CAPÍTULO 56: Good Road
(Tn)___ Colman
—¿Puedes prometerme algo?—preguntó.
Lo observé y asentí con el rostro al instante.
—Nunca te rindas, incluso si no estoy contigo para verte sobrevivir—soltó con una sonrisa.
—Nunca lo haré, Tommy.
Abrí mis ojos al instante, y solo pude ver a dos caminantes dentro del auto, los devoradores habian logrado entrar por la ventana derecha del auto, Mientras tanto todos los demás caminantes se empujaban tratando de masticarme.
No podía hacer nada.
Estaba indefensa dentro del auto. Cogi mi navaja y la enterré en el cráneo de los dos caminantes que ya estaban dentro, y por un instante recordé la técnica de camuflacion que Rick había usado en la invasión de Alexandria.
Me cubrí con sus intestinos y su sangre aspirando todo el asqueroso olor de muertos. Tomé el cuerpo de uno de ellos y lo usé como un escudo para tratar de salir.
Quizás salir por la maletera era mi única opción en ese instante, pero los caminantes hacían mucho ruido causandome un dolor fuerte en la cabeza.
¿Qué más podría salir mal?
Abrí la puerta de la maletera y bajé utilizando al caminante como escudo, Cuando pude estabilizarme y tomar equilibrio escuché un gran ruido, Era una explosión, lo sabía perfectamente.
Sentí el fuerte impacto y debido a la reacción caí al suelo.
Los caminantes que rodeaban el auto me escucharon y se estaban acercando a mi. Me levanté y lo único que hice fue correr rápidamente hacia el bosque.
Bufé irritada, y sin percatarme de los obstaculos del bosque tropecé y mi cabeza chocó con una roca, agudize un grito de dolor y solo pude ver la linea roja que se desliza por mi cabeza, estaba sangrando.
¿En dónde rayos estaba?
Trate de pedir ayuda pero lo único que hice fue toser, sin embargo estaba escuchando los pasos de los caminantes que se encontraban cerca de mi. Tenia que llegar a un lugar seguro, tenía que vivir, no podía morir ahora, no después de todo lo que ya habia superado.
Respiré agitada y solo me detuve a escuchar a alguien recargar su pistola, sentí la bala impactar contra mi y lo último que logré ver fue la imagen borrosa de un par de chicos.
[...]
Me levanté y al instante sentí un gran dolor en mi cabeza, mi ropa seguía sucia, estaba echada en una cama y lo único que recordaba era que había observado a dos tipos frente a mi.
La habitación se encontraba en un completo silencio.
Suspiré.
Traté de levantarme una vez más y observé el lugar. Justo en ese instante una persona se hizo presente entrando por la puerta con una pequeña botella de agua.
—Hola, veo que ya despertaste—murmuró extendiendo la mano—Mi nombre es Mike Connor—volvió a decir.
—¿En donde
estoy?—pregunté.
Visualicé el alrededor otra vez y observé confundida al chico.
—Linda, Este es el momento en el que me saludas y me dices tu nombre—añadió sonriendome.
No entendía porqué rayos ese chico se mantenía tan calmado.
¿Es que el mundo donde habitaban los caminantes había acabado? ¿Ahora era un mundo normal?
La puerta sonó en ese instante y otro chico se acercó hacia nosotros.
—No la molestes, Mike—bramó el otro chico mientras se acercaba.
—¿Donde están mis armas y mi cinturon?—pregunté.
—¿Qué armas?—preguntó uno de ellos, Él que se llamaba Mike.
Lo observé aún más confundida.
El otro muchacho solo bufo.
—No te preocupes, te las quitamos por seguridad. No sabemos si eres buena—volvió a decir Mike esta vez dejándome en claro que seguía siendo el mismo mundo.
—Mike, dejala en paz—bufo el tipo que había entrado último—Mi nombre es Harry, Harry Connor y pedimos que nos disculpes, te disparamos, fue un error, pensabamos que eras un caminante, lo sentimos—soltó rápidamente.
