capitulo 42

Parecía que de esa mirada saldrían filosos cuchillos listos para atravesar a cualquier persona que, se le atraviese en su camino.

Manejaba el auto como si fuera el único en la pista (algunos lo maldición por la loca manera en conducir) como si estuviera en una persecución de vida o muerte. Tenía que cumplir sus objetivos a toca costa.

‹Debo de acabar con Valentín de una vez por todas, hoy mismo, si lo elimino puedo recuperar todo y borrar absolutamente todo lo relacionado con él, en este lugar. O, mejor aun. Dejarlo como un completo vicioso, promiscuo que se acuesta con cualquier, un bastardo que le encanta abrir las piernas para lo hombres.

No hay mentira en eso, a él siempre la a gustado dormir con muchos hombres (lo decía por los tres amantes de Valentín) es por eso mismo que lo envié a ese anterior mundo, para que disfrutará lo que le gusta entonces porque no se quedó allí, cogiendo como le gusta.

Sí, eso suena mejor. Estoy seguro que Valentín es el problema, es culpa de él que se haya arruinado mi magnifico mundo. Faltaba tan poco para hacer el protagonista que vive feliz tras encontrarme con la persona que lo daría todo por mí, todo iba también bien.> Golpeo ferozmente el volante del auto.

Vadim había cambiado de auto en una gasolinera, dio su auto último modelo por uno usado que por poco y la puerta se desprende. Es lo que buscaba para evitar la persecución de su familia, conduciendo tan rápido como puede para llegar antes que todos y llevarse a Valentín.

Su mente se encuentra tan confusa y desesperado que no piensa y ni trató de hacerlo con claridad, cree que la tendrá fácil y nadie estará al pendiente de Valentín. En su mente el plan que ideó es genial, perfecto, sin ninguna oportunidad de fallar.

—Bien, llegué primero.—Susurró.

Al llegar al hotel donde se hospeda Valentín, Vadim se puso una peluca antes de bajar de auto e infiltrarse en interior sin que nadie lo vea, ya había estado una vez allí por lo que le fue fácil el evadir las cámaras de seguridad.

—Fue bueno robar una llave en aquel momento.—Toco el bolsillo de su pantalón.

Sonrió perverso al subir las escaleras, e imaginado que le haría a Valentín antes de matarlo tomándolo por el cuello, deleitandose con el sufrimiento impregnado en el rostro de su hermano mayor, el solo imaginarse eso el jadeaba como un lunático inhumano.

—¿Por qué está tan silencioso?—Una agitación inquieta cubrió sus entrañas.

Pero al llegar a la puerta de la habitación él ignoró esas inquietudes. Vadim paso la llave que había robado y cuidadosamente se adentro al interior de la habitación, reviso todos los lugares para evitar cualquier percance y de último dejo a la recámara, todo porque había escuchado movimiento.

Pero los instintos de Vadim le advertían una vez más que tenía que salir de ahí, sin embargo el ignoro esas advertencias y siguió avanzando, sacando el cuchillo tras de espada, quitándole la funda.

—Espero y no muera por una apuñalada.—Entro de golpe a la habitación y sin previo avisó ni confirmar quien era la persona dentro, Vadim se lanzó sobré él.—¡De está manera te quería agarrar maldito!—Apuñala la espalda de esa persona.—¡Veo si sigues actuando arrogante!

—¡¿…H-hijo...?!

—¡Pa...papá!—Tiembla al igual que lo hace su voz.

Vadim perdió el color en su rostro y sus ojos se abrieron como platos, terminó soltando el cuchillo al ver la expresión adolorida de su padre, él señor Reny Kant.

—¡¡Papá!!—Lo sostiene con sus manos temblorosas.

Ésto no es lo que quiera, no quería hacerle esto a mí padre. ¿Por qué me hace esto mi propio padre? ¿Por qué se sacrificaba por Valentín?...¡¿Qué hay de mí?! ¡¡Yo también quiero ser protegido por ellos dos!! Esto no es justo.

—¿Por...qué?...cof, cof.—La sangré en su garganta iba incrementado cortando el flujo de respiración.—¿Por qué odias tanto a tu hermano mayor?

Siento que mi cuerpo se va enfriando de a poco, sin embargo no tengo miedo a morir, está vez sí logré salvar a mi primer hijo pero le agregué un trauma a mi segundo hijo...esto es tan lamentable.

—¡¿Por qué ustedes lo quieren tanto?!—Respondió con otra pregunta.—¡Nada de estoy hubiera pasado si tan solo no lo hubieran buscado, Valentín merecía vivir en soledad para empezar!—Grito con odió y lágrima en sus ojos.—¡¿Por qué siempre tiene que obtener todo sin hacer absolutamente nada?! Y como si fuera un santo me entrega sus migajas, ¡él no era el protagonista!

Desde un principio lo supe, supe que nuestra vida era una simple historia escrita y contada por los dioses del plano inferior, me enteré sobre cuando entre a un grupo extraño que habla de raros sucesos. Sin embargo luego de leer todo eso me dí cuenta que se alguna forma mi futuro yo que no quería que tuviera un trágico final, me estaba enviando señales para que no tomara las mismas decisiones.

Fue así como me enteré que tanto Valentín como yo éramos los protagonistas de esa historia en nuestra primera vida, pero no decía cuál de los dos era el protagonista principal, por lo que opté por interpretarlo a mí manera.

