capitulo 10

Valentín estaciono el auto como si fuera un experto piloto de carreras. Con una extraordinaria elegancia bajo de dicho auto, miró a su alrededor observando cada rincón de esa mansión. Al no estar en lazado y sin obligación de nada, todo le parecía hermoso, hasta este lugar que en su momento fue un lugar seguro para el anterior Valentín, pero ahora lo quiere convertir en nada.

Le entregaron unas inmensas ganas de encender todo el lugar y verlo convertirse en nada. En su momento lo hará, en este instante necesita tener un lugar donde vivir hasta que obtenga lo que quiere. Piensa dejar sin nada a la familia Whitley.

—¡Joven maestro!—Exclamó el mayordomo—¿Cuándo regresó?

¡Qué cambio tan drástico! No se parece en nada a ese niño tímido, sus rasgos fáciles se volvió más masculinos dándole un atractivo, único.

—¿No lo sabías?—Valentín lo ve fijamente analizado el comportamiento de mayordomo.

<No, nadie de la mansión sospechaba nada o se imaginaba que usted y Valentina eran la misma persona. Al parecer tampoco les han dicho nada de lo que sucedió en mansión Baker> [¿Esos señores no piensan decir nada al respecto?] Lleva los lentes hacia arriba de su cabeza.

—¿Sobre qué?

—Nada. Llegarán unas cuantas cosas en unos minutos. Llevarlas a mi habitación.

<No creo que lo hagan. No querrán ser la comidilla de la sociedad. Que se vieron involucrados en una situación vergonzosa como está. Aparte el matrimonio de Edmond con Valentina, sigue en pie. Estás familias son tan supersticiosas que no pueden romper un acuerdo sin tener miedo a que los difuntos ancianos no puedan descansar en el más allá.>

—¿Viene a quedarse para siempre?

—Solo una temporada, hasta que esté lugar sea quemado hasta las cenizas—Sonríe dulcemente—¿Ellos están?—Tiene ganas de comenzar a poner aprueba el sí, alguien sobrevive luego de matarlo.

[¡En serio siguen con dicho compromiso!] Estás personas están todas estúpidas. <Sí, Luciano logró convencerlos con argumentos tan estupidos cómo lo son sus desvergonzados hábitos de infiel bastardo> [Quizás el creador metió mano para que las cosas sigan sin alterarse mucho] Ya empezó a moverse.

—No, no se encuentra nadie. Ellos dos salieron y la señorita Angélica, se encuentra en la universidad.

—Entiendo—Sube las escaleras—No le digas a nadie que estoy aquí—Sonríe malvadamente—Quiero que sea una sorpresa. ¿Quiero ver la reacción de mis "queridos padres"

—Comprendo.

De seguro fue por su querida hija, espero y la encuentren donde se supone que está o tal vez no. Jajajajajaja, Puedo imaginar que expresión pondrán cuándo no la encuentren.

No podía permitir que la trajeran a esta mansión como si nada hubiese pasado y aparte tengo que tener un as bajo la manga para enfrentar la guerra que se aproxima. Valentina será mi escudo, uno que me protegerá de la familia Whitley y la cual tendrá que hacer lo que yo quiera si es que, quieren volverla a ver.

Valentín había pensado ocultar el paradero de Valentina, desde hace unos días. Solo esperaba liberarse de Black, para hacer su movimiento y cuando lo logró. Lo primero que hizo antes de ir a cambiar su look, fue ir al hospital donde se encuentraba Valentina.

No pidió la ayuda del sistema, pero Black le ayudo sin hacérselo saber, puso una ilusión donde Valentín se parecía a Lucila, que había ido a firmar los papeles que constaba su permiso para transferir a Valentina, supuestamente a la mansión Whitley.

—¿Estás es la habitación de Valentín?—Cubre su nariz y boca.

Sus ojos muestran una profunda consternación y pesar al ver cuan polvosa se encuentra dicha habitación. No había un lugar que no estuviera cubierto de polvo, nadie había limpiado desde que se suponía que él, se había marchado al extranjero.

—No podré dormir en este lugar sin ahogarme en polvo, mi naríz ya arden de solo inhalar un poco de aire de este lugar.

Ni siquiera puedo distinguir el color del cuál está pintada, aparte de la cama, baño, un pequeño armario, televisión, y una foto de él con los tres objetos de captura no había más que solo eso. Se podía notar la preferencia entre Valentina y Valentín a miles de kilómetros.

<Eso puedo solucionarlo en cuestión de minutos> Black se convirtió en un dócil empleado doméstico, su peludo cuerpo se movía de aquí para allá causando que Valentín, se mareara.

—No creas que te voy agradecer, tampoco se me quitarán mis ganas de matarte—Sujeta la foto dónde aparece él y los tres objetos de captura.

