CAPÍTULO 57: "Te encontré"
Narrador Omnisciente
Carl Grimes
Rick Grimes y los demás habían logrado encontrar a Gabriel, el moreno había estado llevándole ocultamente provisiones a un grupo que quizás podría aliarse con ellos solo para sobornarlos, estos se hacían llamar los Carroñeros ya que vivían en un basurero muy alejado de la ciudad, estaban en muy buen estado y todos sabían luchar, tras lo que el sacerdote les dijo ellos aceptaron formar parte asi que todos en Alexandria tenían esperanzas de ganar en aquella lucha pero les faltaban más armas.
Por otro lado, habían pasado tres largos días sin que los Alexandrianos tuvieran alguna noticia de Colman, la mayoría la había buscado por todo el bosque al norte pero no la había encontrado para nada y tenian la grave sensación de que jamás la volverían a ver lo cuál era demasiado frustrante para ellos. Es más, algunos alli ya estaban perdiendo las esperanzas a excepción de Dixon, Michonne, Rosita, Tara y Carl.
Cabe resaltar que Daryl se había enterado de la supuesta desaparición o muerte de Colman hace apenas dos días atrás, él habia reaccionado muy mal por aquel acontecimiento cuándo Tara y Rosita se lo habian dicho y había abandonado el Reino lo más rápido posible solo para buscarla por los alrededores. Incluso Jesús y Benjamín sabían del tema, sin embargo, a pedido del ballestero nadie le había comentado nada de lo sucedido a Carol.
—¿Sobre tu madre?
La voz serena de Tobin cuestionandole aquello a Carl Grimes le hizo sentirse un poco dudoso, estaban ambos en la Zona Segura de Alexandria hablando un poco antes de salir a buscar a Colman desde otras zonas. El hombre solo negó y se cruzó de brazos mientras el sheriff recordaba todo lo que había pasado al lado de la chica.
—Es una estupidez—declaraba Tobin con molestía—perdona mi vocabulario pero ustedes son solo niños, jamás debieron de haber pasado por todo esto. El mundo últimamente está más podrido que nunca.
El chico tan solo avanzó delizando las rejas dispuesto a salir, Tobin lo siguió.
—Carl escucha—llamaba el hombre siguiendolo—Colman es fuerte, estará viva, pero...¿al menos haz pensado en ti?—Tobin no podía detener su preocupación por ambos, los habia visto crecer y no quería que nada malo les pasara. Rick y Michonne no estaban en Alexandria y la preocupación sobre el sheriff caía solo sobre sus hombros—Deberías alimentarte, esta mañana ni siquiera tocaste tu desayuno.
—No me interesa—la voz seca le hizo entender al hombre que al chico ya no le apetecia hablar y éste comprendía la situación al pie de la letra—Cuida a Judith, por favor.
—Lo haré—había aceptado éste, Carl sonrió levemente—Si necesitas ayuda utiliza el intercomunicador y hablame, estaré allí sin dudar.
Tras la seguridad que el adulto le brindó el chico asintió y, acomodando su mochila en su espalda comenzó a correr, no se detuvo para nada hasta encontrar el auto que Tobin le había dejado en la carretera y se atrevió a manejarlo dirigiéndose nuevamente hacia el Sur, las horas pasaban y nada parecía funcionar, no encontraba ninguna pista de vida alrededor.
[...]
Cuándo el muchacho llegó al bosque del Sur lo único que hizo fue ocultar el auto y seguir caminando por el bosque, lo cuál tras horas le hizo sentirse muy cansado así que tuvo que recostarse en un árbol para luego sacar una botella de agua y tomarla rápidamente. Desde su sitio podía ver unas cuántas cabañas y además también veía un par de caminantes por allí.
Un sonido extraño entre los arbustos le hizo reincorporarse y tomar su arma con rapidez, listo para matar, pero cuándo reconoció el rostro de la persona que parecía perdida buscando algo por allí no evitó correr hasta ella con mucha felicidad.
—¡Colman!
Las ramas crujieron detrás de sus pasos apresurados y se acercó hacia la chica, el sonido le hizo a Colman despertar de su pequeño trance de búsqueda en el mapa, pues había estado un poco confundida con aquel objeto.
—Carl...
—Te encontré—habia interrumpido el sheriff abrazandola, casi sin dejar que la chica hablara, despúes de tres días era lo único que anhelaba hacer, abrazarla y nunca soltarla—Te encontré.
