capitulo 44
Parecía que la furiosa tormenta que amenazaba con destruir la felicidad de Valentín, por fin habia llegado a su fin. La detuvieron mucho antes de que se volviera un diluvio, sin embargo no pudieron ocultarlo de los medios de comunicación, mas bien no quisieron hacerlo y ellos mismos dieron una declaración.
La señora Kant se encargó de todo eso pese a, sus dolencias y preocupación por su esposo que en ese momento todavía no despertaba, lo que influyó mucho mas en la condena de Vadim, quién se le impusieron varios cargos entre ellos mandar a matar a los padres adoptivos de Valentín, intentado de asesinato agravado contra su propio padre, entre otras fechorías y manipulación. Por lo tanto se le sentenció a cadena perpetua.
Muchas personas creían que la familia Kant abogaria por Vadim, que retirarían los cargos y encontrarían la manera de que no fuera a la prisión, conocían como eran las familias de los ricos. Sin embargo, se llevaron una gran sorpresa cuando vieron y escucharon por las noticias que, no se levantarían los cargos.
Que su hijo tomo tal decisión pese a que lo tenía todo, por lo tanto es justo que como todo aquél criminal sea juzgado por igual. Pero, no significaba que no estaría ahí para él, fueron las palabras de la señora Kant.
Ella estuvo en todas las audiencias esperando ver un poco de remordimiento en su segundo hijo, pero no había tal cosa. Vadim seguía insistiendo que todo era culpa de Valentín, que fue su hermano mayor quién le tendió esa trampa.
Miraba a su madre esperando que le creyera, que se pusiera de su lado y le diera la espalda a Valentín. "¿Cómo te sientes con respecto a lo que le hiciste a tu padre?" Pregunto la señora Kant, esperanzada. A lo que respondió Vadim "Él se podrán bien, es un hombre fuerte. No te preocupes." Esas palabras terminaron por destruir la poquita compasión de ella por su hijo.
Vadim ni siquiera se mostró preocupado por su padre, y eso que sabía muy bien que su padre, Rudy. Estába en un coma temporal.
Esa fue la última vez que la señora Kant, fue hablar con su segundo hijo. Ni cuando se dió el veredicto no estuvo ahí. Solo Valentín, al cuál Vadim maldijo en todo momento mientras era llevado arrastras hacia su nuevo hogar, la prisión.
Valentín escogió a donde enviarlo, tenía que evitar que su hermano menor, hiciera una tontera antes de que él terminara de escribir la historia a dónde pensaba enviarlo. Será el protagonista que tanto deseó pero con el nombre que tanto odia (Valentín) y los otros protagonistas serán nada menos que los lunáticos que el mismo Vadim creó para torturar a su hermano mayor.
Ahora el será la obsesión de esos tres (Edmond, Lev y Nash) seguramente cuando lo vean le romperán las piernas para quen no escapé de ellos, es donde comenzará su mas grande inferno donde nadie lo podra sacar así deseé la muerte, no podrá liberarse de ese mundo.
-¡Maldito!-Pega sus manos al vidrio.-¡Maldito!-Vuelve a maldecirlo.
Solo había estado casi cuatro meses tras las rejas, pero su semblante no era nada bueno. Parecía un indigente que había estado viviendo en la calle por más de diez años, con vello facial y su cuerpo todo delgado y su rostro demacrado. No había nada de ese joven maestro que una vez fue.
La falta de sueño también le ha pasado facturas, esas grandes ojeras son peor que las de un panda, no podía pegar el ojo en toda la noche por temor a quedarse dormido y que alguien quisiera aprovecharse de él mientras duerme.
Tenía la loca idea que Valentín le había pagado a los guardias, para que estos dejarán entrar a cualquier que quisiera estár con él. Algo que no era cierto, Valentín solo había pagado para que eviten que se quiera ir con su creador.
--Estoy bien, hermano.-Sonríe, frotando discretamente su abultado estómago.
El embarazo de Valentín ha estado yendo muy bien, los señores Kant estuvieron a punto de tener un infarto por tal sorpresa irreal, tras unas horas de entender que estába pasando y aceptar que su hijo estaba en una relación poliamorosa con los otros tres, (los cuáles estuvieron a punto de ser linchados por tocar a Valentín) ellos se pusieron muy felices. Felices de que serían abuelos.
-¿Tú como estás?-Esa sonrisa se volvió fría.-Por lo que veo no también, aunque esperaba verte mucho peor.-Expuso sus deseos de querer verlo completamente destruido.
-¡Déjate de torerías y solo di a que viniste!-Sus manos de vuelven un puño.
‹¿Cuanto tiempo piensa mis padres seguir castigandome? Ya tuve suficiente de estar en este lugar, cuatro meses son suficientes. ¿Entonces por qué no vienen? No puedo aceptar ni creó que ellos me abandonen solo así. Ellos solo están dándome una lección, pero estoy muy seguro que vendrán por mí. Tienen que venir por mí, soy su pequeño hijo›
Vadim seguía con la ilusión y la fantasía que sus padres solo quieren asustarlo, es por eso mismo que acepto ser encerrado en primer lugar (sigue creyendo que él se dejó atrapar) porque sus padres lo perdonarían unos días después, pero ya van para cinco meses y sus padres solo vieron tan solo dos veces a visitarlo.
