CAPÍTULO 62: "No me dejes"
(Tn)____ Colman
Ignoré mis pensamientos por un instante y me dirigí al lado de Holy, la saludé, la mujer no tardó en devolverme una hermosa y tranquila sonrisa.
—¿Se puede saber a que viene esa sonrisa?—pregunté con curiosidad, ella no dijo nada, tenía en brazos a Liam, yo al instante sonreí al verlo.
Holly se retiró hacia lo cocina y yo solo me detuve a observar atraves de la pequeña ventana del lugar. Di un corto suspiro al ver a Carl, el sheriff estaba trepando los muros y definitivamente trataba de salir.
Suspiré y negué con el rostro.
¿A donde iría él?
Salí de Alexandria cruzando los muros, maldije internamente cuando había perdido su rastro entre algunas pisadas del bosque.
Unas casas se notaban antes de la pequeña intersección, acomodé mi mochila y corrí hacia ellas, atravesé el cráneo de dos caminantes que habían logrado verme y entré a una casa desconocida.
Mi cabeza estallaba por varias cosas, toda mi familia, aunque no eran de sangre, estaban en esa guerra; Gabriel, Tobin, Aaron, Maggie, Daryl, Morgan, Tara, Carol, Rick, Jesús, incluso Ezequiel.
¿Por que no querían que yo luchase a su lado?
Abrí una puerta de la que parecía ser una pequeña despensa y solo pude ver a tres pequeñas ratas salier asustadas, me detuve al verlas y reí recordando a Daryl, los roedores eran un buen alimento para él.
—Levanta tus manos y tira tus armas—exigió una voz masculina, pude oír que rastrillo su arma.
Bufé irritada y giré lentamente con las manos levantadas, Mi cuerpo se tensó, Había reconocido totalmente su rostro.
Me quedé allí, quieta, sin saber que hacer, estaba sorprendida por la presencia de aquel tipo aquí.
—Te conozco e-eres Clay—tartamudé mirándolo—vaya, cuanto tiempo Clay—sus leves ojeras relucian demasiado.
Debería tener cerca a la edad que tendría mi padre.
—Lo sé, pero ya no importa—aclaró.
Su voz sonaba neutra y por un instante recordé el tiempo que había pasado con mi familia, Clay y su esposa. Y mi padre era demasiado unido a él, hasta antes de que mi madre muriera no lo había vuelto a ver.
—¿Eres de los salvadores?—pregunté, éste apuntó con su pistola en dirección a mi cabeza.
—Soy más que eso, yo soy Negan—contestó riendo cínicamente—tu grupo, se cree fuerte—soltó estallando en risas maleficas—no lograrán matar a todos los salvadores, ahora dame tus armas—ordenó, esta vez no emitió ningún sonido.
—Tú no eres Negan—afirmé sin estar segura del todo.
Clay había sido una persona buena al igual que su esposa, pero quizás estando con los salvadores podría haber cambiado.
Tiré mis dos armas cerca a su pie y él las recogió rápidamente, con una vistazo se agachó y guardó mis armas en su cinturón.
—Eso es lo que tú piensas...pero en realidad todos somos iguales, ustedes, Tu grupo también es Negan—aclaró.
—Mi grupo no es igual a los salvadores, no lo son—aclaré en defensa.
Él solo se limitaba a dañarme con palabras, hasta que después de un corto silencio se atrevió a decir algo que por fín me enojo.
—Lo son, ¿Tus padres sobrevivieron?—preguntó—Adivina por qué—titubeó caminando a mi alrededor—porqué eran unos completos bastardos—soltó, apreté mis puños enojada.
—Este no eres tú, tú no eres Negan, recuerda lo que Jane siempre decía—bramé enojada.
Jane era la persona más feliz que había conocido en todo el virus y sus palabra eran demasiado sabias, "Nunca cambies, aunque el mundo te depare una gran basura"
No sabia entender aquella frase cuando tenía doce años, ahora lo comprendía todo perfectamente.
Clay solo río histérico, parecía loco, y esto podría deberse a la unión con los salvadores o al peso que llevaba después de matar a bastantes personas.
—Jane está muerta, yo la maté—afirmó riendo cínicamente de nuevo.
—Si eres un Salvador matame—propuse, éste negó con el rostro.
—¿Crees que soy idiota?—comenzó a reír otra vez—mis ordenes fueron; no matar a Rick, ni al rey, ni a la viuda, y justamente a una chica con tus jodidas caracteristicas—soltó enojado—pero...—comenzó a reír de nuevo—como tú lo has pedido, no lo negaré, diré que tú sola te disparaste, pero en realidad yo te mataré, Lo siento—susurró riendo.
Respiré tres veces tratando de calmarme. No había sido buena idea tirarle mis armas, había confiado demasiado en él.
