Con una expresión perpleja en su rostro, mira con incredulidad sus manos manchadas de sangre. Sangre que también se encuentra esparcida por todo el piso de esa oscuridad habitación. 

—¡No no no no! ¿Por qué? ¿Por qué no puedo restablecer la conexión? Todo estába yendo también, solo un poco más y su final hubiese llegado. ¡Maldición!

No pude creer que después de tantos años nuevamente se encuentra sangrando sangre, dándole entender una sola cosa. Que sus dones había abandonado su cuerpo.

Que una vez más vuelve a hacer un simple mortal. Había perdido su basé de energía que serían sus otras reencarnaciones que estaban en el plano superior.

—¿Cómo fue que todo se vino a bajó?—Tira de su cabello con impaciencia—Me costó tanto tiempo poder encontrarlo para que al final terminará de está manera.

Todo tipo de objetos cayeron al suelo rompiéndose al instante, esos ojos azules tienen una mirada tan rota de furia e inyectada de sangre.

—No puede terminar así, él ya lo tuvo todo. ¿Que más quiere? Solo le pedí una tan sola cosa, si me lo hubiese dado nada de esto estaría pasando. Ya tenía dos personas que lo amaban—Poco a poco esa mirada se volvía más desquiciada—¿Que le costaba darme a Kaiser? Él es un bonito lobo del infierno que quería domésticar cómo el perro que es.

Sus labios sonrieron cuál pervertido oliendo alguna ropa interior de la persona que acosa, demasiado repugnante de ver.

—Pero no, no quiso. Fue la primera vez que me dijo que no, a mí. Su hermanito—Ensarto el bolígrafo en el escritorio.—Fue algo decepcionante, si tan solo hubiera escogido las misiones que realizó entonces sería yo, quién tuviera el corazón de kaiser y en proceso el de los otros dos.

Todo era una simple excusa para no aceptar que desde un principio lo tuvo todo, no obstante el odiaba a su hermano mayor. Un odio ilógico, ve cosas dónde no las hay, siempre pensaba que Valentín le gustaba sobresalir para dejarlo a él en segundo lugar o opacar su brilló.

—Sin embargo esos malditos de kaiser, Sasha, Black, son tres malnacidos que no cayeron por mis encantos sin importar que me les desnudé más de una ocasión, es más. Era como si para ellos era papa recién sacada de la tierra y que al pelarla seguirá sucia.

El solo recuerda eso lo hace enojar hasta el punto en que quiere ir a esa historia y acabar con todos ellos de una vez por todas. Lastimosamente eso es imposible, al perder la fuente de su poder, reescribir la historia ya no es posible. Y eso lo está haciendo perder la cordura.

—Soy el Dios de esta historia—Muerde sus uñas—Tengo que encontrar una manera de poder volver a tomar el control de todo, sin tan solo hubiera matado a Kaiser y a Sasha nada de esto estaría sucediendo, el bastador de kaiser me engaño al fingir que estaba congelado, al igual que Black siendo un sistema.

Puede perder la batalla pero se niega perder la guerra que está por empezar, tiene que buscar todo su arsenal para enfrentarse a lo qu está por venir.

—Joven maestro—Toca la puerta—Los señores están preguntando por usted.

—Voy.

Limpio su rostro sin dejar ni un rastro de sangre, por último acomodó su ropa. Antes de salir de la habitación puso su mejor sonrisa.

—Vamos—Sonrío dulcemente.

Creó que tendré que matarlos después de todo, es una lastima pero en la única opción que queda. Sin poderes su lavado de cerebro se irá desvaneciendo y no puedo permitir que estén lúcidos.

No si quiero tomar posesión de su fortuna la cual usaré si es que Valentín, llega a salir de esa historia. Quería ver su sufrimiento pero en vez de eso solo logré su valentía, se quitaba la vida como si nada. Eso era inaudito, no complacía mis deseos para nada.

Fue igual con sus reencarnaciones, fueron duros hasta al final. Cuando se dieron cuenta que solo estaba jugando con ellos, apagaron todas sus emociones y solo eran cascarones vacíos sin tener en cuenta que pasaba a su alrededor.

Bien Valentín, te estaré esperando aquí en este mundo. Veamos si un don nadie puede con un gran joven maestro de intachable y buena reputación. La diversión está por empezar mi querido hermano mayor.

                                           [••••••••]

Huele bien, cada uno tiene un diferente olor emanado de sus cuerpos pero al mezclarse es una fragancia penetrate que poco a poco se vuelve suave y dulce...¡¿Que demonios estoy diciendo?! Eso es lo menos importante, o ¿si?

¡Demonios! ¿Cómo es que llegamos a esta situación? No debería estár nervioso solo por ver tres pechos bien marcados descubierto a dónde quiera que vea. sin embargo lo hago. Es difícil el no mirar a esas direcciones y sobretodo cuando están frente a mi nariz.

Era muy evidente que los tres lo están seduciendo, esperado ver la reacción de Valentín, verlo nervioso es lo que más les encanta ya que es algo nuevo para ellos.

No es que Valentín no supiera sus intenciones, él solo finge el no darse cuenta de ello. Primeramente para no volver la atmósfera incómoda y porque muy en el fondo el gustaba ver esa exquisita carne.

No puedo moverme y si lo hago siento una extraña corriente recorrer desde la punta de mis pies hasta las puntas de mi cabello de mi cabeza.

Ayer tuvimos una larga charla y en todo momento esas miradas estaban sobre mí sin la intención de mirar a otro lado. Al principio fue incómodo ser atendido como si fuera alguien de la realeza sin embargo a los minutos me sentí tan cómodo como si siempre había recibido sus caricias, gentileza.