Me quedé allí, sin hacer nada. Aún no podía entender la situación en la que me encontraba.
—Solo para aclarar, yo no te disparé. Harry lo hizo—afirmó Mike defendiéndose y los dos comenzaron a hablar al mismo tiempo.
—¡¿En donde estoy?!—grité más fuerte logrando obtener la atención de ambos.
—Estas en nuestra casa y en nuestra cama—respondió Mike señalando la cama en la que estaba echada.
—¿Cuánto llevo aquí?—pregunté desesperada.
—2 días desde que te encontramos—respondió esta vez Harry alzando los hombros.
—¡Dos días!—volvi a repetir asustada, tenía que volver a Alexandria, tenía que hacerlo.
—Si, tranquila, no te hicimos nada, solo curamos tus heridas—añadió Harry.
—¿Qué hacías corriendo en el bosque con toda tu ropa manchada de intestinos y sangre de muertos?—preguntó Mike dándome la botella de agua.
—Escapaba de un grupo de caminantes—respondí.
Al instante recordé el auto, a Tara, a Rosita, a Carl.
—¿Tienes un grupo?—preguntó Harry.
—Si—respondí asintiendo y tomando un poco del agua.
—¿Por qué le preguntas cosas como esas, Harry?, no ves que tiene hambre—aclaró Mike, reí ante su leve regaño a su hermano.
Una pequeña niña de cabello rubio entró en la habitación, y los dos la saludaron haciendo que la pequeña diera saltos de felicidad.
—Es nuestra hermana—dijeron los dos al mismo tiempo.
—Es linda—les dije.
Miré a la pequeña, estaba segura de que la pequeña tenía 6 o 7 años, pensé en Liam al instante, me preocupaba mucho mi hermano pero sabia que Holy lo estaba cuidando en mi ausencia.
—Saluda a la chica, Aliana—sugirió Harry mirando a la pequeña, ésta asintió alegre y me sonrió.
—Hola—me saludó con una voz tierna, se acercó a mi, y me abrazó, no le importó que yo estuviera sucia, solo me abrazo.
—Puedes ducharte, por allá está el baño—sugirió Harry señalando una puerta a escasos metros de la cama en la que estaba.
—Y por cierto, tus armas están a tu costado, nunca te las quitamos—afirmó Mike y salió de la habitación junto a Harry.
Ambos hermanos mayores se retiraron, giré mi vista y era cierto, ahí estaban mis armas y mi cinturón.
—Adiós—se despidió la pequeña rubia corriendo detrás de sus hermanos.
Me quedé sola en la habitación. Tenía muchas cosas que aclarar, tenía que regresar a Alexandria, tenía que hacerlo por Carl, por Liam, y por mi.
Entré a la ducha para aclarar mis pensamientos, Mojé mi cabello, hace unos buenos días que mi cuerpo no tocaba agua tan helada.
Me abracé a mi misma tratando de acostumbrarme al frío que emanaba el agua. Lavé cada parte de mi cuerpo, intentando creer que los demás estaban bien.
Y cuando terminé de bañarme me puse ropa limpia que había dentro de esa ducha, quizás era por cortesía de los dos chicos. Después de unos segundos regresé hasta la cama en la que había estado echada por dos días y cogi la sabana llevándola de nuevo hacia la ducha con el fin de lavarla.
Al terminar de hacer eso, salí del baño y me senté en el suelo.
¿Dónde rayos estaba?
En toda mi vida, jamás había sido capaz de perderme, de no saber localizar en dónde estaba. Y al parecer ésta comunidad había estado muy escondida ya que nadie en el Reino, Hilltop, o Alexandria conocían su existencia.
Una voz me hizo volver a la realidad.
—Hola—saludó Aliana asomándose por la puerta.
Ella era tan pequeña y se veía indefensa.