Éste soltó el primer disparo, y lo único que pude hacer fue tirarme al suelo esquivandolo. Clay refunfuño enojado y me tomó por la camisa con solo un brazo, con su otro brazo libre apuntó en mi cabeza.
Tomé su pistola y forcejebamos por varios segundos y cuando ambos escuchamos el sonido nos detuvimos.
La bala había salido de la pistola, mi rostro quedó atónito al igual que el de Clay.
—No mierda, Negan me asesinara, no quería hacerlo, solo estaba bromeando. Carajo, Negan me matará—no dejó de repetir mientras jalaba su cabello.
—Vete, escapa de Negan—susurré y caí al suelo, toqué mi abdomen y reí sin sentido—¡Lárgate ya!—grité.
Tenía el arma al costado, quizás podía acabar con la vida de Clay ahora...pero no podía matar a alguien que era un viejo amigo de mi padre.
"saber perdonar"
Eso era lo único que lograba escuchar, voces de mi abuela. ¿No podía perdonar a alguien que me acababa de disparar, o si?
Quizás tenía que hacerlo
—¡lleva el arma y largaté de una buena vez!—grité, éste corrió asustado llevándose el arma.
Cerré mis ojos, el suelo estaba cómodo o es así como yo lo sentía en ese momento.
Emiti un corto susurro teniendo en cuenta que quería levantarme, pero simplemente parecía que mi cuerpo se había cansado de luchar y sobrevivir.
No tardaría en morir, tal vez por una hemorragia segura o por la falta de algo que aún me molestaba dentro de mi pecho.
Toqué mi abdomen.
Abrí mis ojos y ligeramente me levanté, vi la bala en una esquina de la habitación, al menos la bala había logrado salir de mi cuerpo.
Suspiré exhausta y volví a sentarme en el suelo, mi espalda estaba apoyada en la pared.
Aquí finalizaba mi camino.
Cerré mis ojos otra vez y comencé a recordar algo que en el corazón me dolía tanto.
"—¿A donde vas?—dudosa giré para ver quien era, crucé miradas con el chico de ojos celestes con un sombrero de sheriff.
—eso no te importa—le contesté.
—¿A dónde vas?—me preguntó de nuevo irritado, Tenia la misma mirada que su padre.
Comencé a caminar y él me cogió del brazo.
—suéltame Carl, Tengo que buscar a alguien—supliqué.
No eramos los unicos fuera de alexandria, Carl me soltó rápidamente al ver la expresión amarga de Michonne en su rostro."
Recordé ese momento, había sido cuando él y yo habiamos hablado por primera vez, sonreí melancólica.
Aquel chico, mi chico, ya no me recordaba.
Una lágrima cayó por mi rostro y solo me detuve a apretar más mi mano hacia mi abdomen, ya estaba perdiendo demasiada sangre.
Pude escuchar un disparo, un chico de tez trigueña entró a la habitación, lo observé confundida, éste salió corriendo mientras escuchaba pasos y gritos.
Lo único que pude hacer fue toser, algo dentro de mi garganta me molestaba, y no podía evitar sentirme fatal.
—¡Carl ¿En dónde estas?!—gritó el trigueño.
Yo tenía un nudo en la garganta que amenazaba con salir en forma de llanto, pero sentía que ya no tenía más fuerzas.
Cerré mis ojos.
—¡No!—escuché otro grito, abrí mis ojos al reconocer la voz, me encontré con esa mirada que tanto había esperado.
—Carl...
—¡No, no, no! Ya lo recordé todo, no puedes morir, por favor—pidió.
Logré observar su rostro, era una de frustración, yo estaba del mismo modo. Cerré mis ojos y cuando los abrí volví a ver su rostro, una lágrima cayó de su ojo.
Tomé su cara delicadamente entre mis manos y le dejé un beso en su mejilla, después de un segundo lo observé mientras me disponía a secar sus lágrimas.
—Lo siento. Vete antes de que me convierta—susurré, el trigueño de atrás se mantenía alejado.
—¡No, No morirás!, dije que no te iba a dejar y no me alejaré de ti.
—¡Por dios!—grité, pero al instante me arrepenti—Voy a morir, debes dejarme.
—No lo haré—pude oír su voz recta—Voy a llevarte conmigo a Alexandria.
Me cargó entre sus brazos y comenzó a correr. Le dió una ultima mirada a su amigo trigueño, éste asintió
—No me dejes—pidió una ultima vez mirándome, cerré mis ojos suspirando pesadamente, ya no podía más.
Narra Carl Grimes:
La tenia entre mis brazos, y planeaba llevarla a Alexandria.
Miré a Siddiq, quien me ayudaba a matar a los caminantes que se acercaban mientras nosotros corríamos.