No podía haber dos protagonista masculino en una misma historia, solamente uno tenía que brillar de tal manera. Es por eso que quise desahcerme de Valentín, pero el muy maldito terminó llevándome con él (más bien Vadim fue quién se llevó a Valentín, quería usarlo como salvavidas.) Fue así como moriremos y llegamos al plano superior.

—Vadim...—Acaricia el rostro de su hijo, mirándole con tristeza.—No estás en un novela, está es la vida real. Si necesidad de dañar a nadie podrías ser el protagonista de tu propia vida, ¿por qué tendría que importarte la oportunidad de las demás personas?

—Lo sabía.—Aprieta sus dientes.—¡Tú tampoco lo entiendes padre!—Sus ojos se oscurecen, agarrando el cuchillo una vez mas.—¿Me preguntó si Valentín llorá tu muerte, padre?—Sonríe y llorá al mismo tiempo.

Nunca he necesitado un padre, viví un buen tiempo sin el afecto paterno por lo que no me importa si vuelvo hacer un huérfano, solo espero que Valentín se retuerza en arrepentimiento cuando vea a nuestro padre, sin vida.

—Adios, querido padre...¡¿Ugh?!

Vadim rodó por todo el lugar tras ser pateado bruscamente por Valentín, este había llegado con los otros tres y su madre Sarai.

Los señores Kant idearon un plan para que Valentín no sospechara que Vadim, iba trás de él. Por lo que la señora Saraí le suplico a su hijo mayor, si podían verse para hablar de algo importante. Eso le daba el tiempo suficiente a Rudy el ir al hotel y llevarse a Vadim para luego enviarlo a prisión.

Todo iba bien hasta que Valentín notó el nerviosismo y angustia de su madre, fue gracias a eso que Valentín y su séquito vino lo mas rápido que pudieron.

—¡Llamen a una ambulancia!—Grito la señora Saraí Kant, abrazando el cuerpo ensangrentado de su esposo.—¡Resiste, cariño!—Suplica con lágrimas en sus ojos.

—¡Maldito bastardo!—¿Por qué? ¿Por qué mi corazón se siente tan angustiado?...¿Tengo miedo de que ese señor muera?—¡¡Él es nuestro padre!!—Pateo a Vadim.

Odio todo esto, odió el sentimiento de sentirme angustiado. No debería de importarme si los señores Kant viven o mueren, sin embargo hay una estaca en mi corazón al ver el estado de ese hombre... duele verlo agonizando acausa de las manos de su querido hijo.

Pese a todo él quiso enviar a Vadim a prison, evitar que sus dos hijos terminarán muriendo mientras peleábamos a muerte.

—Es tan desagradable el tener que respirar el mismo aire.—Subio encima de su hermano menor, empezó a golpearle la cara.—Ellos te han dado la vida, pese a todo lo que sufrían nunca dejaron de darte amor...¡Eres un maldito malagradecido!

—¡No eres quién para hablar!—Sostiene las manos de valentín.—¡Todo es tu maldita culpa! Si tan solo no existieras no tendría que estar siempre en el maldito segundo lugar.—Sonrió.—¿Te duele?—Al sonreír mostró sus dientes cubiertos de sangre.—¿Estás sufriendo porque sabes que nuestro padre puede morir?...¡Aaagh!

Vadim recibió una tremenda bofetada por parte de su madre, fue tan fuerte que le tumbó los dientes ya flojos por los golpes de Valentín.

—¡¿Ma...mamá?!—No me mires así.

—No te atrevas a llamarme de esa manera.—Le da la espalda.—Nunca...mas.—Aprieta sus dientes para evitar dejar salir sus sollozos.

—¡Mamá!—No...no pueden darme la espalda.

—Vamos...hijo.—Ayuda a Valentín a levantarse.—Deja que la policía se encargue del criminal.—Decia eso con frialdad pero sus ojos son un mar de lágrimas.—Tu padre nos necesita.

—Bien.—Ella está muy pálida, podría desmayarse en cualquier momento.—Vamos con papá...mamá.—La abrazo.

—¡H-hijo!—Se escondió en sus brazos, llorando amares.

—Él estará bien, ya verás que todo saldrá bien.—Ve como los paramédicos lo sacan de la habitación.

—No te preocupes.—Expresan los tres al unísono.—Nos encargaremos de que llegue con bien a su nuevo hogar.—Sus ojos brillaron con odió.—Llegaremos al hospital luego de encargarnos de este asunto.

—Está bien.

Ellos tres querían besar y abrazar a Valentín pero se contuvieron, lo harían en otro momento cuando todo esto termine.

—¡Mamá!—Grito, gateando por el piso para poder agarrar su tobillo.

—Deja de ladrar.—Cerraron la puerta, tenían que encárgarse de él antes de que la policía llegará.

—¿Qué rompemos primero?—Preguntó Blanck.

—¿Su lengua o manos para que nunca escriba otra porquería?—Sugiere Sasha.

—Porque escoger una extremidad cuando podemos romperlo por completo.—Expresó Kaisér.—Soy tan adinerado que podré cubrir todo lo que haremos a continuación.

—¡Alejarse!—No puedo terminar de está manera.—¡No saben quién soy yo...!

—Alguien he insignificante.—Sonríen malvadamente.

Lo que se escuchó luego de eso fueron gritos de terror, los huéspedes no quedarán con ganas de volver a hospedarse en ese hotel y el rumor de que en ese lugar se escuchaban escalofriantes lamentos se extendería por todo el país.

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