Colman se aferraba a Carl con mucha fuerza, buscando seguridad entre sus brazos y descansando de lo inquietante que habia sido no verlo, a él, a su hermanito, y a todo el resto del grupo. Por un momento sonrió y el chico no pudo evitar dejar de abrazarla solo para dejar un pequeño beso en su frente.
—Lo siento—se disculpaba Carl tragando saliva y un poco apenado por aquella muestra de afecto—Lo siento.
—Yo también lo siento Carl—se disculpaba Colman por el echo de que se habia alejado y de que habia generado preocupación en él y el resto, ella estaba un poco dolida—Por...
—No, no te disculpes, tu debes perdonarme—soltó el chico secando las lágrimas de ella, acarició su cabello de una forma suave y sonrió—Estaba buscándote—añadió abrazandola aún más fuerte—Y ahora que estás bien, eso es lo único que importa.
—Estaba en una comunidad, unos chicos habían pensado que era un asqueroso caminante—comentaba Colman—Desperté después de dos días—añadió—Al parecer me habían disparado.
—¿Te hicieron daño?—preguntaba el chico.
—No, solo estoy un poco exhausta.
Carl por un momento se detuvo solo para observar a la chica y para él la sonrisa de ella era perfecta, su cabello marrón caía sobre sus hombros y estaba aún más largo que antes, ella tambien tenia unas cuántas lagrimas bajando por sus ojos lo cuál la hacia verse muy hermosa ante la perspectiva del muchacho. Ambos se observaban con tanta ilusión, con tanto amor.
—Podemos descansar en una de esas—aconsejó el sheriff señalando una cabaña—Seria un poco riesgoso ir ahora a Alexandria si estas cansada.
Ella asintió sonriendole y Carl hizo lo mismo. Justo ahora debía aceptarlo, Colman reconocía que la sonrisa de Carl era realmente perfecta. Los chicos se limitaron a correr hasta una de las cabañas más cercanas tratando de pasar desapercibidos por los zombis y cuándo llegaron, tan solo se detuvieron para despejar la zona.
Una vez fuera del peligro ambos se sentaron en el sillón más cercano y Carl sacó una lata de sopa para luego entregársela a la chica, la muchacha la recibió muy contenta y empezó a comerla pues tenía mucha hambre.
—¿Sabes?, Todos te están buscando—informaba el sheriff con una sonrisa ladeada—Estábamos muy preocupados por ti.
—¿Todos?—preguntaba la chica.
—Los del Reino, Hilltop y Alexandria—respondía Carl observando el suelo por un instante, sintiendose un poco indeciso en revelar una pequeña verdad—Pensabamos que habías muerto con aquella explosión. Yo estaba odiando a todo el mundo porqué no podía encontrarte, fui al norte y no te hallé allí, ni por por el Oeste y el Este—la chica dejo la lata de comida vacía en una de las pequeñas mesas que estaba a su costado y solo soltó una sonrisa ladeada ante la preocupación que su chico mostraba ante ella—Creí que jamás volvería a verte otra vez y eso me atormentaba.
—Hey, estoy aquí—decía Colman intentando calmar al chico sosteniendo con ambas manos su rostro, el chico sonrió—Además no deberías odiar tanto este mundo.
—¿Por qué?—cuestionaba confundido.
—No voy a negarlo, el mundo es un asco ahora—decia la muchacha sincerandose un poco—...pero si todo esto no hubiera pasado no te hubiera conocido, Carl. Al inicio ni siquiera me interesa formar alguna clase de amistad con nadie—se detuvo y el chico la observó, por el rostro un poco preocupado supo sobre que quería hablar—¿Cómo están mi hermano y Judith?
—Ellos están bien, en estos días Judith ha intentado caminar al igual que Líam, ya saben hacerlo pero no del todo bien—contestaba, dió un corto suspiro y ambos se quedaron en silencio.
Colman apoyó su cabeza en el pecho de Carl con lentitud mientras el chico acariciaba su cabello haciendo pequeños remolinos con sus dedos mientras besaba su frente, acción que por un momento le hizo a la muchacha cerrar los ojos sintiéndose aterrada por el futuro del mundo, por el futuro de su hermano, por el futuro de Judith, por el futuro del resto de su familia y por el futuro de las personas.
—¿Puedes notar el miedo que tengo?—preguntó en un segundo.
—¿A qué le temes?—cuestionaba Carl con interés.