—Hola pequeña—la saludé.
Me detuve y la abracé, necesitaba a muchas personas que me hacían falta en este momento, tenía que regresar a Alexandria.
—¿Por qué luces triste?
—No estoy triste.
—Puedo verlo en tus ojos, estás triste—soltó la pequeña.
—Extraño a mi grupo, eso es todo—la pequeña solo asintió.
—Mis hermanos prepararon la cena—susurró y comenzó a caminar, me levanté y la seguí—¿Cómo te llamas?, ¿De dónde vienes?—comenzó a preguntar mirándome mientras caminábamos hacia una especie de comedor pasando por muchas habitaciones.
—Mi nombre es (Tn)____, vengo de una comunidad llamada Alexandria y lo único que recuerdo es que corría por el bosque y luego me dispararon—respondí lo más rápido que pude.
La pequeña me observó preocupada.
—¿Te dispararon mis hermanos?—preguntó.
—Así parece, creo que pensaron que yo era un caminante—respondí
—¿caminantes?
—si, los mounstros de afuera.
—Nosotros los llamamos mordedores
—¿En serio?...Yo los llamo caminantes—afirmé mirandola y ésta cambió su semblante a una preocupada.
—Debes irte de aquí, salvate mientras puedas—soltó y fue interrumpida por uno de sus hermanos.
—Aliana, siéntate aquí—le pidió Harry a la pequeña, ella fue con una gran sonrisa y se sentó a su lado.
Todos comenzaron a comer, dudé por un momento en probar la comida porqué con lo que la pequeña había dicho, quizás debía tomar precauciones.
—No hemos puesto ningún veneno en tu plato, somos de confianza—agregó Harry dándome una media sonrisa.
—Es verdad, no somos malos—secundó Mike, miré a Aliana y ella asintió, al menos podía creer en ella.
—Esto no tiene nada malo—dijo la pequeña señalando todos los platos.
Asentí.
Probé la comida mientras observaba el plato, solo era un pequeño trozo fresco de carne, y una simple ensalada de lechugas. Tal vez su grupo poseía un granero y suficientes animales.
—Mañana te irás—observé al instante a Harry despúes de oír su voz.
—¿Qué? ¿por qué?—pregunté confundida.
—Nosotros...Nuestra comunidad no es mala, ni sucede nada raro aquí pero...—se detuvo y observó a su pequeña hermana—Nuestro líder es malo y siempre que hay integrantes nuevos los tortura. A nadie de aquí le gusta eso, por eso es que la mayoría trata de escapar y no lo logran—se apresuró a decir Mike, lo observé, él solo se limitó a agachar la cabeza.
—Mira esto—sugirió Harry.
Lo observé detenidamente y él alzó su brazo, cerca a sus costillas había un gran corte que había sido cocido.
Mike hizo lo mismo dando a lucir la herida de su pierna.
—Tratamos de escapar pero fue inútil—siguió hablando Harry—Tuvimos suerte de encontrarte y de que nadie más te viera. No podemos dejar que alguien más salga dañado...Así que te irás mañana—finalizó.
Estaba confundida.
¿Por qué no simplemente acababan con el líder?
—Nuestra madre murió cuando dio a luz a nuestra hermana, quisimos darle una mejor vida a nuestra hermana pero nunca logramos escapar—confesó Mike triste.
Soportar a Negan era demasiado, pero...ver a un par de chicos ser dañados solo por buscar una mejor vida para su pequeña hermana era frustrante.
—No me iré—aclaré.
Me levanté enojada de la silla en la que estaba sentada y lo único que hice fue observar a la pequeña.
Estaba frustrada, quizás podia ayudar en este momento a asesinar al líder de este grupo.
—¿Qué?—preguntó Mike.
—Tienes que irte o te harán daño, es por el bien de todos, y por ti.—añadió Harry.
Todos pudimos escuchar el sonido de la puerta mientras ésta se abría con rapidez.
