Capítulo 1. Cambio radical.
Antes de leer:
Bueno, amigos como están?? Yo casi me vuelvo loca con el lío de cambiar la cuenta pero wano...
Sin más disfruten (nuevamente xdxd)
La escuela ya estaba sobrevalorada. Era una rutina diaria que no se podía evitar, razón: la chancla voladora de tu mamá. Cada alumno tenía una opinión distinta en cuanto a esta edificación donde se impartía conocimiento y aprendizaje, a algunos les gustaba, otros la odiaban y a muchos simplemente les daba igual.
Pero había cierto chico bajito de pelo cenizo y ojos verdes que se encontraba en la puerta de la institución llamando la atención de todos los que pasaban por allí...
—¡Yuno! ¡Te superaré! —le gritó este a un joven de su misma edad de pelo negro algo alborotado más alto que él, sus ojos tenían un color amarillo brillante, el cual lo miraba sin expresión alguna—. ¡No lo olvides! ¡Cualquier día te sorprenderé!
Todos los que pasaban cerca de ahí sofocaban una risita que amenazaba con volverse carcajada. ¿En serio ese perdedor estaba diciendo esas estupideces? ¿De verdad piensa que va a superar al genio de la escuela? ¿A Yuno?
—¡Vamos Asta! Es imposible que logres llegar a ser tan increíble como Yuno —dijo un chico que pasaba por ahí.
—¡Es cierto! No eres más que escoria que no reconoce su lugar —otra voz se sumó.
—¡Vete de aquí!
—¿Qué hace una rata como tú en esta escuela?
Y los comentarios no paraban, el chico lo único que hizo fue apretar sus puños con fuerza intentando callar todas esas repulsivas voces a su alrededor.
Lo que pasaba era que en el colegio donde estudiaba era uno de los más prestigiosos de la ciudad y él había conseguido entrar allí por los pelos, pero se sentía orgulloso ya que sería un gran paso para conquistar su sueño. Y aunque fuera un completo estúpido se esforzaba mucho para lograr sacar buenas notas. Él no era nada comparado con Yuno apodado como "el prodigio del colegio", pero lo que nadie sabía era que ese tal "prodigio" y él eran hermanos, no por sangre. Pero se consideraban familia, ya que los dos eran huérfanos que antes de poner un pie en ese colegio vivían en una pobre iglesia en las afueras de la ciudad.
Ambos nacieron de igual manera, tenían las mismas condiciones, vivían igual, entonces ¿por qué? ¿Por qué Yuno es mejor que él? ¿Por qué el destino es tan injusto? Esas preguntas siempre se encontraban en la cabeza del chico de ojos verdes, pero este siempre las apartaba, no importaba cuantas veces el supuesto "destino" le hiciera creer que nunca sería nadie, el joven siempre lo patearía y demostraría que se podían cumplir los sueños con esfuerzo y trabajo duro. Seguramente se preguntarán cuál es el sueño de este chico y pues... su tan amado deseo es llegar a ser alguien que pueda sacar adelante a su familia y que nunca más tenga que pasar trabajo.Esto se debe a que cuando vivía en esa pequeña iglesia, él y sus hermanos lo pasaron muy mal y el chico de pelo cenizo tenía la esperanza de que algún día pudiera ayudarlos y que no se preocuparan más por llegar sentir que no llegaban a fin de mes.
Recordando su meta Asta levantó la cabeza decidido y con voz firme dijo:
—Sé que me creeran loco pero, algún día, yo los sorprenderé y verán lo poco que importaron sus comentarios —dicho esto el chico se marchó hacia su aula mientras que los demás estallaban a carcajadas excepto el azabache, que se dirigió al mismo lugar que Asta, ya que asistían a la misma clase, con su caracacterística cara de póker.
El ojiverde cuando llegó a su aula de clases enseguida sacó sus libros y se sentó en su asiento para comenzar a estudiar...
—Aghhh, ¡no entiendo! ¡siento que mi cabeza quiere explotar! —decía mientras que salía humo de su cabeza en ademán de hacer erupción—. ¡Pero no me rendiré! ¡Aún no!
—Oye, ¿podrías callarte al menos 5 minutos? No me siento los tímpanos —le dijo un compañero de clases a este.
—¡Ah! ¡Perdón! —gritó.
—Dios....necesito tapones ——murmuró pero para Asta este comentario pasó desapercibido.
El chico de pelo cenizo siguió estudiando, gritando (obviamente) cada 5 minutos sin parar. Por suerte todos los que estaban a su alrededor se pusieron auriculares porque si no, era muy probable que lo hubieran tirado por la ventana ya hartos de tanto escándalo.
Y a pesar de que casi siempre el joven se mostraba lleno de energía como si quisiera comerse al mundo, hoy estaba un pelín más emocionado. Sus ojos brillaban mientras re leía una y otra vez las palabras escritas en su cuaderno. Hoy era un día especial, y lo sabía.
En ese momento entró el profesor y todos se acomodaron en sus asientos con disciplina....menos cierto gritón que todavía no se daba cuenta.