—No quiero perder a nadie más—informaba Colman aún sin abrir los ojos, el sheriff estaba muy concentrado solo en ella—Pasa lo mismo cada vez y tengo miedo, me aterra que vaya a pasar con Liam en un futuro, me aterra que vaya a pasar con Judith en un futuro.
—Serán buenos amigos—inquiría Carl con una sonrisa—Se van a cuidar entre ellos, Van a lograr sobrevivir, no deberías aún pensar en eso. Además, te aseguro que Daryl siempre estará cuidando de ambos y...
—No quiero perderte, Carl.
La pausada voz temblorosa de la chica le hizo caer en la realidad, volviendo a recordar que la lucha contra los Salvadores seguía en pie, debían conseguir más armas para luchar, más participación. Necesitaban ayuda, pero....¿cuál sería la ganancia principal?, ¿matar a Negan?, aquello no les traería de vuelta a Denisse, Weitman, Glenn y Abraham. Ya no había cómo regresarlos.
—No lo harás, te lo aseguro—repuso el sheriff con serenidad observandola—Te prometo con toda mi vida, con toda mi alma y con todo mi ser que jamás me perderás.
—¿Qué te hace estar tan seguro?, realmente yo no quiero perderte.
Carl una vez más pudo ver las pequeñas lágrimas que caían de los ojos de su chica, lo cuál la hacia verse muy dolida y vulnerable. Por un momento él hasta sintió cómo las gotas chocaban con parte de su rostro mientras mojaba su camina, verla de este modo de alguna forma lo rompía a él en mil pedazos.
El chico tan solo con sus dedos secó las lagrimas de Colman con suavidad y sonreía un poco, tuvo que abrazarla lentamente otra vez más y ella hizo lo mismo comprendiendo que él era el soporte que ella necesitaba. Fue el chico quién ahora tomando el rostro de la chica en sus manos, no paraba de observar su hermosa mirada.
—No te preocupes por lo que sucederá después, vive el presente porqué sin importar que suceda yo estaré allí para ti—soltaba el sheriff separándose de ella apenas unos centímetros—Soy y seré tuyo para siempre.
Ella sonrió entre lágrimas y rio nostalgicamente solo para decir;
—Porque todo de mi ama todo de tí.
[...]
Un par de horas después Carl se levantó dándose cuenta de que habían caído rendidos ambos en el sillón, Colman aún tenía la cabeza apoyada en su pecho y el sheriff no quería dejarla ir nunca más, a pesar de eso, tuvo que despertarla porque el sol ya se había ocultado y ya era hora de regresar.
—Se está haciendo de noche, deberíamos regresar—sugería el sheriff alistando todo lo indicado para regresar, ella asentía y se levantaba sobando sus ojos—He escondido un carro, muy cerca de aqui.
—Los salvadores nos podrían ver—comentaba Colman un poco indecisa—¿No lo crees?
—No lo creo, solo entra, yo te protegere—afirmaba, ella sonrió—Soy muy bueno manejando y llegaremos a casa más rápido de lo que crees.
Un par de horas despúes de haber estado manejando de aquí para allá con rumbo hacia Alexandria llegaron, el lugar se veía relativamente muy limpio y calmado. Tobin se habia atrevido a dejar entrar el auto hasta dentro de la comunidad al reconocer el color y la placa que éste poseía sin embargo a las justas había podido ver a Carl al volante, y el sheriff pudo sentir nervios por como todos reaccionarían ante el regreso.
—Va a gustarles que hayas vuelto—murmuró, ella sonrió y bajaron del auto al mismo tiempo—Se alegrarán muchísimo.
Tara se quedó impresionada, quizás estaba confundida mientras observaba a Colman. Aaron y Gabriel bajaron de la torre de vigilancia muy rápido, por la expresión que llevaban en sus rostros él sabia que estos les había tomado por sorpresa a todos. Rick grimes también salió de su casa al oir el ruido e incluso Daryl salía de allí junto a Liam en sus brazos.
En un abrir y cerrar de ojos Tara había corrido a abrazarla, Colman sonrió al ver a Tara y ambas se abrazaron una vez más.
Daryl se acercó a ella y la abrazó de una forma tosca, era común en Daryl.
—Crei que habías...
—¿Muerto?, no. Estoy viva Daryl—afirmó mirando a Daryl y a Liam, no fue necesario demostrar que tan feliz se encontraba el pequeño bebé al ver a su hermana pues quería saltar a sus brazos justo ahora—Estoy aquí así que ya no vayan a enojarse.