Harry y Mike me observaron, dejándome ver a un señor con escasos cabellos grises.
Lo observé por un instante, no sabía si era mi imaginación pero el hombre que estaba parado frente a todos nosotros era Gabin, uno de los salvadores.
—¿Gabin?—pude soltar y el señor soltó una risa.
—No—negó—pero veo que conoces a mi hermano mayor. Somos idénticos pero nunca me confundas con ese patán, es todo un capullo.
Se acercó más a nosotros y solo pude observarlo con confusión.
¿Gabin tenía un hermano?
—Harry y Mike—volvió a decir el señor de cabello grisáceo balanceando un hacha.
Pude ver a los chicos, lucían preocupados pero trataban de estar tranquilos para que su hermana no se asustase más.
—No le hagas nada a Aliana, ni a la chica—suplicó Harry.
A la habitación entraron dos hombres y se llevaron a Mike, el chico no puso ninguna resistencia. Miré a Aliana, la pequeña estaba apunto de llorar.
—¡Aliana!—gritó Harry al ver que dos hombres se llevaban a su hermana.
—Tranquilo Harry—aclaró el señor—Mike y tú serán torturados hasta la muerte, me quedaré con la chica nueva y Aliana será como la hija que nunca tuve—soltó pasando su dedo por el rostro de Harry en forma de negación.
Destruiría a ese tipo definitivamente.
—¡No!—alcancé a escuchar el grito de Harry antes de sentir un fuerte impacto en mi cabeza.
[...]
Abrí mis ojos, y al instante pude notar que mi cabeza sangraba, a mi lado estaba Aliana amarrada en una silla al igual que yo.
No sabia en donde estaba, otra vez.
En un segundo examiné todo el lugar, había mucho espacio y muchos instrumentos médicos, incluso había una camilla.
¿En donde rayos estaba?
Tenía que salir de aquí, tenía que salvar a Aliana y encontrar a Harry y Mike.
Intentaba desatarme hasta que escuché unos gritos provenientes de una habitación cercana.
Eran dos gritos diferentes y los reconocía perfectamente, eran Mike y Harry.
¿Qué debía hacer para ayudarlos?
Busqué la mesa llena de instrumentos médicos más cercana y cuando la encontré hice ruido tirando algunas cosas para tratar de atraer la atención del líder, y para que de ese modo, dejase en paz a ese par de chicos.
Lo gritos cesaron un par de minutos despúes y solo me digné a estar quieta mientras veía que el señor de cabello grisáceo entraba por la puerta.
—Después tendré un poco más de tiempo para esos chicos—sonrió cínicamente—Mi nombre es Jack, soy líder de Good Road, está es mi comunidad—agregó, mostró una cara de asco al mencionar el nombre de su comunidad—si, es un asqueroso nombre, mi estúpido padre lo puso, que bien que lo lance a los caminantes, ¿no lo crees?—rio cínicamente, mantenía su hacha firmemente.
—Eres idéntico a Gabin—espeté.
—¿En serio?—comenzó a reír—Gabin es todo un capullo, no se porqué Negan lo eligió para pedir tributos al Reino, sabiendo que yo era mucho mejor que él.
No sabían casi nada de este grupo, sin embargo, estos si sabían sobre el Reino y quizás sabían sobre todas las otras comundidades.
—Tus amigos, Mike y Harry desobedecieron mis reglas y están apunto de morir—añadió moviendo su
hacha y acercándose a la mesa mientras cogia un pequeño cuchillo—Tu en cambio eres una chica linda y no
morirás, me serviras para
otra cosa—sonrió desatandome—ella tampoco morirá—informó de nuevo señalando a la pequeña rubia.
Se acercó a la niña y pasó uno de sus dedos en su pequeño rostro.
Terrible error.
Lo único que me detuve a hacer fue soltar una patada en el rostro del viejo. Éste retrocedió y aproveché el momento para sacar la navaja que estaba escondida en mi cintura.
