadie te amara

Solo yo
Solo yo, amor
Solo yo
Solo yo, amor

Precisamente hoy me encontraba frente al espejo acomodando mi corbata azul marino y le daba una última mirada a mi traje, tenía que lucir perfecto para este día.
Saga me prestó su auto, no me alcanzaba para tener uno y menos con un jefe que se niega a subir el sueldo.

Claro que no llegaría interrumpiendo la ceremonia, más de uno se quedaría perplejo al verme frente a todos y sobre todo la reacción que tendría Camus, me odiaría por semejante acción cuando él y yo solo hemos cruzado algunas palabras.

Yo tenía otra idea...

Ese que se muere
Por estar entre tus brazos
Ese loco que sigue
Tus pasos

Nadie sabía que yo estaba afuera de la casa de Camus, mientras me terminaba mi cigarrillo esperaba pacientemente que aquel joven saliera de su casa.

Cuando me di cuenta que salían algunas personas vestidas de manera elegante, me coloqué mis gafas de sol y tiré el cigarrillo que estaba fumando minutos atrás.

¡Espera Camus no tardo, me falta tu ramo!

Exclamó un joven que se parecía mucho a Camus, con la única diferencia que su cabello era verde y usaba lentes.
Después de eso miré a mi alrededor y crucé la calle para poder ejecutar mi plan.

Con sigilo me asomé en la puerta que se había quedado abierta y ahí estaba aquel ser que me robó el corazón, se veía tan bello portando ese traje blanco, sus largos cabellos esmeraldas se movían al compás del viento, parecía todo un ángel caído del cielo...
Solo para mí.
Se encontraba de espaldas, así sería mucho mejor, con tranquilidad puedo ejecutar mi plan.

Saqué de mi saco aquel pañuelo que había preparado anteriormente y con pasos firmes me coloqué detrás de él y no tuve opción, lo dormí.

Cayó inconsciente en mis brazos, eso fue muy rápido, lo cargué y salí corriendo al auto y lo subí en los asientos traseros.

- Lo siento belleza pero no pienso dejarte en manos de ese loco.

Me subí también al auto, encendí rápidamente el motor y comencé a manejar lo más lejos que pude para que no levantara sospechas.

Ese que te entrega lo mejor
Para que tú le des tu amor
¡Soy yo!

(Narra Camus)
Lentamente abría mis párpados, no sé como había sido que me quedé dormido si me estaba preparando para la boda con Surt. Sé que es una boda arreglada entre los padres de él y los míos para fortalecer el negocio pero...

Cuando la luz artificial reflejaba en mí intentaba que mi vista se acostumbrara.

- ¡Donde estoy!

Pensé muy desesperado al darme cuenta que estaba atado a una silla, mis manos se encontraban a mis espaldas y yo...
Con cinta en mi boca.

A lo lejos podía distinguir una silueta obscura que poco a poco se acercaba a mi. Sentía mi corazón latir con fuerza, indicando peligro.

Quizá...

Cuando lo observé mejor, se me hacía conocido, él trabaja en la oficina también.
Solo que yo no se su nombre.

- Lamento haberte traído así de esta forma.

Se disculpó aquel hombre sosteniendo una charola con algunos alimentos y lo dejó frente a mi en la mesa.

Nuevamente dirigió su mirada a mi, ahora que lo analizo bien...

¿Porqué es tan atractivo?

Se acercó invadiendo mi espacio personal para retirarme la cinta de la boca, claro que reaccione por simple instinto.

- ¡Auxilio!

Pero aquel hombre de cabellos azules colocó su mano sobre mis labios para que dejara de gritar.

- ¡Shhh! Estamos en mi departamento, siento haberte traído así. Mi nombre es Kanon.

Cuando terminó de presentarse hizo una leve reverencia, se incorporó nuevamente y de la charola tomó el cuchillo... Sentía morir en esos momentos pero se colocó a mis espaldas para cortar el lazo con el que me había atado.

- ¿Porqué haces esto?

Fue lo primero que se me ocurrió preguntar, espero que no sea para pedir un rescate por mi.

- Soy yo quien te llama a las tres de la mañana y...

- Y pones canciones románticas ¿Verdad?

- No te lo voy a negar, desde que te conocí me da coraje ver como te trata ese sujeto con el que te vas a casar. No es justo que te grite... Dame la oportunidad de estar en tu vida, quiero ser aquel que llene tus días de alegría, quien cuide de ti... Tu fiel protector.

Cuando me dijo eso me quedé sin palabras, ahora entendía de donde salían aquellos papeles con frases de amor en mis pertenencias y sabía que no eran de mi prometido, jamás ha sido una persona adorable conmigo.
Sobre todo cuando aquella boda solo es por intereses familiares.

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