Capítulo 24



Narra Mew:

No titubeé cuando cuando Lhong y Yen nos dijeron que nos fuéramos; pero tuve que disimular mi alegría para no enojar a Gulf. Cuando ya estábamos en el avión, directo a un lujoso hotel en la playa, él comenzó a leer, mientras lamía sus labios y luego mordía el inferior..

- ¡Ya basta! ¿Quieres torturarme? ¡Deja de hacer eso!

- ¿Qué hice? - Me dice sorprendido.

- Morderte el labio, deja de hacerlo.

- Pero, cada vez que salíamos de viaje, eso no te importaba. - Me acerco a su labio y lo muerdo. - Auch, ¡Mew!

- En aquel momento, no eras mío; muero por morderte de nuevo, si veo que lo haces, me comeré tu labio delante de todas estas personas.

🔞🔞🔞⚠️Advertencia⚠️🔞🔞🔞

Después de esa mordida, pude sentir que lo hacía discretamente, tratando de ocultarlo; pero ya no le hice nada, solo esperé a llegar al hotel. Entrando a la habitación, con mis manos deslicé su camisa para dejar descubierto su hombro izquierdo y depositar un beso húmedo ahí.

- ¡Siento que eres un león, a punto de atacar a su presa!

- Posiblemente sea un león, pero no eres mi presa; si no mi esposo.

Gulf se da la vuelta, sin decir nada se quita la camisa y yo remojo mis labios porque todo lo que está ante mis ojos es mío. Mi excitación empieza a aumentar, cuando me agarra de la mano y me lleva directo a la habitación; parece que lo haremos a su manera, esta vez.

Lo agarro de la cintura cuando me besa, para poder sentirlo más cerca; luego se aleja y lentamente se quita el resto de su ropa. Después, usa su cuerpo desnudo para coquetearme y eso me enciende; pronto, lo veo acostándose, creí que me llamaría, pero...

- ¡Quítate la ropa Mew!

- ¿Yo? ¡Tú debiste quitármela!

- Hazlo... Y quiero que lo hagas lento...

Quito mi camisa, luegos mis pantalones, hasta que finalmente llegué a mi ropa interior; pero en ese momento me detuve. Porque lo vi masturbarse, mientras mi piel quedaba expuesta ante sus ojos, miré hacia otro lado para poder terminar de desvestirme.

- ¡Ven aquí Mew! ¡Demuéstrame que me deseas!

Por supuesto que lo deseo, así que empecé a subir dejando besos y mordiscos por donde pasaba, eso lo hizo sollozar. Cuando llegué a su entrepierna, pase mi lengua por toda su hombría, su cuerpo temblaba y me hacía esmerarme más para mimarlo de manera intensa.

- Aaah... Ahhh... Mew...

Todos mis pensamientos eran hacerlo mío fuertemente, todo él me pertenece y escucharlo gemir por mí, me fascina. Sentía su miembro vibrar dentro de mi boca, lo que provocaba que su cuerpo se estremeciera; pero me detuve para que no terminara antes.

Subo nuevamente, empiezo a comerme su cuello, sus brazos me rodean, me presiona para que siga besándolo de esa manera; luego voy a sus labios, el sonido de nuestras lenguas hacía eco por toda la habitación, y el roce de mi erección con la suya, se sentía majestuosa.

Nuestra excitación empieza a llenarnos aún más, no podía dejar de besar sus labios y su cuerpo, incluso mordí un poco sus pozones. Gulf hace que giremos en esa cama, quedando debajo de él y empieza a darme placer por cada parte que besaba.

Narra Gulf:

Esto es malditamente excitante, estoy casado con la persona que amo y celebrar la luna de miel con él es asombroso. Bajo por su abdomen dejando marcas en su cuerpo, hasta que llego a su longitud, empiezo con pequeñas lamidas y cuando menos lo espera, lo meto por completo en mi boca.

- Gulf... Mmmmm...

Es increíble como se endurece cada vez más y más dentro de mi boca, que sin poder evitarlo, llevo mi mano a mi miembro. Poco a poco subo y bajo, sintiendo a Mew entregado a mi deseo, haciendo que gima muy fuerte, sintiendo que nuestros cuerpos piden aún más.

Entonces giramos de nuevo, dejándome abajo, extiende su mano derecha hasta el cajón de la mesa de noche y lo veo sacar una botella. Con sus dedos llenos de lubricante dibuja círculos en mi entrada, mete el primero y rompo nuestro beso para poder gemir.

- Aahhh... Mew... Yo...

- ¡Dilo! ¡Dime que me quieres dentro de ti!

- ¡MEW! Mmmmm...

- Todo tu cuerpo lo pide a gritos.

- B... Basta...

Continuó con un segundo y tercer dedo, en ese momento ya no sabía ni dónde estaba, ya no me quejé, mis gemidos aumentaron con rapidez. Me sentía al límite de mi orgasmo, hasta que él lo notó y sacó sus dedos, no me gusto que lo hiciera porque realmente se sentía delicioso.

- ¡Oye!... ¡Mew! - Dije con voz agotada.

- No terminarás antes... ¡No voy a permitirlo!

Siento su glande hacer presión, abriéndose paso centímetro a centímetro, de una forma tan lenta que me enloquece. Mew está matándome, necesito que sea rudo conmigo, que me castigue por no haberlo hecho en aquel sucio baño del hospital.

Pero, mis súplicas no sirvieron de nada, por más que le pedí que lo hiciera fuerte, no me hizo caso, solo siguió con ese ritmo candencioso. Debo admitir que a cada minuto, sus penetraciones eran más salvajes y sentía cómo mi entrada se expandía por él, lo que me indicaba un fabuloso orgasmo.

Todo en esa habitación se volvió erótico, el deseo, el vapor de nuestros cuerpos, la forma en que sudábamos y parecíamos una sola persona. El golpe de sus penetraciones haciendo eco, nuestras lenguas teniendo una lucha entre beso y beso.

Con su mano comenzó a masturbarme, hasta que ya no pude más, y terminé expulsando todo mi semen caliente entre nuestros abdómenes. Sale de mí, con gran prisa me coloca boca abajo y lo siento entrar nuevamente sin ningún tipo de misericordia.

El miembro caliente de Mew, vibra cada vez más fuerte en mi interior, sus impulsos son más brutales a cada segundo. Y cuando menos lo espero, grita mi nombre mientras llega a su orgasmo, llenando todo mi interior con su semen.

Mis piernas están temblorosas, mi cuerpo apenas me responde, Mew me da vuelta acostándome del lado izquierdo de la cama. Me abraza con fuerza y ambos tratábamos de recuperar el aliento, en verdad fue un desahogo, ya que nuestras madres nos hicieron dormir separados toda la semana.

Pasaron unos largos minutos antes de que pudiéramos respirar con normalidad, aunque él no dejaba de besarme y por eso tardamos más. Luego de estar un tiempo así, con los dedos de mi mano izquierda, jugaba con los suyos de su mano derecha.

- ¡Te amo Mew!

- Yo te amo más.

- Estaremos una semana en este paraíso... ¡Eso es asombroso!

- En realidad, serán dos semanas...

- ¡No, una! Tu mamá me lo dijo; ellos solo pagaron una semana...

- Y yo pagué la otra. Parece que debo recordarte que me debes unas vacaciones sexuales...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top