Aunque no podía recordar lo que se supone que hemos vivido los cuatro en esa vida de cuando era un Dios, algo de eso se quedó grabado en mi alma por lo que no me es desagradable y tampoco me molesta el que esten tan pegados a mi como lo están en este instante.

¿Que voy hacer con ellos tres? ¿Me atrevo ha tener una noche apasionada con los tres hasta que llegue el día en que me deshaga de los objetos de captura?

No es mala idea dejarse llevar por el deseó no obstante yo quiero ser el superior... creo que necesito cafeína para despertar a mi cerebro para que deje de pensar en cosas como esa.

"Aunque en lo poco que recordé no vi que fuera yo quién dominé, solo me siendo sostenido por los tres" Retuvo en su boca el jadeo que le hubiera gustado soltar por lo descubierto.

¡Soy el debajo! ¿Por qué me sorprendo? "Suspira" Con el simple hecho de que me dijeran la primera vez que tenía que dar a luz a tres niños, me gritaron muerde almohadas.

Sin embargo al no recordar tengo la posibilidad de ser quien se coma a estás tres personas, ¿Verdad?...en definitiva ya perdí la razón. Hay cosas más importantes como por ejemplo; Acabar con los objetos de captura y protagonista, no estar pensando en deseos carnales.

—Buenos días.—Expresan al unísono al mismo instante en qué los tres se dan una mirada de complacida.

—...Buenos días...creó—Muy buenos gracias a ustedes y su exhibicionismo.

Valentín se estremeció al sentir los sedosos labios de Sasha sobre su mejilla izquierda y los cálidos de Kaiser sobre su derecha, como cereza del pastel, Black lamió la mandíbula de Valentín.

La situación se estaba volviendo sumamente peligrosa en todos lo sentidos, mucho más cuando los tres tienen una erección fisiológica mañanera.

El evidente vuelto de kaiser se presiona contra su espalda, el vuelto en los pantalones de Sasha, sobré su pierna izquierda y por último Black al estar recostado casi arriba de él, puedo sentir ese emocionado miembro sobre su pelvis.

Lo estaban atacando de todas las maneras y Valentín es un completo desastre, su mirada se mueve de aquí para allá en descontrol como lo está su corazón latiendo peor que diez tambores juntos y sonando en armonía

—Mi señor.—Susurró kaiser y en es mismo instante sus labios rozaron la enrojecida oreja de Valentín.

—Maestro.—Fue atacado nuevamente pero está vez por Black, el ya mencionado soplo suavemente el cuello del nervioso Valentín.

—Valentín.—Sasha beso con ternura el lóbulo de la oreja izquierda que también se encuentra enrojecida y algo caliente por la repentina subida de temperatura corporal.

El más joven tragó grueso al escuchar y sentir como ese aliento caliente y voz seductora atacan sus sensibles oídos, cuello. Sintió arder su cuerpo cual llama penetrado hasta sus huesos.

—Tengo hambre, es mejor que vayamos a desayunar.

—¿No prefiere otro tipo de comida?—Preguntó kaiser.—Oh algo de ejercicio por ejemplo—Sonrío dejado casi ciego a Valentín por el brillo a su alrededor.

—Y si no quiere hacer ejercicio—Esos ojos azul turquesa tienen un destello desvergonzado—Lo haremos por usted—Sugiere Sasha.

—Sera un ejercicio agradable al tacto y los movimientos—Esos ojos rojos súplican que acepte dicha oferta.

—¿Sí?—Preguntan al unísono con sus ojitos brillantes de cachorrito. 

Mis manos fueron sostenidas y a los segundos puestas en sus firmes pectorales, tocar su piel desnuda se sintió demasiado bien no voy negarlo.

Cada uno tiene diferentes proporciones sin embargo sus pectorales son muy similares...me entran ganas de lamer esos pezones rojos de los tres...

¡¿En qué estoy pensando?! Entre más tiempo me quedé junto a ellos, mas posibilidades hay de que sucumba al deseo en vez de la razón.

¿Por qué lo dudo tanto? ¿En el fondo quiero ser sostenido? Si de verdad me sintiera incómodo o no lo quisiera me hubiera levantado desde el instante en qué me besaron las mejillas y cuello.

Y ellos tampoco hará nada si no les doy luz verde, es por eso que solo me muestran pequeñas muestras de cariño para no hacerme sentir incomodo y terminé alejadome de ellos.

¿Me dejó llevar solo por una vez? He pasado por tanto estos últimos días atrás. Que me merezco disfrutar y explorar nuevos placeres que ya los experimente una vez pero que he olvidado. Es momento que lo vuelva a recordar en basé a cada una de sus caricias.

La mierda todo, no sé que puede pasar el día de mañana, vamos a disfrutar el ahora y no tener ningún arrepentimiento en la vida.

—Mientras llega en momento de marcharnos de este lugar, perdamonos en placer.—Sube arriba de Kaiser—Hágame saber las cosas que he olvidado—Se quito la camisa.

A Sasha no le dijeron dos veces cuando sus labios se encontraban besado la nuca de Valentín, y sus manos se desliza por la sexy espalda del más joven. Mientras Black fue más atrevido, apoderándose de los labios semi-abiertos del ya excitado Valentín.

Sobretodo, cuando kaiser lame y envuelven con su lengua esas erectas fresas rojas, al mismo tiempo que sus manos bajan el cierre del pantalón de Valentín.