Y en ese entonces Vadim en vez de mostrar culpa les ordenó, que lo pasarán a otro lugar. Uno mas cómodo donde pueda ver la televisión, jugar videojuegos, leer. Prácticamente quería una suite en prisión.
-¿No puedo venir a ver cómo está mi hermanito?
-No soy tu hermano.-Rechino los dientes.-No eres y nunca serás nada para mí, si tan solo te hubieras quedado en ese lugar o muerto... ¿Por qué insistes en quitarme todo siempre?-Sus ojos se cristalizan.
Apelemos a su lado sensible, si recuerda todo muy dentro de él, a de estar ese enorme cariño que una vez me tuvo. Usaré eso a mi favor, después de todo esa fue su debilidad en la segunda vida. Su cariño hacia a mí lo termino matando.
-¿Por qué no solo mueres, hermano mayor?-Impacta suavemente sus manos sobre el vidrio.-¿Sí? Solo muere.-Vuelve a repetir.
-Tu mismo los has dicho, no soy su hermano mayor y nunca lo seré.-Lleva un mechón de cabello rebelde tras su oreja.-¿Por qué debería morir solo porque así lo quieres?-Deja caer un libro sobre la pequeña mesa.-Mira, este es un regalo para ti.
Vadim en esta ocasión no logró ocultar sus expresiones, tragando grueso y sus uñas se encajaron en ambas piernas. Esa foto de portada y tituló del libro "Encadenado entenderme en sus corazones" no le dio buena espina a Vadim.
‹¡Imposible, Valentín no tiene poder! Él no tiene la habilidad para enviarme a esa historia, no manera. Yo me encargue de quitarle y destruir su poder. A menos... A menos que Kaisér todavía conservé un poco de su poder, no, tampoco es posible.› Suspiro un par de veces para no darle la satisfacción a Valentín, de verlo nervioso.
-No lo necesito.-Cruza sus brazos sobre el pecho.-Hay muchos libros en la biblioteca de este lugar, y en buen estado.-Comentó desinteresado.-No vuelvas a venir, en vez de ti que vengas mis padres.
‹Tengo que salir de aquí antes de que quede atrapado, mientras no pueda obtener toda mi sangre todo bien. Pero, no creo que él lo sepa. Para entrar al mundo de un libro debes de sacrificar una buena cantidad de sangre, en ocasiones mueres por eso mismo.
Los dioses siempre están pendientes en las alma que mueren porque en la mayoría de las veces, sus creaciones se dan cuenta que son solo personajes que han tenido que vivir de esa manera tan lamentable por el simple hecho de que fueron creados de esa manera sin motivo justificado.
Y en modo de protestas esos personas deciden ponerle fin a su vida, es ahí donde los dioses toman a la primera alma que encuentran y sin pedir opinión la llevan a ese mundo. Para que reemplacen el personaje que murió.›
Vadim se levantó listó para volver a su andrajosa celda, sin embargo en ese momento fue detenido por los guardias de seguridad.
-¿Qué están haciendo?-Forcejea con ellos, pero no logra hacer nada, se encuentra débil por no alimentarse bien.-¡Soltarme!-Mira a Valentín.-¡Mis padres nunca te perdonarán si se llegan a enterar que me lastimaste!-Vocifero.
-Pero no te estoy haciendo nada, en prisión todo puede pasar.-Lleva su mano al pecho.-Pobre de mi hermanito, no pudo con la presión y terminó recurriendo a terminar con todo.-Muestra una carta.-Lo último que dejó fue una nota, dónde decía que lamentaba todo y que la única manera para compensar sus errores y sufrimiento de sus padres, dejar de respirar.-Tambien se puso de pie, a Vadim casi se le salen los ojos al ver el estómago de Valentín.
-¡Tú...agh!-Jadeo al sentir que su dedo fue herido.
-No te preocupes, no es necesario que me des toda tu sangre.-Sonreír perverso.-Solo necesito unas gotas para firmar el contrato.-Terminemos de una vez por toda con nuestra rivalidad unilateral, porque si no se hubiera metido en mi vida ni siquiera me hubiese enterado de su existencia.-Seras el personaje principal como siempre quisiste, te deseó toda la felicidad, hermanito.-Ve a los guardias.-Ya saben que hacer.
-Sí, joven maestro.-Bajan sus cabezas.-Sera presentado como un suicidio.
-¡Valentín!-Grito mientras es llevado arrastras.
El nombrado no miró atrás y solo siguió caminando hacia la salida, dónde lo estaban esperando sus tres amantes, con un paraguas, bebidas y frutas.
-¿Todo bien?-Besan toda la cara del contrario.
-Sí.-Les muestra el recipiente con sangre.-Es hora de enviarlo con ellos tres.
Subieron al auto, alejándose de ese lugar a dónde nunca volverán, y cuando ya estuvieran en la casa realizarían el procedimiento de enviar a Vadim a esa historia. Dónde él también obtendrá su tan aclamado final feliz. Uno muy emocionante y llenó de muchas emociones y sobre todo mucho, mucho "amor" por parte de esos tres que una vez fueron objetos de captura.
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