—Señorito Asta....¿por favor podría prestar atención y dejar de gritar? —el profesor aunque estaba al borde de la paciencia nunca abandonó su tono dulce.
—¡Oh! ¡No me dí cuenta que estaba allí, profesor! —los gritos no faltaron.
—Usted nunca cambia ¿verdad? —a pesar de que ese hombre sonreía de oreja a oreja sabía que tendría que pasar pronto por el otorrino—. Bueno alumnos, tengo que decirles una noticia, un acontecimiento que seguramente todos sabrán y estaban esperando —los alumnos compartieron miradas cómplices y Asta estaba tan emocionado que le salían chispas de los ojos—. Hoy un grupo de estudiantes de cada clase será elegido para formar parte de las clases especiales de nuestro colegio —el profesor hizo una pausa para luego proseguir—. Como ya conocerán gracias a estos cursos ustedes pueden mejorar considerablemente academicamente. Este año hay nueve clases para los alumnos nuevos de preparatoria, así que los elegidos serán muy afortunados.
Tras escuchar las palabras dichas por el profesor los comentarios murmurados no tardaron en aparecer, algunos decían "Wow, aunque ya me lo contaron no puedo evitar que se me ponga la piel de gallina" o "espero que me elijan". La emoción estaba presente en cada uno de los estudiantes.
«¿Qué demonios fue todo eso?, bueno, de todas maneras suena increíble» esos eran los pensamientos del chico de ojos verdes que miraba a la nada con emoción.
—¡Oh! Y se me olvidó decirles —dijo nuevamente el profesor, todos los alumnos le prestaron atención en ese instante—. Esto será también como una beca, es decir, se creará un espacio donde vivirán temporalmente junto a sus compañeros del curso especial, ya que además de las actividades escolares normales se les impartirán clases especiales, ya sea: físicas, artísticas, etc. Sé que eso ya lo dan, pero será más vigoroso, esas actividades varían por profesor así que cada grupo se especializará en algo distinto, pero también puede que den más de una clase de este tipo. Además, gracias a que podrán convivir con sus compañeros, socializarán más y podrán encontrar nuevas amistades. Dentro de poco tiempo vendrán los profesores y los elegirán. Para hacer esto mas fácil se les asignarán números, y cuando les toque su turno los maestros les dirán si los escogieron y se les concederá su cierto grupo o si seguirán asistiendo a clases como normalmente hacían. Les pido que esperen con paciencia, ya que como hay muchas clases esto demorará un poco. De paso vamos a ir enumerándolos.
Cuando terminaron el ardúo trabajo, ya que la secretaria se demoró un poco entre repartir los números que le tocaban a la clase y dárselos a los alumnos, la pobre estaba de un lado para otro sin parar, cualquiera diría que sería campeona fácilmente de un maratón de atletismo. El oji-verde miró su número, el cual era el: 165.
Después de un rato llegaron nueve profesores, todos eran muy distintos entre sí, Asta los miraba con entusiasmo. En ese momento enpezaron a presentarse.
El primero en presentarse fue William Vangeance, el profesor del grupo: "Amanecer Dorado". Este tenía una máscara parecida a un antifaz ocultándo su rostro, lo que hizo a Asta pensar "qué máscara tan rara". Después fue un hombre pelirrojo con el cabello un poco largo llamado Fuegoleon Vermillion, profesor de: "Leones Carmesíes". Más tarde se presentó el profesor de: "Águilas Plateadas", su nombre era Nozel Silva, el cual tenía una extraña trenza plateada, como todo su cabello, en su frente, su semblante era serio en todo momento. La profesora de las "Rosas Azules" se llamaba Charlotte Roselei, era una mujer muy hermosa que no pudo evitar que algunos chicos de la clase se sonrojaran un poco al contemplar su belleza, pero su semblante cambió de repente a uno un poco temible haciendo que muchos se retractaran de sus pensamientos. A los "Ciervos Celestes" los lideraba Rill Boismotier, se podría considerar el profesor más joven, ya que su edad fácilmente se veía que no pasaba de los 19 años, parecía una persona alegre con la que sería divertido pasar el rato. Después le tocó el turno a Jack the Ripper el profesor de las "Mantis Verdes" un hombre que al parecer tenía cierta manía por cortar ya que lo primero que dijo al presentarse fue: "si se portan mal los corto en pedazos" , haciendo que muchos sintieran un escalofrío. Dorothy Unsworth era la profesora del grupo "Pavos Reales de Coral" la cual parecía... ¿dormida? Esto causó intriga en la mayoría de los estudiantes ya que a pesar de estar dormida hacía todo como si despierta estuviera. Más tarde se presentó Gueldre Poizot, el profesor de las "Orcas Moradas" un hombre gordo que sinceramente no llamaba la atención de nadie. Por último habló Yami Sukehiro el profesor de los "Toros Negros", un hombre de un aspecto intimidante que calaba un cigarrillo mientras los miraba a todos de manera amenazante, lo curioso es que cuando se presentó se oían murmullos como: "Que hombre tan raro", "no me creo que este sea un profesor". Pero el comentario que más le llamó la atención a Asta fue de una chica que dijo: "¿este no es Yami Sukehiro? ¿El profesor que convirtió el año pasado a todos sus alumnos en criminales y vándalos? Espero que si me toca no sea él mi profesor" Al chico de pelo cenizo no le agradaron los comentarios, no le gustaba que la gente hablara mal de los demás a sus espaldas. Pero como no podía hacer nada solo se quedó en su asiento molesto. Ahora era el momento de la verdad, los nervios no tardaron en aparecer cuando empezaron a nombrar a los números.