—¿De verdad piensas matarme?—soltó riendo.
—Eres más detestable que Gabin.
Él se acercó y en un movimiento fácil tomó mi cuello entre sus manos, me estaba ahorcando.
—Hay mucho que no conoces, hay mucho de lo que no sabes, hay muchas más comunidades—mordí su brazo pero éste solo apretaba más fuerte mi cuello dejándome sin respirar—Lo verás muy pronto, los caminantes no son los mismos de antes.
Mi mano tomó lo primero que encontró en una de las mesas de la sala y se lo clavé en el pecho.
—¿Qué tratas de decir?—pregunté cuando por fin me soltó. El viejo me dejó caer al suelo mientras él retrocedía.
Pude ver a Aliana rápidamente, la pequeña abría sus ojos mientras sentía que estaba atada.
—Los caminantes hablan, te susurran cosas.
Lo observé por un instante confundida.
Se acercó a mi corriendo y lo único que hice fue acuchillarlo en el pecho una vez más. Éste cayó al suelo, y terminé la sucia tarea soltando mi navaja en su cabeza.
¿Qué rayos había querido decir cuando dijo que los caminantes susurraban?
Me detuve a quitarle la sogas a Aliana, quien estaba asustada y llorando.
Ambas salimos de esa habitación y entramos en otra buscando a sus hermanos.
Dos hombres que tenían batas de doctores le intentaban hacer algo a Harry, y en un movimiento rápido, el chico les disparé a los dos.
La pequeña solo me miraba asustada, corrió hacia Mike que estaba aislado en una esquina y lo abrazó con todas sus fuerzas.
—¿Están bien?—me apresuré a preguntarles.
—Si, gracias—agradeció Harry mientras se acercaba a desatar a Mike.
Ambos tenían golpes en su rostro.
—Gracias por salvarnos—agradeció Mike.
—Escuchenme, ustedes quédense aquí con Aliana, intentaré matar a los demás—sugeri y estos negaron con la cabeza.
—Te ayudaré—murmuró Harry
—Te ayudaremos—corrigió Mike.
—No se pueden ni mover por los golpes, ustedes quédense con Aliana—ordené y salí de esa habitación sin esperar respuesta alguna.
Nunca había creído que tenía tan buena puntería, o que al menos mi puntería había mejorado.
Mi vista se fijó en las personas que se encontraban frente a mi, llevaban unas pistolas y me apuntaba en la cabeza, eran cuatro exactamente.
—Escuchen, no tienen que matarme si no lo desean. Sé que la mayoría de ustedes están aquí solo porqué no tenían opción.
Estos me observaron.
—Acabé con el líder, está comunidad puede cambiar, ahora estarán bien todos ustedes. Solo buscó que ayuden a unos chicos que me ayudaron a mi, por favor—suplique.
Estos solo asintieron.
—Traeremos ayuda—soltó una chica entre ellos y salió corriendo junto a los demás.
Regresé para sacar al par de hermanos y a la pequeña pero al instante sentí el impacto en mi rostro. Un hombre estaba frente a mi y me había golpeado. Mis armas habían caido lejos de mi. No podía hacer nada.
Un sonido casi inaudible resonó en todo el lugar, el hombre que me amenazaba ya estaba en el suelo y una bala había sobrepasado su cabeza logrando hacerle un gran orificio.
Miré confundida el cuerpo muerto del hombre y miré al causante de esto. Harry estaba alli, con un arma.
Ambos volvimos a la habitación sin ninguna herida de bala u otra cosa, Aliana corrió a mi lado al verme, la pequeña mostraba alegría.
—Bien, vámonos—ordené, Harry se detuvo a cargar a Aliana.
Solo pude ver a Mike, el castaño no podía caminar, me limité a ayudarlo a pararse y salimos del edificio. Las personas salían de sus casas y nos miraban extrañados por todo el ruido.