<No lo estoy haciendo por eso.....pero me gustará que me viera como su socio en vez de su enemigo, se que hice cosas desagradables, de igual manera merezco un poco de amabilidad.>

Busque algo con lo cual poder recortar mi parte y a los demás les apuñalare sus ojos y cortaré sus gargantas, justo cómo quiero hacerlo en la vida real.

Valentín hizo exactamente eso y luego lanzó dicha foto con todo y marco al otro lado de la propiedad de Lev. A ese le destrozó el rostro con más odió. Cuando los empleados de su mansión lo encuentren, dirán que es una amenaza demasiado directa.

—No. No mereces nada de eso, estoy seguro que en tu mente me deseabas muchos males porqué no obedecía cómo tenía que hacerlo—Busca en los cajones el diario que vio en sus recuerdos—Tendrás que hacer mucho más que esto para que yo, te vea de diferentemente manera y sobretodo apagar mis ganas de torturarte.

<¿Que más? Solo dígame y haré lo que pida. Al igual que usted, yo también estoy buscando respuesta. Quiero saber si soy o no una máquina>

—Tu comportamiento de lame culo es muy desagradable, solo causa más ganas de matarte.—Aunque sus habilidades de empleado doméstico, son muy buenas. Está dejado muy reluciente este lugar. Ya puedo ver ese color aqua, ese es el color de las paredes.—Y quizás seguirás esperando por mucho tiempo.

¿Dónde está ese dicho diario? No se encuentra por ninguna de estas gavetas del buró, ¿Dónde lo escondería luego de ese intento de suicidio que vi en mis recuerdos? Debió de esconderlo en un lugar donde nadie pudiera obtenerlo por más que lo buscará....

Valentín vio el piso de madera, mientras caminaba había sentido que una tabla se movió un poco, entonces comprendió que tal vez estaba escondido bajo el piso de madera.

<¿Qué está buscando?> Pregunta y observa desde una distancia segura, no podía acercarse sin el temor de ser atrapado por Valentín y con ello ser desintegrado.

—Nada que te interese—Levante un poco la tabla, bingo, lo encontré. Pero, ¿Por qué parece tan viejo y desgastado? No debería de verse así.

<Se ve muy desgastado como si tuviera más de veinte años aguardo en ese lugar. Y en la actualidad no ha pasado tanto tiempo como para que se encuentre de esa manera.>

—Deja de hablar por un momento, no quiero que me desconcentres mientras estoy leyendo.

Con sumo cuidado y con todo el respeto que se merecen las pertenencias del anterior Valentín. Lo limpia antes de buscar algo para cubrir su nariz y no inhalar polvo que le provoque incomodidad.

<Tomé> Le tiró una mascarilla <También debería de usar estos lentes para evitar que sus ojos entre en contacto con algo que le provoque irritación.>

Valentín sin dar las gracias y sin verlo a los ojos, se puso los antojos y mascarilla. Lo abrió con mucho nerviosismo. En la pasta tenía cuatro veces escrito el nombre de Valentín, pero en numerados como; "Valentín original, Valentín 1. 2. 3" tres personas más aparte del dueño original habían ocupado dicho cuerpo.

Valentín original. 10 años de edad.

Algo no se esta sintiendo bien. Todo a mi alrededor es extraño, hay ocasiones en las que no se cómo llegué acierto lugar, cuándo vengo a reaccionar me encuentro enfrete de mis amigos, mis mejores amigos.

No sé si me estoy volviendo loco por tantos maltratados Durante tantos años, que quizás estoy empezando alucinar con cosas extraños, y tengo esos misterios deja Vu.

Hay momentos en los que siento que estoy siendo observado por alguien, tal vez sean algunas personas contratas por mi madre, para evitar que les cuente a Edmond, Nash, Lev, sobre lo que ella y Valentina suelen hacerme. Cómo por ejemplo, ayer mi madre me dejó a solas con una persona repugnante, me quiso tocar, pero yo le estrelle un jarrón en la cabeza. Fue tan aterrador y asqueroso.

Solo que al llegar a la mansión, me encerró en la habitación luego de dejarme vomitando sangre. Los golpees me dejaron de dolor desde hace mucho, pero las heridas en mi corazón, esas heridas no quieren cicatrizar, esa herida solo sigue aumentando con cada acción de mi familia.

Busque ayuda donde mi padre, y él solo medio una mirada llena de desde mientras, me decia que tengo que ser un hombre y aportar algo en la familia y si eso incluye mi cuerpo, qué estaba bien.

¿Todas las familias son así? ¿Cómo pueden tratarme de esa manera? Solo soy un niño apunto de entrar a la adolescencia o ya estoy en ella, no lo sé.

En toda mi vida desde que tengo memoria, en ningún momento e recibido cariño por parte de ellos. En los desayunos, almuerzos, cenas, ninguno me toma en cuenta. A sus ojos no existo y jamás existire. Duele, duele mucho.