—Colman—Tobin se había acercado prácticamente con rapidez hacua la chica después de asegurarse que lo que estaba sucediendo frente a él no era un espejismo, el adulto estiró su mano para saludarla sin embargo ella lo abrazó—No puede ser, me alegra que estés sana y salva.
—Te habíamos buscado por todos lados, y simplemente parecía que la tierra te había tragado—afirmaba Gabriel observandola justo cuándo se separaba de Tobin, el sacerdote se acercó a ella y la abrazó de la misma manera—No vuelvas a asustarnos así jamás en tu vida.
—¿Realmente eres tú?
Rick grimes se detuvo frente a ellos, quizo volver a hablar pero se detuvo por un instante, sonrió un poco y por la felicidad que éste expresaba en su rostro se veía que habia estado extrañando mucho a Colman despues de lo sucedió. Se acercó a la chica y la abrazó.
—Rick, perdón.
Holy y Michonne fueron las siguientes en acercarse para abrazar a Colman, lo cuál no le permitió hablar o por lo menos agradecerle a Rick y al resto por cuidar de su hermano durante su desaparición. Las mujeres prácticamente habían quitado el rostro de tristeza de antes y ahora se encontraban muy felices.
—Estás viva—la voz de Aaron le hizo reaccionar, ella sonrió, el hombre tan solo observó a Carl y éste asintió—Te lo dije.
La chica desde su lugar observó todo a su alrededor, reconociendo que por el poco tiempo que había estado alejada de sus compañeros de supervivencia, los había estado extrañando mucho a todos. Y ahora que los veía reunidos a la mayoría aquí, se sentía en casa. Sin embargo, la ausencia de tres mujeres le dió curiosidad pero solo se detuvo a cuestionar sobre una de ellas.
—¿Y Rosita?—preguntaba Colman, no quería tocar el tema sobre Carol, su ausencia le dolió demasiado pues se había encariñado mucho con ella—No está aquí tampoco.
—No estamos seguros...—sabemos afirmaba Daryl—pero sabemos que estaba con Sasha en Hilltop antes de que Simón fuera a recoger un tributo de Gregory.
—Mañana iremos a una comunidad que Tara encontró, deberian ir con nosotros—la orden serena de Rick hizo que Carl grimes observara a Colman con rapidez, intentando averiguar con la mirada si ella se uniría a aquella tarea, la chica asintió con la cabeza y el sheriff imitó su movimiento—Estaremos más preparados por si vienen a molestarnos, intentaremos conseguir armas de alguna forma u otra y necesitamos la ayuda de todos los Alexandrianos disponibles allí.
—Entiendo.
[...]
—Que manera tan extraña de decirme que me haz extrañado.
Carl Grimes tan solo sonrió y se quitó el sombrero para ponérselo a Colman en la cabeza, la chica sonrió de la misma forma. Ambos estaban sentados en el sillón de la casa de la chica poniéndose al corriente de todo lo que se habían perdido. Justo en ese momento, la chica observaba cómo el sheriff paseaba por toda su casa.
—¿Donde encontraste esto?—preguntaba Carl con curiosidad señalando una guitarra roja y negra que estaba apoyada en una de sus paredes—Es un poco inusual ahora.
—Daryl me lo dio, hace muchos meses atrás—respondía Colman sentándose en el sofá a pensar un poco en Peletier, Carl se recostaba a su lado—Fue un regalo. A Carol le gustaba mucho el color.
—¿Qué es lo que piensas sobre todo esto?
Las palabras de Carl le habían echo dejar de pensar en Carol solo para enfocar su concentración en la guerra en la que se intregarían muy pronto, la razón la tenían clara, todos querían venganza, eso sí, pero nadie allí tenía la certeza de saber si lo lograrían o no, o si al menos aquello era lo correcto.
—Te voy a ser sincera, quiero venganza por lo que hizo su grupo y él con nuestra gente, pero siento que hacerlo solo nos volvería tan despiadados cómo ellos.
Los miembros de su familia de sobrevivientes que antes se encontraban observándose entre ellos y felices por el regreso de la chica, anhelaban de por si aquella lucha y posiblemente poder destrozar a los Salvadores de una vez por todas, pero tanto Colman cómo Carl tenían la gran duda de saber si todo esto se solucionaría de esa forma. El sheriff, tras haber estado pensando un poco sobre aquel tema solo se dió cuenta cómo Colman había quedado descansando sobre su regazo y por alguna extraña razón, Carl Grimes solo sonrió, besó la frente de la chica y, aún ambos juntos en el sillón, descansaron por el resto de la noche.
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