«Solo ten confianza» se repetía una y otra vez para apaciguar su ansiedad. Pero esta se incrementaba más y más mientras veía a muchos de sus compañeros fallar.
—Número 164 —en ese momento Yuno se levantó de su asiento—. Has sido elegido para formar parte de "Amanecer Dorado", felicitaciones.
Inmediatamente comenzaron a llegar comentarios como: "Felicitaciones, campeón", "tal y como se esperaba de Yuno", "ese es el prodigio del colegio" y las alabanzas seguían y seguían. El del cabello cenizo estaba nervioso: ya era su turno.
—Número 165 —Asta se paró de su escritorio y miró a los profesores decidido, esperando el veredicto final—. No has sido elegido, seguirás con tus clases como siempre has hecho.
El chico de ojos verdes no se lo podía creer, tanto esfuerzo y sacrificio desperdiciado, se sentía tan inmensamente impotente. Esa era la razón por la que se había esforzado tanto por entrar a ese colegio, por su característica tan particular de los cursos especiales, porque presentía que si lograba entrar a uno, aunque no fuera uno tan conocido como el de Amanecer Dorado o los Leones Carmesíes, iba a tener más cerca su objetivo. El joven seguía parado mientras apretaba los puños con frustración y no tardaron en llegar los abucheos:
—¡Ya deja de estar parado como un idiota!
—¡Vamos, hay gente esperando!
—¡Era imposible que un estúpido como tú llegara tan lejos!
Pero Asta no los oía, sólo seguía parado. En ese momento el profesor de los Toros Negros se puso enfrente de él:
—Era muy claro que esto iba a pasar. ¿Quién quiere a un gritón que aprueba por los pelos? Simplemente no es comprensible. Así lo único que vas a ganar es que...—no pudo terminar porque el chico que tenía delante suyo lo interrumpió.
—Sé que mis notas no son las mejores, y que para todos me puedo considerar como un idiota pero... —miró a Yami con convicción—, me voy a esforzar y nunca abandonaré mi meta, no importa cuantas veces no entienda algo y quiera rendirme porque lo intentaré cuantas veces hagan falta. Tengo mis razones pero también le quiero demostrar a todos, que aunque hoy esté en las sombras y no sea nadie especial algún día brillaré como el Sol y les cerraré la boca a todos los que pensaron lo contrario.
Yami Sukehiro se quedó callado unos segundos antes de reír a carcajadas, Asta estaba confundido por su reacción.
—¡Eres divertido chico! —exclamó con una amplia sonrisa al terminar de carcajearse—. Está bien, te voy a aceptar en los Toros Negros —el ojiverde estaba impactado a la vez que confundido-—, haré que pruebes las profundidades del infierno.
«¿Quéééééé?» no pudo evitar pensar el muchacho mientras se asustaba un poco tras lo último dicho por el profesor.
—Y algún día... —prosiguío el peli-negro—, llegarás a ser grande.
—¡Sí señor! —el chico estaba aguantando la emoción que amenazaba con hacer que saltara de alegría.
El chico de ojos verdes estaba en su departamento empacando sus cosas para mudarse. Ese pequeño piso era de alquiler y lo había conseguido gracias a que después del colegio trabajaba en alguna que otra cosa que ayudara a su posición financiera.
—Bueno, al menos ya no tendré que pagar el alquiler por un tiempo —dijo antes de meter todo lo que hacía falta en su maleta, luego vendrían su familia de la Iglesia a recoger todo lo demás.
El chico de 15 años ya se encontraba en la salida admirando todo antes de cerrar la puerta e irse del lugar.
Su camino hacia su residencia temporal no fue tanto esfuerzo pues se encontraba bastante cerca de la escuela, ya las había visto muchas veces e incluso se las había quedado mirando como idiota una vez soñando despierto con estar con sus desconocidos compañeros allí algún día. Las edificaciones eran enormes no tan grandes como el colegio pero casi, era posible que se pudieran albergar ahí hasta 20 personas, ¡o incluso más! Asta estaba con la boca abierta mientras miraba el edificio que ponía en un cartel: "Toros Negros", indicando que allí es donde se hospedaría.
El ojiverde decidido, aunque un poco nervioso, abrió la puerta y la verdad era que no se esperaba para nada lo que se encontró en ese lugar.
—¿Pero qué demonios....?
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Notita: todos los personajes que aparecerán aquí como amigos de Asta y demás tendrán 15 años, excepto los profesores ;)
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