Las gotas de sus lágrimas aún seguían impregnadas en esas hojas de papel tan desgastadas cómo lo estába el alma del anterior Valentín. Y esas hojas volvieron mojarse pero esta vez con las lágrimas de Valentín, su empatía por el verdadero Valentín, era tan genuina e inmensa que podía imaginarse y sentir lo que él sintió en ese momento.

Estoy seguro que algo está pasando, estoy empezando a ver cosas de una manera diferente. En tercera persona como, si estuviera en un cine y mi vida es la película.

Otra vez sucedió, algo no se siente bien. Por un momento logré verme desde una perspectiva diferente, fueron unos segundos pero vi todo en tercera persona, como si mi alma hubiese salido de mi cuerpo. Pero me seguía moviendo, retorciendome de dolor luego de que Valentina cortó mi rostro solo porque le dije a Edmond y Nash que ella me había advertido que no jugará con ellos.

Creí que me quedaría cicatriz pero no fue así, ni siquiera quedó rastro y para que ellos no me vieran de esa manera, mi madre me maquillaba mientras sanaba. Aún así, seguí jugando con ellos, Edmond, Nash y Lev son las únicas personas que me tratan con cariño. Y eso le molesta a Valentina, ella odia que tenga la atención de ellos tres.

Podían quitarme todo, golpearme, pero no podían arrebatarme su cariño y lo unido que somos. Ellos son mis mejores amigos, por las únicas personas que estaría y estoy dispuesto de dar mi vida por su bienestar. También se que ellos harían lo mismo.

Así como vida iba avanzando, así iban aumentando las cosas extrañas hasta el punto donde me di cuenta que mi vida nunca me perteneció, que jamás tuve el control de ella. Fue un gran Shock e impotencia el darme cuenta que solo era un personaje de una historia creada por otra persona. Logré darme cuenta de todo eso cuando cumplí 11 años, fue en ese momento que me atreví por primera vez el herir mi cuerpo.

Vi como mis muñecas se desangraba a una velocidad impresionante, tenía miedo a morir pero tenía más miedo a no tener control de mi propia vida. De igual manera no lo logré, no pude morirme, mis tres mejores amigos me encontraron y lograron rescatarme. Los vi pálido y con muchas lágrimas en su sos ojos, lloraban y me regañaban.

Me suplicaron que les contara por lo que estaba pasando, y yo con aquel nudo en mi garganta confesé todo mi dolor y ellos abrazaban mis heridas con promesas y juramentos que estaba seguro que iban a cumplir pero....

—¡Valentín!—Golpean la puerta—¡Abre la maldita puerta!—Exclama, lucila.—Se que estás ahí—Sigue golpeado más fuerte.—¿Dónde está? Devuélvemela.

Valentín con lágrimas en sus ojos y una inmensa furia que quema su cuerpo, cerró el diario y lo volvió a esconder en ese mismo lugar.

[Si lo tocas juro que....] <No lo voy hacer, ya le dije que si esto no termina, yo tampoco puedo salir. Al igual que que tampoco puedo enlazarme con nadie más, solo usted puede verme>

—¡Valentín....Aaah!—Su cara fue golpeada con la puerta y luego recibió una patada en el estómago.

—¿Ahora sí soy Valentín?—La ve con furia—¡Callarte, eres tan ruidosa y moleta!

—¡¡Cómo te atreves....!!—Su rostro fue abofeteado no una, ni dos, fueron seis poderosas abofeteadas.

Cada bofetada lleva una gran fuerza y un recuerdo doloroso causado por esa mujer, es por eso que no controla su fuerza y las deja ir en la cara de Lucila, con la intención de romperle la piel.

—Es mejor que seas silenciosa y obediente si es que quieres volver a ver a tu amada Valentina, madre—Sonrío a la vez que pone frente a Lucila, la foto de Valentina, con cadenas en las manos y los pies aún con el respirador que la mantiene con vida artificialmente.

Valentín no iba arriesgarse de que Valentina despertara por alguna artimaña de los dioses o el creador. Por esa razón la encadenó para que no escapará. Le costó mucho ese departamento donde se encuentra y comprar toda esos aparatos, sobrecargo dos tarjetas. No podían encontrar el paradero porque a las personas que contrato para que hicieran todo, ya están muy pero muy lejos de este país.

—¿Que quieres? ¿Donde está mi pequeña? ¿Cómo puedes golpear a tu madre?....¡Aaaah!—Mi mano fue aplastada por su pie, ¿Cómo puede tener tanta fuerza?

—Arrastrarte en cuatro patas como una perra y lánzate por las escaleras—Tiene una mirada sádica—Quizas y solamente quizás me entré esas ganas de decirte donde se encuentra antes de que le quiete el respirador—Sonrío dulcemente.

Vamos, quiero verte suplicar con agonía, lamer el piso si es necesario. Te humillare antes de darte el golpe final. No pienso matarte rápidamente, será lo más lento posible porque tengo que disfrutar viéndote sufrir.

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