El cuerpo de Colman era tan liviano, y su rostro estaba más pálido de lo usual, el brillo en su rostro había desaparecido, pero aún podía escuchar sus latidos.
Por mi mano escurrían las gotas de sangre que salían de su abdomen, respiré cansando, ¿Por que a ella?, oculté las ganas de llorar, no podía derrumbarme, no ahora.
—Siddiq, escondete en las alcantarillas—ordené señalando con la mirada la entrada de la alcantarilla que se ubicaba afuera de Alexandria, entre algunos arbustos. Siddiq asintió y se dirigió ahí.
Corrí lo más rápido que pude tratando de no lastimar a Colman, no podía dejarla morir.
—¡Tobin!—grité al visualizarlo en la torre de vigilancia, éste me miró asustado y bajó, abrió las rejas y me dejó entrar—Ayudala, por favor—solté con la voz entrecortada.
—Llevala a tu casa—ordenó, asentí, volví a correr mientras él cerraba las rejas.
Abrí la puerta de mi casa, la llevé hasta mi cuarto que solo contenía unas sábanas improvisadas en el suelo y la dejé delicadamente ahí.
—Vamos, no me dejes—pedi mirándola una vez más, me arrodillé y acaricie su rostro con nostalgia.
Me levanté para llamar a Tobin una vez más, salí de mi cuarto y comencé a buscarlo. Holy venia desesperada al lado de Tobin.
—Curala, por favor—pedí nervioso mirando a Tobin.
—Veré que puedo hacer, Carl—contestó Tobin, asentí ocultando el rencor que tenía hacia el salvador que había ocasionado esto.
Ambos entraron y comenzaron a ayudar a Colman, y me limite a golpear la pared con rencor.
"No a ella"
Volví a golpear la pared con rencor, me deslice por ella y me senté en el suelo, estaba frustrado, la chica que amaba me estaba dejando, y yo también a ella, esto había sido mi culpa.
Entré a mi habitación, mi mirada se centro en los montones de trapos con sangre que yacían al lado de Colman. Holy y Tobin estaban sudando.
—Tu padre se fue a hablar con los del basurero, y Michonne no esta—informó Tobin, lo miré detenidamente.
—Eso no me importa ahora, dime como esta ella—aclaré.
Pude ver a Holy bendando la herida de Colman. Tobin se levantó y me alejó de Colman y Holy.
—No tenemos los implementos necesarios aquí, y tú lo sabes, ella ha perdido mucha sangre—contestó Tobin, limpió levemente el sudor de su frente, su rostro reflejaba tristeza, sabía que era lo que iba a decir.
—¿Cuanto tiempo le queda?—pregunté con el corazón destrozado, mi voz sonaba entrecortada.
—No más de un día—contestó Tobin, asentí con el rostro rígido y me dirigí al baño.
Y por fin allí dentro, solo, me derrumbe. Lloré como nunca lo había echo antes, y todo esto era más que mi culpa.
Me sentía totalmente destrozado, Quería protegerla, pero gracias al destino el futuro sería otro.
Me levanté y me saqué el polo que me dejó ver la herida que yo también tenía en el abdomen.
Este iba a ser nuestro fin, pero por una buena causa.
Volví a colocarme un polo nuevo y una camisa nueva no sin antes vendarme la parte dañada.
Comencé a dirigirme a mi cuarto. Vi salir a Holy de allí, ella estaba totalmente destrozada. Y yo estaba aún peor.
Entré a mi cuarto, y me eché al lado de Colman, coloqué uno de sus mechones rebeldes por detrás de su oreja.
—Hola—miré sus cálidos ojos al escuchar su voz.
Ella sonrió débilmente.
—Cuando mi madre murió, me sentí destrozado, yo había acabado con ella, y ahora, hice lo mismo contigo, no pude protegerte—musité mirándola.
Mi garganta adquirió un sabor amargo, estaba ocultando las ganas de llorar.
Nuestros rostros estaban juntos y no dejábamos de mirarnos.
—Esto no fue tu culpa—aclaró ella, negué con el rostro.
Esto si había sido mi culpa, porqué yo no la había protegido. Ella sonrió y acarició mi mejilla, sonreí por su muestra de afecto, pero me dolía verla dañada.
—Te amo—solté, nuestros labios se juntaron una vez más, sentí su cálido aroma otra vez, y la abracé.
—Te amo Carl, no lo dudes—sonreí y volví a besarla.
Pensé por un momento en mi padre, en Michonne, en Carol y en Daryl. Ellos serían los más afectados al vernos morir, aunque Carol estaba en el Reino ahora.
Besé la mejilla de Colman mientras sonreía, Ambos cerramos nuestros ojos, guardando aquel momento siempre en nuestros corazones, estaría con ella, hasta que nuestra vidas terminasen.
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