Un hombre se acercó hacia nosotros, y por lo que pude notar era amigo de Harry y Mike.
Éste se dispuso a ayudar a curar sus heridas mientras que yo estaba con Aliana. Ella se mantenía calmada, ya había dejado de llorar.
Nicolás, el amigo de ese par de hermanos, les dijo que por el momento solo debían descansar. Me quedé al lado de Aliana cuidandola, acaricié su delicado cabello haciendo que la pequeña se sintiese segura.
—¿Mis hermanos se recuperarán?—preguntó con delicada voz, sonreí.
—Hey, ¿has visto sus heridas?, ellos son fuertes y no morirán por esto, pequeña—respondí segura, ella sonrió.
—Tengo una foto de mi madre, pero no la conocí, desearía haberla conocido—habló, sus ojos marrones transmitían tristeza.
—Conozco a un chico, se llama Carl, su madre también murió al dar a luz, a mi madre le pasó lo mismo. No te preocupes por ella—me detuve y miré al suelo—Tienes a tus hermanos, ellos son tu familia ahora—aclaré, la pequeña me observaba atenta.
—¿Qué debería de hacer si mis hermanos algún día no están?—preguntó
—Cuando eso suceda, no te rindas, debes luchar. Dolerá, llorarás, pero sigue luchando, es lo que debemos hacer—sugeri, ella comenzó a sonreír.
[...]
A
maneció rápidamente, la madre naturaleza había decido soltar un caluroso dia esta mañana, y con éste eran ya casi tres días fuera de Alexandria.
El par de hermanos estaban bien, los moretones en sus rostros estaban desapareciendo a comparación de los moretones en sus brazos que aún se mantenían intactos.
—Gracias—agradeció Harry mientras caminábamos por las calles de Good Road.
—Si. Gracias por todo, ahora las personas de aquí tendrán una mejor vida—soltó Mike quien tenía a Aliana en sus brazos.
—¿Es...es la primera persona a la que matas?, Sé que no, pero la pregunta va de adorno—soltó Harry algo confundido mientras Mike reia.
—No, la verdad no. No desde que mataron a mis amigos—suspiré—Los Salvadores, y supongo que tengo suerte de no morir—respondí.
Ellos sabían perfectamente quienes eran los salvadores, su comunidad también trabajaba para ellos.
—¿Regresaras algún día?—preguntó Harry, asentí, lo haría, definitivamente regresaría para visitarlos.
—No se preocupen, regresaré para ver si las cosas marchan bien por aquí—respondí, extrañaría Good Road, extrañaría a Aliana, A Harry y a Mike.
—¿Sabes? Tenemos un nuevo líder, es grandioso—soltó Mike, Aliana sonrió.
—¿Nos olvidarás?—preguntó Aliana.
—Pequeña, yo nunca los olvidaré—respondí, despeine su rubio cabello.
—Adiós y cuidate—se despidió Harry.
Las grandes puertas de Good Road se estaban abriendo, me despedí de Mike, Harry y Aliana. Ayudarlos me había echo sentir bien y sabia que nunca olvidaría Good Road.
Pero tenía que volver a la realidad, apesar de que Good Road era una buena comunidad tenia que volver a lo real. Alexandria estaba al mando de Negan y eso seguía aterrorizandome.
Mike me había dado un mapa con el que había logrado ubicarme, les habia pedido que ellos no me acompañarán pues se podían encontrar con los salvadores, y no quería que salieran dañados de nuevo.
Estaba cerca al río cuando al ver mi reflejo en el agua me percaté de que algunos arbustos se movían, Giré mi vista y tan solo era un ave que salía de entre los arbustos.
Volví a adentrarme al bosque, y definitivamente estar al sur me desorientaba por completo. Pasaron horas, o minutos, no lo sabía, traté de reposar sentándome en un árbol, hasta que logré apreciar una cabellera marrón entre los árboles.
Sonreí.
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